martes, 26 de octubre de 2010

LA ESCUELA NORMAL DE QUILMES, MADRE DE ESCUELAS, CUMPLIÓ 98 AÑOS.


Las escuelas normales – dice el Lic. Luís Jorge Zanotti en su libro “El Normalismo”  - constituyen en nuestro país uno de los pocos casos de establecimientos educacionales con tradición propia, con un conjunto de detalles, estilo, cuerpo docente, himno, etc… que le otorgan un calor afectivo de singular fuerza.” 

Y, efectivamente, esto se vivió el sábado 23 próximo pasado en nuestra Escuela Normal de Quilmes, que ya no es tal, pues hoy es una Unidad Académica integrada por varias instituciones, acogidas en el mismo seno institucional que es la sarmientina propuesta de las Escuelas Normales.
La señera Escuela Normal de la calle Mitre cumplió 98 años y como en todos los aniversarios desde que existe EXANQUI, se otorgaron medallas a los ex alumnos egresados que cumplieron 50 años, promoción 1946, y 25 años, promoción 1960.
La concurrencia fue extraordinaria y la emoción, el afecto, la calidad y la calidez humana de esos reencuentros desbordó las instalaciones de esta institución, madre de instituciones educativas; cuyos egresados formaron a lo largo de los años innumerables niños y jóvenes, no sólo de Quilmes sino también de Berazategui, Florencio Varela, Alte. Brown, Avellaneda, Lomas, Lanús y hasta de la Capital Federal y La Plata.
 El locutor y ex alumnos Juan Sala tuvo a su cargo la conducción del acto que empezó con el ingreso de las banderas de ceremonia portadas por los abanderados de la institución: Sabrina Perri, Marisel García, Cinthia Jaramillo y Florencia Vázquez; se entonaron las estrofas del Himno Nacional y luego hubo palabras alusivas del vicedirector a cargo de la dirección de la unidad académica e Instituto Superior de Formación Docente Nº 104, Prof. Eduardo Hourcade, del presidente de EXANQUI Sr. Carlos Grazioli y de la tesorera de la Asociación Cooperadora Prof. Adriana Bonavita.
Hubo homenajes a docentes que honraron con su presencia las aulas y a ex alumnos que se destacaron por su trayectoria no sólo como educadores sino en su vida pública, social y cultural. Entre los primeros, la Prof. Nelly Ángela Dodero, egresada hace 75 años, cuando la Normal contaba con 23 años de existencia; fue maestra en escuelas quilmeñas hasta 1955 en que pasó a la Secretaría de la Dirección de Inspección de Quilmes hasta 1968 fecha en que se jubiló. 
 El Sr Alejandro Dodero y la Prof. Nelly Ángela Dodero
Luego fue ovacionada, como todos los años, la Prof. Nélida Sanchini de Mortorfano, que ingresó a la Escuela en 1946 y se retiró como directora para acogerse a los merecidos beneficios de la jubilación en 1990.
 La ex directora Prof. Nélida Sanchini de Montorfano y el Prof. Agnelli
Prosiguió el homenaje a la Prof. Elisa Anadon de Lippolt, egresada en 1946, profesora de música y jefa de preceptores, una mujer que mantenía sin autoritarismos, pero decididamente el orden, la limpieza y la prolijidad que hoy tantos añoran.
 La Sra. Cristina Secco entrega recordatorio al profesor Celiar Cella
En cuarto lugar le tocó al profesor y benemérito quilmeño, egresado en 1938 don Celiar Cella - “Quenito” para amigos, colegas y alumnos - que asistió con su esposa la señora María Angélica Baldrich. Un hombre de estirpe de educadores y benefactores de la cultura local. Fue rector del Colegio Nacional de Colón, en Entre Ríos, y del Inst. Nazareth de Quilmes, notable deportista y como alguien señaló “maestro toda su vida y maestro de la vida”.
 De der. a iz. María Angélica Baldrich de Cella, Celiar Cella, La Prof. Montórfano y el Dr. Francisco Ingolotti.
En nombre de la docente y autora Stella Maris Bertinelli de la promoción 1962, recibió la distinción su esposo el Sr. Francisco Ingolotti. Profesora de Ciencias Naturales, ejerció la docencia hasta 1998. Obtuvo con su novela “Petra” la Faja de Honor de la SADE, afianzó la pertenencia a esta querida escuela con su novela “Cuatro Chicas Rubias” y acaba de presentar la novela biográfica “Roca 635 vida de la luchadora por los derechos de la mujer y vecina bernalense Adela García Salaberry.
Por último se distinguió al Prof. Chalo Agnelli, “quilmero y docente quien con sus publicaciones refresca nuestra memoria”, así reza el diploma que se le otorgó, quien además de socio activo de EXANQUI, es parte del voluntariado del Archivo de la Escuela Normal. 
 Stella Maris Martignago y el Prof. Agnelli
