El 14 de diciembre de 2014 se celebrará el Centenario de la
Parroquia de Bernal. [1]
Que mejor para conocer una historia que recurrir a las fuentes; y en este caso
las fuentes son los testigos que vivieron esa fundación. Don Gotardo C. Pedemonte [2]
era uno de los seis hijos de don Agustín Pedemonte (n. Italia 18/5/1849-m. Bernal
13/12/1916) y doña María Solari. [3]
Fue el primero que preservó la memoria de su Bernal natal y la difundió en “Breve
reseña de hechos y acontecimientos que hace a la historia de Bernal”,
libro publicado por la Municipalidad de Quilmes en 1970, a través de la
dirección de la Biblioteca Municipal Domingo Faustino Sarmiento que en ese
entonces dirigía con mano de maestro el Prof. Carlos G. Maier, quien realizó el
prólogo; era director de cultura el Prof. Armando B. González [4]
La microhistoria de don Gotardo Pedemonte consta de XXI capítulos donde rigurosamente a lo
largo de sus 317 página, se atiene a una genuina documentación para desarrollar
todos los aspectos de la historia bernalense; se terminó de imprimir en los
talleres gráficos Tipo en diciembre de 1970, a los 75 años de la creación de la
primera capilla de esa localidad. Además es autor de: "Primer monumento a Colón en la República Argentina", folleto también publicado por la Muncipaldiad de Quilmes en 1969.
XIII. LA PRIMERA
CAPILLA DE BERNAL Y LA ESCUELA
ANEXA
Los antecedentes de la
primera Capilla y de la Escuela anexa de
Bernal, son paralelos y tienen un
mismo punto de partida. Por ello ambos deben comentarse en forma simultánea en
estos apuntes. Para mayor fidelidad de las referencias que siguen, es útil
añadir que han sido tomadas sumariamente de las Memorias de Don Agustín Pedemonte, escritas de su puño y letra,
agregando que todas ellas están, además, consignadas en los Archivos de la Pía Sociedad Salesiana de la
Obra de Don Bosco, y ratificados en varios libros que se citarán,
refiriéndose a estos mismos episodios, por distintos motivos y por diferentes
autores.
Don Agustín Pedemonte |
De
este modo, pues, estos Apuntes ofrecen un testimonio de primera mano, y en
todo caso son los años y los acontecimientos pasados los que robustecen también
su contenido.
EN EL AÑO 1880, DON AGUSTÍN PEDEMONTE que había adquirido una
importante fracción de tierra en Bernal, con frente al antiguo Camino Colonial,
hoy Avenida San Martín, que sé extendía en su fondo hasta las cercanías del
entonces llamado "pequeño
Tropezón" - hoy Avenida Mitre y su prolongación - pidió al Presbítero
salesiano R.P. Esteban Bourlot que
era párroco de San Juan Evangelista en la Capital Federal, contemplara la
posibilidad de mandar un sacerdote para que celebrara Misa los días festivos y
todos los domingos del año, pues tenía la intención de levantar una capilla con
una escuela anexa en Bernal.
La Polcevera. A la derecha se ve el monumento a Colón. |
El P.
Bourlot le manifestó que si le donaba el terreno él se encargaría de levantarla,
por lo cual el señor Pedemonte se interesó en saber que superficie sería
necesaria. Después de un cambio de ideas se convino la donación de una parcela
de cincuenta metros de frente por unos
cien de fondo. Pero cual no fuera la sorpresa del señor Pedemonte, cuando a
los pocos días fue imprevistamente visitado por el obispo don Juan Cagliero -
que sería más tarde cardenal - para rogarle le enseñara el terreno ofrecido, a
fin de estudiar mejor su propuesta. Después de verlo y pensar unos momentos, el
obispo Cagliero le expresó su reconocimiento, agregando sin embargo, que para
los proyectos que tenía la Obra de Don Bosco, esa fracción era muy pequeña e
insuficiente.
-
Y
cuánto le haría falta…? - interrogó el señor Pedemonte.
-
Yo
se lo voy a enseñar. Venga Ud. detrás de mí, sígame. - A largos pasos Cagliero
llegó hasta un determinado lugar que a él le pareció suficiente y fue entonces
que le dijo:
-
Don
Agustín: esto es lo que nosotros necesitamos, pues hemos de hacer aquí grandes
cosas, por lo cual este fondo por todo el ancho de este terreno, nos alcanzará.
