jueves, 14 de diciembre de 2017

INSTITUTO DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA POR ALEJANDRO GIBAUT


BERNAL 1923
Por Alejandro Gibaut
La actual zona de Villa Cramer había sido parte de la estancia de don Juan Antonio de Santa Coloma. A su fallecimiento primero y el de su esposa Ana Lezica después, esa porción quedó en manos de cuatro hijas de don Juan Antonio: Irene, Rosa, Manuela y Juana Paula. Solteras las cuatro, legaron a su fallecimiento esa fracción a su sobrina preferida, Gerónima Lezica. Hija de Gerónima Santa Coloma y Ciriaco Lezica (que, para agregar un chisme a la historia, era tío de su esposa), se casó con el abogado Julio Cramer: valga esta introducción familiar al menos para conocer el por qué del nombre del barrio y de su calle principal. Sea como sea, la vieja casona de don Juan Antonio pasó en 1899 a poder de su nieta.

Emilia Weber de Bó (esposa de don Carlos Bó y madre del reconocido actor y director cinematográfico Armando Bó), entonces presidenta de la Comisión de Ex Alumnas de María Auxiliadora, factótum de la llegada de doña Regina Pacini a Bernal.
Gerónima Lezica de Cramer pronto comenzó el loteo del importante terreno, pero no deseaba que la vieja casa familiar se perdiera. Por eso en 1908 la donó al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora [1], instalado en Bernal desde fines del siglo anterior, para que las hermanas levantaran allí un colegio. El intento se hizo, pero la obra resultó demasiado grande para la congregación y la barriada por lo que en marzo de 1914 se inauguró un Oratorio Festivo instruido por las hermanas y también el Centro de Ex Alumnas [2]. Pero la casona, que ya estaba en muy malas condiciones, fue deteriorándose cada vez mas hasta entrar en peligro de derrumbe. Surgió entonces la necesidad de preservarla e instalar en ella, aunque no fuera el colegio originalmente pensado, al menos un salón-aula para la instrucción de las niñas del Oratorio. Y allí comenzaron entonces los pedidos de donaciones para juntar la gran suma de $3800 que costarían las refacciones. En el listado de donantes aparecen empresas de la zona como la fábrica de hierros de José Thenée, la Cervecería Quilmes, la Cía. General de Fósforos (empresa dueña por entonces de la Papelera), lógicamente la Municipalidad de Quilmes, y también importantes vecinos de Bernal como María Solari de Pedemonte, viuda de don Agustín, o la Sra. de Urquizú o doña Petrona Peri de Badaracco. Los ex alumnos del Colegio Salesiano también contribuyeron una más que importante suma. El proyecto finalmente pudo llevarse a cabo y la inauguración fue preparada para el 16 de noviembre de 1923.



Programa impreso para la ocasión, con el desarrollo del mismo
Gobernaba el país en esos años don Marcelo Torcuato de Alvear, radical de rancia estirpe que había provocado un revuelo general en el patriciado criollo al casarse con la soprano portuguesa Regina Pacini: el mundo del teatro, así sea lírico, no era bien visto por la aristocracia de comienzos del siglo XX. A pesar de ese inicial rechazo "social", la pareja se consolidó y Regina abandonó el canto y se dedicó a la beneficencia, mas aún cuando se convirtió en Primera Dama. Hete aquí que, a través de la presidenta del Centro de ExAlumnas de María Auxiliadora, doña Emilia Weber de Bó, se le cursó invitación para que concurriera a apadrinar la inauguración del salón-aula en la vieja Santa Coloma. Y la Primera Dama aceptó. Así, ese viernes 16 de noviembre de 1923 visitó por primera vez Bernal, en función oficial, la esposa de un presidente argentino.



