Pachamama es la Madre Tierra, su templo, la Naturaleza toda, sus altares las “Apachetas”, montículos de piedra a orillas de los caminos, en los parques, plazas y rincones de los jardines.
La Madre Tierra nos pide que actuemos. Los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos. El calor extremo, los incendios forestales y las inundaciones, así como huracanes que han batido récords, han afectado a millones de personas. Ahora nos enfrentamos al COVID -19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.
El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades.
Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes. Restaurar nuestros ecosistemas dañados ayudará a acabar con la pobreza endémica, a combatir el cambio climático y prevenir la extinción de especies esenciales. PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente)
El principal remedio para superar estos males es la conciencia humana. Superar los egoísmos, la desigualdad de todo tipo, la meritocracia, la soberbia de clase, el pensamiento cerrado, el ignorar al otro, que es con quien podemos sostener los quiebres de la naturaleza y sin él persistiremos en el caos. El ser humano es una de las millonésimas partes de la naturaleza, su conducta, su conciencia también están incluidos en la salud de la tierra.
