jueves, 16 de agosto de 2018

FELIPE BUGLISI, UN REFERENTE DE LA MÚSICA POR JUAN JOSÉ CORVALÁN (1950 - 2018)


Entrevista realizada por el Lic. Juan José Corvalán en noviembre de 2017 para el periódico "InquietudesSur" de San Francisco Solano"


En recuerdo a Santa Cecilia, Patrona de la Música, cada 22 de noviembre se conmemora en todo el mundo el Día de la Música. En San Francisco Solano, un referente del arte de combinar sonidos es Felipe Buglisi, quien se desempeña como docente y animador cultural.
Felipe Buglisi nació en Messina, Italia, el 10 de diciembre de 1950. Llegó a Argentina cuando tenía dos años. A mediados de la década del '70 se instala en San Francisco Solano.

LA MÚSICA Y LA DOCENCIA 
La afición por la música Felipe la heredó de su padre Doménico Buglisi. Tomo una anécdota que puede ayudar al lector a conocer a Doménico: Muchos años después Felipe tuvo oportunidad de volver a su pueblo natal, donde amigos de su padre, reunidos en la plaza del pueblo le contaron como su padre recorría los pueblos cercanos con un grupo tocando la "verdulera" musicalizando todo a su paso.
Ya en Argentina, su padre armaría un nuevo grupo musical del cual, con el tiempo, Felipe formaría parte. Y desde aquel momento Felipe se sintió atraído por la guitarra.
Llegó a Solano para dar clases de música en el Instituto Fray Mamerto Esquiú. Nos cuenta que ya en esa escuela, el titular del Instituto José Manuel Estrada asiste a la presentación musical de un grupo de alumnos con los que Felipe había ensayado y al finalizar lo invita a sumarse al cuerpo docente de su establecimiento. Pronto su desempeño docente es reconocido y esto le permitirá dictar clases, por varias décadas con mucho cariño y respeto, en varias instituciones educativas como: el Colegio Regina de Rafael Calzada, el Instituto Alfonsina Storni, la Escuela de Educación Media N° 2 Don Luis Piedrabuena, y los ya citados institutos Fray Mamerto Esquiú y José Manuel Estrada.
Hoy continúa con el dictado de clases particulares a varias decenas de jóvenes en clases personalizadas. Orgulloso cuenta que a menudo recibe noticias de distintos alumnos que se encuentran desarrollando sólidas carreras musicales en diversos lugares. Durante la entrevista, fiel a su estilo docente, explicó las diferencias entre distintos instrumentos de viento como el Pircuyo, la Quena y la Flauta Traversa.
En la actualidad, además de la docencia, se dedica al grupo musical San Francisco con el que ya lleva 8 años de presentaciones en clubes y centros de jubilados. 
FELIPE BUGLISI, UN ANIMADOR CULTURAL 
Felipe realizó distintas acciones para el desarrollo del arte y los músicos locales. En una noche de hace más de tres décadas atrás, un hombre altísimo y delgado golpea las manos en la puerta de su casa. Felipe sale y pregunta: ¿Quién es? El visitante responde: ¡Un músico como usted! Era el reconocido guitarrista Julio Urruty que venía a invitarlo a participar del desafío de juntar 100 guitarras en el marco del programa de televisión “Mi Mano Tu Mano” conducido por Nelly Raymond.
Junto con los profesores Morita y Antonio González organizaron un inolvidable Pericón Nacional con la participación de 130 parejas durante el desfile de celebración por el aniversario de la ciudad en el año 1987.
Durante el período 1997 – 2007 organizó 10 ediciones del Encuentro Artístico Solano, en el cual confluían estudiantes de distintas escuelas a compartir el arte que practicaban.
Fue el promotor de que en la noche anterior al desfile aniversario de la ciudad los artistas locales tengan el espacio donde expresarse, una actividad dentro de los festejos que posibilita a los músicos tener una masiva visibilidad.
Participó en varias instituciones locales. El profesor Buglisi fue miembro de la comisión directiva fundadora de la Biblioteca Popular Juan Bautista Alberdi, allá por el año 1984. En el presente, es miembro de la Comisión directiva de Bomberos voluntarios de San Francisco Solano. Realizó varias misiones comunitarias a provincias Argentinas.
Lo sagrado para Felipe es un aspecto importantísimo en su vida cotidiana. Devoto del Padre Pío (1887 - 1968) canonizado en 1982. Transmite con emoción las circunstancias mediante la cual surgió la
necesidad de un santuario dentro del Hospital Materno Infantil Eduardo Oller de San Francisco Solano, que el mismo gestionó su construcción y hoy se erige como "Capilla Madre de la Ternura y Santo Padre Pío".
Me fui de la entrevista con la musicalidad de guitarras, instrumentos de viento y la voz de Felipe. Caminaba por las calles solanenses meditando sobre el resultado de la misma, cuando me encontré con Raúl Galván, primera voz en el grupo 'Canto Sur', y al comentarle sobre la entrevista me dijo: "Felipe fue profesor de 100 alumnos por semana, por mes, por año" y así los comentarios positivos se sumaban ante cualquiera que le comentaba sobre la entrevista realizada (Juan José Corvalán) 
FELIPE BUGLISI, LA MÚSICA SOLIDARIA 
El sábado 30 de junio de 2018, el profesor Felipe Buglisi realizó una presentación de estudiantes de música a beneficio del Merendero Fuente de Vida de Florencio Varela.
Cada uno de los estudiantes del profesor Buglisi, ejecutó con el instrumento musical que domina una canción. A modo de improvisación el profesor Buglisi, invitaba a sus estudiantes a improvisar armando dúos espontáneos entre distintos instrumentistas. La presentación se realizó en la sede de la Biblioteca Popular Juan Bautista Alberdi de San Francisco Solano. A modo de entrada se pedía la un alimento no perecedero para dicho merendero.
El músico y referente de la cultura solanense, capital social de la comunidad quilmeña, don Felipe Buglisi, falleció el miércoles 15 de agosto de 2018, a la edad de 68 años.
Juan José Corvalán Licenciado en Administración y Gestión Cultural, miembro de la Asociación Historiadores Los Quilmeros y de la C. A. de la Biblioteca Popular Pedro Goyenea

