lunes, 26 de enero de 2015

ACTA FUNDACIONAL DE LA MUNICIPALIDAD - 27 DE ENERO DE 1856



por Chalo Agnelli
El martes 27 de enero de 2015, se cumplen 159 años de la instalación de la Primera Municipalidad de Quilmes, fecha que preanuncia para el 2016, los 160 años de este aniversario y el Centenario de la promulgación de la ley que declara Ciudad a Quilmes el 2 de agosto de 1916.
Juzgado de Paz y Casa Municipal construida en 1861, siendo juez de paz don Andrés Baranda. Este edificio sustituyó al rancho de adobe y paja que con ese fin se levantaba en el mismo lugar, Sarmiento y Rivadavia esquina SO, donde hoy se halla la Casa de la Cultura.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA DEL PARTIDO DE QUILMES
Ø      Antes de 1822, la autoridad del pueblo estaba constituida por Alcaldes de Hermandad nombrados por los funcionarios del Cabildo de Buenos Aires.
Ø      Desde 1822, los Jueces de Paz reemplazaron a los Alcaldes de Hermandad y eran designados por el gobierno provincial.
Ø      Desde 1856, en que se produce la instalación de la Municipalidad según el acta que sigue a este párrafo. Hasta el año 1882, el Presidente de la Municipalidad es a la vez Juez de Paz, desde el año 1883, se separan estos cargos: Presidente de la Municipalidad a cargo de un funcionario y Juez de Paz a cargo de otro. Todos estos cargos se ejercían “ad honorem”.
Ø      En 1887, es designado por el Poder Ejecutivo de la provincia el primer Intendente, igual procedimiento se sigue hasta el año 1891, en que el Intendente comienza a ser elegido por el Honorable Concejo Deliberante.
Ø      Desde 1948, el Intendente se elige diréctamente. [1] 
INSTALACIÓN DE LA MUNICIPALIDAD EN EL PARTIDO DE QUILMES
27 DE ENERO DE 1856
ACTA FUNDACIONAL DE LA MUNICIPALIDAD
“Reunidos hoy domingo veinte y siete de enero de mil ochocientos cincuenta y seis a las once de la mañana en la oficina del Juzgado de Paz los municipales: presidente Don Tomás Flores, Don Juan Clark, Don Rufino Fornaguera, suplentes Don Marino Solla y Don Juan (sic) Antonio Wilde,[2] se procedió después de instalada, a la distribución de las diferentes atribuciones por el Presidente de ella. Faltando Don Patricio Vázquez quien pasó nota de escusación (sic) por indisposición y Don Juan López (Guerra) por renuncia. Se resolvió dar principio a la limpieza de las calles, dando ocho días de plazo para efectuarlo so pena de una multa de veinte pesos al infractor. Pero reservándose secretamente la prórroga [3] de dicho plazo si circunstancias imprevistas evitaran su realización. Se propuso y resolvió que el camino real [4] sería punto primordial de que se ocuparían en las próximas reuniones lo mismo que plantearlo. Con lo que se disolvió siendo las tres y media de la tarde.” Firma, Tomás Flores
LA TERCERA FUNDACIÓN
Este documento es la consecuencia de una relación de sucesos, tratados y acordados que comenzó, exactamente cuatro año antes, el 27 de abril de 1852, con la creación del nuevo Partido, escindido de Barracas al Sur, hoy Avellaneda, y certifica la Tercera Fundación de Quilmes, nacido como Reducción de Quilmes y Acalianos en 1666 y como Pueblo en 1812.
Tercera Fundación que tras 40 años de una aplastante modorra vivió aquel villorrio y que tras la instalación de la Primera Municipalidad tendrá un vertiginoso crecimiento que tendrá su apogeo el 2 de agosto de 1916, cuando el gobernador Manuel Ugarte promulga la ley que declara Ciudad a Quilmes.
Otra vista del edificio que desde 1856, reunía el juzgado de paz con la municipalidad, que hasta 1883, se reunía en un solo funcionario. En primer plano del primer edificio de la Escuela Nº 1 levantado en 1863. No se conocen fotografías de esta cuadra anteriores a estas fechas, pero confiando en las idóneas investigaciones del profesor Fernando San Martín, pronto quizá se obtengan.
Investigación. Chalo Agnelli
Titular del Blog

REFERENCIAS


[1] Tomado del trabajo realizado en 1962, por don Julio J. Raris, ex secretario del H.C.D.
[2] Se refiere a José Antonio Wilde que había llegado al pueblo en 1852, aún sin acreditar su título de médico que alcanza en 1858, con la tesis “Importancia vital del aceite de hígado de bacalao, especialmente en la tisis pulmonar”. El Dr. Wilde tuvo luego eficaz labor en el crecimiento urbano y la salud pública.
[3] Es decir, no hacerlo público.
[4] En 1856 aún se consideraba camino real a la actual calle Mitre, hasta 1872 que se toma como tal la avenida Hipólito Yrigoyen.

