jueves, 10 de septiembre de 2015

MAESTRAS DE AYER: LAS CATALÁ, DOROTEA K. DE RÜFER Y ANGÉLICA MENDOZA - 11 DE SETIEMBRE



LAS CATALÁ 
Dice el historiador Manuel Ales que entre las primeras maestras de Quilmes se debe recordar especialmente a Florinda Fernández de Catalá. Cuya historia docente comienza con su madre Estefanía Reibaud de Fernández. [1] 
En 1855 la Sociedad de Beneficencia creó en la Ensenada de Barragán la primera escuela para niñas, dándole la dirección  a Casimira Herrera hija del municipal Felipe Herrera. Esta escuelita muy precaria funcionó en las quintas de Lisandro Núñez y pasó luego al más acomodado  “chalet” del vecino Ugolini. El 4 de julio de 1857, ante la renuncia de la titular que acusaba un delicado estado de salud se designó a  Estefanía Reibaud de Fernández y como sub-preceptora a su hija Florinda Fernández nacida en 1841, o sea que tenía 16 años. Dice el nombramiento: “la presidenta de la Sociedad de Beneficencia doña María de las Carreras, notifica al juez de paz que ha sido designada preceptora de la escuela de la Ensenada, Estefanía Reibaud, por renuncia de la señorita Herrera, y monitora de la misma a Florinda Fernández, recomendándole a estas, dignas de toda consideración por sus méritos y su precaria situación.” O sea que estas mujeres solas estaban pasando por una situación económica precaria, quizá por la viudez de Misia Estefanía. El “misia”, con el que algunos vecinos la trataban, designaba el respeto y el afecto que esta mujer inspiraba.
La escuela de la Ensenada, funcionaba entonces, en una propiedad ubicada en el lugar donde se levantó luego la casa de la familia Malacalza. A ella concurrían más de 20 niñas. [2] 
Al casarse Florinda Fernández con el municipal suplente José Manuel Catalá, la familia se ve en la necesidad de trasladarse al pueblo de Quilmes por lo dificultoso de viajar habitualmente a la Ensenada en aquellas épocas donde los caminos eran muy precarios.
El 27 de abril de 1865, en las sesiones de la municipalidad se trató en actas: “… se realizó sesión extraordinaria, a continuación de la anterior, con la asistencia de los municipales Llanos, García, Wlaker y el suplente Catalá. Leída el acta anterior y aprobada el presidente hizo presente haber dado cuenta al municipal encargado de culto e instrucción pública hallarse en completo abandono la escuela de varones a consecuencia de haber renunciado el preceptor que la dirigía, José María González, encontrándose cerrado dicho establecimiento se dio lectura a una nota dirigida por el municipal José M. Catalá, solicitando la dirección del establecimiento como preceptor. Resolviéndose que fuese elevada a la Dirección de Escuelas."
En 1881, Estefanía Ribaud fue trasladada a Quilmes, después de permanecer en sus cargos, madre e hija, durante 24 años. En Ensenada fue sustituida por Genoveva González una de las primeras maestras normales argentinas que asumió su cargo en noviembre de 1881, permaneciendo hasta julio de 1886.
En 1883, Florinda F. de Catalá, obtiene su diploma para ejercer oficialmente,  y junto a su hija es designada en la escuela N° 3, en la chacra de Antonio Novais a 24 cuadras del pueblo.
El 19 de abril de 1885, estas mujeres se hacen cargo de una escuela en Quilmes en un amplio edificio de la esquina noreste de Rivadavia N° 74 esquina Brown, propiedad de Julián Dupuy, frente a la farmacia de Agustín Matienzo, siendo sus ayudantes Lucía y Aurora Giménez, hijas de Pedro Giménez, director-propietario del periódico “El Quilmero”.
Ese mismo año la escuela es trasladada a una zona agropecuaria próxima a Sourigues y oficializada como la N° 8 con 53 alumnas de 1° y 2° grados, con la dirección de Florinda Fernández de Catalá y sub-preceptora su hija Florinda Catalá. Luego pasó a ser escuela primaria mixta, de 1° a 4° grados.