El
señor Pedemonte quedó pensativo y vacilante. Pero luego de algunos instantes,
acaso impulsado por su vehemente deseo de tener Capilla y Escuela en las
cercanías de su casa quinta, y debido también al gran aprecio que tenía por monseñor
Cagliero, accedió y con un fuerte apretón de manos quedó sellado el pacto, con
la expresa condición que tanto la Capilla como la Escuela llevarían el nombre
de ’”Nuestra
Señora de la Guardia” (Belza: Op. cit. pág. 184).
Corresponde aclarar que Don Agustín Pedemonte
no conocía aquellos proyectos a que aludió monseñor Cagliero, y por esa
circunstancia se limitó a ofrecer lo indispensable para una modesta capilla y
una pequeña escuela, ya que en la época no se necesitaba más. Para cooperar en
esta obra el Sr. Pedemonte promovió en su casa quinta “La Polcevera”, una
reunión de vecinos caracterizados, la que se realizó en un ambiente de
entusiasmo y franca cordialidad.
A esta reunión concurrieron don Félix
Bernal, el Dr. David de Tezanos Pinto y su hermano el Dr. Jacobo Tezanos Pinto,
don Enrique Belchor, don José Cichero, el Dr. Francisco Suárez Aguirre, don
Antonio Tasso, don Angel Mórtola, don Atilio Massone, don Enrique Meinke, don
Ricardo Torres Agüero, don Spiro M. Ungaro,
don Adolfo Crámer, don Santiago Marengo, don Carlos Molina Salas, don José
Valladares y don Demetrio Migliorini, con otros caballeros más que no consignan
las aludidas Memorias. En esta reunión don Agustín Pedemonte expuso su
propósito, de erigir una capilla a fin de que los vecinos pudieran tener un
servicio religioso, y a la vez levantar algunas aulas anexas para que pudiera
funcionar una pequeña Escuela, agregando que existían proyectos que
significarían un progreso muy grande para Bernal, y que a su juicio el tiempo
haría lo restante. Pidió finalmente la colaboración de
todos, prefiriendo el suministro de los materiales de construcción más necesarios,
a título de contribución a la obra, y fue así como de inmediato hubo aportes en
cal, arena y ladrillos por un valor aproximado de $ 4.000(cuatro mil)
comprometiéndose los donantes a enviarlos oportunamente. Se proyectó la forma
de solventar la mano de obra y a su vez el nombrado P. Bourlot que ayudó
muchísimo en todo, se dio a las tareas, de hacer confeccionar los planos
respectivos, todo lo cual demandó más tiempo que el previsto.
El 5 de Abril de 1891 quedó constituida una Comisión Especial que presidió don Félix Bernal y ese mismo día se
colocó la piedra fundamental de la proyectada Capilla y Escuela. La mayoría de los vecinos que se han nombrado
no vivía en Bernal: algunos eran solamente veraneantes y otros habían adquirido
fracciones de tierra; varios de estos últimos, empero, luego se radicaron en
forma estable. Fueron menester cuatro años para que aquellos cimientos se
vieran totalmente cargados de paredes y para que esas paredes pudieran sostenes
el artesonado de la obra, con las respectivas aulas. Los esfuerzos realizados
debieron interrumpirse con prudentes y sucesivas demoras derivadas en parte por
la ampliación del plan de conjunto y también por la falta de personal que
pudiera atender la nueva capilla, escuela y seminario que se proyectó ya en
aquel entonces. Demás está decir que más de una vez los recursos escasearon y
hubo necesidad de juntarlos con pacientes esperas y la buena Voluntad de los
contribuyentes.
INAUGURACIÓN DE LA CAPILLA
El
conjunto de la obra, capilla, escuela y seminario, debió inaugurarse el 25 de marzo de 1895 con gran solemnidad
y con la asistencia del presidente de la Nación Dr. José Evaristo Uriburu, pero
la lluvia torrencial caída precisamente ese día y durante la noche anterior,
aconsejó postergar el acto. De común acuerdo con las autoridades fue luego
fijado para el domingo 28 de abril de
1895, con cuyo motivo una numerosa concurrencia se llegó a Bernal desde
Buenos Aires y La Plata, en trenes especiales contratados al efecto.
