lunes, 26 de agosto de 2019

HÉCTOR ACOSTA, ARTISTA DE COLOR LOCAL


Por Chalo Agnelli
La flor del arte prende como un milagro en algunos espíritus selectos. Los mueve la vocación, cuya voz tiene resonancias misterios y enlaces no previstos en los resultados. […] Una vez dado el impulso el artista procede por descubrimientos reiterados, el intuitivo avance en un continuado descubrimiento de sí mismo, en una renovada conquista de su mundo interior”. Así se refirió León Pagano a la obra de García del Molino. [1]
 El sur, este sur, nuestro sur, atrapa como una mente inteligente, una cara, un cuerpo, un lugar, seduce cuando hay mentes que los mueven... Así pasa con este sur, nuestro sur, aparentemente tan común, tan anodino, pero que a tantos ¡a tantos! aferró a su suelo, a su éter.
Héctor Acosta nació el 2 de marzo de 1933, en Avellaneda, en la calle Lafayette, donde transcurrió su niñez. Fue su madre Leonor Sánchez, gallega y su padre, andaluz Alfonso Acosta, inmigrantes. Ella ama de casa dedicada a sus gemelos Héctor y Néstor. Él, trabajador textil, se destacó en el fútbol, llegando a la primera de Independiente.
 Alfonso Acosta, padre de Héctor, en el equipo de Independiente de 1926
Café y Bar Álvarez, donde Héctor transcurrió gran parte del ocio de su adolescencia y juventud… “Como una escuela de todas las cosas"


CONTEXTUALIZANDO
Por esos años en Europa retumban con pasos siniestros la bota nazi y la bota fascista. En España la falange trama un complot contra la República. En Argentina - el tercer año de la “década infame” – se inicia una creciente agitación política con el “Pacto Roca-Ruciman”, que la oposición al presidente Justo califica como “una manera de entregarnos atados de pies y manos a los ingleses”. Se crea la Dirección Nacional de Vialidad. Secuestran y asesinan la joven Abel Ayerza. Los tangos de Discépolo ganan a los porteños con su idioma de entraña y de verdad. Miembros del radicalismo se levantan en armas en Rosario y Santa Fe, pero son dominados. Muere don Hipólito Yrigoyen e, insólitamente, los mismos que tres años antes destruyeron su casa, llevan ahora a pulso el ataúd con sus restos. 
 CAMINO AL SUR
Héctor Acosta tenía 11 años cuando, con su familia, fija su destino en Bernal, primero en el barrio Los Hornos, en la calle Com. Franco 75, y luego en Villa Cramer, su primera musa inspiradora: “… siempre me he dedicado a pintar mi barrio, sus esquina, sus casas, la estación de tren, las barreras, los viejos bares; porque un pintor solo puede pintar lo que ama”. Sí, su obra expresa un intenso “color local”, evocando escenas populares de su adolescencia, de su juventud, así como interiores que revelan verdaderos documentos de época.
Coincidentemente trabajó como técnico mecánico en Vialidad Nacional, en la isla Demarchi donde funcionaba el Arsenal Naval Buenos Aires.

En Villa Cramer, su barrio adoptivo, conoció a una joven maestra, nacida en el barrio, Marta, hija del peluquero Ferrazzuolo, y se casaron. Tiempo después llegó su única hija Gabriela, perdida tempranamente. Marta ejerció durante 33 años, en el Instituto La Sagrada Familia y en el Colegio Nuestra Sra. de Lourdes de la Av. Calchaquí, Quilmes Oeste. 
 EL ARTE
Héctor Acosta hizo estudios en la Escuela de Bellas Artes Carlos Morel, cuando estaba en la calle Alvear (donde permaneció hasta 1965), pero su verdadero inicio en la pintura fue de la mano del maestro Virgilio Vallini y luego recibió enseñanzas de los profesores: Orlando Pardo, Juan Calzadilla, Pedro Ricci y en escultura del maestro Oscar Staffora.
Indecisiones, auto exigencia y las obligaciones del diario vivir lo demoraron en dar a conocer su arte y revelarse como artista plástico, pero no fue tiempo perdido, lo ganó en más aprendizaje y experiencia.
Recibe su primer premio en el Salón Municipal del Museo Roverano en 1980. Como dice esa reiterada frase (adjudicada a varios pensadores), “Si quieres ser universal pinta tu aldea”, Acosta no solo la pinta, sino que también la escribe, porque de Villa Cramer, de Bernal, de la gente de Quilmes también hablan sus novelas, cuentos y poemas. Ese mismo año ganó el concurso literario organizado por Radio Belgrano.
 