“Misia Florinda”, dice Marcelo Traversi en su “Estampas de
Antaño”:Fue rígida pero muy bondadosa. Alcanzó el cariño y respeto de todos sus alumnos”. Algunas de ellos fueron: María y Adelina Letamendi, Florencia Jordán, Fernanda Lavaggi, María Filomena Baunelle y Martel. Esta última contaba de su maestra: “...era obsesiva con la limpieza. Se plantaba en la puerta para recibir a los niños y les revisaba las orejas, las manos y la traza, si algo no era de su agrado ordenaba a su hija que recompusiera al inapropiado. Era una crítica furibunda de sus colegas que recurrían a los castigos físicos con los alumnos y por las mismas causas solía increpar a algunos padres. Si alguno faltaba por dos o tres días iba a la casa del ausente; se enojaba mucho si comprobaba que había sido conchabado en lugar de enviarlo a la escuela. Había progenitores que al verla acercarse a las casas trancaban la puerta y no salían, de todos modos Misia Florinda les decía desde afuera todo lo que no querían oír los de adentro..."
Las tres eran mujeres altas, delgadas, de rostro fino y seño severo; muy parecidas entre sí, abuela, madre e hijas... Vestían de oscuro y, como una audacia, el vestido al tobillo; que de todos modos no se veía por las botas de cañas altas.
Misia Estefanía se tocaba con un mantón, nunca sombrero, en cambio Misia Florinda y su hija llevaban sombrero alado de paja, únicamente. La abuela colgada del cuello llevaba una cadena gruesa con relicario y Misia Florinda un reloj y cadena de plata en el bolsillo de la pollera; su hija ninguna joya... 
Misia Estefanía hablaba francés y cuando mi padre venía a
buscarme lo retenía con nimiedades para practicarlo...” [3] 
El 9 de mayo de 1889, según “El Quilmero”: “La escuela de niñas de la Srta. Florinda Catalá se trasladó de frente a la botica de Matienzo a la casa de Ramón Madrid, Brown esquina Alsina”. Figuran como ayudantes en esta fecha además de las nombradas: Ángela Giménez (n.1873) y Eduvigis Graci (n.1873)
Esta mujer fue una activa asistente de enfermos indigentes desde la “Sociedad de Damas de Caridad San José”, conjuntamente con otras maestras como Petronila y Demetria Rivero, las señoras Federica Dorman de Quijarro, María de Lassalle, Vicenta Lassalle, Águeda Nicholson de Barrera, Mariana y Gregoria Lerdou y otras. Mujeres que, impulsadas por el Dr. Wilde, junto a Juana Gauna encararon la organización de un verdadero hospital, accionar que recién se pudo concretar muchos años después. Fue secretaria de la Comisión administrativa del hospital Santa Rosa.
La escuela de las tres generaciones de educadoras conocidas como las Catalá perduró hasta principios del siglo XX.
DOROTEA K. DE RÜFER 
Nació en 1836 en Alemania, maestra de la escuela N° 5 de Florencio Varela desde 1886. Fue muy querida entre sus alumnos y
vecinos. Tenía un temperamento amable y gentil. El año 1891 fue definitivo en su vida; el 21 de mayo fue trasladada a la escuela N° 11 que se  creó en junio de ese año con 53 alumnos, en la calle Mitre esquina Olavaria de Quilmes, una propiedad de Pedro Elisiri; a partir de setiembre ingresó como ayudante su hijo Ernesto E. Rüfer (nacido en 1874), que se hizo cargo de la misma al enfermar su madre el 21 de ese mismo mes. El 10 de diciembre Dorotea K. de Rüfer fallece en Quilmes, a los 55 años.
ANGÉLICA MENDOZA 
Maestra quilmeña, fue proclamada candidata a la presidencia de la
República por el Partido Comunista el 18 de marzo de 1928, como un desafío a la discriminación de género que vedaba a la mujer el voto en las elecciones tanto nacionales, como provinciales y municipales. Fue, junto con José F. Penelón la fundadora del Partido Comunista de Argentina cuando el Comité Central del Partido Socialista Internacional (PSI) de Argentina convocó a un Congreso Extraordinario en 1920.
