miércoles, 30 de octubre de 2013

LEOPOLDO RUSSO EN RETRATOS EN LA CIUDAD

Leopoldo Russo falleció el 7 de noviembre de 2013 en este reportaje realizado en 2005 lo recuperamos para la memoria.
LEOPOLDO RUSSO

(DRAMATURGO)


RICARDO DEBELJUH.- Nuestro invitado de todas las noches, hoy, es Leopoldo Russo, actor, director de teatro, dramaturgo y maestro de actores.
CRITINA OLLER.- ¡¡Nuestra personalidad de hoy!! Buenas noches, cómo estás. 
LEOPOLDO RUSSO.- Buenas noches. Gracias por la invitación y gracias por lo de personalidad.
R.D.- Es difícil el trabajar en teatro hoy.
L.R.-  Siempre lo fue. Complicado porque hay que rebuscárselas solo, luchado con los presupuestos cuando uno trabaja de manera independiente como hacemos nosotros. Pero la gente colabora. Siempre hay amigos que regalan cosas; que donan elementos que para ellos no sirven, pero para nosotros son diamantes. Por ejemplo un compañero iba a tirar unas planchas de telogopor muy gruesas y nosotros las transformamos en un colectivo. Eso tiene que ver con el ingenio y la creatividad. Es lindo el asombro de los chicos que recién empiezan cuando nos ven transformar objetos insólitos. Uno advierte que están aprendiendo. No sólo somos hacedores en el teatro, sino que también nos sentimos maestros. Yo lo soy, docente teatral, coordinador de talleristas. Me maravilla trabajar con los chicos que vienen a colaborar y percibo que van descubriendo que hay otros caminos. Que no todo pasa por el dinero, que mucho pasa por el ingenio, la imaginación, la creatividad.
R.D.- Y aprenden a compartir. 
L.R. Sí, por supuesto. Porque todos juntos, entre mate y mate, bizcochito y bizcochito van haciendo las cosas, preparando engrudo, pegando papelitos, pintando cosas. Aprenden que compartiendo se puede hacer de la nada algo útil. 
R. D.- ¿Cómo empezaste con esto del teatro? 
L.R. – Empecé de muy chico. Esto no lo digo para achicarme la edad. Tenía 15 años. Sabía que era mi destino. En esa época la obligación era hacer estudios secundarios y una carrera universitaria. No sé que tan bueno soy en el teatro, pero sé que hubiera sido muy mal odontólogo. En aquellos tiempos era más difícil, porque había que enfrentar a papá y mamá. Un día les dije que la culpa la tenían ellos porque habían sido los que desde pequeño me llevaban al teatro y al cine, pero sobre todo al teatro. Eran amantes del teatro. Mi abuelo había sido actor de circo, payador. ¡Algo corría por las venas! Y mis viejos al no tener otra cosa a mano usaron la resignación y me dijeron “hacé lo que quieras”. Empecé en la primera escuela de teatro que hubo en Quilmes que fue la de Bellas Artes cuando aún no estaba en la Morel. Luego seguí con Marcelo Lavalle en el Instituto de Arte Moderno.
El gran profesor para mí fue Santángelo. un director del Teatro General San Martín durante muchos años con el que aprendí mucho de teatro argentino. Era un experto en grotesco y en sainete. Él me llevó de la mano en todo eso. Y otro maestro fue el director con el que laburé durante varios años, Norberto Martín. Me dirigió en la mayor parte de las obras que hice. Allí aprendí muchísimo. Una función de teatro es mejor que diez clases, si uno sabe asimilar. Una serie de ensayo y una función ante público enseñan mucho.
Después la teoría perfecciona y, a veces, en la conducción de un profesor o en la lectura de la teoría uno descubre qué cosa es lo que estaba haciendo. Lo confirmás en la teoría. Mario Marín, en el seminario que acaba de dar, decía que lo que estaba enseñando allí, lo que trataba de transmitirnos permitirá apreciar que si bien lo formalizamos de alguna manera uno ya lo venía haciendo. Es como meterlo en una cajita y agregarle el rótulo esto se llama tal cosa. ¿Sí? ¡Después, años de trabajo y años estudiando!
Ahora, después de 4 ó 5 años de no hacer nada me puse a hacer ese seminario porque creo que es obligación. Si uno no se entrena pierde el ritmo. No se puede jugar al fútbol sin entrenamiento porque a los 5 minutos se deja la lengua afuera. Y lo mismo le pasa al actor, al bailarín, al escritor escribiendo constantemente, al pintor ejercitando su paleta. Me siento contento de tener las ganas de seguir estudiando. Es la recomendación que les hago a los chicos que estudian teatro. 
R.D.- ¿Es necesario para un director de teatro haber sido o ser un buen actor? 
L.R.- No es necesario. Yo trabajé con directores que nunca actuaron. Por ejemplo el caso de Marcelo Lavalle, fue director y Santángelo lo mismo, uno de los grandes directores que tuvimos en la Argentina, sin embargo como actores nunca fueron descollantes. Hicieron intervenciones menores en cine. De Santángelo recuerdo: “Fin de fiesta”, “La película”.  Creo que en el fondo no les interesaba la actuación porque puestos en el trabajo de dirigir eran una maravilla. La sabían todas. Ellos venían  de lo que fue el gran movimiento del teatro independiente aquí en la Argentina: Alejandra Boero, Pedro Asquini, Ricardo Passano, padre, fundador de “La Máscara”, Gandolfo, Alesso, Alberto Ure. Hoy están mucho más dispersos. En esa época estaban todos muy unidos. El curso que hice con Santángelo fue en un lugar que se llamaba “Fundación para el estudio de las artes”, donde los profesores eran, además de Santágelo, Guillermo de la Torre en escenografía, Milagros de la
Vega en actuación, Carlos Gorostiza, en dramatización, ¡Figurones!

Cuando conocí esos nombres creí que no podía costeármelo, que debía ser como ir a Mónaco. Sin embargo, para aquella época, treinta años atrás, uno con un sueldito de empleado se podía pagar el curso. Creo que hoy a los que intentan hacer eso les resulta más difícil.

