martes, 28 de enero de 2014

LA PARROQUIA DE BERNAL EN SU CENTENARIO (1914-2014) GOTARDO C. PEDEMONTE



El 14 de diciembre de 2014 se celebrará el Centenario de la Parroquia de Bernal. [1] Que mejor para conocer una historia que recurrir a las fuentes; y en este caso las fuentes son los testigos que vivieron esa fundación. Don Gotardo C. Pedemonte [2] era uno de los seis hijos de don Agustín Pedemonte (n. Italia 18/5/1849-m. Bernal 13/12/1916) y doña María Solari. [3] Fue el primero que preservó la memoria de su Bernal natal y la difundió en “Breve reseña de hechos y acontecimientos que hace a la historia de Bernal”, libro publicado por la Municipalidad de Quilmes en 1970, a través de la dirección de la Biblioteca Municipal Domingo Faustino Sarmiento que en ese entonces dirigía con mano de maestro el Prof. Carlos G. Maier, quien realizó el prólogo; era director de cultura el Prof. Armando B. González [4]
La microhistoria de don Gotardo Pedemonte consta de XXI capítulos donde rigurosamente a lo largo de sus 317 página, se atiene a una genuina documentación para desarrollar todos los aspectos de la historia bernalense; se terminó de imprimir en los talleres gráficos Tipo en diciembre de 1970, a los 75 años de la creación de la primera capilla de esa localidad. Además es autor de: "Primer monumento a Colón en la República Argentina", folleto también publicado por la Muncipaldiad de Quilmes en 1969.

XIII. LA PRIMERA CAPILLA DE BERNAL Y LA ESCUELA ANEXA
Los antecedentes de la primera Capilla y de la Escue­la anexa de
Don Agustín Pedemonte
Bernal,
son paralelos y tienen un mismo punto de partida. Por ello ambos deben comentarse en forma si­multánea en estos apuntes. Para mayor fidelidad de las re­ferencias que siguen, es útil añadir que han sido tomadas sumariamente de las Memorias de Don Agustín Pedemonte, escritas de su puño y letra, agregando que todas ellas es­tán, además, consignadas en los Archivos de la Pía Sociedad Salesiana de la Obra de Don Bosco, y ratificados en va­rios libros que se citarán, refiriéndose a estos mismos episodios, por distintos motivos y por diferentes autores.
De este modo, pues, estos Apuntes ofrecen un testi­monio de primera mano, y en todo caso son los años y los acontecimientos pasados los que robustecen también su contenido.
La familia Pedemonte en su casa solariega La Polcevera, en Bernal. En el centro: don Agustín, Doña María (sentada) y sus hijos: el padre Luis, Palmiro, Arturo (sentado), Rosa, Catalina y Gotardo, de 6 ó 7 años, el autor de estas páginas. (circa 1900)
EN EL AÑO 1880, DON AGUSTÍN PEDEMONTE que había ad­quirido una importante fracción de tierra en Bernal, con frente al antiguo Camino Colonial, hoy Avenida San Martín, que sé extendía en su fondo hasta las cercanías del enton­ces llamado "pequeño Tropezón" - hoy Avenida Mitre y su prolongación - pidió al Presbítero salesiano R.P. Esteban Bourlot que era párroco de San Juan Evangelista en la Capital Federal, contemplara la posibilidad de mandar un sacerdote para que celebrara Misa los días festivos y todos los domingos del año, pues tenía la intención de levantar una capilla con una escuela anexa en Bernal.
La Polcevera. A la derecha se ve el monumento a Colón.
El P. Bourlot le manifestó que si le donaba el terreno él se encargaría de levantarla, por lo cual el señor Pedemonte se interesó en saber que superficie sería necesaria. Después de un cambio de ideas se convino la donación de una parcela de cincuenta metros de frente por unos cien de fondo. Pero cual no fuera la sorpresa del señor Pedemonte, cuando a los pocos días fue imprevistamente visitado por el obispo don Juan Cagliero - que sería más tarde cardenal - para rogarle le enseñara el terreno ofreci­do, a fin de estudiar mejor su propuesta. Después de verlo y pensar unos momentos, el obispo Cagliero le expresó su reconocimiento, agregando sin embargo, que para los pro­yectos que tenía la Obra de Don Bosco, esa fracción era muy pequeña e insuficiente.
-         Y cuánto le haría falta…? - interrogó el señor Pedemonte.
