viernes, 11 de enero de 2019

SOCIEDAD PATRIA E UNITÁ POR CARLOS A. M. EUSEBI


Dedico esta compilación a la memoria de:
Don José Goldar
Dr. Carlos A. M. Eusebi
Alfredo San José
Si hubo un hombre que se destacó como militante de la cultura de Italia, su país natal, y de Quilmes su tierra por adopción, fue don Carlos A. M. Eusebi. [1] Un inmigrante que devolvió con creces lo que este país le permitió tomar. Un capital social de esta región “gransurbonaerense”, que se destacó en el arte, la abogacía, la literatura, como historiador y por su hombría de bien, amigo fiel, sincero y sin los remilgos de pobreza de espíritu. Su entereza de ánimo no se quebraba así no más y era envidiable para quienes nos cuesta más recuperarnos de los golpes de la mediocridad y la ingratitud.
El siguiente capítulo que transcribo está tomado de su libro “Un nombre para la historia de Quilmes – La Societá Italiana di Mutuo Soccorso Cristoforo Colombo” [2] quien a su vez lo tomó de una Historia de la Sociedad Italiana que Carlos Eusebi tomó de un trabajo de investigación manuscrito que el benemérito don José Goldar (padre) dejó inconcluso e inédito. [3] (Chalo Agnelli)

Sociedad Patria E Unitá – Cine Mitre (foto Fernando San Martín)


SOCIETA ITALIANA DI SOCCORSO MUTUO PATRIA E UNITÁ

 Esta Institución, fundada el 22 de julio de 1900, tenía el local social en la calle Mitre 975. Fueron sus fundadores los doctores José Vitale y Justino Falabella y los señores Agustín Cardellino, Juan Bernasconi, Rafael Saulle, Carlos Pica, Lafredo Cantoni, José Cini, Vicente Caparelli, Francisco Caparelli, Domingo Piazza, Natalio Morelli, Domingo Frega, Jacinto Tomasino, Francisco Laterza, Luis Saulle, Pascual Notaro y Pedro Marquini.
Compra del terreno en 1904, en Mitre “prolongación sud”, [4]  co­mo se decía entonces, alquilaba la sociedad una casa a don José Clérico frente al almacén “XX de Setiembre” de don José Bertoni.
Antes, la Comisión Directiva se reunía en el restaurante Universal, sito en la  esquina NE de Alvear y Garibaldi, o en casa del señor Rafael Saúl (luego Farmacia Ricagno) y el 25 de agosto de 1900, lo hicieron en la casa alquilada al señor Clérico. El terreno era de 20 varas de frente por setenta de fondo y propusieron la compra del mismo al dueño. Se llegó a un acuerdo: su costo sería de un peso ($ 1) la vara cuadrada.
El 27 de abril de 1904, se realizó la operación, abo­nando a cuenta cien pesos ($ 100). Se autorizó a don Luis Leonardi y al presidente, don Juan Bernasconi, para gestionar ante el escri­bano don Donato Magliocchini todo lo relacionado con la Escritura. La primera Asamblea Extraordinaria se realizó el 5 de agosto de 1900, en el restaurante Universal, fue presidida por el señor Agustín Cardellino y con la pre­sencia de 46 socios.
El 11 de agosto del 1900, se compró una ban­dera italiana. El 30 del mismo mes, se realizó una nueva asamblea con la presencia de 28 socios y el 7 de octubre se procedió a elegir la Comisión Efectiva para el período 7/10/1900 al 31/12/1901.
En las actas figuran 30 socios presentes y son elec­tos: Presidente: Agustín Cardellino; Vicepresidente: Gregorio Dalla Vía; Secretario: José Cini; Prosecretario: Orfeo Mattiangelli; Tesorero: Juan Bernasconi. Vocales: Dr. José Vitale, Antonio Caparelli, Tomas Persichini, Alfredo Canto­ni, Miguel Lastrato, Carlos Fossati, Jacobo Quinter­no, Marcelo Fornaroli, Suplentes: Rafael Saulle, Pas­cual Notaro, Celestino Cavagnoli, Alfredo Carbona­ro, Jurado: Presidente Carlos Pica; Vice Luis Caparelli, Juan Fragnelli, Luis Leonardi, José Bertoni, Clemente Agnetti. Secretario Nicolás Sifredi” [5]