R.D.- ¿Por eso, no crees que la situación económica colaboró con la dispersión de los personajes que se destacan en ese rubro en la actualidad? 
L.R.- Por supuesto. Todos estos procesos que hemos vivido han llevado a un individualismo impuesto desde afuera, para salvar la olla. Cualquiera - hasta yo mismo - se arma el quiosquito. Tengo un espacio, entonces instalo un taller de teatro para poder trabajar. En mi caso tengo la suerte de trabajar para los Talleres Barriales de la Municipalidad de Quilmes, entonces estoy contratado por ellos, pero, de otro modo, tendría que trabajar de otras cosas, que es lo que hice siempre, pero que en este momento me están vedadas. Los lugares donde yo trabajé ya no existen. Mi especialidad prácticamente está en manos de gente muy joven. Entonces me sería difícil, tampoco quiero. Para nada. Prefiero la tranquilidad del trabajo que me gusta con la alcancía menos llena. 
C.O.- Vamos a la música que le gusta a Leopoldo Russo. “La Masa”, de y por Silvio Rodríguez.


C.O.- Seguimos en “Retratos en la ciudad” indagando en esta personalidad que nos acompaña Leopoldo Russo director de teatro. 
R.D.- Leopoldo, la pregunta es la siguiente: ¿Cuáles son los directores y actores argentinos que preferís? 
L.R. - Hay una raza de directores que vienen de otras generaciones como Gandolfo, Augusto Fernández, el mismo Alesso, que son fundacionales de los nuevos; que no sólo se dedican a sus puestas en escena sino que, además, son investigadores de teatro como el caso de Ricardo Bartis, Daniel Veronese, Alejando Tantilian, Rubén Pires, a quien conozco y que es un tipo que ha hecho puestas en el Cervantes, en el San Martín, es un estudioso del teatro. Y en cuanto actores: el eterno Alfredo Alcón, a quien siempre le saco el sombrero cuando lo veo; actuales Darío Grandinetti, Miguel Ángel Sola, que le hace honor a su apellido, el de la familia Vehil, capaz de desdoblarse en personajes como los de “Casa de Fuego”, “Asesinato en el Senado de la Nación” donde interpreta esa rata de albañal que compone magistralmente; también Leonardo Sbaraglia; de las chicas: Leticia Brediche, Victoria Oneto. 
R.D. – ¿Qué me decís si te digo “Stéfano”? 
L.R.- ¡Ah, bueno! Me hace recordar muchas cosas buenas y muchas malas. Las buenas es que fue una obra que acaricié durante mucho tiempo hasta que por fin logré hacerla. Fue en el ochenta y algo, con la Comedia Municipal de Quilmes, la actuación importantísima del que era protagonista en ese momento y el resto del elenco que lo acompañaba. Creo que es una de las mejores obras del grotesco; un género auténticamente argentino. Que si bien tiene raíces por Italia es típicamente argentino y  específicamente creado por Armando Discépolo que es el autor de Stefano. El año pasado se dio en el Cervantes. Lo hizo Luis Brandoni, que es un actor que me gusta pero tengo otra imagen de Stéfano que no es precisamente la de Brandoni. Sí la vi con José Slavin. Algunos prejuicios uno tiene. Es una obra que necesita una poética muy especial. Es una tragedia nuestra muy lírica de modo que se necesita un actor que pueda dar con una cuerda muy definida y a él no se la veía. Después me arrepentí porque hay gente que la vio y me dijo que estuvo espléndido su trabajo.
Y lo malo fue que durante los ensayos de Stéfano me agarré una hepatitis y estuve cuatro meses en cama. Fue terrible porque se atrasó todo y no creo que haya podido darle a la obra todo lo que hubiera querido. Me quedó en carpeta.

R.D.- Y hablando de carpeta que obra te gustaría poner.

L.R.- ¡Tanto! Tuve el gusto de hacer en 1971 “Romeo y Julieta” dirigido por Norberto Martín, lógicamente no podría hacer hoy el Romeo, como verán, pero es un proyecto que acaricio, juntar una banda de gente muy joven en una versión muy libre, distinta, respetando el texto original pero agiornada. Shakespeare abarca todo en teatro. Todo lo que necesiten de teatro búsquenlo en Shakespeare que lo van a encontrar. Es un texto magnífico que a los chicos les despertaría muchas cosas. Es uno de mis tantos. 
R.D.- ¿Recordás “El Zoo de Cristal”? 
L.R.- ¡¡Sí!! Lo hice en la Colón, dirigido por Hugo Molina, fue una de sus primeras obras. Y tuve el gusto de hacer un personaje hermoso, el Tom, el hermano... 
C.O.- Hugo Molina inauguró nuestro ciclo. 
R.D.- Hablame sobre esta gacetilla que nos trajiste del Generador; ya no La Usina. 
L.R.- El Generador va a remplazar el otro nombre que tenía este espacio de cultura donde colaboré, allí en Saavedra 132, entre San Martín y Moreno, y con este nuevo nombre, pronto vamos a estrenar “Desde la lona” de Mauricio Kartún. Para nosotros Kartún es un muy querido autor actual. Nuestro elenco se llama “El Partener” justamente porque la primera obra que hicimos fue esa, “El Partener” de Kartún. Él nos abrió puertas. Mauricio en una oportunidad me regaló el libro “Desde la lona” y de cabeza lo hicimos. Primero con muy pocas funciones en lo que era “El Galpón de la Comedia”, aquí cerca, en Tucumán y Vicente López. Y como no la vio mucha gente decidimos con el mismo elenco del 99 reponerla. Es bellísima, entretenida, que pasa del humor a la crueldad y que habla de la esperanza. Es un grotesco también.    
R.D. - Agradecidos Russo por tu visita, te despedimos. 
C.O.- Y nos tendrás de público en “Desde la lona”. 
L.R.- La disfrutarán. Les agradezco a ustedes pues me gusta mucho la radio. Y en esta tuve un programa una vez. 
El próximo martes 12 de noviembre de 2013, en Casa de Arte Doña Rosa, Colón 279, A LAS 20 hs. se hará un homenaje a Leopoldo Russo donde están invitados todos quienes fueron sus amigos, alumnos, público y quien quiera acompañarnos en este TRIBUTO.
Chalo Agnelli, co-autor del libro "Retratos en la Ciudad"
con Ricardo Debeljuh
 

UNA NUEVO ANIVERSARIO DE LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE QUILMES