martes, 20 de enero de 2015

“SIMPLE Y MÍNIMA...” ERA LA CASA DE TEJA – FLORENCIO VARELA POR ANALÍA H. FARIÑAS

Chalo Agnelli, compilador

Ilustración de la “Casa de Teja” según los datos del testamento de Félix de la Cruz de 1796, realizada a escala (Ilustraciones de Adriana Elizabet Fariñas)

 La estancia de la familia de Félix de la Cruz, origen del partido de Florencio Varela”, laborioso trabajo de investigación realizado por la Agrim. Analía H. Fariñas durante más de dos años, fue presentado en el Congreso de Historia dé los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires realizado en la ciudad de Nueve de Julio en 2013. Consta de 40 hojas de las cuales la historiadora varelense Graciela Linari realizó el siguiente compendio que publicó en su revista "Palabras con Historia".
"CASA DE TEXA" 
Persistiendo en la búsqueda de datos sobre la Casa de Teja y su heredero Juan de la Cruz Contreras, sexto de los doce hijos del matrimonio de Rosalía Godoy y Juan Manuel Contreras, el trabajo de la agrimensora Analía Fariñas, citado ya en “Palabras con historia” de junio 2014, (1) avanza en datos que permiten a su autora representar gráficamente la propiedad.
A partir de allí puede “calcular las dimensiones de los cuartos e imagi­nar cómo fue, a través de los años, la Casa de Teja”, una propiedad “ubica­da a más de 11 kilómetros del pueblo de Quilmes, al que la unían caminos casi intransitables en épocas de lluvias y con escaso o ningún vecino cercano” y convertida en algo singular - deduce la autora - porque "se encontraba ubi­cada a cien metros del camino que unía Buenos Aires con Chascomús, lo que la hacia visible a todos los viajeros y que fue el casco de una muy importan­te estancia que estuvo ocupada por sus dueños, desde la construcción de la casa, después de 1772”.

Interior de la “Casa de Teja” según los datos de los muebles indicados en la tasación de la sucesión de José Ricardo Godoy de 1808 (Ilustraciones de Adriana Elizabet Fariñas)

Dice el citado texto que “la tan nombrada Casa de Teja” (propiedad de Félix de la Cruz, bisabuelo de Juan de la Cruz Contreras) estaba conformada “por una pieza de tres tirantes y dos quartos (sic) de medias aguas a los lados, todo ello de adobe cocido y cubierto de teja, dos ranchos y otro que sirve de cocina y pozo de valde” (sic). (1)

Ilustración de la “Casa de Teja” según los datos de la sucesión de José Ricardo Godoy de 1808, complementado con los datos de la tasación de 1866, realizada a escala a partir de los cálculos efectuados con esos datos. (Ilustraciones de Adriana Elizabet Fariñas)

DE LA "TEXA" A LA AZOTEA
Describe también el trabajo que, realizada la sucesión de la propiedad, “la casa se compone de nueve varas (7,80 metros) de largo y seis (5,20 metros) de ancho, sus paredes de ladrillos, a tres tirantes, techado con dos iladas (sic) de la­drillo, adjunto dos quartos (sic) de media agua, el uno techado de ladrillos y el otro con texa... Las puertas y ventanas con su errage (sic) correspte (correspondiente), tirantes de lapacho, alfagías, costaneras y palmas”. (2)
En suma, una vivienda de mínimas dimensiones (40 m2) y simple cons­trucción que está - a juicio de la autora - "muy lejos de ser un importante casco de estancia”, en el que se observa, “especialmente, la escasez de muebles que tenía una casa que habitaban nueve per­sonas, poseían tres mesas con siete si­llas y contaban con sólo dos camas del tipo catre de apero”.
Ya en 1808 se conoce que había sido cambiado el techo de la casa, reem­plazando parcialmente las tejas por el “tipo de azotea con dos iladas (sic) de ladri­llo, conservando solamente las tejas en uno de los cuartos contiguos con techo de caída hacia un lado”.
También, a partir de la tasación de la casa, realizada en 1866, luego de la muer­te de Brígida de la Cruz, se detalla que “había sido levantada orientando su frente hacia el Norte, (hoy calle Maipú) entre la Avenida San Martín (R.P. 53) y la calle 25 de Mayo, que era lo típico para la época” y que “sus paredes se­rían de ladrillos cocidos, de 22x43x8 cm., que era la medida con la que se los fabricaba para esos años (después de 1772) La mayor parte de la vivienda, constituida por la habitación principal (de 7,80 m por 5,20 m.) y una de las habitaciones pequeñas contiguas (de 2,12 m. por 5,20 m.), era de paredes de ladrillos dobles, muros que tendrían un espesor de 70 cm. La parte de la casa con muros de ladrillos simples, la otra de las habitaciones adosadas a los la­dos (de 2,60 m. por 5,20 m) tendría pa­redes con un ancho de 22 cm”.
Más adelante se señala que “los pisos eran de ladrillos en la totalidad de la casa y poseía una vereda - deduce la autora – al frente, ancha como la gale­ría y dos veredas más angostas en los costados orientados al Este y Oeste. Sólo su frente estaba revocado con argama­sa... Poseía una puerta grande de ce­dro y otra de pino, de dos hojas, una puerta chica de cedro y dos puertas interiores, una de cedro y la otra de pino. Las ventanas eran solamente tres: dos chicas de dos hojas y con rejas, una de cedro y la otra de pino y además, tenía una ventana constituida por un marco sin hojas”.
Este trabajo de la agrimensora Fariñas culmina con la división y parti­ción de los bienes “que quedaron de José Ricardo Godoy entre su viuda, María Brígida de la Cruz y sus ocho hi­jos (tres de sus hijos habían fallecido de corta edad) Bienes que - dice - seguirá administrando Brígida, además de cui­dar de la crianza de sus hijos, en medio de la soledad de la campaña”.
Vista de la “Casa de Teja” con las mejoras descriptas en el testamento de Félix de la Cruz de 1796: Dos ranchos, corral, pozo de balde, y monte de durazno. (Ilustraciones de Adriana Elizabet Fariñas)