Chalo Agnelli
NOTAS

[1] “Apuntes para la historia del partido de la Ensenada, 1821-1882”, por Francisco Cestino (1949). “Crónica retrospectiva, Ensenada, Tolosa, La Plata” 
[2] De Manuel Ales, periódico Enfoques miércoles 26 de marzo de 1969.- 
[3] Texto recogido por transmisión oral de quien fuera  alumna de Misia Florinda, María Filomena de Baunelle y Martel de Yori (1880-1962)

PLÁCIDO ROSARIO DONATO, LA POESÍA DE LAS COSAS SIMPLES...

LLEGANDO AL PERSONAJE
El 8 de julio de 2016, falleció un vecino quilmeño de La Colonia que supo encontrar la poesía en las cosas simples, Plácido Donato.
Cuando tenía 9 ó 10 años, esperando el tranvía en San Luis y Andrés Baranda, en la esquina de los Bottaro, solía ver a un muchacho de corta estatura, uniformado, a veces acompañado por otros muchachos del barrio, "del otro lado del 22", como llamábamos los de “Andrés Baranda al este” a los de “las vías del tranvía al oeste”; eran tiempos donde los objetos, los pocos comercios, algunas casonas importantes, un zanjón o ciertos personaje pintorescos servían de locativo.
En una oportunidad, en esa misma esquina, aguardaba con mi abuela y el “policía” descendió del 22 (el tranvía) Ella vio la curiosidad en mi cara y me dijo que era el hijo de doña Lucía. Mi abuela conocía a la señora del almacén de don Pepito donde hacía las compras hasta que los Babbicola abrieron otra muy bien provista sobre San Luis, a media cuadra de mi casa.
Volví a verlo en dos o tres oportunidades en el Club Alberdi, sobre todo cuando había algún encuentro futbolero entre ese club y el 21 de Julio, con el que mi padre colaboraba desde que era una Sociedad de Fomento, la que supo traer a ese rincón de La Colonia: gas natural, cloacas y un buen día ¡el asfalto!.
Un día escuchando “Jaque a la policía” en Radio Nacional, como solíamos hacer mi hermano y yo en el aparato que él tenía en su habitación - privilegio que le había dado su enfermedad -, me detuve a escuchar - algo que no hacía nunca - el detalle del reparto que daba el locutor al cerrar cada día el programa y por último dijo: “Guión Plácido Donato”. ¡Ese nombre y ese apellido no eran nada comunes, sólo podía ser de nuestro vecino! Y era. Pensé que teníamos otro famoso (precisamente no era esa la palabra tan gastada hoy) en el barrio, además de Nelly Omar que había tenido una quinta importante en las cercanías o Vicente Zito “la bordeadora”, el bandoneonista Francisco Abbatantuono, a pocas cuadras
En 1974, cuando Jorge Padula Perkins y otros muchachos del barrio fundamos el “Grupo de Arte Joven” en la calle Larrea lo consultamos un par de veces por esas cosas de las Letras. Luego el tiempo y la similitud de tareas nos reconocieron en otros encuentros.
Cuando la escuela Nº 17 cumplió 90 años, yo era vice y se organizó un festejo extraordinario donde fueron invitados algunos de sus ex alumnos notables como Aldo Severi, Ludovico Pérez, Luis Vidal y Plácido Donato.
En 1991, comencé a escribir “La Colonia de Valerga” e hice una semblanza de su vida – aún no figuraba en Wilkipedia – entre la de otros caracterizados vecinos del barrio La Colonia. El libro se publicó en 2010.
Recientemente nos reencontramos en los 75 años del Club Alberdi y en el 56º aniversario de la Biblioteca Popular Pedro Goyena, vecina del Club. 
Ambos, Plácido y quien suscribe, seguimos vinculados con el barrio. Él conservó su casa natal y yo, como él, las calles, las veredas, los vecinos, algún viejo plátano carcomido, los que están y los que no, las anécdotas - quizá adornadas por la buena benigna memoria – y el amor por las cosas simples. (Chalo Agnelli)
 UNA BIOGRAFÍA PARA EL ÉXITO 
Hijo único de una familia humilde, nació el 5 de julio de 1934, en la misma casa donde vivió hasta no hace mucho, en la calle San Luis entre Torcuato de Alvear y Larrea, frente a la familia De Armas.