El próximo sábado 2 de noviembre la Escuela Normal de Quilmes,  festejará en su establecimeinto de Mitre entre Colón y Conesa, un nuevo aniversario de la fundación de esta Institución quilmeña que el año pasado cumplió un Centenario.
EXANQUI, la Comisión de Ex Alumnos, como lo viene haciendo hace varios años, hará entrega, a partir de las 17 hs. de medallas a los ex alumnos que cumplen 50 años de egresados, promoción
1963, y a los que cumplen 25 años, promoción 1988.
La escuela Normal de Quilmes nació como una institución de la democrácía, de la voluntad y el trabajo del pueblo llano, promovida por el benemérito maestro  Atanasio Antonio Lanz, un prohombre que hizo "Escuela" a lo largo de su prólífica vida, la mayor parte de ella, dedicada a este Sur nuestro: Quilmes, Berzateguio y Flortencio Varela
EXANQUI formado por una escaso grupo de ex alumnos hace un trabajo denodado para reunir en el tiempo y en el espacio a los alumnos que pasaron por la Escuela y que cumplen el 50º y 25º aniversarios de haber dejado las aulas cargando una formación que determinó una parte de sus vidas y el recuerdo - y hasta la amistad - de quienes fueron sus compañeros y sus educadores. La organización del evento que también reviste dedicación extrema, para los que amamos la escuela y lo que nos dio, redunda en una fiesta. 
Hoy aquel sueño forjado un 23 de octubre de 1912 es además de la Unidad Académica Escuela Normal Superior de Quilmes “Alte. Guillermo Brown”, el Jardín de Infantes Nº 104, la E.E.Primaria Nº 84, la E.E.Secundaria Nº 20 y el I.S del Profesorado Nº 104. 
Además de las promociones convocadas EXANQUI invita a toda la comunidad a este acontecimiento. La entrada es libre y gratuita. 


Por EXANQUI
Chalo Agnelli

martes, 29 de octubre de 2013

“RETRATOS EN LA CIUDAD”

Es un libro de reportajes radiales realizados por Cristina Oller y Ricardo Debeljuh y llevados a la letra escrita por Chalo Agnelli, editado por Ed. Jarmat, fue presentado el jueves 19 de octubre 2006 – 20:30 hs en el Colegio de Abogados – Alvear 414 e/ Colón y 9 de Julio  - Quilmes


PROLOGO



    Una idea rondaba en mi cabeza. Quería comenzar a plasmarla, aunque no tenía totalmente definido cómo hacerlo. La cuestión era lograr que un espacio radial cobrara “vida propia”.
Entendí que junto a un entrevistado podía llevarlo a cabo. Su historia, sus palabras, vivencias y proyectos encontrarían el lugar que necesitaban para manifestarse.
Lograr esto que denomino sueño, también llevaba consigo un desafío. Unos meses antes, me había contactado con una locutora para que grabase cortinas, separadores y avances publicitarios, para un programa radial llamado “Memorock”, que comenzaba en esos días de diciembre del 2002. Su nombre Cristina Oller, quien, no sólo, es una “voz bonita”, como suelo decir; es una persona íntegra, de primera clase.
Pasó el verano y ya tenía ganas de definir el anhelado proyecto. Entonces aconteció que manejaba por una calle de Quilmes, cuando la veo a Cristina paseando su perro San Bernardo. Fue instintivo el frenar, bajar la ventanilla y comentarle: “estoy por comenzar algo en la radio con un invitado en vivo que tenga que ver con la ciudad; si querés acompañarme lo hacemos, pensalo y te llamo”.
Poco tardamos en ponernos de acuerdo, preparar la estructura y salir al aire. Fue en abril del 2003. El nombre lo elegí con Cecilia, mi mujer, una noche después de la cena. ¡Ya tenía cómo llamar a esta nueva propuesta! ¡“Retratos en la ciudad”!
El programa debía tener como premisa, el respeto y la amabilidad hacia el entrevistado; que sintiera que podía expresar su sentir, sus ideas y pareceres ante dos personas en una charla informal que, aunque hubiera un micrófono delante, el ambiente fuera el de tres personas en una charla de Café.
Por eso coincidimos con Cristina que consultaríamos al entrevistado previamente qué música prefiere y qué le gustaría beber durante la charla.
Así lo hicimos. Fuimos aprendiendo mucho en la marcha. Fue una ida y vuelta que, estimo por los más de cien invitados, funciona de manera natural y proyectiva.
Hoy es un programa que funciona como pretendemos gracias al trabajo responsable y la calidad humana y cultural  de Cristina Oller. También de los operadores que colaboran con felicidad, el apoyo de la dirección de la radio, y el convencimiento de quien escribe estas líneas.
Este libro es una consecuencia de los momentos vividos en el estudio de la radio. Tan solo un pequeño número de entrevistas de las tantas personas que pasaron por allí generosamente para compartir su visión única e irrepetible de la vida.
Las desgrabaciones y los textos los trabajamos con Chalo Agnelli. Él fue una de las primeras figuras invitadas cuando presentó su libro de cuentos quilmeños “Historias de más acá”. Así lo conocí como escritor, como educador e investigador de nuestra historia local; y lo convoqué por su indiscutible capacidad literaria, pero sobre todo por su calidad humana, por ser un gran tipo.
Esperamos transmitir, al menos, una parte de lo vivido en cada charla y reconocer a un parte de toda esa gente que dio sus creaciones, su obra, una parte de su vida a este Quilmes nuestro.
  Ricardo Debeljuh

ÍNDICE
1.     ALDO SEVERI
2.     ÉLIDO SCIAN
3.     OSCAR POMETTI
4.     RODOLFO BINELLI
5.     JULIO LACARRA 
6.     DANIEL ALBERTO KARINKANTA 
7.     MIGUEL ÁNGEL MORELLI 
8.     MONO LÓPEZ 
9.     MANUEL OLIVIERA 
10.  OSCAR TACHO SOTO 
11.  JUAN BAUK 
12.  SONIA OTAMENDI 
13.  OSCAR STÁFFORA 
14.  HORACIO LIÑAN 
15.  EDUARDO ROUILLET 
16.  CLAUDIO PÉREZ 
17.  RICARDO SOULÉ 
18.  HUGO MOLINA 
19.  ROBERTO MONICAT 
20.  MARCELO MARCOLÍN 
21.  LEOPOLDO RUSSO 
22.  VICTORIA MORAN 
23.  NESTOR ARIAS 
24.  HUGO YORI 
25.  JULIO URRUTY 
26.  FERNANDO SAN MARTIN 
27.  LILIANA GUARAGNO 
28.  ERIK OLLER
29.  MARTINIANO MOLINA 
30.  MARCELA OTEGUI 

 A MANERA DE COLOFÓN 

Aparentemente la filosofía de vida de cada persona se gestaría como relativa a la época en que se ha vivido, pero esto es una parte de la totalidad. Muchos son los materiales que levantan el edificio de un pensamiento humano, de una actitud de vida: la historia precedente y contemporánea, el ambiente, la educación recibida y lo aprendido, lo oído, las lecturas, las influencias, las semejanzas, las ideologías frecuentadas, etcétera, etcétera. Así el individuo se va impregnando gradualmente de fondo y forma que lo hacen único y indivisible entre los demás y su pensamiento es, tan o más valioso, que no se necesita descollar en el discurso filosófico para dar desde su mensaje, por más simple que parezca, enseñanza al oído atento. 