Graciela Linaria para “Palabras con historia” Año 12 – Nº 132
Extracto de la investigación de la Agrim. Analía Hebe Fariñas
Con ilustraciones de la Prof. Adriana E. Fariñas
Compilación Prof. Chalo Agnelli

REFERENCIAS
(1) Datos extraídos del testamento que dictó Félix de la Cruz en 1796. A.G.N. Sucesiones Nº6276, año no legible. “Godoy, Brígida de la Cruz c/Burgos y J. Montes. Fs. 141 a 143v.
(2) A.G.N. Sucesiones: Testamentaria de Godoy, José Ricardo N°5903 - Año 1808 – Fs.1


sábado, 17 de enero de 2015

FRANCISCO SOTO, ENTREVISTA EN EL PASADO - 1936


Con el anhelo de registrar en EL QUILMERO algunas referencias de antaño hice uno de mis habituales transmigraciones en el tiempo. Llegué a 1936, para visitar a algunos viejos vecinos de aquel entonces.
En la plaza San Martín, me quedé un rato contemplando la hermosa fuente que hizo instalar allí el juez de paz don Pedro Giráldez en 1870 (hoy sus “restos” están en la plaza Aristóbulo del Valle), con sus cuatro estatuas que representan a las estaciones del año y llegué a la esquina de Alsina y Sarmiento; en diagonal con esta esquina está la casa de don Francisco Soto, a quien visité. Me recibió con su llaneza criolla y se prestó con agrado a la entrevista, advirtiéndome, con real modestia, que no era mucho lo que podría contarme.
UN VIAJE AL PASADO QUILMEÑO
EL QUILMERO.- Muchas gracias don Francisco por recibirme con tanta gentileza. Usted es uno de los vecinos más viejos hoy en día en Quilmes ¿Verdad? 
FRANCISCO SOTO.- No me precio de ser el más viejo de los quilmeños, por más que en la carrera de los años vividos, puedo asegurarles que no voy a ocupar mal lugar; pero eso sí, le afirmo que soy de los contados que a los 88 años se abrigan aún bajo el mismo techo que los vio nacer. Pues ha de saber que yo nací aquí, en esta casa, donde ahora estamos, el 17 de enero de 1847, cuando Don Juan Manuel de Rosas gobernaba en la Provincia y en el país y mi tío don Manuel Gervasio López, su gran admirador y amigo, gobernaba en Quilmes como juez de paz. En esta casa funcionó el juzgado de paz mientras se construía el edificio de Rivadavia y Sarmiento, que fue la segunda municipalidad de Quilmes. No la que está ahora (se refiere a la Casa del Cultura levantada en 1912) Fueron mis padres Manuel Doroteo So­to y Trinidad Acosta. Mi padre fue municipal (concejal) entre 1870 y 1873, fue uno de los municipales que en 1873, impulsados por el Dr. Wilde, lograron cambiar el alumbrado público con velas de sebo por el querosén; agregando un progreso más al pueblo que recién estrenaba ferrocarril (1872) En 1875 fue juez de paz, mi padre.
EL Q.- Años de progreso vertiginoso para el Pueblo que estaba abotargado desde hacía algunas décadas. Y su familia fue protagonista. 
F.S.- Así es... (se queda pensando) 
El Q.- Entonces usted es pariente de los Casavalle, pues una hija de López, prima suya, se casó con Carlos Casavalle, vecino ocasional de Quilmes en su casa de Mitre esquina Nicolás Videla.
F. S.- ¿Casavalle?... 
EL Q.- Casavalle era el propietario de la Librería de Mayo, que por el valor histórico de sus publicaciones se lo llamó el “Librero de la Patria”. [1] 
F. S.- ¡Ah! Sí, mi prima María Andrea. Mi padre le perdió el afecto a Casavalle cuando publicó ese horrible pasquín contra el Restaurador… que no voy a nombrar. [2] 
EL Q.- ¿A Manuel Gervasio López su tío, lo conoció? 
F. S.- Yo tenía 5 años cuando murió. Él había nacido en Buenos Aires. Fue juez de paz en 1939, tenía 39 años. Lo recomendó don Juan Manuel Gaete. Los Gaete fueron muy amigos de mi familia por generaciones. Aún hoy me veo con algunos. 
EL Q.- ¿Qué ocupación tenía Manuel Gervasio López? 