El
presidente Uriburu por razones imprevistas no pudo disponer de esa fecha y se
hizo representar por el Dr. Benjamín
Zorrilla, entonces Ministro del Interior, apadrinando este acto inaugural
conjuntamente con el Gobernador de Buenos Aires Dr. Guillermo Udaondo. El discurso de circunstancias estuvo a cargo
del obispo de La Plata monseñor Dr. Juan Nepomuceno Terrero que según las
crónicas “tuvo bellos conceptos en su
forma y mesurados en su fondo, relativos a la Obra de Don Bosco, causando una
verdadera satisfacción general”. (Massa L: "Vida de Don José Vespignani",
pág. 176); “Terminada la ceremonia, la
concurrencia se dividió, pasando unos a la quinta de don Félix Bernal donde se
hallaba preparado un lunch, con cuyo motivo se escucharon numerosos brindis; y
otros a una sala adyacente al templo, a participar de un certamen literario y
musical en el que se escuchó buena música, declamaciones y algunos recitados.
Los invitados hacían elogios de la delicadeza con que fueron atendidos por el señor
Bernal y su distinguida esposa. El R. P. Marcolino Benavente y una delegación
del Colegio Lacordaire, asistieron a la ceremonia religiosa. Llegaron los
invitados a la Estación Central en el tren de las 5.45 p.m.” (La Prensa.
29 de abril de 1895).
Concurrieron
también delegaciones de otros colegios y la Banda de Música del Pío IX, que
contribuyó a un mayor brillo del acto. La cruz de hierro todavía existente en
la antigua Capilla - hoy convertida en Salón de Actos y teatro Don Bosco - fue
personalmente colocada por monseñor Santiago Costamagna, obispo salesiano,
cuyos restos descansan en Bernal. El primer Director de la novel escuela fue
el R. P. Juan Gasparoli, aunque con
carácter interino, acompañándolo en las tareas de organización
el entonces
clérigo don Nicolás Esandi, quien
años más tarde sería su reemplazante durante varias décadas consecutivas, y que
como ya lo dejamos dicho, habría de ser el primer obispo argentino de la
Patagonia. También ha sido director el
R. P. Bartolomé Molinari, aproximadamente hacia el año 1900, y el número de
alumnos internos y externos creció rápidamente, pues concurrían al mismo
muchos niños en edad escolar que vivían en pueblos vecinos como Quilmes, Wilde
y Berazategui.
Pbro. Nicolás Esandi |
El
primitivo edificio fue sucesivamente ampliado con modernas instalaciones y, en
1907, se comenzó la construcción del actual edificio de tres plantas y
subsuelo, debido al gran impulso del inolvidable inspector salesiano don José Vespignani, que realizó en
nuestro país una obra educacional estupenda con la base del personal formado
en Bernal.
Desde este punto de vista, Bernal tiene
el mérito de haber sido el punto de apoyo para una obra cultural de extraordinaria
envergadura que llegó a todos los ámbitos del país, pero tiene al mismo tiempo
una enorme deuda de gratitud que espera reparación, porque don Vespignani ha
sido un positivo factor de su progreso material y del arraigo de muchísimos
pobladores.
Quince
años después de haberse inaugurado la Capilla y las referidas aulas escolares
que funcionaron en Bernal, don Agustín Pedemonte habría de facilitar a don
Vespignani, la forma para adquirir los terrenos colindantes al que había donado
él, con una gran visión del futuro que en nuestros días es una maravillosa
realidad. Aquella semilla arrojada por monseñor Cagliero en Bernal, con sus proyectos
en la mente, fructificó de manera admirable, porque en aquel pequeño solar de
1891 se modelaron durante varias décadas, centenares de maestros, profesores y
escritores; se formaron centenares de sacerdotes, coadjutores y misioneros; e
inclusive egresaron de aquellas primitivas aulas un selecto número de
arzobispos y obispos argentinos. Y por si esto fuera poco, agregaremos que en
el externado de aquel establecimiento se han educado millares y millares de
niños, que con el andar del tiempo llegaron a todas las profesiones liberales y
oficios diversos, marinos y militares; altos funcionarios en las distintas
jurisdicciones de la administración pública, en el comercio y en la industria,
como igualmente otros que se distinguieron en las artes y en las letras.
El
cardenal don Juan Cagliero y don Agustín Pedemonte, fueron los gestores de
cuanto antecede, los visionarios, que el tiempo y el trabajo se han encargado
de realizar lo que ellos soñaron con extraordinaria clarividencia.