“Somos una consecuencia de lo que hemos vivido, sobre todo en la infancia“ (Aldo Severi) 

“La Cultura es una cuestión universal que tiene que reflejar la situación concreta del ser humano y su relación con la sociedad.” (Claudio Pérez) 

La poesía me asalta. Uno siente que hay una voz que empieza trabajar adentro, que no se la reconoce ni se sabe de dónde viene, pero lo concreto es que se instala y luego viene el alumbramiento.” (Miguel A. Morelli) 

“... creo que el sentimiento de patria de patriotismo pasa por otro lugar que tan sólo decir “yo amo la Argentina”. Uno ama el lugar donde vive; las 20 ó 30 cuadras alrededor del lugar donde uno nació, donde está la propia familia, los amigos. Ese lugar para mí es Quilmes.” (Martiniano Molina) 

La masacre de Afganistán, la masacre de Irak que continúa, el genocidio que está cometiendo el gobierno autoritario de Israel con el pueblo palestino y muchos otros espantos similares no difieren demasiado de lo que fue el espanto de Vietnam o lo que fue el genocidio nazi. La guerra en cualquiera de sus manifestaciones es terrible.” (Oscar Staffora) 

Apagá la tele, encendé un libro.” (Cristina Oller) 

“Es realmente viejo el que pasa el día sin aprender nada.” (Rodolfo Binelli) 

Y lo nuestro fue aprender con los otros. Aprender de la filosofía de vida que trazan Y transitan los otros. Trabajar estos reportajes nos enseñó del valor incalculable de “escuchar”.La historia de una vida es la historia del medio, de una cultural y de la comunidad que contiene al individuo.  El retrato es la fijación de una persona en un momento, a una edad, con un entorno de circunstancias determinadas que van apareciendo en la memoria de la gente cuando se topan con él en algún álbum viejo o dentro de una caja de zapatos donde se suelen amontonar fotografías que sacamos con amor y a las que volvemos con nostalgia - cosa propia del amor cuando el tiempo lo atenúa -. Pero el retrato es algo incompleto por sí mismo. Tiene que aparecer algún testigo del retratado para poner el condimento de la anécdota, para los detalles de la vida allí plasmada en un segundo de luz. Por eso el retrato hablado da fe del pensamiento y obra de cada uno. Estos Retratos en la ciudad, derivados del programa radial de la RK FM 91.5, son testimonios de la vida; testimonios de mujeres y hombres en la plenitud de su energía creadora, que sostienen, generan y transforman la Cultura de nuestra ciudad. Comprometidos con su propia vida, con la Vida. Cristina Oller, con su voz seductora y su apreciación profunda de la gente; y Ricardo Debeljuh, con su llaneza y cordialidad, ambos auténticos y cálidos, saben de los valores de la gente.


