miércoles, 31 de octubre de 2012

EL VIEJO CRIADO DE ROBERTO TITO COSSA EN CASA DE ARTE DOÑA ROSA


Se presentó con gran éxito la obra de Roberto Cossa "El viejo criado", con la novedosa actuación de Pedro Navarro (Balmaceda) y de avezados actores como Carlos Romero (Carlitos), Oscar Bertoni (Alsina) y Edith Laporte (Ivonne). 
El elenco logra con notable fluidez la sustancia realista de la obra, que muestra una caracterización risueña de algunos clichés porteños, más que argentinos. La dirección y puesta en escena es de Carlos Romero que agrega una actuación inteligente en el humor. Salimos del teatro satisfechos en suma y con la necesidad de difundir ampliamente este nuevo éxito de CASA DE ARTE DOÑA ROSA en su 23ª temporado.
La ficha técnica esta inegrada por: asistente de dirección y sonido, Carolina Rivarola; luces, Julio Vita, comaginación de sonido, Yair Hilal; producción escnográfica Gustavo Castignola; fotografía, Mario Severini; caricatura, Juan Carlos Altamirano y diseño de programa Lara Lechner. 

Describe en un impulso lírico el director de esta puesta:
“Todo es simple como una rosa...”
“La palabra para definir y definirse, encasi­llar las cosas como si fuéramos normales, la diversidad de los lenguajes, la información en exceso, las imágenes que pasan invisibles por el agujero de la cerradura, puede hacernos dudar de nuestros orígenes, enraizados en mitos y leyendas... Es en esta vorágine del combate de imáge­nes donde ‘todo tiene que entrar en crisis y poner todo en duda’ como en una ficción desconocida pero cotidiana.
Hay algo que no esta resuelto entre noso­tros y el universo. ¿Debemos algo por lo que no nos sentimos agradecidos? ¿La gloria es el principio o el fin de la vida? La belleza del hombre despierta y la fantasía del hombre duerme. Los mitos nos hieren con su puñal de luz. ¿De qué hablamos? De esperanzar la única esperanza que nos llevará al Olimpo de los dioses arrabaleros donde ‘entreluces, serpentinas, claveles rojos y blancos’ hacen cortes y quebradas, giros y contragiros, rezando para que usted, entre esta dimensión, como individuo y salga como público.” La dirección

ARGUMENTO
Bien vale la calidad de esta pieza teatral y la de sus protagonistas locales detenernos en su argumento para que nos ayude a reflexionar sobre nuestra identidad.
 El Viejo Criado es una obra escrita en 1980, época en que empezó Teatro Abierto. La acción se ubica en una "imaginaria" versión de un bar de los años 30. El ambiente es irreal, en un tiempo indeterminado. El único lazo  de este con el mundo real, es  el  afuera, y  que se insinúa con el ulular de las sirenas.
 En una de las mesas están, Alsina, el poeta, intelectual europeizado y Balmaceda, ex boxeador, hombre del pueblo simple y campechano, que juegan al truco, juego de engaños y mentiras. Ambos han superados los 50 años largos y tiene casi la edad de la crisis política de Argentina a  la fecha de su estreno (1980). Estos ya llevan jugados 202.928 partidas de truco.  Un número evidentemente absurdo, como lo son sus propias existencias también casi irreales.
 Sus temas de conversaciones son banales. Alsina, declama  pensamientos propios y ajenos,  e   intenta imponer al inocentón Balmaceda estos conocimientos a través de frases y clichés, sobre todo lo que ocurre en el mundo. Balmaceda, no  siempre comprende  los dichos de su amigo,  quien reacciona,  descalificándolo. Aun así, Alsina logra el sometimiento del fracasado Balmaceda, quien solo cuenta en su haber, un  victorioso triunfo  en sus años de profesionalismo, noqueando al Torito Mazzarone.  Balmaceda intenta en el transcurso de la obra irse del lugar, pero siempre se arrepiente cuando se acerca a la puerta del bar y vuelve al eterno juego del truco. Esto se repite durante toda la obra. El "afuera" marca una importante  dificultad que Balmaceda no se atreve a vivir.
Desde un lugar "mágico" al fondo del bar, hace su ingresan dos figuras irreales, Carlitos,  acompañado de Ivonne, vieja prostituta francesa.  Carlitos, típico  cantor de los años 30,  que vuelve después de haber vivido en Paris 40 años. También es escritor de letras, quien aun no ha logrado escribe "su" tango,  y por eso regresa para lograrlo en su ciudad, donde busca un viejo criado, que lo reciba en su regreso. Es evidente que este personaje está absolutamente "devorado" por la pasión del tango y es permanente la evocación del gran ídolo, del momento Carlos Gardel, de cuya imagen  hará uso y desuso, donde la pareja está dispuesta a hacer cualquier cosa por sobrevivir.
Al inicio ambos grupos no se relacionan, Carlitos está ocupado en describirle a Ivonne el Buenos Aires  que dejo, donde el trío más famoso del sur, con El Mocho, El Pardo Augusto y Traverso, imponían respeto y miedo por sus valores. Cuando Carlitos descubre que un grupo (Alsina y Balmaceda) ocupan la mesa del trío, los increpa y la relación se vuelve violenta y para calmar los ánimos insta a Ivonne que cuente como conoció a Gardel. Esta  de la malas ganas, lo hace: "Estaba tomando con mi tía Françoise  un refrescado de horchata en el Café de La Paix, cuando entró Gardel, lo mire, me miró, y me tuve que acostar con él". Esta modifica las relaciones enfrentadas del principio y se establece una nueva relación más acorde a los planes de  la pareja donde Ivonne es la carta de mayor valor en este juego de Carlitos.
Aislados en su falso mundo, de individuales y colectivos mitos, los 4 personajes se proyectan en otros cuarentas años en Bs. As., donde se cruzan los comentarios sobre la realidad socio-política de esos tiempos.  Perón, su primer triunfo, posteriormente  su exilio, bombardeos de Plaza de Mayo, su regreso del exilio  después de 18 años, y todo lo que devino después. En este tiempo, el famoso trio ha desaparecido.
Carlitos vuelve a partir, por  otros 40 años, en busca de ellos. Mientras los dos habitués continúan con su eterno juego de truco.
 Balmaceda intenta una vez más irse, pero lo que intuye ocurre afuera, lo hace regresar a la mesa diciendo que está nevando. Alsina, gozoso exclama "Como me gusta Buenos Aires, cuando nieva!". Traspolando Bs. As. con Paris. Ellos siguen  eludiendo la realidad que esta acosando esta cueva de mitos y mentiras, que  ellos persisten ignorar.
Esta obra es una metáfora que a través de la utilización de la cultura de mitos y códigos ciudadanos, el autor nos entrega  esta  aguda y sagaz  crítica,  a la sociedad que nosotros, los argentinos vivimos.
Esta obra posee una abundancia de significados susceptibles de interpretaciones no siempre coincidentes. Es por lo tanto,  una obra abierta, en el más genérico de los sentidos. 
La nostalgia es uno de esos significados, nostalgia que a nosotros los quilmeños, como argentinos, también nos acomete por un tiempo rebasado por los aconteceres políticos, nostalgia por algo que ya no está, que se quedó atrás cuando murieron los últimos yamanes genuinos de la tribu de estas costas rioplatenses y sólo algunos a través de la memoria oral o escrita intentamos recuperar para fortalecer en los más jóvenes la identidad y al protección del propio patrimonio que los políticos de los últimos 29 años relegaron.
EL AUTOR