TRAYECTO
*1984, gana el Salón Municipal de Pintura del Partido de Quilmes y siete partidos limítrofes.
*1986, obtiene una distinción en el Salón de pintura organizado por la Sociedad Italiana Cristoforo Colombo.
*1987, ilustra el libro de lectura para cuarto grado del Distrito Quilmes "Con sabor a malta y río", [2] junto a otros artistas y autores, obra coordinada por la Prof. Julieta Firpo por esos años, inspectora en Quilmes de la Dirección de Educación No oficial, D.E.N.O. (hoy DIPREGEP, La Dirección Provincial de Educación de Gestión Privada). [3]
*1987, se le concede en nombre de la Nación Argentina el título de ‘Inven­tor’.
1988, obtiene el primer premio del Salón de Pintura del Complejo Cultural Mariano Moreno de Bernal.
*1989, expone en el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires.
*1992, se le adjudica el primer premio en el Salón de Pintura organizado por la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos y lo designa socio honorario por el mérito de su obra y su trayectoria.
En el mes de abril de ese año se inaugura su monumento a La Maestra, en la escuela primaria N° 24 de Villa Cramer, Bernal. Para la ocasión escribió el Prof. Juan Carlos Lombán: 
“…Como no soy crítico, dejo el análisis estético de esta es­cultura de Héctor Acosta a los que ejercen esa necesaria ta­rea. Sólo diré que me asombra el equilibrio que ha sabido lograr el creador en tantos aspectos riesgosos, como plasmar una figura llena de dignidad sin rozar lo solemne, un gesto expresivo sin caer en lo declamatorio, una presencia simbólica y arquetípica sin incurrir en la generalización fría y sin alma. Me fascina la actitud de esa mujercita en la que se con­jugan un aspecto externo dulce y delicado con una gran for­taleza interior y que trae a mi memoria la imagen de mi bie­n amada señorita Teresita, mi primera maestra en la Gene­ral La Madrid de 1935. Ahora ella está aquí, frente a mí en esta estatua, con gesto digno y contenido pero hondamen­te significativo, de una densidad simbólica inequívoca pe­ro humanizada, encamada, con una belleza que no es im­pactante sino armoniosa, porque refleja la perfección de un alma.
Toda auténtica obra de arte logra eternizar un sentimien­to o una idea. Héctor Acosta nos ha permitido ser partícipes del homenaje que él ha sabido tributarle a la maestra incor­porada por todos en lo más hondo y puro de nuestro ser, in­mortalizando cuanto ella simboliza y encama, que es, sin dudas, lo más hermoso y trascendente de la vida humana. Celebrémoslo y agradezcámosle al admirado artista, esta excepcional síntesis suya de generosidad y de talento.