Coordinador y compaginación CHALO AGNELLI

LA COLONIA: EL DORADO, LA MATERNA, LA BELLA VISTA, HORNOS Y LAGUNAS

Se concluye con esta nota el segundo capítulo del libro "LA COLONIA DE VALERGA  - HISTORIA SOCIAL DEL SEGUNDO BARRIO DE QUILMES - 1874- 1974"
Chalo Agnelli
EL DORADO 
Fue una chacra instalada en 1880 por Carlos Dorado, proveniente de Bolivia, donde tuvo minas de plata en Tarija. Había conocido el lugar por un amigo compatriota el Dr. Quijarro, que fuera cónsul de aquel país en Buenos Aires y residía la mayor parte del año en Quilmes. Su esposa Federica Dorman de Quijarro fue una altruista dama, creadora, junto con Juana Gauna, del primer hospital que tuvo el pueblo y protectora de la educación. Dorado levantó una suntuosa casona que hoy es escuela agraria, sobre la Avda. La Plata con entrada en la esquina de Laprida. La propiedad que, junto con la suntuosa casona, adquirió años después Carlos Hillner y Decoud, socio de Otto S. Bemberg en emprendimientos inmobiliarios, fue donada al gobierno de la provincia de Buenos Aires por aquel y en parte de sus instalaciones se creó el Museo del Carruaje.
(Ver.:http://elquilmero.blogspot.com.ar/2011/11/carlos-hillner-y-decoud.html) 
LAS CHACRAS “LA MATERNA” Y “LA BELLA VISTA” DE ROBERTO NALDER CLARK 
En el actual Quilmes Oeste, donde hoy está el supermercado Jumbo, específicamente, había una finca frutícola  “La Excelcior”, de 30 ha, desde Calchaquí, hasta Avda. La Plata y desde la calle Gutiérrez hasta Craviotto, propiedad de Roberto Clark, un anglo-quilmeño descendiente de Robert Nalder Taylor que asociado con Juan Isidoro (o Isidro) Clark, instaló uno de primeros empresario de saladeros que hubo en la zona sur; “Pertenecían al grupo de paisanos que (Agustín) Wright convocó a partir de 1789, para instalarse con fábricas de carne salada en la Ensenada de Barragán. Lo siguieron los Staples y los Mac Neal. Luego, el francés Pedro Duval se asoció con Juan Isidoro Clark con dicho fin.” [1] 
Roberto era hijo de Juan Clark Watson, quien en 1855 fue electo municipal por sufragio, en las primeras elecciones que se realizaron para crear primera corporación municipal después de la supresión de los Cabildos en 1821. 
Juan Clark vendió a la municipalidad las tierras donde hoy se halla el cementerio en Ezpeleta y creó el cementerio disidente en tierras por él donadas, como señala un monolito que se halla a la entrada de dicha necrópolis.
Roberto N. Clark
En sus establecimientos saladeriles, al surgir la conservación en frío, [2]  se dedicaron a la industria agro-ganadera. En La Materna y la Bella Vista tuvo extraordinaria pujanza la producción frutícola.
Roberto N. Clark heredó esos campos. La Bella Vista estaba a la altura de la Avda. Calchaquí y Gutiérrez hacía el NE, que algunos confunden con la fonda “La Bella Vista” de Luis Arribas, que se hallaba en la avenida Calchaquí y Triunvirato, esquina NO, uno de los edificio más viejos de Quilmes, de dos plantas asentado en paredes de barro de 60 cm de espesor con almacén al frente, despacho de bebidas, cocina, dependencias y 8 habitaciones en el piso superior. El vivero Excelsior y La Materna, fueron las 41 hectáreas originales de Roberto Clark, de las cuales, como se verá, 29 ha compra luego el Sr. Lamoglia.
El periódico La República de (circa) 1923, se explaya ampliamente sobre Roberto, último dueño de La Materna:
 […] “El señor Roberto N, Clark [3] fue un técnico en el verdadero sentido del vocablo. Técnico formado en el yunque de labor y que, dotado de un alto espíritu de iniciativa, continuó mejorando y seleccionando constantemente los trabajos iniciados por sus antecesores, los emprendedores hermanos Juan y Eduardo Clark, arribados a nuestras playas hace aproximadamente un siglo.
Casona que fue de la familia Clark, luego de  la familia Ctibor y finalmente Escuela  Normal Nacional de Quilmes (ISPN°104)
El señor Roberto Clark era argentino, nacido en Quilmes el año 1848 y en ese mismo punto donde poseía un establecimiento modelo dedicado a la arboricultura inició sus trabajos para el mejoramiento de frutas en general, especialmente de duraznos y ciruelos, Empezando sus ensayos en la quinta La Materna de su propiedad […] De un artículo que tenemos a la vista, escrito por el extinto señor Clark entresacamos las siguientes líneas: ‘Como no fuera posible conseguir las variedades requeridas en el país, entablé correspondencia con los productores famosos en países extranjeros consiguiendo reunir en los primeros años un número considerable de las variedades reputadas excelentes en California, Australia, Nueva Zelanda y Colonia del Cabo, las que se cultivaron con esmero hasta producir sus frutos; luego descartando las inferiores, retuve, solamente las adecuadas a nuestra tierra, clima y necesidades de plaza. He continuado este método con perseverancia hasta el presente, consiguiendo así los mejores frutales a mediada que los expertos como el afamado Burbank, [4] llamado `El brujo de la naturaleza’  y otros dan a conocer los maravillosos resultados de sus estudios y descubrimientos…’ […] En la propiedad que fue del señor Clark en Quilmes, existe una colección de más de 150 variedades y clases de frutas. Los montes permanentes para la producción de frutas alcanzan a 20.000 árboles en una extensión de 35 hectáreas y su producto en el pasado año (1919) a 135.000 kilos que es el resultado en años normales. En el concurso y exposición de frutos organizado en 1919, le fue otorgado medalla de oro por la presentación suficiente estimulo para hombres que, como el extinto señor Clark han seleccionado, estudiado y combatido con éxito por espacio de medio siglo las diversas plagas que como cortejo lógico del excesivo refinamiento, atacan a las plantas frutales […] Los herederos del señor Clark tienen en el partido de General Villegas un establecimiento de campo importantísimo por su extensión, por la cantidad y calidad de las haciendas que los pueblan. Se compone ‘La Providencia’ [5] que así se denomina el establecimiento, de 2.200 hectáreas, más o menos, prolijamente alfalfadas, divididas en 24 potreros y en ellos una cantidad de hacienda que alcanza a 2.000 vacunos Durham, 500 lanares Rambouillet y 120 yeguarizos de raza Clydesdale. El establecimiento fundado por el finado señor Roberto N. Clark en 1880, tiene como linderos a los señores Chavarri, E. Clark, Drabble y otros y está dotado de casa habitación escritorio, casa para peones, galpones para toros, etc. La producción de leche se expende para lecherías. 
Fue el señor Roberto N. Clark, Juez de Paz y Concejal de Quilmes; perteneció además a la Sociedad Rural Argentina, Confederación Argentina del Comercio, la Industria y la Producción y Asociación Protestante de Quilmes.
Fue casado con la distinguida señora Enriqueta Hilliard [6] argentina y de este matrimonio existen ocho hijos de uno y otro sexo. Culto e instruido, viajó por diversos puntos del viejo continente.
Séanos permitido, para terminar, recordar que el señor Clark fue el primero en enviar fruta argentina a Inglaterra remitiendo a ese país dos o tres remesas de duraznos de su producción, los que fueron vendidos en el mercado de Covent Garden de Londres, al excelente precio de dos pesos oro por docena… 
Roberto Clark murió el 12 de noviembre de 1909 a los 86 años. Fue su medianero Vicente Chinelli, seguido por sus hijos, hasta que los descendientes de Clark vendieron la propiedad en 1920. 
Don Roberto Chinelli, descendiente de los Chinelli medianeros de don Roberto Clark, en su rosedal de la Av. Calchaquí y la calle Luisa Bertana.
EL HORNO “LA QUILMEÑA” Y OTROS 
La actividad industrial iniciada por la Cía. Otero en tierras de Risso, la siguió Hugo Redlich & Hnos. con la razón social “La Quilmeña”. Se ingresaba por la calle 12 de Octubre, más o menos a la altura de Bernardo de Irigoyen.
Cuenta don Manuel Ales, que los Redlich, en 1888, sacaron por encargo municipal los eucaliptos de la plaza principal (hoy San Martín) para utilizar la leña para su horno a un costo de $ 0,50 cada planta. Fue a partir de ese año que la Cervecería Argentina Quilmes comenzó a plantar los cimientos de su fábrica.
La demanda, con la instalación y constante ampliación de la CAQ, había aumentado mucho y no había leña suficiente para la fabricación de los ladrillos.
Fueron muchas las empresas de hornos de ladrillos que se instalaron por esas fechas en La Colonia y el oeste de Bernal. En la calle República del Líbano (antes Santiago del Estero), próxima a la avenida La Plata - según contaba el Dr. Migone – estaba el horno de Domingo Díaz. Este empresario para transportar los ladrillos hasta la calle Baranda había extendido vías Decauville junto a la vereda sur de República del Líbano, que se conectaban con la línea de tranvías 22  a la altura del Cambio Intermedio, frente al actual Sanatorio Modelo.
En el extremo sur de esa parada a unos 15 m de Rep. del Líbano y del almacén de Lerda, había una casilla, refugio de madera y chapa, para proteger a los pasajeros que aguardaban, en caso de lluvia o de solazos extremos.
El 11 de enero de 1908, Domingo Díaz fue autorizado por la municipalidad para utilizar una pequeña locomotora a vapor, para la tracción de las “zorras” entre el horno y el Cambio Intermedio. La locomotora era la atracción de la muchachada de la zona que se hacía la “rabona” (inasistían a la escuela) para hacer viajes de colados en las vagonetas. 
LAS LAGUNAS, CAVAS Y AGUADAS 
Continúa su relato recogido de la historia oral el Prof. Manuel Ales, refiriéndose a las lagunas o aguadas. Eran excavaciones para obtener tierra para la fabricación de ladrillos, que con las reiteradas lluvias propias de la zona, no tardaron en transformarse en verdaderas lagunas. La más renombrada era “La Laguna de Risso”, en las tierras de Celestino Risso, ubicada, aproximadamente, desde Bernardo de Irigoyen a Vicente López y de la calle Perón a Corrientes. Allí comenzaba la quinta de Fornaroli que tenía un gran depósito de agua en la esquina de Corrientes y Sáenz Peña utilizada para regar sus cultivos a través de acequias.
Otra laguna, también en los terrenos de Risso, estaba junto a la calle 12 de Octubre entre Bernardo de Irigoyen y M. Quintana, 20 metros hacia el norte. Como llegaba hasta la casa de la familia Celasco, se la conocía como “La Laguna de Celasco”.
La tercera era “La Laguna de Rivas y Montaldo” ubicada, aproximadamente, desde Baranda hasta Larrea y desde Primero de Mayo a B. Pérez Galdós. 
En la manzana comprendida entre las calles Rodolfo López, Andrés Baranda, Bombero Sánchez y T. de Alvear se formaba una laguna con las aguas que, después de las lluvias, venían de la zona que hoy es Villa Armonía. Esta propiedad acuática era de la familia Giaimo, por esto la llamaban “La Laguna de Giaimo”.
Investigación Prof. Chalo Agnelli
Docente, escritor, historiador y bibliógrafo
Autor del libro arriba mencionado de donde se tomó este texto.
FUENTES 
Agnelli, Héctor. "La Colonia de Valerga - Historia Social del Segundo Barrio de Quilmes - 1874/1974 – Historia social del segundo barrio de Quilmes" Ed. Tiempo Sur. Quilmes, 2010
 VER
1ª nota LA COLONIA. ORIGEN CATASTRAL. LOS PRIMEROS CHACAREROS
2ª nota LA COLONIA - EVOLUCIÓN CATASTRAL E INSTITUCIONALIZACIÓN
3ª nota LA COLONIA - LA CHACRA DE RISSO Y EL HORNO DE LADRILLOS DE ONETTO - LOS RISSO
4ª nota LA COLONIA - LA CONTAMINACIÓN EN UNA LAGUNA PRÓXIMA A LA ESTACIÓN - 1881
NOTAS 