F. S.- Mi tío tenía una chacra en este parti­do y una pulpería cerca de Santa Catalina (oeste de Lomas de Zamora) En la se­gunda Restauración (año 1833) fue teniente de milicias de la compañía del capitán Grigera y fue comisionado por el General Pinedo para hacer tropas de ganado y abastecer al Ejército Restaurador. Con motivo de la caída de Rosas des­pués de Caseros, fue procesado, acusado de confiscación de bienes, pero luego lo absolvieron de culpa y cargo; sin embargo murió de pena poco tiempo después al ver mancillada su honorabilidad con tal proceso… Cuando lo destituyeron fue reemplazado por Martín J. de la Serna el 8 de febrero de 1852, lo recuerdo bien pues había estado en mi casa tomando mate ese día. A pedido de de la Serna se dividió el partido de los Quilmes creando el de Barracas al Sur que hoy se llama Avellaneda. En la nueva jurisdicción reducida del partido de Quilmes nombraron juez de paz a don Andrés Baranda… Mi padre repetía siempre que don Manuel Gervasio López había sido un hombre muy digno. 
EL Q. (Lo saco del tema que evidentemente lo entristece) ¿Cómo era el Quilmes de su niñez y juventud? 
F. S. ¡Sí! (Recupera rápidamente el ánimo) Yo conocí a Quilmes en “pañales edilicios”, con escasas construcciones de material, muchos ranchos y predominaban los baldíos sin cerco y todo a la “buena de dios”. Mi señora madre que también murió a fines de 1862, sabía decir, no sé si en broma o en serio, que no quería ser enterrada aquí, por temor que turbasen su último sueño los cerdos de Marteluna. 
EL Q.- ¿Marteluna? 
F. S.- Se trataba de un vecino de este barrio (Se refiere al centro de Quilmes) cuya piara andariega, no sólo llegaba hasta la plaza principal en sus dañinas correrías alimenticias, sino que hasta se atrevía a cruzar la calle, que hoy se llama Rivadavia, e iba a hozar en los terrenos de la Iglesia parroquial donde estaba el enterratorio. 
EL Q.- ¡Ah! Sí. El Dr. Craviotto lo nombra en su libro. 
F. S.- Claro, yo se lo conté ¿Escribió un libro? 
EL Q.- Sí, primeros lo publicó el Archivo de la Provincia y luego la Municipalidad, “Quilmes a través de los años”. Pero cuénteme ¿Cómo eran esos pañales edilicios que usted menciona don Francisco? 
F. S.- Conocí la antigua Casa Municipal, la que hizo construir don Andrés Baranda, cuyo frente más o menos era el que conservaba hasta el año 1910, en que se construyó el actual Palacio que diseñó el arquitecto Ítalo Benedetti, y re­cuerdo también la antigua Iglesia. Si señor, la recuerdo como si fuera hoy y le hablo del año 1852. Era una construcción de material sobre la calle Mitre, casi a mitad de cuadra, de “media agua” como se decía entonces, más bien pequeña. Sobre uno de sus muros se elevaban dos pilares que servían de soporte a una viga, de la que pendían dos cam­panas cuyas sogas caían hasta el suelo. Yo hice un día de sacristán campanero (ríe a carcajadas) Una travesura infantil que todavía recuerdo. 
EL Q.- Cuente la travesura. 
F. S.- Bien. Se la voy a relatar, es bien corto el cuento. Mi madre me mandó a comprar hilo a la tienda “El Sol” de González, en la esquina de la calle del Comercio y la del Progreso, hoy son Mitre y Humberto Primo, y viendo las campanas y sus cuerdas colgantes, me tenté y se me ocurrió dar unos cuantos tirones de ellas y así lo hice. De inmediato llegó hasta mí, sorprendido por el inusitado repique, el Párroco Andrés Ramos, [3] con el propósito de darme una severa reprimenda, pero al recono­cerme, comprendió la infantilidad de la falta y me acompañó hasta aquí, donde me entregó a mi madre que luego se encargó de la reprimenda (ríe a gusto)
Casa que hizo levantar el cura párroco Andrés Ramos y luego vendió a don Andrés Baranda

