“Educar es una cuestión de fe,
la más sagrada”
Chalo Agnelli
Después de los
preceptores José Rosende, Félix Meals, Demetria Rivero y Helena Heathfield
Wilde de Carlsen hubo maestros que
ejercieron la docencia en Quilmes en la
que sería la primera escuela del distrito que cumple 150 años y fundaron nuevas
instituciones de educación elemental (1º a 4º grados) en otros rincones del
vasto partido. Unos con más perdurabilidad que otros, pero todos tuvieron que
lidiar con las inapropiadas condiciones para una tarea educativa digna.
El primero que se
ocupó de estos educadores fue el historiador y profesor Juan Carlos Lombán en
su libro “Antiguos Maestros de Quilmes”
editado en 1966, con motivo de los 300 años de la primera fundación de Quilmes,
publicado por la Municipalidad, bajo la dirección de la Biblioteca Pública D.
F. Sarmiento que conducía el Prof. Carlos Guillermo Maier. Trabajo que se
presentó en una conferencia realizada en dicha Biblioteca el 16 de agosto de
ese año con la presencia de la mayoría de los educadores quilmeños.
Fueron algunos de
aquellos maestros pioneros (o preceptores, según se los titulaba en la época): Robustiano
Pérez, Julio Basset y Mansilla,
Emiliano Reina, Manuel Blanco, Eusebio Rodríguez, Bernabé Iriarte... entre otros de menor relevancia en tiempo y
actuación.
Nos son muchos los datos que se pudieron obtener de cada
uno, sólo los hallados en periódicos de la época como “El Progreso de Quilmes” y “El
Quilmero”; planillas y documentación existente en el Archivo de la
Provincia “Dr. Ricardo Levene; material
de trabajo que nos facilitara el historiador José Abel Goldar para el libro “Maestros y Escuela de Quilmes” (2004), de quien suscribe, y otra
documentación facilitada por el profesor Lombán, que no había utilizado en su
libro antes mencionado; y algunos pocos escritos, muy deteriorados, de archivos
particulares de descendientes.
ROBUSTIANO PÉREZ, MAESTRO FUNDADOR [1]
El 13 de
abril de 1861, se hizo cargo de la escuela en reemplazo de Saturnino
Echeverría uno de los maestros de mayor fervor comunitario y educativo que tuvo
Quilmes en esos años, Robustiano Pérez,
que venía actuando como secretario de la municipalidad desde marzo de 1856. Según dice el Prof. Juan Carlos Lombán: ''...verdadero arquetipo de educador poseído por
una fervorosa pasión civilizadora y de bien público. " [2]
Robustiano Pérez había nacido en 1822, supuestamente
en Buenos Aires. Era un hombre parco, reservado y de costumbres modestas. Por
su grafía y sintaxis se advierte que recibió una educación esmerada. Si bien su
desempeño docente fue breve, pues el 27 de octubre de 1863, entregó el cargo al
preceptor Julio Basset y Mansilla, la calidad de su paso por la escuela que
funcionaba en su propiedad, calle Mitre entre Rivadavia y Alsina, fue
relevante.
Había adquirido este solar en 1839, allí construyó su
vivienda y escuela. Luego edificó en el linde de la vereda, frente a la plaza (hoy San Martín),
una sala que funcionó como juzgado de paz, frente al cual, afirma Manuel Ales,
fue fusilado el juez de paz don Paulino Barreiro y no en la esquina SE de la
plaza como aseguran otros historiadores.
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El Positivo |
LA ESQUINA NOROESTE
DE MITRE Y RIVADAVIA
Robustiano Pérez vendió esa propiedad a Juan Manuel
García que murió en 1873 y la heredó su sobrino Antonio Silva; pasando luego a
su hijo Aníbal Silva y Giráldez, donde instaló un almacén, “El Positivo"
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Esquina noroeste de Mitre y Rivadavia donde se ve el almacén El Positivo de los Silvia. No es la misma construcción, sino en otra más precaria hacia el centro del solar estaba la casa de Robustiano Pérez. La foto fue tomada desde los techos de la Escuela Nº1 |
A su lado estaba
la casa de Santiago Laurnaga y en la esquina de Mitre y Alsina había ombúes que
albergaban las diligencias de Acuña y Córdoba quienes hacían el servicio a la Capital, Ensenada,
Magdalena y Chascomús. Robustiano Pérez, aún desde afuera de las aulas, siguió bregando por la educación en el partido. Como municipal, cargo
que desempeñó hasta agosto de 1866 en que se retiró de la vida pública, procuró
que la primera escuela tuviera edificio propio, tuvo significativa influencia
en la ordenanza acerca de la obligatoriedad de la enseñanza, de 1860, mencionada anteriormente y, en 1864, con el Dr. Wilde
se unieron en la iniciativa de crear la Comisión Municipal
Inspectora de las Escuelas.