[1] V. “Migraciones” de Chalo Agnelli.
[2] V. “Cuaderno de Identidad I” de Chalo Agnelli.
[3] Del periódico La República (circa) 1923, colaboración del  bisnieto de Clark, Roderik Cameron de Mar del Plata. Ver “Migraciones- cuatro colectividades quilmeñas – cinco familias para una historia social”. de Agnelli, Ch. Ed. Jarmat – 2006.
[4] Luther Burbank (7/3/1894- 11//4/1926) Botánico, horticultor y pionero en ciencias de la agricultura estadounidense. Produjo y desarrolló más de 800razas y variedades de plantas en más de 55 años de carrera. Sus creaciones incluyeron frutos, flores, granos, pastos y verduras. Creó una variedad de cactus glabro (útil para la alimentación vacuna (http://es.wikipedia.org) 
[5] En 1923 administraba la estancia “La Providencia” el Sr. Arturo T. Clark, uno de los hijos de Roberto Nalder. 
[6] Roberto Clark, hijo de Edwin y de Mary Taylor, se casó en primeras nupcias con su prima María Taylor hija de Robert Taylor y Susan Nalder. Enriqueta nació en Buenos Aires el 1/7/1852. Hija de Anne Lindsey Bell y de George, nacido en Londres en 1824, llegado a Buenos Aires en 1844 en el buque “Fame”, fallecido el 14/6/1852 un mes antes que naciera su hija. Vivían en la calle Reconquista 117 de la Capital Federal.


MURAL EN HOMENAJE A SEIS DESAPARECIDOS DURANTE LA DICTADURA (COLABORACIÓN)



INICIATIVA ES DE LOS ESTUDIANTES DE LA ESCUELA SECUNDARIA Nº 49


El sábado 26 de octubre, en Condarco y Corrientes, en la zona oeste del distrito, se inauguró el mural homenajeando a seis detenidos desaparecidos a manos de la última dictadura cívico-militar. Se trata de Raúl Mattarollo, Daniel Munne, Graciela Di Piazza, Luis Laporte, Derick Gillie y Douglas Gillie.  Cinco de ellos eran quilmeños y el restante vivía en Capital Federal, pero todos tienen en común haber sido vecinos, familiares o amigos de vecinos del Barrio 12 de Octubre. También coincide que sus desapariciones se produjeron entre julio y septiembre de 1977. 

Esta iniciativa se realizó en el marco de las actividades que llevan adelante los estudiantes de la Escuela Secundaria Nº 49, sita en Amoedo Nº 1256, quienes participan del Programa Jóvenes y Memoria, coordinado por la Comisión Provincial por la Memoria. Las docentes a cargo de la misma son las profesoras Leonor Romero y Viviana Buscaglia.  Estuvieron presentes familiares, vecinos y amigos, la subsecretaria de Derechos Humanos de la Comuna Lila Manuwal; la concejala Susy Paz; la inspectora jefa distrital, Nancy Espósito; referentes de las Agrupaciones Granate, Celeste y Marechal del SUTEBA; autoridades de la Sociedad de Fomento 12 de Octubre y adhirieron el Centro Paulo Freire y el Colegio de Trabajadores Sociales de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela.

 Octubre, 2013

FUENTES
DOCENTES DE QUILMES

Ver: MEMORIA Y TESTIMONIO - LOS DESAPARECIDOS DE QUILMES - miércoles, 23 de marzo de 2011 http://elquilmero.blogspot.com.ar/2011/03/memoria-y-testimonio-los-desaparecidos.html