-         Yo se lo voy a enseñar. Venga Ud. detrás de mí, sí­game. - A largos pasos Cagliero llegó hasta un deter­minado lugar que a él le pareció suficiente y fue entonces que le dijo:
-         Don Agustín: esto es lo que nosotros necesitamos, pues hemos de hacer aquí grandes cosas, por lo cual este fondo por todo el ancho de este terreno, nos alcanzará.
El señor Pedemonte quedó pensativo y vacilante. Pe­ro luego de algunos instantes, acaso impulsado por su ve­hemente deseo de tener Capilla y Escuela en las cercanías de su casa quinta, y debido también al gran aprecio que te­nía por monseñor Cagliero, accedió y con un fuer­te apretón de manos quedó sellado el pacto, con la expresa condición que tanto la Capilla como la Escuela llevarían el nombre de ’”Nuestra Señora de la Guardia” (Belza: Op. cit. pág. 184).
Corresponde aclarar que Don Agustín Pedemonte no conocía aquellos proyectos a que aludió monseñor Cagliero, y por esa circunstancia se limitó a ofrecer lo indispensable para una modesta capilla y una pequeña escuela, ya que en la época no se necesitaba más. Para cooperar en esta obra el Sr. Pedemonte promovió en su casa quinta “La Polcevera”, una reunión de vecinos caracterizados, la que se rea­lizó en un ambiente de entusiasmo y franca cordialidad.
A esta reunión concurrieron don Félix Bernal, el Dr. Da­vid de Tezanos Pinto y su hermano el Dr. Jacobo Tezanos Pinto, don Enrique Belchor, don José Cichero, el Dr. Francisco Suárez Aguirre, don Antonio Tasso, don Angel Mórtola, don Atilio Massone, don Enrique Meinke, don Ricardo Torres Agüero, don Spiro M. Ungaro, don Adolfo Crámer, don Santiago Marengo, don Carlos Molina Salas, don José Valladares y don De­metrio Migliorini, con otros caballeros más que no con­signan las aludidas Memorias. En esta reunión don Agustín Pedemonte expuso su propósito, de erigir una capilla a fin de que los vecinos pudieran tener un servicio religioso, y a la vez levantar algunas aulas anexas para que pudiera funcionar una pequeña Escuela, agregando que existían proyectos que significarían un progreso muy grande para Bernal, y que a su juicio el tiempo haría lo restante. Pidió finalmente la colaboración de todos, prefirien­do el suministro de los materiales de construcción más ne­cesarios, a título de contribución a la obra, y fue así como de inmediato hubo aportes en cal, arena y ladrillos por un valor aproximado de $ 4.000(cuatro mil) comprometiéndose los donantes a enviarlos oportunamente. Se proyectó la forma de solventar la mano de obra y a su vez el nombrado P. Bourlot que ayudó muchísimo en todo, se dio a las tareas, de hacer confeccionar los planos respectivos, todo lo cual demandó más tiempo que el previsto.
El 5 de Abril de 1891 quedó constituida una Comisión Especial que presidió don Félix Bernal y ese mismo día se colocó la piedra fundamental de la proyectada Capilla y Es­cuela. La mayoría de los vecinos que se han nombrado no vivía en Bernal: algunos eran solamente veraneantes y otros habían adquirido fracciones de tierra; varios de estos últi­mos, empero, luego se radicaron en forma estable. Fueron menester cuatro años para que aquellos cimientos se vieran totalmente cargados de paredes y para que esas paredes pudieran sostenes el artesonado de la obra, con las respec­tivas aulas. Los esfuerzos realizados debieron interrumpirse con prudentes y sucesivas demoras derivadas en parte por la ampliación del plan de conjunto y también por la fal­ta de personal que pudiera atender la nueva capilla, escuela y seminario que se proyectó ya en aquel entonces. Demás está decir que más de una vez los recursos escasearon y hubo necesidad de juntarlos con pacientes esperas y la bue­na Voluntad de los contribuyentes.
Altar mayor de la vieja capilla de Bernal, luego iglesia parroquial, hoy teatro Don Bosco.
INAUGURACIÓN DE LA CAPILLA
El conjunto de la obra, capilla, escuela y seminario, debió inaugurarse el 25 de marzo de 1895 con gran solem­nidad y con la asistencia del presidente de la Nación Dr. José Evaristo Uriburu, pero la lluvia torren­cial caída precisamente ese día y durante la noche anterior, aconsejó postergar el acto. De común acuerdo con las au­toridades fue luego fijado para el domingo 28 de abril de 1895, con cuyo motivo una numerosa concurrencia se llegó a Bernal desde Buenos Aires y La Plata, en trenes especiales con­tratados al efecto.