Del nuevo Santuario que reemplazaría a la
antigua Capilla y de la creación de la Parroquia de Bernal en 1914, haremos
capítulo aparte en razón de los abundantes antecedentes que existen […] Mientras tanto resta
aún por añadir que de la Capilla y Escuela anexa para varones que la Obra de Don
Bosco acababa de organizar en Bernal, surgía otra necesidad para complementarla,
a saber, un colegio similar para niñas.
Fue así que se echaron las bases para la instalación de una nueva Casa que
sería dirigida por Hermanas de María
Auxiliadora, y que ya tenía entonces varios establecimientos que
funcionaban en la Capital Federal y en el interior del país, dedicados todos a
la educación y enseñanza primaria.
Con
modestos comienzos y sucesivos progresos, el
nuevo colegio se instaló en la calle Espora (hoy Avellaneda) esquina Belgrano,
con aulas pequeñas que habrían de agrandarse bien pronto, pues inaugurada la
Casa el 29 de mayo de 1898, (Pedemonte
no lo dice, pero la escuela se creó sobre la base de la casa de formación y primer
noviciado de América de la orden de las hermanas de María Auxiliadora, fundador
por la Rda. madre Luisa Vaschetti) de inmediato se pobló de numerosas alumnas
que pertenecían a familias ya arraigadas en Bernal. Su primera directora ha
sido Sor Josefa Bolzoni. Muchas
generaciones, desde entonces hasta hoy […] se han educado y aprendido las
primeras letras en las primitivas aulas del Colegio de María Auxiliadora de Bernal…(Chalo Agnelli)
El tranvía 22 pasa a las puertas de la primera iglesia de Bernal, hoy teatro Don Bosco (circa 1920)
XIX. LA
PARROQUIA DE BERNAL
Con
anterioridad se dejaron esbozados los antecedentes que permitieron erigir la
primera Capilla que hubo en Bernal, la que fue inaugurada con la debida
solemnidad en marzo de 1895. En aquel entonces atendía las necesidades religiosas
de una muy pequeña población; pero los años fueron pasando y la población de Bernal
iba creciendo en proporciones muy significativas y sólidas.
Empero
eclesiásticamente, la Capilla de Bernal
correspondía a la jurisdicción parroquial de Quilmes. Era cura párroco un
brillante sacerdote español don Felipe
de Jesús Echevarría gran “causseur”,[5]
ameno y elocuente y era obispo de La Plata monseñor Dr. Juan Nepomuceno Terrero, hombre finísimo, de porte señorial,
que pertenecía a la más rancia aristocracia porteña de la cual provenía, su
auxiliar era monseñor don Francisco Alberti,
el más joven obispo de entonces, también de gran talento, pero de mucha más
virtud.
En
1910, con motivo de una visita a Bernal de monseñor Terrero, que solía
frecuentar “La Polcevera”, casa
quinta ya nombrada, don Agustín Pedemonte le formuló la primera insinuación en
el sentido de que Bernal ya merecía ser Parroquia:
fue un globo de ensayo. Al año siguiente en 1911, se presentó al obispo una solicitud firmada por varios
vecinos, expresándola gran necesidad de que Bernal tuviera Parroquia, lo cual
pareció ser que no llegó en momento oportuno. Pero en 1912 se formó una comisión presidida
por el señor Pedemonte e integrada por los señores Francisco Arancedo, Santiago Carraro y Mauricio Zubieta, los cuales
visitaron a monseñor Terrero para insistir en el petitorio, del año anterior,
recibiendo la formal promesa que al viajar a Roma próximamente con motivo de su
visita canónica, haría propicia la oportunidad para realizar las gestiones del
caso ante la Santa Sede, llevando al efecto una copiosa información. En
vísperas de partir se estimó oportuno ampliar con mayores fundamentos el
pedido, y esta vez lo subscribieron, además de los miembros de la Comisión ya
nombrados, la señora Magdalena Mac Nab de
Bernal, el R. P.
Félix Mac Nab, la señora Martina Bernal de Torres, don Alberto
Bosch y otros vecinos caracterizados.