En 1862, siendo
juez de paz y presidente municipal Francisco Lozano, se reiniciaron las
gestiones para levantar el edificio de la Escuela Pública (demolido en 1909, del cual subsiste la escuela para
niñas, edificada en 1882, sobre la calle Alem, actual Jardín 921) El edificio
fue modelo de otros construidos con posterioridad. Solamente queda un croquis
dibujado por Juan María Gutiérrez, rector de la universidad aconsejando que se
construya un establecimiento educativo igual en la localidad de Salto. El
edificio original, con algunas ampliaciones, perduró hasta 1910.
El 1 de abril fue aceptado, con algunas modificaciones el
contrato presentado por el arquitecto Pedro Petrochi y el constructor Donad por
un costo de $ 131.000. Lo firmaron además del nombrado arquitecto, Robustiano
Pérez y Francisco Lozano.
Antes de iniciarse las obras se presentó un reclamo del
obispo de Buenos Aires Mons. Escalada que influido por el párroco Vadoni, [3] reclamaba que el terreno donde se pretendía
construir la escuela era de propiedad de la Iglesia. Baranda
le respondió que en virtud del decreto del 16 de setiembre de 1825: “en
todos los pueblos de campaña se reservarán dos solares (dos cuartos de
manzana) con frente a la plaza principal, destinados a la oportuna construcción
de los edificios públicos de escuela, casa de justicia (juzgado de paz al
que se agregaría la municipalidad) y templo donde fuese necesario...”
También recordaba que ambos solares estaban ocupados por el edificio municipal,
el terreno destinado a las escuelas, la vieja casa parroquial y el antiguo
templo y que quedaban, además, 41 varas donde edificar una iglesia adecuada.
El decreto fue recuperado por don Andrés Baranda, “El
árbol de la buena sombra”, [4] 37
años después de su vigencia y permitió la construcción del antiguo edificio de la N°1 donde jurídicamente le
correspondía.
Los trabajos se iniciaron el 1 de abril de 1862. El último pago de 31.000 pesos fue abonado en
donación por el tesorero municipal don Mariano Solla, pues la municipalidad no
había podido reunir ese dinero. Otra demostración del espíritu de
comunidad que existía en esos hombres abocados a la construcción de un país.
La municipalidad contaba con un presupuesto anual de
$186.746. Destinaba a las escuelas y fomento de la enseñanza $ 100.000, es
decir, un 53,5 %.
De
esta manera la municipalidad que desde 1854 pagaba una suma de $ 300 pesos por
una propiedad totalmente inadecuada a los fines educativos tendría un
establecimiento propio y apropiado a sus fines. Robustiano
Pérez, el 30 de abril de 1863, promovió una colecta entre los municipales para
construir el templo de la parroquia de la Inmaculada. Luego
logra que se designe una comisión municipal inspectora de las obras que
integra. Si bien en 1864 renuncia porque sus ocupaciones no le permiten
realizar una supervisión exhaustiva el 10 de setiembre de ese mismo año
renuncia irregularidades y logra que no se usen ladrillos viejos en los
cimientos.
LA PLAZA 25 DE MAYO
El primer nombre que
tuvo la actual plaza San Martín, que fue 25 de Mayo, fue propuesto por
Robustiano Pérez en 1859 desplazando el nombre de Mayor o Principal, que
conservaba desde la época colonial.
A
su retiro de la vida pública en 1866, Pérez tenía 44 años, era soltero de modo
que no tuvo descendientes ni ninguna otra familia en Quilmes, que se conozca.
Se ignora su destino aunque se supone que murió pocos años después de 1867,
porque nada más se habla de él en los documentos existentes ni en el
anecdotario popular. Puede ser que haya sido víctima del cólera en 1868 o de la fiebre amarilla en 1871.