Collage de fotos del evento
¿Y cómo fue la visita? A eso de las 3 de la tarde doña Regina llegó al colegio, ubicado desde siempre en Avellaneda (entonces aún llamada Espora) y Belgrano, acompañada por la comisión de las Cooperadoras Salesianas. Fue allí recibida por doña Emilia Weber de Bó y por la Inspectora General de los Colegios de María Auxiliadora y la Directora del establecimiento, las Hermanas Magdalena Promis y Rosa Flanagan respectivamente. Luego de recorrer el colegio se le ofreció un "modesto lunch", durante el cual las Ex Alumnas le agradecieron su presencia a través de un discurso brindado por la secretaria de la institución. A las 4 y media la comitiva se trasladó, seguramente atravesando los campos bernalenses, hasta la "Villa Santa Coloma" donde comenzaron los actos formales: formadas las alumnas del colegio y las escuadras gimnásticas, se le entregó a la Primera Dama un arreglo floral y, acto seguido, se dieron algunos discursos de rigor por representantes de las ex alumnas y de las alumnas de entonces. Este último, ofrecido por la niña Santina Bianchi, fue muy festejado por doña Regina. La banda del Colegio Salesiano interpretó el Himno del Instituto y tuvieron lugar entonces las demostraciones gimnásticas "con toda corrección y exactitud". Finalmente fueron bendecidas las nuevas instalaciones y la Primera Dama, luego de agradecer a las organizadoras "por la obra progresista y desinteresada a favor del pueblo", se retiró mientras sonaban "los acordes de una marcha triunfal". Y triunfal fue esa jornada para todo Bernal: un día como hoy, 16 de noviembre, de hace 94 años.
La presencia de la Primera Dama le sumó importancia al evento: unos días después la revista porteña "Caras y Caretas" publicaba esta foto de doña Regina Pacini en Bernal, sentada en el centro y rodeada de las damas de la Comisión de Ex Alumnas.
NOTAS
[1] Fundado en 1898. Véase su historia en http://mariaauxiliadorabernal.blogspot.com.ar/p/historia.html
[2] 9/10/1913: Inicia las Actividades el Centro de Bernal de la Asociación de Exalumnas. Su Primera presidente fue la Sra. Enriqueta Oliveira que no llegó a terminar su mandato y fue sucedida por la Sra. Emilia Weber de Bo.
Fuentes: https://www.facebook.com/search/top/?q=bernal%2C%20su%20historia%20y%20su%20gente 
http://mariaauxiliadorabernal.blogspot.com.ar/p/historia.html
Fotos del sitio web de la Unión de Ex Alumnos del IMA

HISTORIA DEL COOPERATIVISMO EN QUILMES

El primer sábado de julio de cada año se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Cooperativismo. 
Las primeras experiencias cooperativas en Argentina se desarrollaron a partir de las últimas décadas del siglo XIX, vinculadas a la entrada masiva de inmigrantes europeos, quienes desarrollaron experiencias en los ámbitos agrarios, del consumo y el crédito solidarios. En Quilmes tuvimos un antecedentes en la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Cristoforo Colombo (1878) y en la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Artesanos de la Colonia (1894) [1] 
En todos los períodos de gobiernos que se pretendió instalar una política económica liberal o neoliberal, se vio al cooperativismo como una organización enemiga de sus fines.
La actual filial Quilmes de Credicoop tiene sus orígenes en 1964, cuando una veintena de vecinos dio vida a una cooperativa de crédito que motorizó la economía de la zona.
Recurrimos a la revista "Acción" para conocer el desarrollo cooperativista en Quilmes desde mediados del siglo XX. 