El festejo tuvo el honor de contar con la presencia de los señores Mario y Juan Manuel Sosa del Valle, nietos del primer rector de la escuela en 1912, prof. José Sosa del Valle; participó del evento especialmente invitado el Sr. Claudio Morales Gorleri, egresado de esta escuela y sobrino de la primera secretaria; integrante de una familia quilmeña muy vinculada a la institución y a la trayectoria educativa de Quilmes a los largo de 100 años de historia;  también se sumó el Sr. Alfredo Bottolo integrantes del departamento de Compromiso Social y Extensión de la U.C.A. que como ex alumnos, maestro del Normal y consecuente con su función, se ocupó personalmente en la reparación del monumento fúnebre que guarda los restos de don José Sosa del Valle en el cementerio de Ezpeleta; daño y olvido que el Prof. Agnelli venía denunciando desde hace 3 años.
 El Prof. Cella y los señores Sosa del Valle nietos del director fundador de la escuela don José Sosa del Valle
En nombre de las autoridades municipales se hizo presente el director de música de la Municipalidad de Quilmes cantautor y egresado en 1964, Julio Lacarra que acompañó y obsequió para engalanar el acto con la orquesta de tango municipal que dirige el riguroso don Carlos Corrales con la joven voz de reciente incorporación, Jesús Vázquez.
Entre las actuales autoridades de la Institución estuvieron presentes, además del Prof. Hourcade, la directora de la E.E.M. Nº 20 Prof. Laura Barrera y el director titular de la Unidad Académica Ernesto Prom, próximo a jubilarse.
 Prof. Eduardo Hourcade, Prof. Laura Barrera y Prof. Montorfano
Del área cultura del partido asistió el Sr. Carlos Espina, presidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana, institución muy vinculada a la Escuela Normal a los largo de su trayectoria. Del área educativa se hicieron presentes la Prof. Marisa Ramos Delgado inspectora Educación Física del distrito e hija del prestigiosa futbolista; la secretaria de asuntos docentes de Berazategui Prof. Claudia Ghio; la Lic. Isabel Asquini, ex inspectora de la rama de psicología del distrito; la Prof. Susana Tourn, ex alumna y secretaria general de la Federación de Educadores Bonaerenses; la Prof. Marta Zerial querida docente de francés de la casa y representante de la Alianza Francesa de Bernal.
También hubo adhesiones y saludos: el del la Dra. María del Carmen Falbo, procuradora general de la Suprema Corte de Justicia y de la señora Blanca Cotta, egresada de la escuela e hija del segundo director que tuvo la institución don Juan Manuel Pedro Cotta, educador que dejó una impronta imperecedera a lo largo de los años, y de las autoridades del Centro Tradicionalista El Rodeo.
Se entregaron las medallas entre muchos aplausos, ovaciones y emoción, Saludaron y agradecieron el generoso accionar de EXANQUI en nombre de los ex alumnos de 50 años atrás, la señora Clara Lemos y en nombre de los de 25, la Lic. Raquel De Maestri y el Sr. Gustavo Sguazza.
El Sr. Carlos Grazioli presidente de EXANQUI
 Dirige la palabra la Prof. Raquel Gail coordinadora del proyecto de Recuperación del Archivo del Normal.
 Desde temprano en la tarde empezó el ajetreo en el gran salón central de la Escuela Normal, acondicionando todo para el acontecimiento, actividad que estuvo a cargo de los socios activos, fundadoras de EXANQUI: Ana María Morales, María del Carmen Marcos, Nora Tomasevich, Enrique Alejandro Dodero, el presidente Carlos Grazioli, que atento a todo y a todos, acompañado por su esposa, fue el principal impulsor del evento junto con la secretaria de la entidad, perteneciente a la promoción 1964, María Cristina Mateo y las señoras Cristina Secco, Raquel Bilbao, Raquel Gail, Stella Maris Martignago, Cristina Fernández de Campolo, Ariel Ghizzardi, Ana María Alberti, Chalo Agnelli y otros que en el agitado desarrollo de las emociones el cronista no pudo retener.
La organización y sus gastos fueron solventados íntegramente por los asociados y ex alumnos.
 La Orquesta Municipal de Tango de la Municipalidad de Quilmes que dirige el maestro Carlos Corrales con la voz del joven Jesús Hidalgo, amenizó la fiesta con estoico ánimo ante el incontrolable entusiasmo que imperaba en el recinto entre los ex compañeros que se reencontraban después de tantos años.
 Entre el numeroso público presente, la Sra. Raquel Bilbao miembro de EXANQUI y la Lic. Adela Elordi, docente y ex alumna de la institución.
El cantautor y ex alumno Julio Lacarra en representación de las autoridades municipales

lunes, 25 de octubre de 2010

BARRIO DE TANGO


“... pesadumbre de barrios que han cambiado...”  