La
escuela Nº 50 ubicada en la calle 826 entre la 897 y 898 de San Francisco
Solano lleva el nombre de este señero maestro.
JULIO BASSET Y MANSILLA
Sucedió a Robustiano Pérez, el 27 de octubre de 1863, que - como lo señala el Prof. Lombán en su “Antiguos
Maestros de Quilmes” - era lo opuesto en su actuación al antecesor ya que
descuidaba su tarea por su espíritu bohemio. Fue escritor y periodista de
escasa notoriedad. Esto determinó que el Inspector General Marcos Sastre lo
separara de sus funciones el 31 de julio de 1864, entregando el establecimiento
interinamente a Emiliano Reina. Después del cese se marchó al Uruguay. La actuación de Basset y Mansilla, sin embargo, fue
significativa por tres cuestiones: una, al presentar una nota a la Municipalidad
solicitando una Bandera Argentina
para desplegar el día de sus actos solemnes Como ya la tenían
otras escuelas públicas. Esto fue tratado por los municipales en la sesión del
15 de noviembre de 1863. La segunda, fue uno de los precursores de la enseñanza de la lengua francesa en Quilmes,
idioma que conocía por su padre que tenía ese origen, este emprendimiento fue a
instancias de Andrés Baranda que era un entusiasta del francés. Y la tercera
cuestión es que viviendo en Montevideo, donde también ejerció la docencia,
propuso al gobierno uruguayo y logró que se emplearan en las escuelas los
textos de Marcos Sastre, el mismo que lo dejó cesante. Regresó a Quilmes en 1866 a su residencia en el
Cuartel 3° Cañada de Gaete (actual La Cañada de Bernal Oeste) y solicitó su ingreso al ejército por nota del 18 de agosto,
lo que se le concedió. Basset y Mansilla tenía 19 años cuando comenzó a ejercer
la docencia en nuestra escuela pública de modo que fue uno de los maestros más
jóvenes que tuvo Quilmes de esos años.
EMILIANO REINA
Comenzó
su actuación docente en 1864 sustituyendo, interinamente, a Basset y Mansilla.
Crea la primera escuela privada llamada “San Luis Gonzaga”.
Programa del colegio San Luis. [5]
Calle N° 13, cuadra y media de la Iglesia hacia el Sud.
PLAN DE ESTUDIO.
Enseñanza primaria: principios de lectura hasta leer regularmente,
escritura, tabla de contar, las cuatro primeras operaciones con números
enteros, doctrina cristiana.
Clase superior; lectura perfeccionada en prosa, verso y
manuscrita, religión, gramática castellana, analítica y sintética, aritmética
completa con el sistema métrico decimal, geografía teórico práctica sobre
mapas, escritura, letra inglesa y gótica, historia argentina, idioma francés y
música.
Mensualidades: clase primaria $m/c 50. Superior $m/c 100. Clase de
música $m/c 30. Medio pupilo con almuerzo $m/c 200, ídem., almuerzo y comedia
$m/c 300. ídem. pupilos $m/c 350. Quilmes, febrero 11 de 1876.
Emiliano Reina, director.
La municipalidad la subvencionó
con $ 50 mensuales. El Progreso del
domingo 25 de mayo de 1873, bajo el título “A los padres de familia” informa: “Habiendo la Honorable Municipalidad tenido a bien subvencionar el Colejio
(sic) ‘San Luis’ [6] el infrascrito
Director recibirá hasta diez niños pobres para educarlos en su establecimiento.
Quilmas Mayo 18 de 1873. (Firma)
Emiliano Reina – Director.”
Este
colegio tuvo poca vida pues se anunció su cierre el 11 de junio de 1876. Reina fue preceptor interino hasta 1876, en enero de 1877
rindió examen para maestro elemental. No aprobó, pero recibió el título de
sub-preceptor. Esto parece que lo ofendió y tuvo un enfrentamiento con el
inspector Larraín que dirimió en el examen. No le conformaba la situación
porque tenía que ser subalterno de Eusebio Rodríguez que sí había aprobado como
preceptor.
A esto se sumó que el 14 de junio de 1877, el vecino
Arrascaete lo acusó de hacer sangrar a su hijo de un golpe que le dio en la
nariz y que también había empleado la violencia física con otros alumnos. El
Sr. Reina se defendió poniendo de testigos a sus 100 alumnos que no estuvieron
de acuerdo con las acusaciones de Arrascaete, de modo que el Concejo Escolar
favoreció al maestro.