(Nota Publicada en la edición Nº54 de INQUIETUDES papel)
Noviembre 2017

FUENTE

Periódico “InquitudesSur” de Gerardo Varaldo (whatsapp / cel: 11 3554 5660), San Francisco Solano.


LA PASIÓN: REVISTA ORAL SANMARTINIANA (11/11/2005)


  Texto leído en la 21° Revista Oral Sanmartiniana que realizó la Asociación Cultural Sanmartiniana de Quilmes el 11 de noviembre de 2005, en la Sociedad Española de Quilmes – Publicado en el blog de la Comisión del Bicentenario (1810-2010)


por Prof. Chalo Agnelli
 Cuando se me propuso hacer el cierre de esta 21° Revista Oral, dudé mucho del asunto a abordar en torno a don José de San Martín, que no sea redundante y concierte el interés de gran parte de los que asistimos a estas reuniones que, quien más quien menos, todos conocemos en forma general la vida y la obra del Libertador.

Entonces se me ocurrió no informar ni rememorar nada, sino promover a la reflexión desde el hombre José Francisco de San Martín y su condición de hombre. Ahondar en una conducta humana, que parece prevalecer en él por sobre todas, la pasión. 
Pasión, pero no en el sentido de padecimiento ni como lo opuesto a la acción, sino como afición vehemente a algo. Esa vehemencia que genera energía inusitada, fuerza de reacción intelectual y práctica que se enfrenta a cualquier impedimento que pueda oponerse a lo que un hombre, una mujer consideren que deben hacer para acometer la vida.
Y se me ocurre que San Martín tenía la sustancia de la pasión, la fuerza impetuosa; el discurso ardiente, pero sin las formas irreflexivas de quien no conoce e improvisa. Su cosmos contenía la convicción coherente que da el conocimiento sobre las propias ideas. De manera que había en él un intelectual en acción sumado a su condición de militar que lo hacía un estratega, de manera que los imprevistos en su accionar fueron hechos fortuitos.
Un buen día, quizá durante las rebeldías propias de la adolescencia, quizá durante las experiencias definitorias de la primera madurez, encontró un objetivo generoso para su vida y puso su mente, su espíritu, su cuerpo, su presente y su futuro, la consideración de los demás, las comodidades, el honor, la fe, los sueños, los deseos e ilusiones en concretar ese cometido.
Y califico de generoso pues los resultados de sus logros, él lo sabía, redundarían en un bien general, duradero. Su objetivo tenía proyecciones de futuro. Su pasión era altruista.
El capitán inglés Basil Hall que lo visitó el 25 de junio de 1821 a bordo de la goleta Moctezuma escribió en su diario personal la crónica de la entrevista que mantuvo con San Martín y entre otros conceptos, lo retrata así: “... los ojos son grandes y penetrantes, negros como azabache... nunca he visto una persona cuyo trato seductor fuese más irresistible. En la conversación abordaba los tópicos sustanciales desdeñando perder tiempo en detalles... mostrando admirables recursos en la argumentación y facilísima abundancia de conocimientos... nada había ostentoso en sus palabras y aparecía en todo los momentos perfectamente serio y profundamente poseído del tema... A veces se animaba en sumo grado y entonces el brillo de su mirada y todo cambio de expresión se hacían excesivamente enérgicos, como para remachar la atención de los oyentes, imposibilitándola de esquivar sus argumentos...” 
Es el retrato de un hombre de convicciones absolutas, más que en sus ideas en el alcance de sus miras. Un apasionado. Pero uno que no se dejó llevar por las otras pasiones, las bajas, las conductas dobles o inconductas del que, aún teniendo madurez y capacidad intelectual, no puede manejar sus instintos primarios, sus impulsos y pone en juego su calidad humana, su honor (término, lamentablemente, muy devaluado)
Otros hombres de su época y muchos de nosotros hoy diversificamos nuestra vida en una multiplicidad de acciones que nos imponen una mayor dispersión y, quizá, porque ni los objetivos de aquellos ni los nuestros tienen las condiciones y circunstancias inmensurables de la gesta emancipadora. Que únicamente la pasión, casi sacra, sin afán de ser místico, de un José de San Martín, logró.