“Las ruedas embarradas del último organito
vendrán desde la tarde buscando el arrabal...”
“El último organito” de Homero Manzi
    LA ORQUESTA TÍPICA DE GRECO Y GALVÁN
por Chalo Agnelli
La Colonia fue un barrio de tango que nada tuvo que envidiar a los muy porteños cien del otro lado del Riachuelo.
El agringamiento, la mixtura del lenguaje, la vida laburanta, los apremios de los viejos, cierta libertad y bonanza en los jóvenes, hizo que germinaran músicos, cantantes y orquestas típicas.
Después de todo, era un arrabal. Más consustanciada con el Río de la Plata que ninguna otra ciudad bonaerense, pues allá por 1666 se apoyó en el río para sostener a ese pueblo desarraigado de los valles Calchaquíes. Frente al río y no a su espalda.
Río abierto, puerta de inmigrantes, que dio dimensión a nuestra Argentina.
Arrabal y pampa al mismo tiempo. Hoy dos condiciones extraviadas de la geografía urbana. Y desde el 2 de agoto de 1916, Ciudad, ciudad de tango, porque durante la mayor parte del apogeo de ese ritmo urbano Quilmes estaba en ventaja pues contaba con tangueros como Francisco Gorrindo y Sandalio Gómez, Teófilo Ibáñez y… tantos otros.
    Sin bien todo Quilmes vibró en tango, el barrio fue el campo donde germinó una secuela de cultores que marcaron época en el 2 x 4. Y los clubes fueron bancos de sangre  tanguera que hizo su apogeo en la década del 40, cuando La Colonia era esquina de tango: Francisco Abbatantuono; [1] Juan Tesei, integrante de la orquesta típica Cafiero-Tesei que tenían como vocalistas a Derrico, Juan "Tito" Tesei; con la musicalización de Clemente Cafiero.
El punto de encuentro era la casa de Sáenz Peña 977 (antigua numeración) Algunos de sus temas están dedicados a clubes quilmeños como el tango “Alma los blancos”, himno del Quilmes Atlético Club que Juan Tesei compuso el 18 de enero de 1951; también compuso la marcha del "Argentino de Quilmes"; un paso doble llamado "Centro Gallego"; los tangos "Eva Perón", "Llegan los inmigrantes", "Nueva Orleans"; las milongas: "De punta y hacha"; "Patria Libre", "Milonga noble".
 LA ORQUESTA DE FRANCISQUÍN
Otros tangueros del barrio fueron: el letrista, Primitivo Antonio Collavitta, autor de "El matrero" y el vals "Yo soy el amor" (letra y música), José Arrestía; Agustín Bardi; Argentino Rosi; Máximo Coco Barbieri, autor de "De vuelta y medio", entre una infinidad de otros tangos, milongas y valses; Teófilo Ibáñez: "Viejo Portón", "Gólgota", "Campo afuera";  Oscar del Cerro, Vicente Dentaro de la orquesta "Blanco-Dentaro"; Alfredo “Fito” Mora, Roumieu, Sanders, Rubén Sívori, Héctor Tiscornia, Alfredo Torrisi; al violín José Glorioso, Juan Lorente, Salas, Ravanovec, en piano Juan Pedro “Tito” Mergasi, Schenone, Baumgart, en guitarra: Coco Barbieri, Luis Rey, Vicente y Luis Calona y los bandoneones de Campana, Héctor Blanco, Eliseo Pressón, que inspiró a Arrestía estos versos. “Por más que hiciste gambeta / te fuiste Eliseo Pressón, / dejando aquí el bandoneón / donde lucías tu carpeta... / en el París de Ezpeleta, / La Esperanza, la Armonía / allá tu fuelle se oía / al frente de tus muchachos, / y el alma de Maglio Pacho / ejecutando ponías.”  [2]
Estos bandoneones hicieron gala luego en la figura de Rubén Sívori junto con otros dos músicos, Vázquez y Ortega, integraban un trío que hacía milongas, música nativa y tangos. Y ya cerca de la época actual cuando el tango despuésde un duro repliegue resurge espléndido las figuras de Daniel Binelli, Carlos Alberto Corrales y su hijo homónimo.
Nelly Omar, que vivía en una casona ubicada en la calle Rodolfo López entre Larrea y Urquiza, fue la cantante popular de toda esa generación que prevaleció en la actuación hasta avanzada edad.
Los recitales de tango y los bailables contaban, para el descanso de los músicos, con animadores o 'números vivos' entre los más destacados estaban Héctor Wilde 'Bolazo', Carlos Yori 'Virola', el 'Negro' Andragnez y por supuesto el dúo cómico Buono-Striano.
Las orquestas e intérpretes porteños tenían en los clubes quilmeño hitos imprescindible de convocatoria. El  9 de julio de 1933, Carlos Gardel actuó en el teatro Cristóforo Colombo de la Sdad. Italiana. También llegaron a Quilmes por esos años a animar los bailes de la municipalidad de los clubes y salas de espectáculos las orquestas típicas de: Francisco Canaro con sus vocalistas Ernesto Famá; Nicolás D´Alesandro, el “chansonier” Abel San Martín y la cancionista Dorita Requena y sus veinte profesores; la típica Lucho y su vocalista Mario Torres; la cancionista Chola Luna; Oscar Alonso y sus conjuntos de guitarras; "Los zorros grises"; "Los Rítmicos"; la orquesta de "Feliciano Brunelli" que tenía como vocalista a Valeta y Radamé; el conjunto "Justo Pastor Trivelli";  y también numerosas orquestas de jazz: "Sebastopol"; "Sans Souci", "Williams jazz"; "American Jazz"; "Alabama Jazz", dirigida por Eddie Kay, la "Félix Melody Jazz"…
En 1944 se instaló en La Colonia, calle Santiago Valerga (hoy San Mauro) N° 193 una sucursal de la "Academia Lipersker" de bandoneón, dirigida por Félix Lipersker, bandoneonista de la orquesta típica de Osvaldo Fresedo (El Sol, 27/7/1944) Félix Lipesker, de origen judío proveniente de ucrania, nació en Rosario el 13 de enero de 1913 y murió en ese ciudad el 22 de marzo de 1970, usaba el seudónimos de Félix Villa y de Tino Lari, fue profesor de música además de bandoneonista y compositor. Era hermano del violinista y compositor Leo Lipesker.
Con los bandoneones Cafiero y Tesei, a la derecha de pie el pianista Tito Mergasi
Con los bandoneones Cafiero y Tesei, a la izquiera el pianista Tito Mergasi
Yo soy quilmeño del treinta, / de cuando Pancho Gorrindo / se deschavó de lo lindo / en su tango ‘Las Cuarenta’. / Años floridos, polentas, / de la vieja serenata, / donde sus almas desatan / Sandalio y Teófilo Ibáñez / inspirados, no se extrañen, / vaya a saber en qué ñata.” [3]
El primero en el círculo de la izquierda el animador Carlos Yori, el sexto a la derecha Tito Megasi y le sigue el chansonnier Héctor Robert (Héctor Tiscornia)
NOTAS