Por estas circunstancias se hizo cargo de la escuela de
varones de Florencio Varela, en esa época San Juan.
El Quilmero del
21 de abril de 1881, bajo el título CONSEJO ESCOLAR, informa: “El sábado por la noche celebró sesión el
Consejo Escolar de este distrito. El objeto de esta era bastante serio pues se
trataba de proveer de preceptor a la escuela de varones de Quilmes, cuya plaza
quedara vacante por renuncia del puesto que hizo el Sr. Iriarte. Había dos
solicitantes de la plaza: el Sr. Reina, que está al frente de la escuela de San
Juan, y el mismo Sr. Iriarte que por razones particulares que no son del caso
resolvió volver a ocupar su puesto si aún era tiempo. El personal del
Consejo estuvo íntegro, cosa que acaso causará sorpresa a más de un vecino.
Entrando a tratar del punto a resolver el Sr. Baumgart hizo presente la
recomendable conducta del Sr. Iriarte
durante el prolongado período que ha estado al frente de la escuela
manifestando por último que él estaría porque fuera repuesto en el empleo de
preceptor de ella. El presidente de Consejo después de fundar su opinión en
razonamientos que no creemos deber mencionar aquí, manifestó su voto también a
favor del Sr. Iriarte. Tocó el turno al Sr. Amoedo que fue de la misma opinión.
Los Sres. Elia y el Dr. Wilde también estuvieron de acuerdo siendo repuesto en
el cargo de preceptor de la escuela de varones el Sr. Iriarte. También se resolvió
en aumentar en 200 pesos mensuales el sueldo de 1200 que goza el Sr. Reina, no
acordándose ningún aumento al sueldo del preceptor de la escuela de varones. Lo
que si bien nos parece justo con respecto del primero, creemos que no lo es
respecto del segundo.”
Se advierte la injerencia directa que el Consejo Escolar,
cuyos cargos eran ad honores, tenía sobre los nombramientos y sueldos de los
docentes; así como su movilidad dentro del distrito.
La imprenta del primer periódico quilmeño El Progreso
de Quilmes fundado por el Dr. José Antonio Wilde se hallaba en la calle
del Comercio (Mitre), casa del preceptor Emiliano Reina.
MANUEL BLANCO
También
suscitó algunos problemas que ocuparon bastante a las autoridades del Consejo
Escolar. A continuación se transcriben notas aparecidas en El Quilmero. En “El Quilmero” N° 5
del jueves 16 de diciembre de 1875, bajo el título: “UNA FIESTA SIMPÁTICA”.
Hace referencia a la distribución de premios a los alumnos de las escuelas
municipales. Terminada la entrega el preceptor Manuel Blanco dijo un discurso
elocuente. Le siguieron en el uso de la palabra el cura párroco, el joven
Otamendi y cerró el Dr. Wilde. Un colaborador, que describe en el periódico
dicho acto hace un elogio del maestro a cargo de la escuela Nº3 de varones:
"El señor Blanco es uno de los maestros que en la República Argentina
están a la altura del movimiento educacionista que se opera en Europa y
América, sus profundos conocimientos en la ciencia de educar, hacen que pueda
llevar su misión como corresponde." Firma esta nota
J.O.M.)
N°35- Quilmes jueves 30 de marzo de 1876. ESCUELA DE VARONES. Dice el periódico que: […] culminó el escándalo entre los preceptores. El Sr. Blanco renunció. Aún
no tiene sustituto. Se reclama que creen otra escuela pues habiendo más de 300
niños en edad escolar solo hay capacidad para 100 y con incomodidad. El Consejo
Escolar resolvió habilitar otro salón contiguo al existente. […] “Mientras tanto se eleva la solicitud de
autorización al Consejo Gral. de Educación, el que comisionó al Dr. Wilde, miembro
del mismo, para que corroborara sobre dicha necesidad, encontrando que era
imprescindible. Aún el Consejo General no se expidió, lo cual es incomprensible
considerando que no le costará un solo peso.” […] "Y ese proceder
del Consejo General puede llegar hasta a desmayar la voluntad mejor
sentada."