El presidente Uriburu por razones imprevistas no pudo disponer de esa fecha y se hizo representar por el Dr. Benjamín Zorrilla, entonces Ministro del Interior, apadrinando este acto inaugural conjuntamente con el Gobernador de Buenos Aires Dr. Guillermo Udaondo. El discurso de circunstancias estuvo a cargo del obispo de La Plata monseñor Dr. Juan Nepomuceno Terrero que según las crónicas “tuvo bellos conceptos en su forma y mesura­dos en su fondo, relativos a la Obra de Don Bosco, causando una verdadera satisfacción general”. (Massa L: "Vida de Don José Vespignani", pág. 176); “Terminada la cere­monia, la concurrencia se dividió, pasando unos a la quinta de don Félix Bernal donde se hallaba preparado un lunch, con cuyo motivo se escucharon numerosos brindis; y otros a una sala adyacente al templo, a participar de un certamen literario y musical en el que se escuchó buena música, declamaciones y algunos recitados. Los invitados hacían elogios de la delicadeza con que fueron atendidos por el se­ñor Bernal y su distinguida esposa. El R. P. Marcolino Benavente y una delegación del Colegio Lacordaire, asis­tieron a la ceremonia religiosa. Llegaron los invitados a la Estación Central en el tren de las 5.45 p.m.” (La Pren­sa. 29 de abril de 1895).
Concurrieron también delegaciones de otros colegios y la Banda de Música del Pío IX, que contribuyó a un ma­yor brillo del acto. La cruz de hierro todavía existente en la antigua Capilla - hoy convertida en Salón de Actos y teatro Don Bosco - fue personalmente colocada por monseñor San­tiago Costamagna, obispo salesiano, cuyos restos descan­san en Bernal. El primer Director de la novel escuela fue el R. P. Juan Gasparoli, aunque con carácter interino, acompañándolo en las tareas de organización
Pbro. Nicolás Esandi
el entonces clérigo don Nicolás Esandi, quien años más tarde sería su reemplazante durante varias décadas consecutivas, y que como ya lo dejamos dicho, habría de ser el primer obispo argentino de la Patagonia. También ha sido director el R. P. Bartolomé Molinari, aproximadamente hacia el año 1900, y el número de alumnos internos y externos creció rápida­mente, pues concurrían al mismo muchos niños en edad escolar que vivían en pueblos vecinos como Quilmes, Wilde y Berazategui.
El primitivo edificio fue sucesivamente ampliado con modernas instalaciones y, en 1907, se comenzó la construc­ción del actual edificio de tres plantas y subsuelo, debido al gran impulso del inolvidable inspector salesiano don Jo­sé Vespignani, que realizó en nuestro país una obra educa­cional estupenda con la base del personal formado en Bernal.
Desde este punto de vista, Bernal tiene el mérito de haber sido el punto de apoyo para una obra cultural de ex­traordinaria envergadura que llegó a todos los ámbitos del país, pero tiene al mismo tiempo una enorme deuda de gra­titud que espera reparación, porque don Vespignani ha sido un positivo factor de su progreso material y del arraigo de muchísimos pobladores.
Quince años después de haberse inaugurado la Capilla y las referidas aulas escolares que funcionaron en Bernal, don Agustín Pedemonte habría de facilitar a don Vespigna­ni, la forma para adquirir los terrenos colindantes al que había donado él, con una gran visión del futuro que en nues­tros días es una maravillosa realidad. Aquella semilla arrojada por monseñor Cagliero en Bernal, con sus pro­yectos en la mente, fructificó de manera admirable, por­que en aquel pequeño solar de 1891 se modelaron durante varias décadas, centenares de maestros, profesores y es­critores; se formaron centenares de sacerdotes, coadjuto­res y misioneros; e inclusive egresaron de aquellas pri­mitivas aulas un selecto número de arzobispos y obispos argentinos. Y por si esto fuera poco, agregaremos que en el ex­ternado de aquel establecimiento se han educado millares y millares de niños, que con el andar del tiempo llegaron a todas las profesiones liberales y oficios diversos, mari­nos y militares; altos funcionarios en las distintas jurisdic­ciones de la administración pública, en el comercio y en la industria, como igualmente otros que se distinguieron en las artes y en las letras.