EL Q.- Su padre fue concejal, es decir municipal como se denominaban antes y luego juez de paz ¿Usted desempeñó algún cargo público en el partido de Quilmes?
F. S.- En el año 1869 fui nombrado Alcalde del Cuartel 1º, (el área céntrica de Quilmes) designación salvadora, pues como funcionario público se me permitió quedar en Quilmes y no formar parte de la “leva para las fronteras’’ que se hacían temporal­mente. Había, sido designado oficial del contingente que ese año debía mar­char, y debo confesarle que recibí muy complacido la alcaldía, que me eximía de ‘visitar’ a los pam­pas, tehuelches y ranqueles, visitas que a veces duraban años y de las que no todos volvían y si volvían, bastante maltrechos por cierto. 
EL Q.- ¿Cuál fue su actuación en la llamada Revolución del `80? 
F. S.- En 1880, cuando la Revolución, yo no estaba en Quilmes, me encontraba en el Azul dedicado a la ganadería. Allí conocí y traté en ese entonces a los comandantes Leyría, Villar y Supisiche y
también al general Nicolás Levalle, que me dispensó y honró con su amistad. Tenía parientes en Quilmes, pero con su apellido correcto no el que le pusieron cuando llegó a América. [4] 
EL Q.- Pero después retornó a Quilmes. 
F. S.- Volví a Quilmes después de larga ausencia ya en 1897, y he sido empleado nacional del Ministerio de Agricultura, inspector general del Municipalidad… siempre me interesó el tema de la ganadería y la agricultura... y fui un buen jinete. Supe tener una de las tropillas de alazanes más lucida del Partido, mejor que la del vasco Ourracarriet, por cierto. 
EL Q.- Conoció a casi todos los grandes hombres que le dieron a Quilmes a fisonomía que hoy tiene. A ese período, yo lo llamo la Tercera Fundación. 
F. S.- Efectivamente. Los conocí a todos y tuve trato con varios de
ellos: Don Andrés Baranda, que era vecino mío; Don Tomás Flores el primer juez de paz electo, un hombre bonachón; al Dr. Wilde, una eminencia que estaba siempre dispuesto a ayudar a la gente, de trato cordial con todos por igual; a Matienzo, a su tío don Carlos Morel; a un querido amigo don José Andrés López y a sus hijos Rodolfo y José Eduardo, este último fue intendente; a Santiago Goñi, a Juana Gauna que impulsó la creación del primer hospital con aquella mujer imponente que fue doña Federica Dorman de Quijarro, "la embajadora" como le decían, que se paseaba por Quilmes en un breck destartalado que ella misma conducía con un matungo achacoso; los doctores Julio Fernández Villanueva, Pacífico Díaz y Pedro Elustondo … yo voté a Elustondo, a don Santiago Valerga y por supuesto al joven don Isidoro... muchos, muchos más. Tendríamos que estar hasta mañana nombrando a toda esa gente notable, pero ya es tarde y estoy un tanto cansado. Los años no vienen solos. 
EL Q.- Si no es mucha molestia don Francisco ¿Podría facilitarme  algunas fotos suyas?
F. S.- No es molestia. Aquí tengo unas que le di vez pasada al periodista de "La Verdad", que también vino a hacerme una nota. Ahora, con tantos años en este pueblo, soy como una especie de rareza... (ríe) Esta me la sacaron en la "Cigarrería del Fotógrafo" que estaba en la calle Rivadavia 52. Mirá la abundante barba que tenía... bien negra y brillante, le ponía mucho cuidado (ríe) Esta otra es más reciente, me la tomó don Santiago de La Fuente ¿Lo conocés? Fue para esa publicación que te cuento.
EL Q.- Muchas gracias don Francisco. Las escaneo, ¡Bah!, digo, las copio y se las devuelve a la brevedad. Ha sido para mí un honor esta entrevista. Le daré saludos suyos a su bisnieto, Tacho, [5] que también es una figura notable en el Quilmes de mañana. 
RETORNO 
No me deja de asombrar descubrir en estas personalidades al Quilmes de ayer, la bonanza de su gente, el silencio amodorrado que sólo musicalizan los pájaros que sobrevuelan el pueblo por centenares. Salí de la casa de don Francisco, volví a cruzar la plaza y pensé ir hasta la casa de don Santiago Goñi que vive allí cerca, pero ya no era una hora apropiada para una visita, sobre todo que en esta época aún no hay celulares para avisar con antelación y los teléfonos aún son lujos de algunos pocos. De modo que tomé rumbo al enclave estratégico desde donde despego a mis transmigraciones temporales y volví a este 2015, que recién empieza. 
Investigación y ‘entrevistador’ Chalo Agnelli
Quilmes, 1987 - 2014 
elquilmerofm@yahoo.com.ar
chaloagnelli@yahoo.com.ar