[1] ver Por aquí pasaron
[2] Ver Bibl. Arrestía, J. pág. 79
[3] Ibn ant.  pág. 12

sábado, 23 de octubre de 2010

AUTOMÓVILES QUE RECORRÍAN QUILMES AYER

Atomóviles que recorrían las calles de Quilmes en 1927
Cuenta el Dr. Craviotto que en 1908 llegó a Quilmes el primer automóvil era de la marca "De Dion Bouton" un enorme aparato con transmisión a cadena. 

Tenía una carrocería de tipo "tonneeau", con cuatro asientos tapizados en cuero. Con dos faroles laterales a kerosene. Cuatro ruedas de rayos de madera, llantas de hierro y neumáticos con cámara. El motor era monocilíndrico de cuatro tiempos, válvulas a la cabeza y encendido a magneto. El refrigerado era a agua con bomba y serpentina, con un depósito adicional de agua, lubricación a gotero, carburador de nivel constante y de pulverización. La caja de velocidad era a engranaje, tres marchas adelante y una atrás.Transmisión con elásticos a ballesta en las cuatro ruedas. Dirección de columna vertical a cremallera. Y frenos mecánicos sobre ruedas traseras y sobre campanas de transmisión a cadena.
 Pero al De Dion Bouton que levantaba nubes de tierra por las calles céntricas de Quilmes no le funcionaron muy bien los frenos cuando en el verano de 1909, atropelló en la esquina de Belgrano y Humberto Primo a Jazmín, uno de los siete perros de don José Sosa, un paisano que nunca abandonaba su chiripá negro. El Dion era de don Antonino Cambaceres cuya quinta de verano era "La Elisa" que luego se transformó en el actual Hospital Isidoro Iriarte.
Los Sosa vivían la esquina NE de ese fatídico lugar, doña Flora, la mujer de Sosa, había bautizado a cada uno de sus canes con el nombre de una flor: Margarita, Rosa, Cala, Violeta, Alelí, Begonia, Diosma y el fortuito Jazmín que fue enterrado debidamente en el fondo de la casa de sus dueños y don Antoniono "solventó los gastos". Pero el pánico que imprimió este aparato infernal, sobre todo en los más viejos y en los caballos de tiro duró unos cuantos años.

PERO LUEGO LLEGARON OTROS AUTOMÓVILES A LOS QUE LA GENTE SIGUIÓ LLAMANDO "COCHES"
(para leer los textos adjuntos clikear sobre la foto)
¡LOS PRECIOS SON MUY CONVENIENTES, APROVECHE, CHE!