Ese año era, como casi todos los años en la historia de la humanidad, un año crucial. Para mal del mundo Hitler era proclamado canciller de Alemania; Paraguay y Bolivia dirimían un enfrentamiento absurdo en el Chaco Boreal; le entregaban el Premio Nobel a Luigi Pirandello; los porteños veían pasar el Graff Zeppelín… el fútbol, el cine y el radioteatro conquistaban toda la adhesión popular.
El padre, José Donato, había nacido en la esquina de las calles Aristóbulo Del Valle e Iberlucea, [[1]] pleno barrio de la Boca; era un gráfico anarquista, trabajaba en “La Antorcha”, pero luego devino en socialista "de Palacios”; tendencia que Plácido Rosario Donato comparte, considerándose el único policía socialista del país. La madre, Lucía, había nacido en Barracas.
Sus cuatro abuelos eran sicilianos. El abuelo materno, en su tierra, había sido pescador, era amante de la ópera y fue él quien con sus historias y anécdotas estimuló en Plácido la imaginación; y fue la literatura el medio para despegarla de sí y crecer en ella.
Era pequeño aún cuando sin la autorización de sus padres se escabullía a la estación de Quilmes a lustrar zapatos para reunir unas monedas para sus más preciados gastos, revistas de historietas.
Alrededor de 1949, fue “cronista volante” del diario El Sol bajo la dirección de los Blanco; con trece años salía con Alcibíades Rodríguez a hacer notas sociales.
CLUB ALBERDI 
Vio nacer de un encuentro de fútbol que se hizo en al esquina de San Luis y Andrés Baranda a los dos clubes del barrio el Alberdi y el 21 de Julio. Liderado el primero por don Juan, el almacenero de Larrea y Oliveri y el segundo por don Juan Borgoño, el electricista. Como para el fútbol no daba, jugó 6 años al rugby.
Estudió en la Escuela Nº 17 donde su maestra de 2º grado, la señorita Esperanza descubrió su veta literaria.
Fue con una composición sobre “El significado de la poesía”, lo que no sólo sorprendido a la maestra, sino también a sus compañeros y a sus propios padres.
Terminó la primaria e ingresó en el Nacional de Quilmes. Allí creó dos revistas estudiantiles: “Tiralalira” y “La Rata”, con un ligero tono de protesta que le valió no pocos disgustos con los profesores Orengo y Craviotto (este último resultaba un tanto duro con los “del otro lado de las vías”)
Por problemas de salud debió dejar la carrera de Derecho en 2º año y a instancias de su madre y sus parientes los Anacondia, ingresó en la policía en 1953; donde, según sus palabras, encontró, “un mundo alucinante, nada presagiado, definitorio, en relación con los demás y la literatura”. Llegó a ocupar el cargo de Comisario Jefe de la división difusión de la Policía Federal. 
PRIMERAS LETRAS 
Era inevitable que de un hogar de contraposiciones y pasiones sicilianas, que entre el barítono Galiffi, Simón Boccanegra, [[2]] las reivindicaciones sociales, los cuentos del abuelo, el barro, la pelota en el potrero y mucha, mucha lectura, brotara su inclinación por la poesía, para luego volcarse a la narrativa.
A los 18 años ya escribía fotonovelas y cuentos “para mujeres” en las revistas “Vosotras”, “Para Ti” Integró con otros autores: “Veinte cuentos policiales argentinos” (1976) y “Veinticuatro cuentos policiales argentinos” (1977) de Editorial Plus Ultra. Escribió los textos para la historieta del dibujante Torino “El conventillo de don Nicola”, “Pocholo, Pichuco y yo”, “Tritqui Traque”, “Paturuzú” e “Isidorito” con Quinterno y los libretos para radioteatros en varias emisoras radiales como “América”, “Nacional”, con el elenco de “Las dos carátulas”; con temas de problemática social que ilustraban el submundo del crimen desde el punto de vista preventivo, contemplando las circunstancias sociales que conducen al individuo al delito. 