El cardenal don Juan Cagliero y don Agustín Pedemonte, fueron los gestores de cuanto antecede, los visionarios, que el tiempo y el trabajo se han encargado de realizar lo que ellos soñaron con extraordina­ria clarividencia.
Del nuevo Santuario que reemplazaría a la antigua Capilla y de la creación de la Parroquia de Bernal en 1914, haremos capítulo aparte en razón de los abundantes antece­dentes que existen […] Mien­tras tanto resta aún por añadir que de la Capilla y Escuela anexa para varones que la Obra de Don Bosco acababa de organizar en Bernal, surgía otra necesidad para comple­mentarla, a saber, un colegio similar para niñas. Fue así que se echaron las bases para la instalación de una nue­va Casa que sería dirigida por Hermanas de María Auxiliadora, y que ya tenía entonces varios establecimientos que funcionaban en la Capital Federal y en el interior del país, dedicados todos a la educación y enseñanza primaria.
Con modestos comienzos y sucesivos progresos, el  nuevo colegio se instaló en la calle Espora (hoy Avellaneda) esquina Belgrano, con aulas pequeñas que habrían de agrandarse bien pronto, pues inaugurada la Casa el 29 de mayo de 1898, (Pedemonte no lo dice, pero la escuela se creó sobre la base de la casa de formación y primer noviciado de América de la orden de las hermanas de María Auxiliadora, fundador por la Rda. madre Luisa Vaschetti) de inmediato se pobló de numerosas alumnas que pertenecían a familias ya arraigadas en Bernal. Su primera directora ha sido Sor Josefa Bolzoni. Muchas generaciones, desde entonces hasta hoy […] se han educado y aprendido las primeras letras en las primitivas aulas del Colegio de María Auxiliadora de Bernal…(Chalo Agnelli)
El tranvía 22 pasa a las puertas de la primera iglesia de Bernal, hoy teatro Don Bosco (circa 1920) 
XIX. LA PARROQUIA DE BERNAL
Con anterioridad se dejaron esbozados los antecedentes que permitieron erigir la primera Capilla que hubo en Bernal, la que fue inaugurada con la debida solemnidad en marzo de 1895. En aquel entonces atendía las necesidades reli­giosas de una muy pequeña población; pero los años fue­ron pasando y la población de Bernal iba creciendo en pro­porciones muy significativas y sólidas.
Empero eclesiásticamente, la Capilla de Bernal co­rrespondía a la jurisdicción parroquial de Quilmes. Era cu­ra párroco un brillante sacerdote español don Felipe de Jesús Echevarría gran “causseur”,[5] ameno y elocuente y era obispo de La Plata monseñor Dr. Juan Nepomuceno Te­rrero, hombre finísimo, de porte señorial, que pertenecía a la más rancia aristocracia porteña de la cual provenía, su auxiliar era monseñor don Francisco Alberti, el más joven obispo de entonces, también de gran talento, pero de mucha más virtud.
En 1910, con motivo de una visita a Bernal de monseñor Terrero, que solía frecuentar “La Polcevera”, casa quinta ya nombrada, don Agustín Pedemonte le formuló la primera insinuación en el sentido de que Bernal ya merecía ser Parroquia: fue un globo de ensayo. Al año siguiente en 1911, se presentó al obispo una solicitud firmada por varios vecinos, expresándola gran necesidad de que Bernal tuviera Parroquia, lo cual pareció ser que no llegó en mo­mento oportuno. Pero en 1912 se formó una comisión presidida por el señor Pedemonte e integrada por los señores Francisco Arancedo, Santiago Carraro y Mauricio Zubieta, los cuales visitaron a monseñor Terrero para insistir en el pe­titorio, del año anterior, recibiendo la formal promesa que al viajar a Roma próximamente con motivo de su visita canónica, haría propicia la oportunidad para realizar las ges­tiones del caso ante la Santa Sede, llevando al efecto una copiosa información. En vísperas de partir se estimó opor­tuno ampliar con mayores fundamentos el pedido, y esta vez lo subscribieron, además de los miembros de la Comisión ya nombrados, la señora Magdalena Mac Nab de Bernal, el R. P.
Doña Magdalena Mac Nab de Bernal
Félix Mac Nab, la señora Martina Bernal de Torres, don Alberto Bosch
y otros vecinos caracterizados.