 Investigación y compilación Chalo Agnelli
Colaboración Prof. Mora Camarero.

RECREO DE ANTONIETTA, A 100 AÑOS DEL BALNEARIO DE LA RIBERA

  Chalo Agnelli/2009
En 2015, se celebró el Centenario de la creación del Balneario de la Ribera de Quilmes. En su homenaje repetimos esta página publicada en 2010.
ANTONIETTA
Como tantos otros que dio nuestra Ribera, Antonietta fue personaje popular del Balneario de Quilmes entre 1916 y 1926.
Lorenzo Antonietta, era un inmigrante italiano, de Torino, había llegado al país en el año 1910 con el Centenario, animado del propósito de hacerse rico con sus brazos y su sudor, como tantos inmigrantes que eligieron nuestra patria como un proyecto de dignidad humana. 
Después de trabajar en la Compa­ñía Alemana de Electricidad, logró juntar unos pesos y se es­tableció en 1916 - el otro Centenario - con un res­taurante en la playa de Quilmes. Decir restaurante parece un poco exagerado, era una casa de comidas, fonda, parador para los turistas que llegaban a solazarse en nuestras playas.
Fue el primero que se instaló, cuando el balnea­rio aún estaba en ciernes. La fama de Antonietta, como especialista en determinados manja­res de la cocina italiana, se exten­dió al vecindario de todo Quilmes; algunas vecinas  de “pro” cuando tenían una cena enviaban a sus mucamas a encargarle a Antonietta platos de gourmet.
Ya hecha la con­cesión a la firma Fiorito Hnos., Antonietta pasó a establecerse con su negocio, a poca distancia de la Rambla, para brindar más comodidades a los visitantes vera­niegos.
El restaurante de Antonietta, con sus refugios de sombra, glicinas y santaritas y su bosque de sauces, criollos y de los otros, era uno de los más concurridos. Las mesas se reservaban con dos semanas de anticipación. Nadie como él sabía prepa­rar la mayonesa o los tallarines, la polenta agli ucelletti, el ragú, stufato con papate, cappone a lesso ...
Sonriente e infatigable, estaba en todos los detalles de la actividad gastronómica.
Además del restaurante, atendía el Recreo del Anglo-Argentino y era administrador del monte de los Fiorito.
Sentía predilección por los periodistas, que lo ayudaban a popularizar su casa de comercio a cambio de un abundoso plato de vermicelli.
Jóvenes en el paseo tradicional a la Ribera junto a la rotonda 1940
Pero, en Quilmes lo distinguían con su amistad las autori­dades y las familias. Entre sus mejores clientes estaban el in­geniero Pedriali y su esposa, mister Cooper, subgerente del Anglo-Argentino, el ingeniero Marengo, el doctor Eduardo Sarmiento, el doctor Osorio, los diputados Perrando, Sa­las, Fonrouge, el coronel Armesto, el Dr. Rodolfo López con sus correligionarios, el Dr. Levanti con los suyos, el Dr. Iriarte en otra mesa mirando de reojo a López y el Dr. Torre y su esposa doña Ernestina con su numerosa y variopinta parentela – él tenía 9 hermanos y ella otros 9 -  los intendentes y comisarios de Quil­mes y hasta el padre Bruzzone solía visitarlo.
Con todo, Antonietta no logró enriquecerse, aunque dejó un hogar sostenido por su ejemplo de hombre trabajador. 
A su muerte «La Razón»  publicó las siguien­tes líneas sobre Lorenzo Antonietta: “… ejemplo de laboriosidad, honesto como po­cos, y de un sincero cariño por Quilmes y su magnífica playa. Con la muerte de Antonietta desaparece una figura popular de Quil­mes, que era también muy apreciada por el personal de la empresa Anglo Argentina de Tranvías.”

El regreso (foto Alcibíades Rodríguez)

Ver en el Blog EL QUILMERO del martes 30 de octubre de 2021, “El bañado de la Ribera quilmeña y el Chateau Parry”

Investigación y compilación Prof. Chalo Agnelli/30de octubre de 2009
Periódico El Plata, 1927
Colaboración Prof. Mora Camarero, Fernando San Martín, Omar Fucarino