“JAQUE AL DELITO” 
Entre sus innumerables cuentos fue muy difundido “El Aljibe”, publicado en Paraguay, EEUU y en Alemania en la revista “Burda
Relato circundado de una sorprendente anécdota del autor, donde se mezcla la ficción con una experiencia esotérica y onírica.
Su actuación como policía le facilitó la acción autoral, con ciclos como "Jaque a la policía" que durante más de una década se difundió por Radio Nacional.
Realizó la asesoría policial en programas televisivos como “Jaque al delito”, que se inició en 1968, en radio “El Pueblo” y donde actuaron entre otros María Aurelia Bisutti, Leonor Di Benedetto, Pepe Novoa, etc.; trabajó como libretista en el clan de “Cosa Juzgada” con Víctor Pronzato (Víctor Proncet) y Genée y en “División Homicidios”, con libretos de su autoría, junto con
escritores como Marco Denevi y María Angélica Bosco. Este último programa fue dirigido por Martín Clutet y contó con la actuación de Olga Zubarry y José Slavin. Experiencia de la que guarda el más cálido de los recuerdos. De esta serie salió la película “Contragolpe”, de Loria, donde volvió a compartir guión con el escritor y dramaturgo Marco Denevi y María Angélica Bosco. 
“MEMORIAS DE UN COMISARIO” 
En 1971, publicó un ensayo titulado: “Las drogas, un viaje a la muerte blanca”, bajo el seudónimo Eduardo Santillán Menéndez o Peter Donald o Titus. Una de sus obras teatrales “El sello azul” fue representada en el teatro “Tango Bar”, con gran éxito. Presentó espectáculos de
Ciencia Ficción, realizó recitales con Claudia Durán, dirigido por Ricardo Lanís en la Capital Federal y el Interior durante el Mundial 78.
El mostrador de la policía fue el trampolín de unión entre las tragedias de todos los días y la literatura, metiéndose en la profundidad de los personajes que allí llegaban con sus circunstancias y miseria y haciéndose carne con ellos. Se transformó en un generador de clímax. En su vida policial reunió una considerable cantidad de anécdotas; desde los comienzos en Defraudaciones y Estafas, luego, como cadete, fue guardaespaldas del Gral. Perón – para indignación de su padre – e integró las custodias de muchas personalidades de la historia del
siglo XX que visitaron el país: el Che Guevara (agosto de 1961), Robert Kennedy (18/11/65), el Sha de Persia y Fara Diba (1965), el vicepresidente Richard Nixon (1968), etc., historias que relata en “Confesiones de un Comisario”.
Ejerció el periodismo y fue director de las revistas “El Círculo” y Mundo Policial” por la que recibió en 1986, el “Premio Resero” otorgado por la Secretaría de Cultura de la CABA. Fue un activo integrante de Argentores - Sociedad Argentina de Autores - durante seis años fue tesorero, también vicepresidente y actualmente preside la Junta Fiscalizadora.
Sus obras teatrales son: “Fantasmas en los leños”, “El Sello Azul” y “Un sabueso sin olfato”; le pertenece el poemario “De
intemperies y poesía” y el libro autorreferencial “Memorias de un comisario”. 
En las "Dos Carátulas" de Radio Nacional con la dirección de Nora Massi se difundieron "Crimen en la casa de las piedras", "El cementerio olvidado", "Crimen en el circo", "El Cuadro", "El Saxo", "Una flor sangra en la colina", "El misterio de Jeannete" y "El Aljibe", entre otras obras de su autoría. 

DIVISION HOMICIDIOS 
Como se mencionó anteriormente, en 1976, junto con Marco Denevi, Plácido R. Donato comenzó a escribir los libretos para un ciclo de televisión de género policial que se transmitía por el Canal 9, “División homicidas”. La acción transcurría en la década del ’30 y el protagonista era el Inspector
Baigorri representado por el actor José Slavin, que fallece a fines de 1977 y fue reemplazado por Ignacio Quirós. Los episodios duraban una hora y media, planteaban y resolvían un enigma policial. Donato suministraba el material, la sustancia y Denevi escribía los libretos. El ritmo televisivo era arduo y tras dieciséis episodios Denevi se retiró fue reemplazado por la escritora María Angélica Bosco, quien acompañó a Donato en el trabajo. Subrepticiamente colaboraron algunos dramaturgos prohibidos por la dictadura procesista, como: Osvaldo Dragún, Ricardo Halac, Roberto Cossa. El programa se emitió entre julio de 1976, y octubre de 1978. Por este trabajo Donato recibió el premio San Gabriel y la Cruz de Plata Esquiú. 