Era directora del establecimiento la Sra. Marta Menéndez de Sicurello. También se dirigió al público y alumnos la Lic. Julieta Firpo de Núñez y recitó un poema a “La maestra” el poeta ‘Nochero” Juan Arrestía
En el frente de la escuela primaria N° 24 hay también una mayólica con un poema de Acosta titulado “Maestra”.
HOMENAJE A LA MAESTRA
Retornas al recuerdo venciendo al olvido,
de la mano de un duende por esos caminos.
Vagando en el polvo de los tiempos,
cabalgando sones de campanas,
lo haces paciente, constante, trasnochada de amor y desvelo,
con estrellas y rocío por único velo.
Te cobijas en el pecho de algún niño,
pero ya sabernos... a veces hay olvido.
Ya estás aquí... como antes, joven, dulce y perenne...te debemos tanto.
Con alegría de recreo de las once, ya ves...
te ofrecemos, humildes, este dorado corsé de bronce.
Reposa en él.
Cien corazones te darán su calor, cien y el mío.
Porque en el desencanto, el hastío, presente, de improviso,
con hálito mágico que el destino quiso,
tu señera figura, desde este altar,
señalando el camino, eterna, nos ha de iluminar.
* En 1993, una réplica de la estatua dedicada a la “Maes­tra”, es emplazada en la Escuela N° 21, “Gral. José de San Martín”, de Cerrito y Dardo Rocha, el antiguo Barrio Los Hornos, donde Héctor había concluido la enseñanza primaria, cuando estaba en la equina de enfrente.  Además donó dos cuadros que hizo entrega a quien en ese momento era directora la docente Liliana Beatriz Weisbach, de quien guarda entrañable afecto… En ocasión del emplazamiento de esta obra, Ernesto Sabato, dijo “…es usted evidentemente un artista y espíritu nobilísimo”; elogio que Héctor reconoce como uno de los más grandes de su vida artística.
GRATITUD Y HOMENAJE
La Biblioteca Popular Mariano Moreno, desde sus comienzos les dio la posibilidad a muchos creadores locales de expresarse a través de todas las disciplinas, advertido de esto, en 1993, Acosta se lanzó al desafío de pintar un retrato colectivo que une a don Esteban Tomero, al Prof. José Pardo, a Juan Carlos Secondi y al Prof. Juan Carlos Lombán, cuatro de los pioneros de la institución. Hizo el camino inverso: “No podía ser que yo nunca hubiese donado nada a la Moreno, entonces me propuse hacer un esfuerzo grande y pintar un cuadro donde estuvieran retratados cuatro de los pioneros de la Biblioteca, pero yo no vine a darle sino a devolverle a la Moreno”. Dijo al periodista de “El Sol” en una nota que se le hiciera el 13 de diciembre de este año.
ANDANDO HUELLAS
En 1995, por encargo de la Cámara de Industria y Comercio de Bernal ejecuta el monumento al Bombero Voluntario, emplazado frente al cuartel en la Av. Dardo Rocha.
Al año siguiente, 1996, la municipalidad de Quilmes asigna al Centro de Difusión Cultural el nombre de “Héctor Acosta”. A su vez, un alto relieve del más notable e influyente compositor de ópera italiana autor de algunos de los títulos más populares del repertorio lírico, realizado por Acosta, es emplazado en el frente de la Sociedad Giuseppe Verdi de Bernal.
 El diputado Dr. Héctor Polino organiza el 9 de agosto de 1996 en el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados de la Nación una muestra de pinturas de Acosta. La presentación fue realizada por el Prof. Juan Carlos Lombán y actuó el Coro de Bernal dirigido por el Prof. Roberto Cuccurullo.
En 1997, es premiado en el concurso internacional de literatura “Jorge Luis Borges” organizado por la “Embajada de las Letras”, lo que le permitió integrar la edición de un libro.
En 1999, le asignan el Segundo Premio “Salón Santa Rosa” y Primer Premio en Pintura de Quilmes de la tercera edad y el Primer Premio en Literatura de Quilmes, también de la tercera edad.
Inicia el nuevo milenio con la Mención de Honor del “Candil de Kilmes”. 
TRABAJOS Y TRIBUTOS
En 2001, es distinguido como “Socio Honorario” del Quilmes tango Club. Participa en el concurso internacional de Valparaíso (Chile) representando a la academia Nacional de Tango y le entregan una Mención en el concurso literario “Cesar Tiempo” organizado por FATSA.
Al año siguiente, gana el concurso literario “Julio Cortazar” que organiza el Centro Cultural Parque Lezama de Buenos Aires y el Segundo Premio en pintura de la tercera edad en Mar del Plata.
2005, el Multimedios “El Sol” le otorga la distinción “Sol de Oro” a su trayectoria.
2006, el Museo Municipal de Artes Visuales de Quilmes emplaza una pieza escultórica con la figura del maestro Víctor Roverano en cemento patinado de su ejecución.
2007, su barrio Villa Cramer de Bernal le efectúa un homenaje público en reconocimiento a su trayectoria.
La Asociación de Jubilados y Pensionados Municipales de Quilmes, el viernes 4 de octubre de 2013, inauguró su Sala de Exposiciones [4]  con una muestra exclusiva del Héctor Acosta. El profesor Héctor Viola, también bernalense, dio una charla académica sobre el artista y su obra.
El sábado 2 de agosto de 2014, fue parte de la Muestra Pictórica Autores Costumbristas Contemporáneos conjuntamente a Ángel Varela, Dino Pazzelli y Martín Castro se inauguró en el Complejo Municipal “El Patio” de Berazategui [5] Organizada por la Secretaría de Cultura y Educación de ese municipio. Costumbrismo, arte y testimonio Conocido como “pintura de género” o “cuadro de género” constituyó esa visión en que el presente y el pasado se unen para entablar un dialogo acerca de la tradición, la cultura y el acontecimiento histórico.
 EN EL TEMPLO PARROQUIAL DE BERNAL
En marzo de 2016, dona al Museo Histórico Regional “Almirante G. Brown” dos maquetas de barcos que realizó su padre, con instrucciones de su abuelo y un óleo titulado “Revolución del Parque de 1890”; las obras se exponen en sus salas. [6] Además, entrega otra obra con el mismo título, a la dirección de dicho Museo, para que, por su intermedio, fuera transferida en donación al Museo Histórico Nacional. Este mismo año obsequia un óleo a la iglesia de María Auxiliadora de Santa Coloma, Roca y La Paz.