Por Maximiliano Senkiw
El 18 de agosto de 1964 nacía la Cooperativa Ciudad de Quilmes Limitada. Comercian­tes, pequeños industriales y trabajadores, a través de un grupo inicial que no superaba las veinte personas, se unían para dar vida a una entidad que creció con el apoyo del Ins­tituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) y que trazó un
notable recorrido de cré­dito solidario y aporte social. 
Los dirigentes pioneros se conocían del Centro Comercial de Quilmes, un espacio que era aglutinador de diversos actores de la co­munidad. Desde allí comenzaron a analizar la posibilidad de juntarse y planificar la cons­titución de una cooperativa de crédito, sec­tor que se desarrollaba sin pausa por todo el país. Elipio Juvenal Álvarez estuvo en el pro­ceso inicial de creación de la caja y contaba, en setiembre de 2001, al Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito: «Trabajando con la gente del barrio surgió el tema de las cooperativas. El IMFC venía formando cajas. Por acá, funcionaba la cooperativa de Lomas de Zamora, donde había un muchacho, un gerente, que era muy macanudo con noso­tros. Nos pusimos en contacto y, a través de él, establecimos el vínculo con el Instituto. La primera reunión la hicimos en Bernal. Éramos seis, ahí nos largamos. Tardamos cinco meses o seis y habíamos juntado una buena cantidad de socios». Esos socios iniciales fueron 120 en 1964. Para principios de la década del 70, el número ascendía a más de 2.500. 
DEMANDA INSATISFECHA 
Cooperativa Ciudad de Quilmes Limitada cre­ció por el mismo motivo por el que florecie­ron la gran mayoría de las cajas en el país: el crédito accesible era una demanda social in­satisfecha. Según recordaba Álvarez, «el al­macenero, el estudiante, el médico, el peque­ño comerciante, no podía tener cuenta en un banco porque no le daban ni la hora. Los ve­cinos que iban al banco a pedir, porque se iba a hacer el asfalto y necesitaban esos pesos, el banco ni por casualidad les daba. Esa era la ne­cesidad que tenía la gente, que tenía el pueblo de organizarse para poder salvar esa situación y tener un apoyo, tener dónde ir a buscar la ayuda». Rolando Lage fue consejero de la ca­ja de crédito bonaerense y, en un artículo de enero de 1971 publicado en Acción, expresa­ba: «La gente confluye
hacia nosotros por el problema crediticio general que vive el país y que deja desamparados a comerciantes e in­dustriales (...) La función de la cooperativa no puede desligarse de esta situación».