UNA FRONDOSA CARRERA 
Otros ciclos de su autoría que alcanzaron notable éxito - en aquella televisión de alta calidad que comenzó a extinguirse durante la
década del ‘90 – fueron: “Jaque al delito” con María Aurelia Bisuti, Leonor Benedetto, Leonor Manso, Alberto Argibay, Claudio Levrino, Pepe Novoa y Osvaldo Terranova.
En 1978, tuvo dos éxitos: “Irina, la muerte y el mar” y “Crimen en la casa de las piedras”. Ambos transmitidos por el Canal 7 y dirigidos por Heredia; la primera con la actuación de Olga Zubarry, José M. Gutiérrez, etc.; y en la segunda los mismos actores más Fernando Labat y Ana María Picchio.
En 1979, se presentaron dos ciclos: “Muerte de un Policía” en el mismo Canal estatal, dirigido por Heredia; con la actuación de Pepe Novia, Laura Bove y Miguel Ángel Sola, y “Esta puede ser su
historia” por Canal 13, con Luis Medina Castro, Elcira Olivera Garcés, Emilio Conte, Eduardo Rudy, Ricardo Darín, etc., ciclo unitario cuya emisión duró todo el año.
En 1980, fue: “Vivir es maravilloso” una tira diaria e humor que se transmitía por el Canal 13; con Fernando Siro, Miguel Ángel Solá, Silvia Montanari, Rita Terranova, Julia Sandoval, etc.
También entre 1879/1980, Plácido Donato realizó en el Canal 7, un programa espectacular de carácter histórico musical con motivo de los 400 años de la Ciudad de Buenos Aires, se llamó Buenos Aires... Mi ciudad…”, actuaron: Virginia Luque, Enrique Fava, Roberto Goyeneche, Edmundo Rivero, Horacio Ferrer, Alberto Marino y elenco.
Este fue el año de su retiro de la Policía, pero siguió escribiendo pues esa fue siempre la esencia de su vida. Hasta esa fecha no debe haber sido fácil conciliar su trabajo policial con la literatura y el mundo artístico con sus requerimientos sociales. 
SIGUIERON
En 1982, “El Francotirador” por Canal 11, con Enrique Liporace y Germán Krause y elenco, bajo la dirección de Francisco Guerrero. 
En 1986, “Libertad condicionada”, una tira diaria que escribió hasta el capítulo 30, transmitida por Canal 9, con la actuación de Susana Campos y Juan Carlos Dual.
En 1987, realizó “¿Quién es el asesino?”, por Canal 11, que llegó a ser un extraordinario éxito; con Alfonso De Grazia y Luisa Kuliok y dirigido por Francisco Guerrero.
En 1989, “Veredicto final” por Canal 11 de Puerto Rico, dirigido por Martín Clutet.
En 1992, la investigación histórica “Departamento de Policía” por América TV, con la conducción: Carlos Juvenal.
Y en 2000, fue intérprete del cortometraje, “Radioteatro, una pasión de multitudes”
En 2001, concretó la serie “¿Quién es el asesino?”que se trasmitió por el Canal 14 de Santo Domingo, con la dirección de Martín Clutet.
En el 2004, participó en la asesoría literaria de “Ciclo 5º Mandamiento” para. América TV y redacto el libreto de “La Casa de Mármol” para dicho Ciclo. Y este mismo año 2004, en el “Théâtre Royal de la Monnaie” de Bruselas, Bélgica se estreno su cuento “El Saxo”, adaptado para danza por la notoria coreógrafa Gilda Navarra del ballet de Brujas. 