lunes, 18 de octubre de 2010

DON BOSCO, UN POCO DE HISTORIA

PUERTA Y ZAGUÁN DE ENTRADA A QUILMES DESDE EL NORTE

Investigación y compilación Chalo Agnelli
Don Bosco es una localidad quilmeña limitada por el Río de la Plata y las avenidas Lomas de Zamora, Sargento Cabral y Lynch. Para trazar su historia tenemos que remontarnos al siglo XVI.
El sábado once de junio de 1580, don Juan de Garay fundó por segunda vez la ciudad “de la Santísima Trinidad y puerto de Santa María de los Buenos Ayres”. Entre el 17 y 24 de octubre de ese año, repartió las tierras cercanas a la ciudad entre los hombres – y una mujer -  que lo acompañaron en su aventura. Cada uno  recibió una huerta de cuatro hectáreas, en tanto las tierras más alejadas, se otorgaron en mercedes reales a las personalidades que habían costeado el viaje y entre gentilhombres e hidalgos.
Efectivamente, el día 24 fueron beneficiados el adelantado Torres de Vera y Aragón y el regidor Luis Gaytán, con tierras al sur del Riachuelo, donde se fundaron dos estancias, la “Del Adelantado” y la “De Gaytán”. Esta última ocupaba el territorio de las actuales localidades de Wilde, Domínico y parte NE del actual territorio de Quilmes, hoy Don Bosco; aproximadamente, la calle Posadas, en Domínico, sería el límite este-oeste entre ambas estancias.
En 1619, Melchor Maciel (1583 – 1633) un portugués nacido en Vianna do Castello y llegado a Buenos Aires en 1583, compró a los herederos de Gaytán las tierras y formó una gran estancia al este del arroyo que aún hoy lleva su nombre. Algunos historiadores argumentan que las tierras de Gaytán fueron vendidos en tiempos de sequía, una franja de una legua hacia el sur y todo lo que diera hacia el Río de la Plata hasta el arroyo Las Piedras, por un caballo, 1 carro y 6 bolsas de maíz. No es improbable pues Queiroz que recibió la merced de lo que hoy es la mayor parte del partido de Quilmes, lo cambió por un caballo y una guitarra. 
Fue Maciel quien en 1625 realizó las primeras plantaciones de viñedos en las costas de Domínico, Don Bosco y Bernal, que dieron origen al vino de la costa o vino patero - descendientes directos de don Melchor Maciel residen aún en Quilmes -.
Al morir Maciel, lo hereda se viuda, Catalina Cabral de Melo y González Núñez (+ 1652), quien se casó en segundas nupcias con el maestro de campo Pedro Home Pessoa de Sáa (1593 - 1703?) acrecentando los bienes familiares con la formación de una estancia de 24.000 hectáreas hasta el río Samborombón  Al morir en 1725, Luis Home de Pessoa de Saa Figueroa Mendoza, heredero de Pedro Home Pessoa de Sáa, lo hereda su viuda, María Sebastiana Calvo de Arroyo Ponce de León que fracciona la antigua merced en cuatro lonjas longitudinales, la mitad de la primera de estas lonjas, de mayores dimensiones que las restantes, fue vendida al Convento de Santo Domingo de la Orden de los Dominicos Predicadores, establecidos en Buenos Aires a comienzos del siglo XVIII en la manzana que hoy ocupan el convento y el templo que comenzó a levantarse en 1751; y la otra mitad la misma congregación la recibió en donación por la propietaria. Entonces el actual Don Bosco integró lo que se llamó la Estancia de los Dominicos.
En 1822, durante el gobierno de Martín Rodríguez, el ministro Bernardino Rivadavia les expropia todas las tierras y desde 1824 la zona se convirtió en Estanzuela del Estado, aunque en el sector de la capilla se consideró a los dominicos. En 1835, Juan Manuel de Rosas les devuelve la zona que habían comprado en Quilmes y el 15 de setiembre de 1859, la congregación vendió la totalidad de dichos campos a don José Ignacio Eizaguirre, que a su muerte los dejó en herencia a su hija María Ignacia Eizaguirre de Urquizú.
Esta mujer fue protagonista final de un prolongado y pesado pleito con la provincia de Buenos Aires por estas tierras, que se remontaba a 1650, y ocupó muchas páginas de los periódicos del siglo XIX y principios del XX. En 1928, después de 278 años, resultó positivo para la señora de Urquizú. Las tierras estaban tercerizadas a medianeros y arrendatarios. El genovés, don Pedro Tassano, arrendó tierras a esta propietaria donde abrió fonda y funcionó la primera escuela de la  zona.
Concluido el extenso juicio, las tierras se fraccionaron y se fue diseñando un pueblo al oeste de la Estación Km 13.  