Doña Magdalena Mac Nab de Bernal |
En mayo de 1914 el señor Agustín
Pedemonte recibió un despacho de la Curia de La Plata, en el cual se le
comunicaba la erección canónica de la nueva Parroquia, de suerte que esta quedó
decretada, realizándose después los trámites ordinarios que son de rigor. (dichas gestiones concluyeron
a fines de noviembre inaugurándose oficialmente la parroquia e iglesia
parroquial el 14 de diciembre)
“Se desprende
de las fechas que anteceden que los trámites para dotar a Bernal de Parroquia
propia, duraron cuatro años y su éxito final se debe a la insistente atención
que don Agustín Pedemonte prestó a este anhelo, que sin duda alguna dio mayor
prestigio y robusteció la personalidad del pueblo en constante progreso”. (La Unión: 29 de Septiembre de
1915)
Misa en el patio del colegio durante una fiesta patronal. En primer plano se ve la estatua de santo Domingo Savio. La construcción de arriba al fondo, es la que da a la calle Belgrano. |
El
cargo de cura párroco fue confiado al muy estimado R. P. Nicolás Esandi (1914 hasta 1923), [6]
quien agregaría un mérito más a su ya larga labor educativa que realizó en
Bernal, durante más de 25 años. Le sucedió en el cargo el R. P. Luis Correa Llano, profesor normal y sacerdote talentoso
como emprendedor, falleció en plena madurez, cuando mucho era lo que se podía
esperar de su experiencia como educador y pastor de almas. (1923-1927) En su
reemplazo fue designado el R. P. Angel
Crecini (1927-1930) benemérito sacerdote que llevaba en su haber una larga
trayectoria en el campo doctrinal. En 1930-1931 ocupó el curato el R. P. Esteban Punto, cuya salud ya
resentida no le permitió continuar en el cargo, siendo entonces reemplazado
por el R. P. José Spadavecchia,
músico notable, con gran sentido del arte y que ha sido una figura queridísima
en Bernal por su extraordinaria bondad y acrisolada virtud (1931-1934) Sucedióle
después el R. P. José Ochoa
(1934-1945) sacerdote dinámico, trabajador y luchador incansable por sus
ideales, dejando una gran obra realizada que recordará su nombre en Bernal. Al
Padre Ochoa le sucedió el R .P. Francisco
Dimodugno, a quien le cupo una doble satisfacción haber sido alumno de la
primera Escuela de Bernal y, con los años, ser el párroco que durante mayor
número de años desempeñó el curato (1945-1960), en el mismo lugar. En el
periodo 1961-1962 la Parroquia estuvo a cargo del R. P, Emilio Orlando, sacerdote de las nuevas generación, y desde
1962 hasta 1964, la responsabilidad parroquial la desempeño el R. P. Isidoro Vaccaro, durante cuyo
curato la Parroquia de Bernal cumplió su cincuentenario (1914-1964) con cuyo
motivo fue celebrado el acontecimiento con diversos actos […]
Pbro. don Luis Pedemonte |
Anualmente
se realizan a este templo las ya tradicionales peregrinaciones de los
genoveses a Bernal, acerca de las cuales corresponde hacer una especial
referencia, por los antecedentes históricos y religiosos de "Nuestra
Señora de la Guardia", bajo cuya advocación ha crecido y se ha
desarrollado la actual ciudad de Bernal.
GOTARDO C. PEDEMONTE
Vista aérea del colegio salesiano. A la izquierda abajo la vieja iglesia, a la derecha la capilla interna. En la esquina de Belgrano y Zapiola todavía no estaba el actual templo. Arriba a la izquierda el descampado del actual Barrio Parque. (circa 1935)
Compilación, compaginación y notas Chalo Agnelli
Fotos: Felipe Jorge Firpo y Néstor Arias
BIBLIOGRAFÍA
Firpo, Felipe J. "Recuerdos del viejo Bernal". El Monje Editor. Lanús. Noviembre de 1992
Pedemonte, Gotardo. "Primer monumento a Colón en la República Argentina." Muncipaldiad de Quilmes.Talleres Gráficos Tipo, Quilmes, 23 de enero de 1969.
NOTAS
[1] Ver en EL QUILMERO “Historia de Bernal” http://elquilmero.blogspot.com.ar/2009/09/historia-de-bernal.html
[3] Una biografía breve de
don Agustín Pedemonte se puede hallar en el segundo libro de historia de
Bernal: “Recuerdos del viejo Bernal”
de don Felipe Jorge Firpo. Pp. 16 a 18; en “Nuevo
Diccionario Biográfico Argentino” de Vicente Cutolo, Tomo Pp. 363 y 364.
[5] Conversador
[6] Ver biografía
en el libro “Recuerdos del viejo Bernal”
Pág. 27