FUENTE 
Periódico “La Verdad” Número aniversario, 1936. 
REFERENCIAS

[1] Carlos Casavalle, impresor y bibliófilo de Ricardo Piccirili. Y http://es.scribd.com 
[2] Se refiere a las “Tablas de Sangre” de Rivera Indarte. 
[3] Andrés Ramos y Otero fue párroco entre 1845 y 1854, había hecho construir la casona de la esquina NE de Rivadavia y Sarmiento que luego le compró don Andrés Baranda y fue la residencia de sus descendientes hasta 1972 en que se derribó para hace un alto edificio. 
[3] Nicola Levaggi nació el 6 de diciembre de 1840, en Cicagna, Génova. Era hijo de Lorenzo Levaggi y Benedicta Daneri. Llegó a la Argentina junto a sus padres, en 1842, radicándose en la ciudad de Buenos Aires. Al arribar al país, los oficiales de la aduana castellanizaron su nombre, transformándolo en Nicolás Levalle. El 10 de octubre de1857, ingresó como asistente en la Academia Militar; dos años más tarde, en 1859, se encontraba en la 2º Compañía del 1er Escuadrón del Regimiento de Artillería Ligera, actuando también como asistente. Participó en la Guerra de la Triple “Infamia” donde fue herido dos veces y de la Conquista del Desierto. Fue uno de los fundadores del Círculo Militar, jefe del estado mayor, general y tres veces ministro de guerra y marina bajo las presidencias de Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini y José Evaristo Uriburu. Comandó las tropas que vencieron en la Revolución del Parque de1890, y mantuvo una estrecha relación con Julio Argentino Roca. Gravemente enfermo, para intentar curarse viajó a Francia, pero al enterarse que no tenía remedio, regresó para morir en su patria adoptiva. No lo logró: murió el 28 de enero de1902, a bordo del barco que lo traía, ya cerca de Buenos Aires. Sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta. 
[4] Ver en EL QUILMERO del 29 de mayo de 2012 OSCAR TACHO SOTO - BIOGRAFÍA - "EL ÁRBOL DE LA BUENA SOMBRA" y en RETRATOS EN LA CIUDAD del martes, 9 de diciembre de 2014, OSCAR TACHO SOTO - MÚSICO Y ECOLOGISTA (MAYO 2003)

miércoles, 14 de enero de 2015

A "PROPOS DE CHIFFONS" [1] - LA MODA EN 1927


CRÓNICA DE LA MODA EXCLUSIVAMENTE PARA LA REVISTA "ABC"
por Jacqueline 

En París hoy la mujer lleva...
...diamantes en profusión, de maneras variadas para reemplazar las perlas que ya hoy se están vulgarizando dema­siado -. hebillas,
botones, prendedores, broches, motivos utiliza­dos como cierres de sacos, hebillas de zapatos, y todas las alha­jas propiamente dichas son hechas con grandes diamantes quí­micos;
... bolsas casi cuadradas en box-cedf color moreno como las de los colegiales con dos pequeñas correitas y hebillas figu­rando el cierre;
... su monograma bordado, por lo menos una vez citando no se lleva en el traje, sombrero, en la echarpe y en el pañuelo; vuelve a repetirse esta moda dejada ya, con una variante que se lleva el monograma bordado en la manga del vestido como lo llevan los marineros en la manga de su blusa;
... con el tailleur de viaje de lana cuadriculada; una cor­bata de seda repitiendo el mismo dibujo y en el mismo color del, traje;
... dos flores de tintes opuestos y vivos, pequeñas para los trajes de día, y enormes para los de la noche;
... en las bellas tardes de primavera "ensembles" de crepe Georgette
tapado y traje derecho en ¡color unido o estampa­do, elegantes por lo vaporoso del tejido y la delicadeza del co­lorido;
... por la mañana un trajecito en crepé de lana de color pastel con un "canottier" [2] de paja gruesa color azul marino o negro según el color de los zapatos;
… alhajas de oro antiguo bolillas y bellotas de oro cin­celado intercaladas con cuentas de coral y de coralina, esme­raldas y turquesas;
... todos los azules, el marino, el cielo, ultramar, y el bleu;
... en los zapatos de noche hebillas compuestas de once diamantes formando un rombo;
... en los trajes de noche los boleros sin mangas hechos del mismo género del traje y bordados de piedras y canutillos;
… como ensayo los trajes en "santung" género que pien­san los
modistos franceses será el género preferido para los trajes de verano y que se combinarán ¡con piezas del mismo genero bordados en lanas de colores;
… en los trajes de primavera se llevan mucho las cintas de terciopelo angostitas dispuestas de mil maneras distintas;
... en la ropa interior "entre-dos" y "puntillas" dispuestas en abanicos triángulos, etc., de un efecto encan­tador;
... los sombreros de paja con un poco más de ala y en paillason, manila, italia, tagal y paja de arroz; adornados ¡con aplicaciones de tercio-pelo y cintas gros-grain
... los trajes de noche siguen siendo de tul bordados con cuentas, canutillos, perlas diamantes y todos los adornos de cristal y metálicos;
... los cabellos más cortos cada día, las polleras por la ro­dilla, las mangas no existen en ningún modelo, y la moda si­gue siendo siempre el ídolo de las elegantes parisinas. Jacqueline


 Compilación Chalo Agnelli

REFERENCIAS
[1] Chiffons = trapos
[2] El "canottier", en francés, viene del italiano "canottiero" porque este tipo de sombreros eran usados por los gondoleros o lancheros (o "canoeros" en nuestra lengua) Eran (son) de paja trenzada y cosida y adornada con las cintas de colores de los clubes o asociaciones pertinentes. Los puso de moda Madame Chanel en Francia para las mujeres. (Aporte de la docente Iris Gradelliano)

sábado, 10 de enero de 2015

FRANCISCO GORRINDO, ESQUINA TANGO


"Vieja calle de mi barrio
donde he dado el primer paso;
vuelvo a vos, gastado el mazo...

