sábado, 28 de marzo de 2020

GOLDAR, JOSÉ ABEL – MISCELÁNEA – DÍA DEL HISTORIADOR


Como parte de los festejos por Tricentenario del nacimiento de Quilmes y las fiestas Patronales de Nuestra Señora de la Guardia, el sábado 27 de agosto de 1966, la Biblioteca Popular José Manuel Estrada organizó, en su local social sito (en aquellos años) en la esquina de las calles 25 de Mayo y Belgrano de Bernal, un acto en el que disertó el Sr. José Abel Goldar [1] sobe “Quilmes de ayer, en el Quilmes de hoy”, donde se explayó sobre los residuos de pasado que aún se preservaban en aquel Quilmes de los ’60, a poco que “se acabara el pueblo”, [2] vestigios de un ayer que se escapó entre los vericuetos de la modernidad y el “progreso”. Provechosos los más, lamentables los menos, pero dolorosa la pérdida de mucho patrimonio; pérdida que nunca se detuvo a lo largo de las décadas siguientes y hasta hoy sigue diluyéndose desde el olvido algún patrimonio, tradición, costumbre.
La charla se vio rodeada de una muestra de fotos de Alcibíades Rodríguez “Historia de Quilmes a través de la fotografía” y una muestra de obras del historiador José Craviotto y otros historiadores quilmeños.
El presentador decía en la ocasión:
Juan Agustín Isetto[3]
“Solíamos reunimos para comer en la Cantina del Griego o en El Moderno.[4] Comer era la excusa. Otra necesidad, no precisamente gastronómica, nos llevaba allí: la de estar juntos para conversar de historia, de nuestra historia. Entre los puntuales concurrentes estaban Craviotto, Antonio Igle­sias, don Ricardo Piccirilli, Kelsey — a quien, por una ocu­rrencia de Craviotto, apodábamos el General Paz —, Rosa Bucich y (su marido) Von Schoultz, (Mario) Scigliano, Mirita Bollo, (el juez) Tomás y Luis Otamendi, Lomban, (José Abel) Goldar y tantos otros amigos que en este momento se me escapan de la memoria. Por supuesto — y este "por supuesto" lo subrayo — también estaba firme don Pancho Romay. Sí, don Pancho, como le decimos respetuosamente al distinguido historiador don Francisco Luis Romay, nosotros, los que tanto lo queremos. En aquellas noches para la historia de la historia, Craviotto, Piccirilli, Antonio Iglesias y don Pancho ejercían la enorme fuerza centrípeta de su personalidad. Los más pollos callábamos discretamente. Goldar no es de los de mucho hablar, tiene la virtud de los que saben escuchar. Pero por allí, un dato retenido en algún vericueto de la memoria o la existencia de un hecho desconocido, reclamaba la urgente interven­ción de un atento asistente, portador de la información precisa. Entonces, nuestras miradas convergían hacia Goldar, porque todos estábamos seguros que este extraordinario sabedor de cosas, conocía hasta el más insignificante detalle de cuanto se hablaba. Y él, con esa modestia que es lujo de pocos y la sonrisa que le brota espontánea a flor de labios, no se hacía esperar con su comentario ponderado y riguroso.
Antonio Iglesias marchó antes que ninguno y seguro que andará por el cielo enseñando historia argentina a los bien­aventurados. Kelsey y Craviotto le siguieron después y casi al mismo tiempo. ¡Ay, el profesor de química que sabía más historia, no pensó cuán solos nos quedábamos! Y dejamos de reunimos, acaso para no sentirnos aplastados por la presencia de tantas sillas vacías. Pero hoy, algo, algo que viene de más allá y de más arriba, me dice que volvemos a estar juntos todos, otra vez, para escuchar a este consa­grado periodista, a este maestro, enjundioso y vital, que es Goldar, quien nos va a hablar de un Quilmes que vive albo­rozado el jubileo de su tercera centuria.
¡Cuánto bueno, Goldar! Volver a reunirnos como en aquellas noches, cuando el pretexto de comer, nos encon­trábamos en la Cantina del Griego o en El Moderno.Juan Agustín Isetto
Goldar como presidente de la Soc. de Bomberos Voluntarios de Quilmes entregando condecoraciones a bomberos destacados.
 Algunas obras históricas del José Abel Goldar
Compilación Prof. Chalo Agnelli
FUENTE EN EL
Museo Bibliográfico Documental “Bibliotecario Carlos Córdoba” de la Biblioteca Popular Pedro Goyena.
NOTAS
[1] Ver en EL QUILMERO del lunes, 31 de agosto de 2015, “José Abel Goldar, albacea de la memoria”.
[2] Ver en EL QUILMERO del sábado, 14 de enero de 2012, “Cuando se acabó el pueblo” - Miscelánea quilmeña - 1963[1]
[3] Presidente de la Comisión de Cultura.
[4] El Moderno era un hotel en la esquina NO de San Martín y Alem. Tenía un restaurante donde se brindaban comidas tanto a los huéspedes como a cualquier vecino que lo deseara. Se solían reunir en él grupos para festejos y reuniones sociales y fue sede original de varias instituciones que iniciaron allí sus trayectorias.