CINEMATOGRAFÍA 
Fueron guiones cinematográficos de su autoría: “Contragolpe” (1979), el cortometraje “Alerta en azul” (1980), “Las esclavas” (1987), “Comisario Ferro” (1998) Un comisario que vive inmerso en un submundo sórdido en el que se impone la justicia por mano propia. El protagonista vive, al mismo tiempo que los vaivenes de su profesión, un conflicto interior en el que se inserta su esposa, que guarda un secreto de su infancia. Entre los hechos delictivos y un hogar al borde del colapso, Ferro se halla siempre a un paso de la cornisa emocional.Fue dirigida por Juan Rad.
Detrás y entorno de de todas estas puestas televisivas, trato con directores, actores, funcionarios de los canales, debieron haber cientos o miles de circunstancias de todo tipo que abarcarían, seguramente, varios volúmenes; y que Plácido Donato, por su trato afable, abierto y su buen humor, habrá sabido manejar con final positivo.
JUICIO DE SU OBRA 
En el 2008, presentó en la Biblioteca Mariano Moreno de Bernal, un libro de narraciones y poemas que resume los últimos años de su obra y de su vida, “De intemperies y poesía”.
En “24 cuentos policiales argentinos” dicen de su estilo: “Donato utiliza el cuento para expresar su peculiar sentido de la fatalidad y los hilos cambiantes que mueven el camino de un hombre frente a situaciones límites, como el delito, la muerte y la esperanza… Donato centra sus baterías para demostrar que el policía es un entomólogo, un paciente buscador de miserias y limitaciones.” [3] 
DISTINCIONES 
Entre otras distinciones fue finalista al premio 'Honda de España' (1971); premio del Ministerio de Educación (1973); obtuvo el premio Argentores (1976), Cruz de Plata Esquiú (1977), premio de la revista “La Radio” (1977)
Por el guión de “Buenos Aires… Mi ciudad” (1979), el espectacular de tango con glosas de Horacio Ferrer, transmitido por ATC donde se vio por primera vez a Carlos Gardel en colores, obtuvo el gran Premio de Honor de la revista Audiencia, que luego se transformó en el Premio Martín Fierro.
A pesar de lo mencionado por algunos periodistas quienes le escapan a las fuentes, aunque lo merece sobremanera, Plácido Donato nunca fue nombrado ciudadano ilustre de Quilmes; sí, Personalidad Relevante de la Cultura por el Multimedio “El Sol” en el 2009.
En cambio, sin vivir nunca allí, fue designado “Ciudadano Ilustre de San Telmo"; barrio porteño del que escribió su historia.
Este mismo año 2009, recibió otro apetecible premio el “Alberto Olmedo”, de la Confederación de Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación Social de la Argentina (COSITMECOS) Un premio a la trayectoria que se otorga a los distintos rubros en los que se encuadran trabajadores del medio televisivo al cumplirse seis décadas de la primera trasmisión.
El 30 de octubre de 2014, fue nuevamente galardonado con el premio “Alberto Olmedo”, por parte de la Confederación de Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación Social de la Argentina (COSITMECOS).
Trabajos suyos se exhibieron en Puerto Rico y Miami. Su libro “Confesiones de un Comisario” alcanzó los 145.000 ejemplares que recorrieron todo el país y gran parte del mundo de lengua hispana.
En el diario “Página 12 en una crónica de su libro dice. “... nació en una bola de cristal barato”; parangonando la humildad de su origen y el brillo y la transparencia de su obra. Su padre firme en sus convicciones falleció a los 90 años.
Placido Donato tiene cuatro hijos y tres nietos. Con su esposa la arquitecta Doris Vacca, recorrió gran parte del mundo presentado su obra y dando conferencias. Otra de sus pasiones es la ópera.
EL FUTURO AHÍ CERCA 
A Tito Donato no lo amilanaban los años, sus proyectos desbordaban varias carpetas. Uno de ellos era presentar en el teatro Cervantes de Quilmes su obra “Fantasmas en los leños”, que ganó el premio del Teatro Independiente Argentino.