domingo, 27 de octubre de 2013

LA COLONIA - LAS CHACRAS - VILLA ARMONÍA



CHACRAS DE LA COLONIA
Luego de la subdivisión del agrimensor Mesura varias chacras de La Colonia cambiaron de manos en 1840 a pedido del presidente de la Comisión de Solares don Belisario Otamendi. Según los planos que se hallan en el Archivo de la Dirección de  Geodesia del Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires, sito en la ciudad de La Plata: 
La chacra N° 7 de Giráldez [1] (Hipólito Yrigoyen, Rep. del Líbano, V. López y R. López), al NE de esta propiedad, hasta, aproximadamente, la calle Liniers en Bernal, había un frondoso monte de eucaliptos, tierras de la familia del mazorquero Cuitiño. Según cuenta el historiador Prof. Manuel Ales a causa de este bosque se sucedían muchos accidentes ferroviarios pues en ese mismo lugar la vía tiene una curva que impedía a los desprevenidos avistar u oír a tiempo al tren. Con esta curva se pretendía acercar la estación al centro del pueblo, pues de otro modo hubiera quedado en un área despoblada en esa época Vicente López y C. Pellegrini. Todavía la calle Rivadavia no era una arteria comercial, estaba poblada de quintas desde Lavalle hasta H. Yrigoyen. 
La N° 8, propiedad de Leonardo Pereyra (letra A en el plano) luego adquirida por la familia Navarro Viola, a quienes la compró la municipalidad para crear la plaza Aristóbulo del Valle. [2] 
La Nº 9, que según el loteo de 1856 perteneció al preceptor Martín Cristoforetti, que cedió las tierras que ocupa la estación y a quien la municipalidad le compró la manzana que ocupa la plaza William Wheelwright, [3] para homenajear a este ingeniero norteamericano que trajo el tranvía a Quilmes el 18 de abril de 1872. 
La N° 10 perteneció al Dr. Wilde, la adquirieron los Bemberg para instalar su empresa, primero la mitad que corta actualmente Aristóbulo del Valle ya que las otras cuatro manzanas sobre V. López  pertenecían a particulares, entre ellos a don Santiago Valerga. Hoy estas manzanas también pertenecen a la Cervecería Quilmes. 
La N° 13 de la Flía. Navone (Rep. del Líbano, A. Baranda, R. López y V. López) con casa (aún existente) en la esquina SO de Vicente López e Int. Oliveri. 
La N° 14 de Eduardo Maffei y Elena S. de Saborido (R. López, A. Baranda, C. Pellegrini y V. López) 
La N° 15 de Celestino Risso
La N° 16 (12 de Octubre, A. Baranda, F. Amoedo y V. López, cuyas calles al SE se abrieron como se indicó)
La N° 19 (Rep. del Líbano, Urquiza, R. López y A. Baranda) 
La N° 20 de la Flia. Soldati (R. López, Urquiza, C. Pellegrini y A. Baranda) en la esquina de Baranda y R. López había una laguna. 
La N° 21 de la Flia. Pini (C. Pellegrini, Urquiza, 12 de Octubre y A. Baranda) 
La N° 22 (12 de Octubre, Urquiza, F. Amoedo y A. Baranda; la primera que se dividió en manzanas con calles interiores de 16 varas de ancho) era de Manuel Basigalup [4] que en 1851 la adquirió a Tomás Giráldez y Eugenia Muñoz, los que en 1840 la habían comprado a Julio Marenco (o Marengo). Fueron herederos de Basigalup: Juana Basigalup, Gerónimo Basigalup, Juana Scott de Basigalup y Domingo Basigalup y Scott. 
La Nº 32 perteneció a la familia Cintioni propietarios de un tambo. Parte de las chacras de las familias Basigalup, Lassalle y Huisi, N° 22; 28 y 29 respectivamente, es lo que hoy se denomina barrio de Villa Elsa.
Ya afuera del radio acotado para desarrollar este trabajo histórico, en la chacra de Rosignoli, se construyó a partir de 1923, la Villa Argentina. Aún prevalece la vieja casona de esa familia sobre la calle Amoedo.
Otras chacras figuran con el nombre que sus propietarios les dieron, como Villa La Perla; circunscripta entre las calles República del Líbano Urquiza, Lamadrid y Martín Rodríguez.
Una chacra vecina a La Colonia, la Nº 30, perteneció a José Martiniano Otamendi y Videla Pelliza, hijo del fundador de la familia Otamendi en el Río de la Plata, Juan Bautista Otamendi y Goicochea. Fue de los primeros en afincarse después de la subdivisión del agrimensor Mesura. Se ubicó entre las calles Rodolfo López, Martín Rodríguez, Rep. del Líbano y Avda La Plata. En 1839, uno de los hermanos de José Martiniano, Eladio Pastor, fue juez de paz del Pago de la Magdalena y tuvo chacra en el distrito. 
José Martiniano, quien también fue juez de paz en Lobería, compró la mitad de la testamentaria Ponce en las manzanas que, en el siglo XX, ocupó la empresa textil Bernalesa.[5] 
En estas propiedades trabajaron los primeros inmigrantes que llegaron al barrio como peones, medianeros o arrendatarios.
La medida de las chacras era en varas según lo había establecido Mesura, de modo que cuando se hacen las subdivisiones y loteos se determinó trazar manzanas en varas lo que obligó a los propietarios a parcelar lotes chicos. Esto fue advertido por algunos vecinos como Pastor Valle que pidió hacer el loteo de su quinta “El Refugio” en metros.
Vista aérea de lo que fue la fábrica textil "La Bernalesa", en la chacra que se conocío como "Villa la Perla".
LA CHACRA DE VILLA ARMONIA
 Plaza de Villa Armonía. Propiedad de los hermanos Fiorito que donaron a la municipalidad. Aquí se iba a instalar el Hospital de Quilmes, pero desinteligencias con la Sociedad de Beneficencia pro-Hopital de Quilmes y con el Dr. Isidoro Iriarte en persona obstaculizaron este proyecto.
Sin bien este trabajo cierra su linde al oeste en la calle Urquiza bien vale recuperar la historia de Villa Armonía, barrio en formación a orillas deLa Colonia, para comprobar la evolución demográfica, social y económica que se desarrolló en toda la zona durante el siglo XX.
 La chacra Nº 26, compuesta por las 16 manzanas otorgadas a Pedro Esteban Ramírez según el plano del agrimensor Francisco Mesura, circunscripta entre las calles Urquiza, Pellegrini, Martín Rodríguez y Rodolfo López ya a fines del siglo XIX tenía el nombre de Villa Armonía, nombre que lleva la plaza de esa zona.
A principios de siglo vivía en la zona la familia Labarengo en una casa de chapa. Era vecino suyo Martín Ríos, conocido en la zona como “cuchillero”, adicto al juego, al alcohol y a las mujeres bellas.