En 2017, dona el óleo “Noche de Teatro” al Teatro Municipal de Quilmes “Manuel Casavalle”. También recientemente.
El 20 de abril de 2018, presenta, en el Museo Brown, la muestra “Un mundo en un Barrio” donde reflejo momentos de la vida cotidiana de los barrios y de una época. 
 La Iglesia Nuestra Señora de la Guardia (Zapiola y Belgrano, Bernal) posee en su interior su pintura, “Llegan los genoveses a Bernal”. Un honor muy apreciado, pues los cánones eclesiásticos son muy rigurosos para que la obra de un artista plástico permanezca exhibida permanentemente en un templo católico.
Próximamente en la secretaría de dicha Parroquia se realizará una muestra colectiva de pintores bernalenses, durante los Fogones de Bernal, donde se expondrá una de sus obras.
 LAS LETRAS
Su particular narrativa lo ha destacado además en el ámbito literario. Como escritor, tiene editados dos libros de cuentos. Varios de sus relatos, narraciones costumbristas de su gente y de su barrio, se publicaron en el periódico “BernalES” y el blog “LAS LETRAS DEL QUILMEROS”. [7] 
En 2015, escribió una novela dividida en 10 títulos o capítulos, entre los cuales hay un hilo conductor que los enlaza, como una novela en cadena “¡Alma mí! – Sobre la vida, la reencarnación y otras calamidades”, dedicado a su única hija Gabriela “…ángel sin alas que se nos fue antes de tiempo dejándonos un alegre arma a santidad”. Esta descomunal pérdida, para Héctor y su esposa Marta, es el mayor reto que deben enfrentar; con estoicismo la sobrellevan apoyados en sus nietos Francisco y Simona, en el arte y en el entorno social. 
AGALLAS
Siempre la imagen fue un imán ineludible para Héctor Acosta. Se jubiló como fotógrafo independiente.
Realizó en sus años de artista más de 1500 óleos. Se considera un impresionista. Pintar un cuadro le lleva “varios años y unas horas…porque antes de pintarlos hay que enamorarse de lo que uno va a pintar”. Es de los que se toma su tiempo y piensa, escribe, observa, agudiza todos sus sentidos antes de plasmar la obra.
Durante el verano no pinta y cuando llegan los primeros frescos otoñales rescata todas esas anotaciones estivales y pinta los pensamientos.
Un tema trascendental para todo artista es el ser reconocido como tal, dentro de sus grupos más inmediatos: familia, amigos, vecinos y sin, duda Acosta lo logró. Afirmaba años atrás a modo de consejo para quienes recién comienzan: “… para ser artista hay que tener agallas, esa será la mejor manera de esperar hasta que llegue el reconocimiento de los amantes de arte y alguna compensación material.”
ALTRUISMO SIN MEDIDA
Su optimismo, descomunal generosidad y sincero desprendimiento son proverbiales, lo hacen querido por todos los que llegan a tener trato con él.
Poseen obras suyas el Museo de Artes Visuales Víctor Roverano, la Cámara de Industria y Comercio de Bernal, Wolfan´s H. Miami, EE.UU., el Centro Cultural Mariano Moreno, la Biblioteca Popular José Manuel Estrada, el Club de Leones, el Golden Jack Quilmes, Universidad de Quilmes y diversos coleccionistas privados como la familia Perizzini, el Sr. Dante Tortonese, Agustín Ferrero, la pinacoteca “Julio Fernández Villanueva” de don Carlos Benavides.
Una de sus obras adorna los salones de la Embajada de la República Oriental del Uruguay en la Argentina y otro cuadro se colocará en el Museo de Artes Visuales de Montevideo, el retrato de Pedro Figari [8] de quien Acosta reconoce tener influencia y Figari, así como de Jean-Édouard Vuillard [9] y de Pierre Bonnard; [10]“… mis abuelos en el arte”, afirma Acosta.
Figura en el libro “Historia del Arte Latinoamericano” de Juan Carlos Lomban (1994)
Pedro Figari y Pierre Bonnard
Ha recibido numerosos premios adquiridos en salones y concursos internacionales. Fue distinguido con el “Sol de Oro” por Multimedios El Sol en reconocimiento a su trayectoria, y declarado “Ciudadano Ilustre” de la Ciudad de Quilmes en el año 2011 premio al que se le sumó la categoría humana de los pares que fueron distinguidos en la ocasión: los doctores José María Labourt y Julián Blanco, el poeta Carlos Patiño y otro grande de las artes plásticas el Maestro Ludovico Pérez. 
Héctor Acosta, poeta, narrador, pintor, fotógrafo es sobre todo un hombre del pueblo, artista del color local y de las cosas simples. A lo largo de los años que lleva dedicándose a la pintura ha intentado superarse constantemente porque dice: “un pintor siempre debe estar enamorado de su último cuadro, pero creer que la obra que lo va a ser inmortal es la que todavía está por pintar”… Sin duda, él, ya alcanzó a sus jóvenes 86 años la inmortalidad.
Escribió sobre él, el escritor y pensador profesor de historia del arte Juan Carlos Lomban “… en un medio en el que general­mente tiende a imponerse la autopromoción más audaz y descontrolada, Héctor Acosta ha reaccionado abroquelándose en su ferviente y silencioso quehacer artístico, ajeno por completo al fácil exitismo que hace de la exaltación de la propia imagen, una de las bellas artes; como diría José Isaacson. Mientras que las presuntas creaciones de esos ‘Triunfadores’ quedarán prontamente marchitas y muertas como las flores del campo cuando llega el invierno, la obra de nuestro pintor va a ir valorizándose sin pausas por la unidad inescindible que en ella forman su plasticidad con su contenido emotivo y conceptual; por los mil murmullos sugerentes que pue­blan sus telas; por el rico y denso diálogo sin palabras que establece con los buenos observadores; en suma, por su calidad tan infrecuente".
Compilación, entrevista y compaginación Prof. Chalo Agnelli
2017/2019
FUENTES
Diario “El Sol”, 13/12/1993
Revista del Centro Comercial e Industrial de Bernal 1990-1991
Periódico BernaLES
NOTAS