Luis Pastore, Manolo Reiball y Atilio Barsky fueron algunos de los dirigentes de la ca­ja que se destacaron por su compromiso y su trabajo. «Reiball era un baluarte, uno de esos tipos que llevaba prensa, iba a las doce de la noche a visitar a socios, un tipo que colabora­ra mucho porque había que sostener el movi­miento», decía Álvarez sobre uno de sus com­pañeros de la caja.
La entidad de Quilmes otorgaba créditos y, a su vez, contribuía con el desarrollo y las iniciativas locales. Esa era la ventaja diferencial de las cajas de crédito. No eran simplemente órganos financieros. Eran además institucio­nes sociales. Clubes, bibliotecas o sociedades de fomento contaban con la ayuda de la coo­perativa y establecían un vínculo institucional profundo. En 1971, Barsky, gerente de la enti­dad en ese entonces, manifestaba: «En nuestra zona el cooperativismo es una conciencia en todos los terrenos. Estamos entre bancos y, sin embargo, la cooperativa no deja de crecer. O, tal vez, crece precisamente por eso».
En la entrevista de 2001, Álvarez recorda­ba otro dato al respecto: la comisión que se estableció para crear la Universidad de Quilmes llevó adelante sus primeras reuniones en la cooperativa. Asimismo, la caja desarrolla­ba, como todas las entidades de este tipo, una actividad cultural de gran repercusión con la puesta en marcha de conferencias, exposicio­nes de pinturas, proyecciones, grandes even­tos festivos y hasta cursos de economía dicta­dos por profesionales del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE). «No so­lo en los momentos difíciles se puede palpar el sentido solidario de los hombres y mujeres de Quilmes, a los que la cooperativa atrae con su trayectoria de confianza y seguridad. Son incontables las fiestas, reuniones y actos di­versos que unen cada día más a la cooperati­va con sus socios (...) La comisión de Cultura está en contacto con las nuevas cooperativas locales. Y ese contacto es muy fructífero», ex­plicaba, en el mencionado artículo de Acción, Gervasio Sánchez, entonces vicepresidente del Consejo de Administración. 
CONTAGIAR LA EXPERIENCIA 
La entidad quilmeña contagió su experien­cia a barriadas vecinas. La caja participó activamente en la construcción de entidades de crédito en las localidades de Berazategui y San Francisco Solano. Pero la autodenominada «Revolución Argentina», encabezada por el general Juan Carlos Onganía, iba a po­ner el primer freno al movimiento de las cajas mediante distintas normas restrictivas elabo­radas desde el Banco Central que afectaban a la operatoria habitual. A eso se sumaba una intensa campaña difamatoria contra dirigen­tes y el IMFC. «A partir de 1966, estuvimos siete meses sin dar un solo crédito. Para nosotros las medidas del Banco Central fueron doble­mente perjudiciales porque recién empezába­mos. Sin embargo, el apoyo de los socios fue inestimable. Muchos mantuvieron sus saldos y supieron esperar; entre estos estuvieron, por ejemplo, las otras cooperativas. Cuando pedimos a todos los vecinos que nos apoyaran con sus firmas para respaldar nuestra solicitud al Banco Central, pudimos comprobar feha­cientemente la gran envergadura que tiene en nuestra zona este tipo de institución», relata­ba Sánchez en la nota de 1971.
Fueron la confianza de los asociados y también la defensa conjunta que se dinamizó desde el IMFC -manifestaciones, actos, solici­tadas en grandes diarios nacionales - las ac­ciones que detuvieron el embate dictatorial dispuesto a liquidar al crédito solidario y sus entidades. Lo mismo sucedió 10 años después con la dictadura cívico-militar y la orientación del plan económico de José Alfredo Martínez de Hoz.
Para enfrentar ese ataque, el movimiento de las cajas de crédito tuvo que reconvertir­se bajo la forma de bancos cooperativos, una salida que permitió la conformación de enti­dades que fueron el resultado de la fusión de cajas, dado que así cumplían el requisito de capitales mínimos exigido por el BCRA. De es­ta manera nació, entre otros, el Banco Credicoop, de la integración de cajas de la Capital Federal, el Conurbano bonaerense y La Plata. Actualmente, el legado de la Cooperativa Ciu­dad de Quilmes Limitada prevalece en la filial local del banco cooperativo. 
«La cooperativa era del pueblo, era un mo­vimiento de masas, un movimiento de gente de cualquier sector. A nadie se le preguntaba a qué partido pertenecía cuando se hacía so­cio. Era para todos y trataba de crear algo para ayudar al desarrollo de la gente. Jamás me voy a arrepentir de lo que hice. Si tuviera que em­pezar de nuevo, lo haría otra vez», subrayaba Álvarez al momento de trazar un balance de su historia en el movimiento cooperativo. Una historia de más de 40 años por la que transitó con el compromiso solidario de Quilmes y su gente. Ese mismo fundamento era el que re­flejaba la Memoria de la cooperativa en 1970: «Nosotros pretendemos algo más. Repetimos que debemos a nuestros socios una actividad que, paralelamente a lo económico, permita el conocimiento que hace al desenvolvimien­to del ser humano».
Por Maximiliano Senkiw
Asesoramiento histórico Daniel Platinsky
Fotos archivo de la revista “Acción”
FUENTE
1220
Segunda quincena, junio de 2017. Buenos Aires, Argentina. Año LII.
“Acción en defensa del cooperativismo y del país”
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NOTAS

[1] Ver en EL QUILMERO del lunes, 12 de diciembre de 2016, “SOCIEDAD COSMOPOLITA DE SOCORROS MUTUOS ARTESANOS DE LA COLONIA”