Se instalaron tambos, quintas de hortalizas y montes de frutales: peras, duraznos y sandías, que se comercializaban en la capital. Numerosos inmigrantes de diferentes nacionalidades llegaron en la zona, donde también habían llegado vecinos escapados de Buenos Aires durante las epidemias de cólera (1868) y de fiebre amarilla (1871)
Para instalar la parada Km.13 del ferrocarril algunos particulares como los señores Saravia, Butler y Gando, formaron una sociedad y compraron cuatro manzanas de tierra a cada lado de las vías dejando un espacio para extender los andenes de la futura estación.
En 1894 se habían establecido en Bernal los sacerdotes salesianos y poco después las Hermanas de María Auxiliadora de la misma orden. La influencia de estas congregaciones vecinas de la estación Km.13, especialmente del sacerdote salesiano Lambruschini, amigo personal del Presidente de la República, determinó que el 4 de noviembre de 1929, por un decreto del Poder Ejecutivo Nacional, se bautice a la estación con el nombre de Don Bosco. Dice ese decreto: "Visto el pedido de los pobladores de la Estación Parada Km.13 para que se dé a la misma el nombre de Don Bosco y teniendo en cuenta la obra eficaz del virtuoso educador del que se desea honrar el nombre, el poder Ejecutivo de la Nación decreta Art 1: La parada ubicada en el Km 13 de ahora en adelante se llamará Estación Don Bosco...". Firmado: Presidente Hipólito Yrigoyen. Fue el primer pueblo en el mundo en llevar el nombre del santo turinés.
El 16 de noviembre de 1929, con gran revuelo, se realizó el acto inaugural de la estación Don Bosco. En nombre del presidente de la República Dr. Hipólito Yrigoyen asistió el ministro del Interior don Elpidio González que fue recibido por el intendente de Quilmes Dr. Emilio Torre y por el inspector de la Congregación Salesiana Pbro. Jorge Serié. Entre la comitiva que llegó en el tren especial estaban autoridades de la empresa Ferrocarril Sud y varias damas: Helena Yrigoyen, sobrina del Presidente de la República, Ramona Urquizú Eizaguirre, hija de los antiguos propietarios de esas tierras que con su madre entre 1922 y 1927 hicieron construir el templo de Nuestra Señora del Carmen de Wilde. Doña María Ignacia Eyzaguirre de Urquizú donó el predio donde funcionaba la capilla a favor de la Diócesis de La Plata, según consta en la escritura del terreno Nº 228, del 17 de agosto de 1922, fiscalizado el acto por el escribano Silvio M. Peri. También fueron parte de la comitiva oficial las señoras de funcionarios del gobierno especialmente invitadas, que acompañaban a las señoritas Yrigoyen y Urquizú, como ser: Carmen Alvear de Peña. Laurentina López de Pueyrredón, presidenta de la Comisión de Cooperadores de Buenos Aires, Delia Malbrán de Vedoya y Norma Cirio, todas ex alumnas salesianas y compañeras entre sí.
La máquina que condujo el convoy de quince vagones especiales para la inauguración de la nueva estación estaba adornada con un retrato de San Juan Bosco. 
Imagen Alejandro Gibaut, "Bernal, su historia y su gente"
Hicieron uso de la palabra en la ceremonia el Dr. Pedro R. Tiesi presidente del centro de ex alumnos del colegio Santa Catalina, Elpidio González, el Ing. José Pagés, el intendente de Quilmes, el presidente del H.CD. don David J. Canova y finalmente el párroco de Bernal Pbro. Nicolás Esandi.
La banda del Colegio Pío IX dirigida por el maestro Pascual Congolani entonó las estrofas del Himno Nacional y acompañó el desplazamiento de los presentes hasta el terreno donado por la señorita Urquizú y su hermano Joaquín Urquizú, para levantar un oratorio y campo de deportes. En nombre de los salesianos aceptó el donativo el Pbro. Esteban E. Pagliere y se plantó un árbol conmemorativo que bendijo el Pbro. Serié.
El fraccionamiento de estas tierras favoreció la formación de un centro urbano. Se abrieron calles que la municipalidad bautizó con nombres de intelectuales, escritores y artistas plásticos argentinos: Agustín Álvarez, Julián Aguirre, Ricardo Gutiérrez, José Ingenieros, Juan B. Justo, Ramos Mejía, Poggio, de la Cárcova, Carriego, Almafuerte; la calle Nº 127 bis recibió el nombre del médico quilmeño Edmundo Fierro (1857-1886) por la ordenanza Nº 559 del 14 de setiembre de 1932 y otra arteria fue bautizada Jorge Backmas, por el joven asesinado junto a José Rivelle, en un enfrentamiento acaecido en un local frente a la estación de Bernal en febrero de 1946 (Ver en este blog: etiqueta "Sucedió una vez", "Historia de desencuentros" del 30/9/09). 
 