Recientemente, como mencionamos, el 8 de agosto de 2015, el barrio contó con su presencia en el 75º aniversario de la fundación de Club Alberdi, donde fue homenajeado y el 15 de ese mismo mes asistió al 56º cumpleaños de la vecina Biblioteca Popular Pedro Goyena, vecina del Club, donando a la misma algunos de sus títulos: “Confesiones de un comisario” (Vol, 335 – “De intemperies y poesías” (2008); “Pasaje a Picasso” (2010) y “Sueños de miel y chocolate” (2011) Además colaboró con LAS LETRAS DEL QUILMERO, con páginas de tierna nostalgia sobre el barrio y su gente. [4] 
COLOFÓN DE VIDA 
La vida es la única oportunidad. Cada uno la vive a su manera, como puede, con los instrumentos que se le dieron en el hogar en que nació, en la forma en que fue criado, en el entorno de personas que acompañaron su formación y con ciertas particularidades que le son propias e irrepetibles, por algunas causas o condiciones que aún los psicólogos ni los genetistas no han sabido explicar con total precisión. Algunos pasan anónimamente, con serenidad, sin grandes aspavientos, altibajos ni infortunios; otros sobresalen porque no se conforman solo con eso de permanecer y transcurrir y desbordan sus particularidades positivas y enriquecedoras que los hacen sobresalir de la multitud anónima. Estos son modelos de vida.
Plácido Rosario Donato decía: "lo que más me satisface de mi vida es haber sido pobre, pues aprendí la poesía del barrio, su gente humilde y laboriosa, el ingenio para subsistir y la dignidad de lo poco, pero grande.
Hoy con su humor, su prestancia y don de gentes, con su infatigable creatividad está presente y lo estará en el espíritu de las cosas simples de un Quilmes memorioso y rico en semejantes.
Investigación, argumentación y entrevistas Chalo Agnelli
 miembro de la C.A. de la Biblioteca P. Pedro Goyena,
Pte. de la Agrupación "Los Quilmeros"
NOTAS


[1] Enrique del Valle Iberlucea (1878-1921), pensador, político argentino. Nació en España. Llegó a Argentina en edad temprana. Se recibió de abogado en la Universidad Nacional de Buenos Aires, en 1902. Ejerció la docencia. Se enroló en el socialismo, participando como un político combativo y de ideas extremas, que exteriorizó en el Congreso Socialista realizado en la ciudad de Bahía Blanca en enero de 1921. Fue secretario de la Universidad Nacional de La Plata, dictó cátedras en el Colegio Nacional Buenos Aires y en la Facultad de Filosofía y Letras. Periodista en La Prensa y La Vanguardia. Publicó varias obras, entre las cuales figuran: La evolución de la sociedad (1904), El gobierno comunista (1909), La Iglesia y el comunismo (1909) y El divorcio y la emancipación civil de la mujer. Murió en la ciudad de Buenos Aires en 1921. 
[2] Primer dogo (dux) genovés, muerto en 1363. Pieza teatral de 1843 de Antonio García Gutiérrez (1813-1884), en la cual se basó el compositor italiano Giuseppe Verdi para componer su ópera Simón Boccanegra, representada en 1857 por vez primera vez.
[3] Editorial Plus Ultra Pág. 54, 2° edición Buenos Aires 1998
[4] Ver en EL QUILMERO del lunes, 24 de agosto de 2015, FANTASMAS DEL BARRIO LA COLONIA - "LA BARRA DE LA ESQUINA" EN EL DÍA DEL LECTOR  http://lasletrasdelquilmero.blogspot.com.ar/2015/08/fantasmas-del-barrio-la-colonia-la.html 
Ver en EL QUILMERO del domingo, 30 de agosto de 2015, 2.- FANTASMAS
DEL BARRIO LA COLONIA - “DON ÁNGELO FORNARI" http://lasletrasdelquilmero.blogspot.com.ar/2015/08/2-fantasmas-del-barrio-la-colonia-don.html
Ver en EL QUILMERO del jueves, 10 de septiembre de 2015, FANTASMAS DEL BARRIO LA COLONIA - “UN TAL NISTAL Y DON MANUEL EL BUFETERO”
http://lasletrasdelquilmero.blogspot.com.ar/2015/09/fantasmas-del-barrio-la-colonia-un-tal.html/