 Roberto "Tito" Cossa, uno de los dramaturgos clave de la literatura argentina, nació el 30 de noviembre de 1934 en el barrio de Villa del Parque, Ciudad Buenos Aires. Se describe como actor frustrado. Comenzó a actuar a los 17 años en un teatro de barrio de San Isidro, pero pronto abandonó para escribir. "Muchas veces me pregunté qué me pasó a mí con la actuación. Creo que no me sentía seguro, y no tuve la intuición o la lucidez de ponerme a estudiar"– dice el autor.
  Como periodista pasó por Clarín, La Opinión, el Cronista Comercial y – en sus comienzos – diez años como corresponsal 'clandestino' de Prensa Latina, la agencia cubana de noticias. Se autodefine como socialista y admirador de la Revolución Cubana. La realidad social y la historia política de la Argentina circulan a menudo por sus obras. "Pocos autores han alcanzado tan perfecto grado de lucidez en la interpretación de la realidad social y el comportamiento de la clase media porteña como Roberto Cossa" – dice Osvaldo Soriano en el prólogo de Teatro/1, el primer tomo de las obras completas de Cossa–, entre ellas "se destaca una obra maestra: El viejo Criado"... "Toda la miseria argentina está allí: el autoritarismo, la mentira, la ceguera histórica, la estupidez, la ignorancia, la prostitución de los valores éticos y morales. Con una lucidez implacable, a través de una bella metáfora, Cossa pasa revista a la Argentina de este siglo y muestra el encierro y pasividad que incuban el germen de la tragedia de hoy."
Cossa es autor de otras obras de gran éxito, varias de ellas llevadas al cine. Pero Cossa defiende también las 'menos' exitosas: "Será un lugar común pero sucede como con los hijos. Yo creo que desde el punto de vista formal De pies y manos, una obra que hizo Alfredo Alcón pero que no anduvo bien, es la mejor."
Roberto Cossa reside, desde siempre, en la Ciudad de Buenos Aires.

OBRAS DEL DRAMATURGO
Nuestro fin de semana (1962), Los días de Julián Bisbal (1966), Dirección de David Stivel, Teatro Regina, La ñata contra el libro (1966), La pata de la sota (1967), Tute cabrero (1968) -llevada al cine bajo dirección de Juan José Jusid, El avión negro (1970) (escrita con Germán Rozenmacher, Carlos Somigliana y Ricardo Talesnik), La Nona (1977), No hay que llorar (1979), El viejo criado (1980), Gris de ausencia, Verde de presencia (1981), Tute cabrero (1981) - se estrena como obra de teatro -, El viento se los llevó (1983), El tío loco (1982), Los compadritos (1985), Yepeto (1987), El Sur y después (1987), Depiesymanos (1989), Angelito (1991), Lejos de Aquí (1993), Viejos conocidos (1994), Los años difíciles (1997), Tartufo -adaptación de la obra de Molière (1996), Ya nadie recuerda a Frédéric Chopin (1999), Pingüinos (2001), Historia de varieté (2002), Definitivamente adiós (2003), De cirujas, putas y suicidas (2005)

FUENTES
http://www.literatura.org/Cossa/Cossa.html