En mayo de 1914 el señor Agustín Pedemonte reci­bió un despacho de la Curia de La Plata, en el cual se le comunicaba la erección canónica de la nueva Parroquia, de suerte que esta quedó decretada, realizándose después los trámites ordinarios que son de rigor. (dichas gestiones concluyeron a fines de noviembre inaugurándose oficialmente la parroquia e iglesia parroquial el 14 de diciembre)
Se desprende de las fechas que anteceden que los trámites para dotar a Bernal de Parroquia propia, duraron cuatro años y su éxito final se debe a la insistente atención que don Agustín Pedemonte prestó a este anhelo, que sin duda alguna dio mayor prestigio y robusteció la personalidad del pueblo en constante  progreso”. (La Unión: 29 de Septiembre de 1915)
Misa en el patio del colegio durante una fiesta patronal. En primer plano se ve la estatua de santo Domingo Savio. La construcción de arriba al fondo, es la que da a la calle Belgrano.
El cargo de cura párroco fue confiado al muy estima­do R. P. Nicolás Esandi (1914 hasta 1923), [6] quien agregaría un mérito más a su ya larga labor educativa que realizó en Bernal, durante más de 25 años. Le sucedió en el cargo el R. P. Luis Correa Llano, profesor normal y sacerdote ta­lentoso como emprendedor, falleció en plena madurez, cuando mucho era lo que se podía
Pbro. don Luis Pedemonte
esperar de su experiencia como educador y pastor de almas. (1923-1927) En su reemplazo fue designado el R. P. Angel Crecini (1927-1930) benemérito sacerdote que llevaba en su haber una larga trayectoria en el campo doctrinal. En 1930-1931 ocupó el curato el R. P. Esteban Punto, cuya salud ya resen­tida no le permitió continuar en el cargo, siendo entonces reemplazado por el R. P. José Spadavecchia, músico notable, con gran sentido del arte y que ha sido una figura queridí­sima en Bernal por su extraordinaria bondad y acrisolada virtud (1931-1934) Sucedióle después el R. P. José Ochoa (1934-1945) sa­cerdote dinámico, trabajador y luchador incansable por sus ideales, dejando una gran obra realizada que recordará su nombre en Bernal. Al Padre Ochoa le sucedió el R .P. Fran­cisco Dimodugno, a quien le cupo una doble satisfacción ha­ber sido alumno de la primera Escuela de Bernal y, con los años, ser el párroco que durante mayor número de años desempeñó el curato (1945-1960), en el mismo lugar. En el periodo 1961-1962 la Parroquia estuvo a cargo del R. P, Emilio Orlando, sacerdote de las nuevas generación, y desde 1962 hasta 1964, la responsabilidad parroquial la desempeño el R. P. Isidoro Vaccaro, durante cuyo curato la Parroquia de Bernal cumplió su cincuentenario (1914-1964) con cuyo motivo fue celebrado el acontecimiento con diversos actos […]
Anualmente se rea­lizan a este templo las ya tradicionales peregrinaciones de los genoveses a Bernal, acerca de las cuales corresponde hacer una especial referencia, por los antecedentes histó­ricos y religiosos de "Nuestra Señora de la Guardia", bajo cuya advocación ha crecido y se ha desarrollado la actual ciudad de Bernal. 
GOTARDO C. PEDEMONTE
Vista aérea del colegio salesiano. A la izquierda abajo la vieja iglesia, a la derecha la capilla interna. En la esquina de Belgrano y Zapiola todavía no estaba el actual templo. Arriba a la izquierda el descampado del actual Barrio Parque. (circa 1935)


 Compilación, compaginación y notas Chalo Agnelli
Fotos: Felipe Jorge Firpo y Néstor Arias
BIBLIOGRAFÍA
Firpo, Felipe J. "Recuerdos del viejo Bernal". El Monje Editor. Lanús. Noviembre de 1992
Pedemonte, Gotardo. "Primer monumento a Colón en la República Argentina." Muncipaldiad de Quilmes.Talleres Gráficos Tipo, Quilmes, 23 de enero de 1969.

NOTAS

[1] Ver en EL QUILMERO “Historia de Bernalhttp://elquilmero.blogspot.com.ar/2009/09/historia-de-bernal.html
[3] Una biografía breve de don Agustín Pedemonte se puede hallar en el segundo libro de historia de Bernal: “Recuerdos del viejo Bernal” de don Felipe Jorge Firpo. Pp. 16 a 18; en “Nuevo Diccionario Biográfico Argentino” de Vicente Cutolo, Tomo Pp. 363 y 364.
[5] Conversador
[6] Ver biografía en el libro “Recuerdos del viejo Bernal” Pág. 27