En el plano de estas 16 manzanas hallado en el Archivo Levene no figura el nombre del propietario a quien la compran la firma firma Fiorito Hnos. y Sambrizzi que iniciaron en 1926 el loteo de 50 lotes en la zona con una base de $ 3.- por mes y una casa en el lote 31 de la manzana “J” por $ 25 por mes con dos habitaciones, dependencias y bomba en 120 mensualidades. Aun no había agua corriente, ni cloacas, ni gas natural, ni asfalto.
El remate se realizó el 10 de enero de ese año a las 16 hs. La propaganda decía que el barrio, ex chacra, tenía a cuatro cuadras el tranvía eléctrico Nº 22 que comunicaba Quilmes con la Capital Federal y a tres cuadras de la Curva de Lemos (Pellegrini y Baranda), “paraje”, así lo llama, aún no llegaba a “barrio”, con luz eléctrica y próximo a la fábrica de la CAQ y a la estación. Anuncia que se estaba terminando de “macadamizar” la calle R. López constituyéndose en el “gran camino general de Lomas a Quilmes”, aquel que el Dr. José Antonio Wilde, siendo municipal, trazó.
Agregaba la publicidad: “Compare la diferencia en la inversión de los pesos que tira en alquiler y el beneficio que le representa la colocación de ese mismo dinero adquiriendo un lote y edificando su propia casa.” Se otorgaban préstamos de $ 250 para hacerse una casa de una habitación y cocina y $ 300 por casa de dos habitaciones y cocina todo de material, reembolsables en mensualidades. También se vendían los ladrillos. Por cada 10.000 $ 5 ó $ 6, según la calidad, pagaderos en 120 mensualidades. La firma tenía oficinas en la calle Florida 316 de la Capital Federal.
Gracias al aporte hecho por la familia Alonso que facilitó para esta investigación un folleto [6] de esa promoción publicitaria que llegó a manos de sus antepasados para comprar tierras en la zona, podemos conocer algunos de los pioneros e inversores que la poblaron, antes del loteo de 1926.
Manzana “C” (Tucumán, Urquiza, I. Malvinas y V. Sarsfield) sobre la calle Malvinas, los Polizzotto y los Llamas.
Escuela Nº 83 (ex 36 Láinez)
Manzana “D” que sigue hacia Pellegrini, propiedad de Luis Fornaroli; allí, en la esquina NO de Urquiza y Pellegrini estuvo la bodega de la familia Castelli, luego escuela Láinez Nº 36, hoy la escuela primaria provincial Nº 83 (Ver.: http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/09/esther-crisci-de-teson-maestra.html)
Manzana “E” (I. Malvinas, V. Sarsfield, C. Pellegrini y B. Parera) sobre V. Sarsfiled a mitad de cuadra, el lote de Rosario Zambrano y sobre B. Parera en la misma ubicación el de Bonilauri.
Manzana “F” (Tucumán, V. Sarsfield, I. Malvinas y B. Parera) en la esquina de Tucumán y B. Sarsfield, dos lotes de Viglino, que debió ser un inversor, sobre I. Malvinas, J. Bardi y sobre B. Parera, en la esquina, tres lotes de Rodríguez propietarios de la almacén y fonda Las Chacras; le sigue la familia Cabrera, de origen canario, llegados al país, aproximadamente, en 1900, atraídos al pueblo por la numerosa colectividad de esas islas en la localidad; lindero el lote de P. Hernández.
Manzana “G” (B. Sánchez, V. Sarsfield, Tucumán y B. Parera,) en la esquina de B. Sarsfield y B. Sánchez, lote muy grande era propiedad de Luisa Corvillo y José Gandulffi, a su lado sobre V. Sarsfield, R. Sbattoni (o Sbuttoni); sobre B. Parera las propiedades de Piedras y Mujica, donde estuvo el Club “Villa La Armonía”, y sobre B. Sánchez la de J. Taraglio.
Manzana “H” (R. López, V. Sarsfield, B. Sánchez y Blas Parera) sobre al calle R. López, Viglino.
Manzana “I” (R. López B. Parera, B. Sanchez y O`Higgins,) sobre O´Higgins las familias Spelzini y de José Martínez.
Manzana “J” (B. Sánchez, Blas Parera, I. Malvinas y O´Higgins) en la esquina de O´Higgins y B. Sánchez tres lotes de Viglino, sigue sobre esta última calle el lote de Borrano, sobre B. Parera, Fosatti y Raivaldi y sobre O´Higgins, F. Diarna.
Manzana “K” (Tucumán, B. Parera, I. Mailvinas y O´Higgins) dice la propaganda “reservado para hospital" pues allí habían propuesto los Fiorito levantar el Hospital de Quilmes que luego por diferentes situaciones no se concretó comprándose para ello la quinta La Elisa de los Cambaceres en la barranca donde hoy se halla.
Manzana “L” (I. Malvinas, B. Pareara, C. Pellegrini y O´Higgins) sobre I. Malvinas, Calabrini, Lambruschini y en la esquina, Aniboli, sobre B. Pareara, J. Petrucco, A. Berino y Carrega y sobre O´Higgins, Burgo.
Manzana “M” (I. Malvinas, O´Higgins, C. Pellegrini y M. Rodríguez) sobre la calle I. Malvinas, Viglino y Manzano, sobre O´Higgins, Viglino.
Manzana “O” (B. Sánchez, O´Higgins, Tucumán y M. Rodríguez) sobe B. Sánchez,  J. Peri, A. Lanatta y E. Sindioni, sobre M. Rodríguez, A. Peri y Bernasconi.
Manzana “P” (R. López, O´Higgins, B. Sánchez y M. Rodríguez) sobre R. López y sobre O´Higgins, A. Lanatta, sobre B. Sánchez L. Calderon y sobre M. Rodríguez V. Viglino.
 Varias de estas familias y las que adquirieron terrenos en ese primer loteo emparentaron entre sí y trajeron a la zona a otros parientes, amigos o paisanos, aprovechando la baratura de la tierra y las facilidades de pago.
Diario El Sol 16 de octubre de 1968 (Ver.: http://elquilmero.blogspot.com.ar/2009/11/quilmas-oeste-plaza-villa-armonia.html)

Investigación Prof. Chalo Agnelli
Docente, escritor, historiador y bibliógrafo
Autor del libro arriba mencionado de donde se tomó este texto.
FUENTES
Agnelli, Héctor. "La Colonia de Valerga - Historia Social del Segundo Barrio de Quilmes - 1874/1974 – Historia social del segundo barrio de Quilmes" Ed. Tiempo Sur. Quilmes, 2010
VER
1º nota LA COLONIA. ORIGEN CATASTRAL. LOS PRIMEROS CHACAREROS http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-origen-catastral-los.html 
2º nota LA COLONIA - EVOLUCIÓN CATASTRAL E INSTITUCIONALIZACIÓN http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-evolucion-catastral-e.html
 3º nota LA COLONIA - LA CHACRA DE RISSO Y EL HORNO DE LADRILLOS DE ONETTO - LOS RISSO
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-la-chacra-de-risso-y-el.html NOTAS 



[6] Realizado en los talleres gráficos Caracciolo y Plantié de Rivadavia 1265 de Cap. Fed.