Es inútil, barajar..."


por Chalo Agnelli
Quilmes abrió una impronta abisal y copiosa en la música popular. Muchos nombres se hicieron 4x4 en el tararear de sus padres. Hubo uno que, además, creció hacia todo el ámbito del país y salto algunos ríos y otros mares y se hizo clásico, Gorrindo.[1]

Pancho Gorrindo con su esposa Emma Lepanti, el actor Roberto Amigo y Rodolfo Zenner, figura del radioteatro "El Mundo". (Circa 1962. Foto Alcibíades. Periódico "El Periodista", 1983)
Froilán Francisco Gorrindo, de abuelos navarros del valle de Roncal, nació en Quilmes el 5 de octubre de 1908,  en un hogar de clase media, recibió influencias, educación y apoyo de unas tías solteras, además de su madre, ya que a muy corta edad perdió a su padre, cuya familia tenía un arraigo de vieja data en su pueblo natal. Le fue inculcada una severa conducta en lo moral y en lo espiritual. Desde niño se dejó seducir por al tango y por la poesía y ya en la pubertad comenzó a desgranar versos. Pronto fue atrapado por la calle, donde adquirió el gusto por la bohemia y los hábitos noctámbulos de las que no pudo desprenderse ni aún cuando formó su propio hogar. Con otros jóvenes solía recorrer el pueblo dando serenatas a las muchachas pretendidas por amigos o por quienes le pagaban para ello. Era alto, delgado, usaba amplios moños oscuros como aparece en su cédula de identidad, tramitada el 11 de noviembre de 1926. 
COMIENZOS 
El primer tango de Gorrindo, que llegó al público, fue Perdón de muerta, con música del guitarrista Pablo Rodríguez, esposo de Merce­des Simone. Tenía 20 años de edad. Lo grabó el 11 de febrero de 1931. Siguieron Miserere, con música de Miguel Padula y Vi­da perra con música de Rafael Rossi. Tales composiciones no le proporcionaron dinero ni fama; tampoco fueron sus objetivos obtener esos dos farsantes de la vida, como él los calificaba, hasta que produjo uno de los grandes clásicos de la historia del tango, Las cuarenta.
EL ÉXITO 
Roberto Grela en 1936, compuso la música de Las cuarenta, sobre los versos de Gorrindo. Luego, Azucena Maizani lo lanzó a la fama a comienzos de 1937, en el teatro "Nacional", y lo llevó al disco el 8 de noviembre de ese año. En una actuación realizada en General Pico, La Pampa, fue estrenado por el chansonnier Fernando Díaz. Más tarde fue interpretado en Radio Belgrano por Azucena Maizani, Charlo, Jorge Omar, Roberto Maida con la orquesta de Francisco Canaro, Alberto Serna y casi todos los cantores más afamados de esos años. [2] 
A principios de 1937, Charo le grabó Novia, con música de Francisco Rofrano; en esos versos no hay escepticismo, ni aspereza, ni rebeldía; la temática es el amor y la esperanza. 
Gorrindo le entregó la letra de su tango Paciencia al Rey del Compás, D'Arienzo que le compuso la música y lo grabó el 29 de octubre de 1937, con la voz de Enrique Cabal; alcanzando extraordinario sensación. 
El año 1938, fue próspero en su carrera de autor, escribió Déjame ser así, con música de Enrique Rodríguez, quien lo grabó con su orquesta y la voz de Roberto Flores. El 28 de junio de ese mismo año, Mercedes Simone le interpretó Verano con música de Joaquín Mauricio Mora. E inmediatamente, Gólgota, musicalizado por el pianista Rodolfo Biagi, con la voz de Teófilo Ibáñez; siempre en 1938, el mismo tango quedó impreso en otra placa discográfica, esta vez la de Francisco Lomuto y Jorge Omar como intérprete. 
LA FAMA 
Desde la década del ‘40 en adelante, trascendieron pocos títulos: La vida es corta con música de Ricardo Tanturi y la voz de Alberto Castillo; Magdala con música de Rodolfo Biagi, uno de sus más entrañables amigos. 
De allí en más Gorrindo siguió es­cribiendo y conquistando fama y derechos de autor. Sus letras son más de setenta y entre ellas muchos clásicos, aparte de Las cuarenta: Dos guitas (Juan D'Arienzo), Magdala (Rodolfo Biagi), Mala suerte (Francisco Lomuto), Paciencia (Juan D'Arienzo).  Charlo grabó Las cuarenta, además de Mala suerte y Novia; Magaldi, Paciencia, lo ha­bía estrenado con D'Arienzo; la voz de Enrique Carbéi y Julio So­sa, Mala suerte. 
Orquestas e intérpretes se disputaban las letras de Gorrindo pues reflejaban realidades muy cercanas al común de la gente que se las apropiaba fácilmente y no faltaba ama de casa, obrero, transportista, todo tipo de trabajador que no versara en murmullo esas letras. Y así como se sentía en las composiciones de Discepolín tenían un transfondo ontológico, que rondaba la condición humana. 
QUILMES SIEMPRE QUILMES 
Gorrindo, a pesar de que su vida artística se centraba en Buenos Aires, nunca dejó Quilmes. Su vida transcurría transitando las madrugadas, en un cotidiano contacto con el ambiente tanguero y cumpliendo con su trabajo de empleado municipal. 
Se casó con Emma Lepanti con quien tuvo tres hijos: Sonia Norma, Martha Edith y Juan Carlos. En su querida ciudad donde llegó a la vida, murió el 2 de enero de 1963, pero sus versos, sus tangos y una calle de su amado Quilmes retienen su recuerdo. En su necrológica, el diado El Sol dijo que “Pancho Gorrindo, como le llamaban los amigos, fue  una  expresión auténtica del soña­dor”. Su esposa Emma Lepanti lo recordaba como muy, pero muy desordenado con respecto a su produc­ción; lo mismo sucedió con los discos, la mayoría de ellos regalados a sus amigos.
 Junto a la obra homenaje, la señora Emma Lepanti de Gorrindo, esposa del poeta, Domingo Andanese, fileteador, don Alcibíades Rodríguez su hijo Jorge Rodríguez Lissa y "Chato" Agrave. (Quilmes Generando Cultura, diciembre 1997)
GORRINDO ESQUINA TANGO [3] 
El 5 de octubre de 1997, coincidente con el día del nacimiento de Francisco Froilán Gorrindo, se realizó en la esquina de la calle que lleva su nombre y Pringles de Quilmes, un merecido homenaje a este destacado vecino. El acto consistió en la colocación de una placa fileteada, recordando una de sus sentidas letras y un sobrerelieve con el rostro del artista realizado por el maestro fileteador Domingo Andanese.
Junto a la obra homenaje la señora Emma de Gorrindo, esposa del poeta, el mencionado maestro Andanese, don Alcibíades Rodríguez, su hijo Jorge Rodríguez Lissa, "Chato" Agrave y la ex concejala Ignacia Scacchi, autora del proyecto de denominar con el nombre de Francisco Froilán Gorrindo a la citada arteria.