N° 36- Quilmes
domingo 2 de abril de 1876. NOMBRAMIENTO: “Fue electo preceptor
interino de la escuela de varones con 80 alumnos a cargo de Emiliano Reina y
sub preceptor el Sr. Rodríguez. El consejero Mariano Otamendi oficiará de
sub-inspector honorario y secretario interino honorario será el Sr. Juan S. Lechiguero.”
EUSEBIO RODRÍGUEZ
Fue
sub-preceptor de la escuela de varones hasta el conflicto con el
preceptor
Blanco. El Quilmero de 1875 detalla
el escándalo entre estos dos educadores. Rodríguez reclamó que se hiciera
público que era un caballero de honor, respetuoso y cumplidor de su tarea. El
juez de paz y presidente de la municipalidad Manuel Doroteo Soto informa a la Dirección de escuelas y
ante el periodismo que a dicho preceptor se le habían levantado todos los
cargos que le hiciera Blanco y lo declaró digno de su puesto de sub-preceptor.
Estuvo en la escuela de varones de Quilmes hasta que 15 de julio de 1877 en que
obtuvo por concurso el cargo de preceptor y para no tener conflictos con Reina
renunció. Se trasladó, primero, como sub-preceptor a una escuela del barrio de
Monserrat en la Ciudad
y, luego, como maestro a la escuela N° 2 de la parroquia del Pilar (Recoleta)
El preceptor Bernabé Iriarte lo
sustituyó en Quilmes. Eusebio Rodríguez falleció a
fines de de abril de 1884, así lo informa El
Quilmero del 4 de mayo de ese año.
BERNABÉ IRIARTE
Publicó en El
Quilmero una solicitada el mismo día en que cerró la escuela de Emiliano
Reina, el domingo 11 de junio de 1876
Bernabé Iriarte; anunciando la
instalación, a partir de la semana siguiente, de un colegio particular de
varones en la calle Nº 13 (Mitre), cerca de la plaza (San Martín) en la casa de
don Pedro Iturriaga (Olavarria y Mitre, Esq. SE). Las materias que ofrecía
eran: lectura, escritura, aritmética, gramática, doctrina cristiana, geografía,
historia nacional geometría, dibujo lineal y música vocal.
Esta escuela tampoco debe haber
tenido mucha vida ya que Iriarte sustituyó a Rodríguez el siguiente año. En
1881, renuncia y luego se arrepiente y vuelve a concursar por su propio puesto,
como se describe en la nota de El
Quilmero transcripta anteriormente. El Consejo Escolar lo repone en sus
funciones.
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Primera Escuela Nº1 inaugurada el 25 de mayo de 1863. En esta foto y otras similares tomadas aproximadamente en la misma época, el frontis superior aparece retocado o dibujado, podría ser que porque aún no estaba concluido. |
Prof. Chalo
Agnelli
De “Maestros y
Escuelas de Quilmes – 1666-2004”
Ed. Jarmat-
Quilmes
NOTAS
[1] La Escuela N°50 que lleva el nombre de Robustiano
Pérez se encuentra a dos cuadras de la avenida Donato Álvarez que separa Quilmes del partido de Alte. Brown. Calle 826 e/897 y 898 San Francisco Solano. Fue creada alrededor del año 1958 para descomprimir la matrícula de la Nº4 que se halla en la misma manzana.
[2] "Antiguos Maestros
de Quilmes",
Lombán, Juan Carlos.
Serie medallones biográficos Dirigida por Carlos G. Maier. Municipalidad de
Quilmes.-16 de agosto de 1966.
[3] Al párroco Vadoni los adversarios apodaban “piojo e´costura” por una expresión que
dijera don Andrés Baranda que era muy amigo de los dichos criollos y solía tener
diferencias con el párroco; la
frase tan malhadada que le dio apodo, según el Dr. Craviotto, fue: “el gringo
ese es más metido que piojo en costura” (Hemeroteca del diario “El Sol”, mayo
de 1963)
[4] Así llamaba la comunidad quilmeña a este Patriarca, por su pasión por
los árboles y por las obras de progreso que día a día iba dando a su pueblo. (Ídem. ant.)
[5] Se
refiere al colegio de Emiliano Reina. Ver "Maestros y Escuelas de
Quilmes", del mismo autor.
[6] Nombre que tomó el Prof. Doroteo Yoldi para el primer
colegio secundario San Luis Gonzaga.