miércoles, 23 de febrero de 2022

"GRACIELA LINARI, PROFESIONAL Y AMIGA" POR ANA MARÍA DE MENA

A veces recordaba sonriendo que había nacido en la víspera del Día del Animal en la Argentina, el 28 de abril de 1941.

Ana María de Mena con Graciela Linari, encuentro en el Museo Histórico Regional Alte. Guillermo Brown de Bernal.

Estudió periodismo y también aprendió de los que se habían formado en las redacciones, como el periodista de Avellaneda Juan Tamiggi de quien tenía un buen recuerdo, lo mismo que yo.

En los medios de divulgación del sur del Gran Buenos Aires discurrió su actividad en la prensa, particularmente en El Sol y El Varelense, junto Romeo Rosselli, con quien formó una familia.

Me iniciaba en la profesión cuando conocí a Romeo, el Negro Rosselli, sin sospechar que muchos años después seríamos amigas su esposa y yo. Fueron los libros y el interés por la historia lugareña lo que nos fue acercando. 

Graciela, el fotógrafo Carlos Scott y el periodista Romeo Rosselli, en el Museo Fotográfico de Quilmes.

Entonces ya era museóloga. El rescate y divulgación del pasado hicieron que nos encontráramos en jornadas de capacitación. Ella era hija adoptiva de Florencio Varela y yo soy nacida allí, por lo que las inquietudes comunes posibilitaron que compartiéramos ferias de libros, capacitaciones y otras correrías culturales.

Graciela prologó mi libro “César Ave-Los muros de Bustillo” y, tiempo después, me invitó a que presentara el suyo “Florencio Varela, Pueblo mío…” Esto fue en un salón colmado de gente, junto a Fernanda, Paula y Sergio, que sumaron a Romeo en el grupo de sus amores. Estábamos bajo el sortilegio de un ramo de margaritas, sus flores preferidas.

Durante la presentación de “Florencio Varela, Pueblo mío…”
Generosa, vio méritos en mis trabajos y me animó a presentarlos en algunos certámenes. Confiando en su criterio más que en el mío, participé y obtuve premios nacionales. Solíamos reírnos porque las dos recibimos diplomas de reconocimiento. “Nunca un centavo”, decíamos. “Trabajamos por amor al arte”, agregábamos convencidos.

Apasionada por indagar en el pasado, un año después de la crisis de 2001 fundó “Palabras con historia”, publicación que sostuvo ininterrumpidamente con mucho esfuerzo. 

Revista mensual de distribución gratuita "Palabras con Historia", 20 años ininterrumpidos, declarada de Interés Legislativo por el H. Concejo Deliberante de Florencio Varela y declarada de "Interés Cultural" por disposición 1/04 del Consejo Escolar de Florencio Varela. 

Disimuló la enorme pena causada por infortunios familiares y la indignación cuando robaron en su casa y destruyeron parte de sus archivos. Sin claudicar siguió adelante. Cuando la luminosidad llegó con el nacimiento de dos nietos, Graciela plantó seibos para acompañar la descendencia que se abría paso.

Publicó: “Profesión? Periodista” una semblanza y recopilación de escritos de Romeo Rosselli.   

Colaboró con las bibliotecas, las escuelas, los docentes y con muchas instituciones, como Mi Pueblo, el Museo Hudson, el Centro Cultural Sarmiento, Amigos de la Capilla Escocesa, etc. Puso empeño en rescatar la ese templo y para ello contó con un colaborador extraordinario: el querido Carlos Córdoba.


Charla sobre la historia de la Capilla Escocesa dada por Graciela Linari en el High School de Quilmes el 17 de noviembre de 2006

 

Desde que vivo en la Patagonia, manteníamos correspondencia postal que cada una recibía como un regalo en medio de facturas a pagar que nos traía el correo. Los avatares del país, las cuestiones culturales, nuestros hijos son constantes en ese intercambio epistolar. Seguí en las cartas el nacimiento y crecimiento de Facundo y Nehuén, sus nietos. (Dolida por el descuido de la vida, lamento que no encontraré el sobre con su letra en mi buzón).

Cuando en 2012, se hicieron las 4| Jornadas de Patrimonio Arquitectónico e Identidad de San Martín de los Andes, la entusiasmó la idea de participar y aceptó presentar una ponencia que tituló “Capilla Saint John: la memoria en ruinas”. Hasta la Patagonia llegó su voz en defensa de ese bien cultural.

Su conferencia sobre la Capilla Saint John en San Martín de los Andes.


Fueron días atravesados por el encuentro con expertos nacionales que ofrecieron conferencias magistrales. También hubo paseos, charlas inagotables y visita al callejón Guillermo Enrique Hudson, donde quiso tomarse fotos. Acompañada por Fernanda y Paula, aquí dejó las reliquias de Sergio, su hijo, y Romeo, su esposo. Esa tarde la reconfortó el compromiso cumplido.   

Cenando con maestros del patrimonio arquitectónico nacional: Martha Levisman al fondo, Fabio Grementieri, Adriana Ten Hoeven y Graciela.

Un año después, le conté una alegría mayor recibida de mi hijo y Graciela me envió junto a una carta, un babero confeccionado por ella donde había bordado en punto cruz, con hilos de colores, su mensaje: “¡Felicitaciones!”. Era capaz de esas sorpresas.

 

Graciela Linari junto a la señalización de un callejón de San Martín de los Andes, Neuquén, que por iniciativa de la autora de esta memoria, lleva el nombre de Guillermo Enrique Hudson. (2013)
Alentó siempre, la actividad cultural en todas sus formas y acompañó en cuanto pudo a los protagonistas. En Buenos Aires nos encontrábamos para ponernos al día. Algunas veces en compañía de amigos comunes como Ludovico Pérez, Norma Cistaro, los “goyenos” y los “quilmeros”, gente querida por las dos.

De pie: Carlos Córdoba, Norma Cistaro, Olga Areán, Graciela Linari y Chalo Agnelli. Sentados: Ludovico Pérez, quien esto escribe, Ana Aispurú Hurrell y Cristina Secco, presidenta y bibliotecaria, respectivamente, de la querida biblioteca Pedro Goyena.

 Últimamente, aun agobiada por el cansancio y una salud que a veces le rehuía, se animó a continuar la edición de su revista mensual, en formato digital.

A mediados del año pasado, por la iniciativa generosa de Chalo Agnelli, recibimos a la par una noticia: la Junta de Estudios Históricos de Quilmes, nombra a cada una como miembro honorario. En plena pandemia y por chat, comentábamos la alegría que nos causaba la designación. ¡Qué honor para dos varelenses amantes de Quilmes!

 

Graciela Linari, ejemplo de dignidad personal y profesional, de respeto por el semejante, deja a la comunidad una publicación que durante veinte años reflejó el quehacer cultural y la historia de Florencio Varela. Fue y será valiosa fuente informativa y de consulta.

Poco antes de su partida, le comentaba por chat del lago Lacar y ella me decía:

- “Siempre pienso en volver”

- “Y yo siempre te espero”- le respondí.

Ana María de Mena desde Neuquén

anamariademena@gmail.com

Director del Blog Chalo Agnelli