El cantor César Conci, Oscar González, de la comisión organizadora y el comunicador social Bruno Conti.
Posteriormente actuaron artistas locales, e hicieron uso de la palabra amigos y fa­miliares del homenajeado. En la opor­tunidad y por iniciativa de la Comisión organizadora, se entregó el Premio "Gorrindo esquina tango" del es­cultor Tito Ingenieri, al intérprete César Conci considerado amigo íntimo de Pancho con quien compartió noches de talento y bohemia.
A partir de este acto, la intersección de esas calles tiene una nueva denomi­nación: "Gorrindo esquina tango", un lugar para el recuerdo, para el recono­cimiento y la visita obligada de quienes admiran y difunden a este autor tanguero por excelencia.

LAS CUARENTA

Con el pucho de la vida apretado entre los labios,
la mirada turbia y fría, un poco lerdo el andar,
dobló la esquina del barrio y, curda ya de recuerdos,
como volcando un veneno esto se le oyó acusar:
Vieja calle de mi barrio donde he dado el primor paso,
vuelvo a vos, gastado el mazo en inútil barajar,
con una llaga en el pecho, con mi sueño hecho pedazos,
que se rompió en un abrazo que me diera la verdad.
Aprendí todo lo malo, aprendí todo lo bueno,
sé del beso que se compra, sé del beso que se da;
del amigo que es amigo siempre y cuando le convenga,
y sé que con mucha plata uno vale mucho más.
Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!
La vez que quise ser bueno en la cara se me rieron;
cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar;
la experiencia fue mi amante; el desengaño, mi amigo...
Toda carta tiene contra y toda contra se da!
Hoy no creo ni en mí mismo. .. Todo es grupo, todo es falso,
y aquél, el que está más alto, es igual a los demás...
Por eso, no has de extrañarte si, alguna noche, borracho,
me vieras pasar del brazo con quien no debo pasa

Compilación e investigación Chalo Agnelli
Quilmes, 1998 - 2015

REFERENCIAS


[1] Francisco Gorrindo - Semblanza por Gaspar Astarita http://www.todotango.com/creadores/ficha/46/Francisco-Gorrindo/ 
[2] Jorge "JorferFernández El Tango, Tema Popular de los Argentinos en la Tarea de Froilán F. Gorrindo” Su Vida y su Obra. http://www.clubdetango.com.ar/articulos/gorrindo.htm


[3] Homenajes REVISTA “QUILMES GENERANDO CULTURA” Diciembre, 1997