El 25 de noviembre de 1979 se realizaron varios actos festejando las bodas de oro del pueblo de Don Bosco, elevándolo a la condición de Ciudad. Los mismos se centraron en la Soc. de Fomento Don Bosco, ubicada en la calle Ciudadela 2158. En la ocasión se agasajó al señor Domingo Defelippe de larga y comprometida actuación en instituciones de la localidad como la Biblioteca Popular "Dra. Liberia Rovere", hoy Biblioteca Popular Don Bosco, la Asociación Sanmartiniana y la misma Sociedad de Fomento.
En esta oportunidad, según informa el diario "El Sol" del 18 de agosto, se bautizó a la calle Nº 202 "María Raquel Adler" poeta y escritora que residió en Bernal (ver este blog "Personalidades..." del sábado 6/3/2010), del mismo modo se denominó "Agustín Bardi" (1884-1941) a la calle Nº 204. Bardi que vivió en la calle Castro Barros en Bernal, fue autor de numerosos tangos, entre ellos:  “El pial”, El taura”, “Rezagao”, “Luna llena”, “El forastero”, “Gallo ciego”, “Lorenzo” (letra de Mario Pardo), “Tinta verde”, “El rodeo”, “Tierrita” (letras de Juan Caruso y Jesús Fernández Blanco), etc.
Don Bosco como Bernal se desarrolló, en un primer momento, al oeste de las vías del ferrocarril a diferencia de Quilmes, pero después de 1940 comenzaron a levantarse suntuosas residencias,
La Casa Manes
entre las manzanas circunscriptas por las calles Backmas, Roca, Bardi y Uriburu. Algunas de esas casonas siguen conservando su estructura original como la casa Manes una importante residencia de estilo florentino, levantada por el Sr. Manes, gerente de gas del estado, que la habitó con su esposa y dos hijos. Allí vivió hasta su fallecimiento en el año 2009.
ESCUELAS PRIMARIAS
El 15 de setiembre de 1931 comenzó su historia la escuela primaria Nº 42 "Ricardo Rojas", en la calle Maipú 1149 y Los Andes, hoy Los Andes 175. Fue su directora Norma Persichini y la sucedió Jorgelina Fabrés. El nuevo edificio fue levantado durante la gobernación del coronel Mercante (1946-1952) 
De una mesa de trabajo vecinal iniciada en 1963, por resolución ministerial Nº 844 del 4 de junio de 1974, se creó la escuela primaria Nº 46. Fue su primera directora la señora Irma Del Valle Sosa de Godoy, Se la bautizó "Brigadier Gral. D. Juan Manuel de Rosas", nombre que aparejó algunas polémicas entre la comunidad que había pensado el de "Ejército de los Andes".
EL JOAQUÍN V. GONZÁLEZ
 En 1962 la localidad de Don Bosco tenía aproximadamente 25.000 habitantes. Un grupo de padres de la A. Cooperadora de la Escuela Nº 42, que presidieron el Ing. Saturnino Grand y Omar Ghiglione, entre otros, promovidos y estimulados por su directora Margarita Coda, la vicedirectora Alicia Sardi y la señora Beatriz Bidart de Larregui, iniciaron las gestiones para la creación de una escuela secundaria. 
Finalmente el diario La Nación del 2 de junio de 1963 y el periódico de Don Bosco “El Vecino”, del sábado 8 de junio de 1963 anunciaron que se había inaugurado con un acto multitudinario en el que participó toda la comunidad de Don Bosco, la Escuela Secundaria Nº 1. Fueron sus primeros directivos el Prof. Francisco M. Ventura y Adelia Elisa Burdet de Gury y Beatriz Bidart de Larregui. El primer año egresaron 72 estudiantes. 
ANIVERSARIO
Efectivamente, después de 81 años Don Bosco sigue abriendo las puertas de Quilmes, y  cuenta con varias escuelas públicas y privadas, de nivel Inicial, Primarias y Secundarias, una Biblioteca Popular, dos Clubes, el Libertad y el Don Bosco, un Hospital y una Sala de Primeros Auxilios; se está construyendo un barrio cerrado, "Nuevo Quilmes" que contará con 650 viviendas y destinará 5 hectáreas a Parque Público. Además se proyecta un Centro Comercial. Pero también es un zaguán bastante maltrecho, con conos de miseria que se traducen en villas de emergencia que año a año crecen inusitadamente y convocan en su abroquelamiento humano individuos de mal traer y mal llevar. Pero ese es un asunto nacional que aún no parece perfilar solución ni en los planes de los políticos actuales ni en los de los venideros, pues de eso no se habla”. Nadie se atreve a tocar las "villas" pues es políticamente incorrecto. Sólo se brindan paliativos sucedáneos y causales que no rinden ni redimen nada, tan sólo resaltan el oprobio que es la miseria.
Vieja estación Don Bosco (Foto Jorge Cerigliano)
El 5 de diciembre de 2015, la señora presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo un acto de inauguración del Ferrocarril Roca Eléctrico. La formación especial pasando por la estación Don Bosco (foto Jorge Lavadia)
 
Prof. Chalo Agnelli
Colaboración de Raúl Fernández y Silvia Simonetti

Otros datos de Alejandro Gibaut, Mario Marotti, Jorge Waddell, Marcelo Arcas y José Luis Frías

 18 de octubre de 2010
 
BIBLIOGRAFÍA
Azarola Gil, Luis Enrique. “Los Maciel en la historia de El Plata”. 1940.
Periódico El Plata, noviembre, 1929
Diario El Sol, noviembre, 1979.- Víctor Giordano