[1] Pagano, José León. (1948) “Fernando García del Molino – el pintor de la Federación” Secr. de Ed. Subsecr. De Cultura. Ed Peuser. Buenos Aires.

[2] Ver en EL QUILMERO del martes, 15 de febrero de 2011”Con Sabor a Malta y Río”

[3] Ver en EL QUILMERO del martes, 15 de febrero de 2011 “Con Sabor A Malta Y Río”.

[4] Calle Victoria 50 e/Cramer y Uriburu de Villa Cramer- Bernal
[5] Calle 149 e/15 y 15A-
[6] Calle Lavalle 481, entre 25 de Mayo y 9 de Julio, Bernal.

[7] Ver cuento de Héctor Acosta en el sub-blog LAS LETRAS DEL QUILMERO del: domingo, 23 de septiembre de 2012 "MILAGRO EN BERNAL..."; del martes 25 de septiembre de 2012 "UTOPIA"; del lunes, 24 de septiembre de 2012 "KEKO EL VERDULERO"; del viernes, 25 de noviembre de 2016 “PASÓ EN MI BARRIO... ¡SON MENTIRAS, NO LE CREAN...!”; del  viernes, 25 de noviembre de 2016 “PASÓ EN MI BARRIO… EL INCENDIO”

[8] Pedro Figari Solari. Nació en Montevideo el 29 de junio de 1861. Fue pintor, abogado y político. Una de las figuras más destacadas de la pintura latinoamericana. Su obra pictórica se destaca por el predominio del color y de la figura como mancha, frente a la línea. Sin embargo, en sus dibujos o ilustraciones su línea es fluida y sumamente expresiva. Sus temas frecuentes son patios coloniales o escenas cuyos protagonistas son negros. Utilizó la prensa para dar a conocer y exponer públicamente su punto de vista sobre temas políticos, de educación y arte.  Falleció  en su ciudad natal el 24 de julio de 1938 (Zani, Giselda. (1944) Pedro Figari. Ed. Losada. Buenos Aires)
[9] Jean-Édouard Vuillard (Cuiseaux 1868 – La Baule 1940)pintor e ilustrador francés. Posimpresionista. Pintó la vida cotidiana, las cosas diarias y simples que quedarían en el olvido.
[10] Pierre Bonard (Fontenay-aux-Rose, isla de Francia 3/10/1867 – Provenza, 23/1/1947) Pintor, ilustrador y litógrafo; dedicó su talento a la publicidad y a la producción artística. Su pintura fue llamada «intimista». Aunque las texturas esfumadas pueden recordar al impresionismo. No plasmó la realidad inmediata y fugaz, sino que elaboró escenas subjetivas, con encuadres y colorido nada casuales; eligió tonos cálidos para los fondos y fríos para los elementos en primer término.