miércoles, 10 de julio de 2019

GUILLERMO E. HUDSON, CORRESPONSAL DE LUJO - PALABRAS CON HISTORIA


En diciembre de 1865, hace casi un siglo y medio, da comienzo un intercambio epistolar entre Guillermo Enrique Hudson y una prestigiosa institución norteamericana, el "Instituto Smithsoniano", que se prolonga por apenas tres escasos años, pero que significa el ingreso del naturalista argentino a la élite de la ciencia mundial.
Carlos Antonio Moncaut, en Andanzas y aventuras entre gauchos de William Henry Hudson” (1) recoge, en varias páginas, momentos di­versos de esa relación. 
 
LA PRIMERA CARTA 
En un alto de su paso por la mili­cia, Guillermo Enrique Hudson se halla - en 1865- en la provincia de Buenos Aires, registrado como soldado en la clase pasi­va debido a su enfermedad: “vicio orgá­nico del corazón” (diagnósticado por el Dr. José Antonio Wilde). Entre otros datos ci­tados relativos a la familia, el texto alude a la donación por parte del naturalista, de $100 destinados a la reconstrucción del camino Puente Chico - Quilmes (hoy Avenida Mitre - Dardo Rocha), primitiva ruta por la que su padre conducía frutos de la estanzuela “Los Veinticinco Ombúes” hasta la ciudad de Buenos Ai­res. (2)
Sobre finales de este año y por intermedio de Germán Burmeister, (3) que lo pone en contacto con Hinton Rowan Helper, cónsul de Estados Unidos en Buenos Aires, Hudson inicia su relación con el Instituto Norteamericano de Was­hington. 
El diplomático remite - el 27 de di­ciembre de 1865 - una carta a la prestigio­sa entidad a modo de presentación del naturalista residente en Conchitas, par­tido de Quilmes de esta República. Expresa en la esquela que: "el citado ornitólogo, quisiera emplearse para coleccionar pájaros, sea para el Institu­to Smithsoniano o para cualquier otro museo de los Estados Unidos u otra par­te. Mr. Hudson me ha sido recomendado como muy preparado en la materia a que se dedica - aclara el remitente - y se cree que satisfaría a quien lo empleara. Le he preguntado por sus condiciones, pero dice que nunca a hecho colecciones, sino solamente para su interés personal y no sabe, por lo tanto, cuánto cobrar por sus servicios. Si Usted dispusiera emplearlo pagándole tanto por pieza de otra manera, sería grato para mí servirle como intermediario para un arreglo que fuera de conveniencia para ambos. Salúdalo: H.R. Helper” (4) 
En febrero de 1866, desde el Smithsoniano llega la respuesta del profesor Spencer Baird en la que manifiesta que los mapas en su poder: no muestran dónde está Conchitas, pero poco se conoce referente a los pájaros de cualquier parte de la República. Ten­drá mucho placer en ver las colecciones de Mr. Hudson y en ayudarlo a ordenar­las." (5)

POR AMOR A LA NATURALEZA 
Siete meses después, Hudson le escribe señalando que no ha podido cum­plir con sus expectativas, que eran las de reunir 200 o 300 ejemplares antes de sep­tiembre. Me he chasqueado - dice - los pájaros invernales que he tratado de conseguir fueron tan escasos en esta ocasión que en varias oportunidades he cabalgado muchas leguas sin haber po­dido obtener, ni aún ver, un solo ejem­plar. La mayoría de las aves que le envío son las que permanecen aquí todo el año y probablemente son bien conocidas por los naturalistas; es todavía muy tempra­no para los visitantes del verano y como no he podido conseguir más, en dos o tres semanas, considero mejor enviarle las pocas que he reunido. 
Aunque no tengo medios de for­tuna - prosigue - no es por falta de otros empleos que deseo hacer colecciones sino puramente por amor a la Naturale­za. Sería sin embargo más cómodo para mí dedicar todo mi tiempo a estas ocu­paciones si yo fuera encargado de co­leccionar otros objetos además de pája­ros, como fósiles, insectos, pastos, etcé­tera y esto me capacitaría para hacer colecciones completas de todos los pá­jaros. Respetuosamente, salúdalo William Henry Hudson.(6) 
MIRANDO A LONDRES 
Tras varios envíos y luego de ha­ber recibido algunas remesas de dinero que le fuera abonado en retribución por su trabajo (7), reconoce Hudson que des­de hace tiempo no ha recogido ninguna especie ni ha hallado el tiempo para en­viarle los ejemplares que poseía: “Pienso dejar Conchitas - dice Guillermo - para establecerme en otro lu­gar del país antes de poco tiempo." 
El 3 de junio de 1868, remite a Baird una de las últimas cartas en la que le informa que ha recibido una misiva del doc­tor Sclater, de la Sociedad Zoológica de Londres con el aparente propósito de que también coleccione especies para dicha institución. 
Hudson duda porque señala estar tan ocupado con otras cosas que no se dedica a las colecciones. Insiste en su decisión de salir de Conchitas porque entiende - dirigiéndose a Baird -: “que Us­ted no requerirá mas duplicados de las especies que se pueden conseguir aquí." (8) 
Muerto su padre (enero 1868), desperdigada la familia por la venta de la propiedad de Conchitas y afrontando pro­blemas de subsistencia, Hudson empren­de numerosos viajes al interior de la Pro­vincia, la Patagonia y hasta el Uruguay e inicia, en 1869, la relación y el envío de correspondencia y ejemplares de colec­ción a la Sociedad Zoológica de Londres.
De “Palabras con historia” diciembre de 2014 año 12 N° 137 Pp. 4 y 5

Graciela Linari

Compilación Chalo Agnelli

NOTAS 
1.- Moncaut, Carlos Antonio - “Andanzas y aventuras entre gauchos de William Henry Hudson ”Editorial El Aljibe - City Bell - 1991 - Pág. 20
2.- Craviotto, José Antonio y Barrera Nicholson, César .- “De la vida de Guillermo Enrique Hudson ” - Revista “El Hogar” - Buenos Aires - 28/8/1942 - Citado en “Andanzas y aventuras... ”
3.- Carlos Germán Burmeister es un na­turalista, paleontólogo y zoólogo naci­do en Alemania pero nacionalizado ar­gentino (discípulo de Alexander von Humboldt) a quien Sarmiento pone al frente del Museo de Buenos Aires.
4.- Constanza Huergo, María.- “La ini­ciación profesional de Hudson ’’ - La Prensa - Buenos Aires - 25 de noviem­bre de 1962 - Citado en “Andanzas y aventuras ...”
5.- Ibid
6.- Ibid
7.- Alcanzó a enviar 265 pieles, entre ellas, 96 variedades de las cuales 14 no estaban incluidas en las listas de Germán Burmeister, la más completa considerada hasta entonces.
8.- Revista "El Hogar", Buenos Aires, 14 de noviembre de 1947.