No es posible hallar muchos hombres y mujeres en la historia de la humanidad, acertados o equivocados, que hayan reunido en su composición humana la sustancia potencial de la pasión y el altruismo impenitente como San Martín... Quizá un Manuel Belgrano, un Mariano Moreno, un Sarmiento, una Juana Manso, un Roca, un Leandro N. Alem, un Lisandro de La Torre, un José Gervasio de Artigas, un Ernesto Guevara, una Alicia Moreau de Justo, un Salvador Mazza, una Eva Perón, un Severino Di Giovanni, un Borges; un Gandhi, un Martin Luther King, un Mandela, un Arturo Juaretche, un Osvaldo Bayer, una Alfonsina Storni, Arturo Íllia, las Madres de Plaza de Mayo… y en nuestra historia local, de la que yo no puedo prescindir, se podría nombrar al Dr. José Antonio Wilde, a don Andrés Baranda, al maestro Atanasio A. Lanz, a Adela García Salaberry, a José A. Craviotto, a José Andrés López, nuestro primer historiador social, a Luis Farinello, José Tedeschi, a los quilmes y acalianos que enfrentaron al conquistador español durante más de cien años y muchos prefirieron la muerte propia y la de sus hijos antes que la esclavitud… en fin, muchos, muchos más. Cada uno mentará otros nombres.
Escribiendo esto, evoqué a un médico que se llamaba Maradona, que no fue ídolo de multitudes, un médico que trabajó, hasta poco más de los 90 años, en un pueblito de Santa Fe; un día pasó por allí en tren, se le pidió que auxiliara a un enfermo y no se fue más, se apasionó con esa gente; y memorando a este médico recordé a René Favarolo, cuyo nombre, tan solo eso, remite a la mayor inspiración de la pasión humana… con él a algunos maestros rurales y sin ir tan lejos a muchos que trabajan en las cercanas escuelas de los barrios marginales, maestros que conocí y conozco, ante los que sentí vergüenza por no desenvolverme también yo con la pasión con que ellos ejercían su tarea; recordé a un alumno que tuve hace 28 años y que un día estudiando los Parques Nacionales dijo: “Yo, maestro, seré guardaparques”. Hoy ya hace 17 años que está en el sur y hace poco me mandó un correo y me decía: “Todavía no encontré mujer que comparta mis incomodidades, pero soy feliz, porque aquí me necesitan”. 
Personalidades de convicciones absolutas, más que en sus ideas en el alcance de sus miras. Apasionados como San Martín y en la fuerza inusitada de una pasión.
Una pasión, la suya, que puso sobre el fuego el caldo en el que se hervirían los espíritus que desde 1850, dieron organización, progreso e identidad a una gran porción del territorio sudamericano.
Progreso, esa palabra que se acuñó casi como un mantra ideológico en aquellos espíritus de fines del siglo XIX; identidad, que de tanto nombrarla en vano la dejamos vacía de sentido y que es este híbrido que somos. Organización, progreso, identidad, conceptos inherentes al espíritu del José de San Martín como numen perentorio.
Estas palabras no son afirmaciones; este discurso, entendiendo por tal la facultad racional con que se infieren unas cosas de otras, sacándolas por consecuencia de sus principios o conociéndolas por indicios y señales, no conlleva una idea cerrada, es una propuesta de dar curso a la reflexión, a la autorreflexión y a la discusión, si cuadra para otros ámbitos.
Concluyo con un pensamiento de Bertold Brecht: “Hay hombres que luchan un día y son buenos; hay hombres que luchan un año y son mejores; hay quienes luchan muchos años y son muy buenos... pero los hay que luchan toda la vida... esos son los imprescindibles.”
Cercano el cincuentenario de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Quilmes nos adherimos con esta página escrita y leída para una Revista Oral, evento que se realiza habitualmente.
                                                              Prof. Chalo Agnelli
Revista Oral del 11/11/2005