CONTEXTO QUILMEÑO 
En 1905, la Cervecería Argentina inauguró un servicio de tranvía de carga y pasajeros entre Quilmes y Barracas (Capital Federal)
En 1908, aparece el primer automóvil en las calles de la ciudad.
El 2 de setiembre de 1909, abre sus puertas la primera institución bancaria de Quilmes, el Banco Popular. Uno de sus fundadores fue Félix Víctor Fornabaio.
En 1912, la empresa de los hermanos Fiorito electrifica el servi­cio tranviario que llegó hasta el río, logrando un servicio idóneo dos años más tarde. Inmediatamente la empresa inició las obras del pri­mer balneario de río construido en los alrededores de Buenos Aires, a semejanza del existente en la ciudad inglesa de Bristol, el cual se inaugura en el mes de octubre de 1915.
Para el ejercicio de 1912, fue fundada por Ley de Presupuesto General de la Nación la Escuela Normal Mixta. Su primer director fue José Domingo Sosa del Valle, secundado como vicedirector por Olivio J. Acosta y un calificado núcleo de docentes.
PATRIA E UNITÁ, SU DESENVOLVIMIENTO
El 15 de enero de 1915, se aprueba la escrituración del terreno social en la “calle Mitre al Sud” en pesos 1.397, por el escribano don Donato Magliocchini, y enseguida se proyecta la construcción de un salón en el frente, tras la demolición de la casa.
En 1907 se inaugura este amplio local, que es utilizado para reuniones de la Comisión Directiva, asambleas, fiestas conmemorativas y bailes. 
EL CINE-TEATRO 
En 1913 en el fondo del terreno se construye un galpón de madera y chapa. Allí, en un pequeño escenario, se dan funciones teatrales por grupos de aficionados, a las cuales concurren familias de la ve­cindad y de la zona sur de Quilmes.
Posteriormente, en 1917, el galpón fue construido de mampostería para ser utilizado para los mismos fines culturales y sobre todo innovadoras funciones de cine.
Aquí nos detenemos el relato de Goldar y tomamos el trabajo de Fernando San Martín sobre los “biógrafos quilmeños”.[6] Los pianistas que acompañaban las cintas mudas fueron el señor Francisco Schenone y la señora Garabato.
La institución iba progresando lentamente merced al
esfuerzo de sus asociados y directivos, entre los cuales podemos mencionar al señor julio Pasotti, que estuvo más de veinte años en el cargo de presidente.
En 1921 se realizan modi­ficaciones importantes en el edificio, especialmente en el frente, y en 1933 se vuelve a remodelar, uniendo ambas partes y convirtiendo el edificio en un Teatro con amplio escenario, platea y tertulia. Se alternan las funciones teatrales con las cinematográficas y el “Cine Patria e Unitá” cuenta ya con un público adicto y cambia su nombre por “Cine Mitre”. 
Sala del Patrai e Unitá, previa función (1930 circa) 
La sala contaba con capacidad para 500 espectadores en platea y 140 en tertulias. Se ofrecieron obras de teatro como “Las andanzas de un ropero” o “Ya estoy en casa” representadas por: Juan Veroli, Justo Francés, David Chavanne y Eduardo Rúa el seudónimo teatral de don Francisco Marchese. Fue acomodador varios años don Gabino Tirante quien a su vez fue cartero y empleado en el Correo de Quilmes.
En el costado sur, entre 1927 y 1930, se construye el bar y la secretaría, con un pasillo que comunica con el escenario, realizado éste con entrada directa desde la calle, independiente de la que corresponde al cine.
En 1942, el Cine Mitre sufrió un incendio del que, el empecinamiento de Schenone recuperó, convencido que el “espectáculo debía seguir”.
La sala es alquilada, con suerte varia, a distintos empresarios, el último de los cuales fue Juan Fadul. Con esto se acaba la ilu­sión de quienes se sucedieron en la lucha por el engrandecimiento de la institución, tal como fue concebida en 1900 por aquél núcleo de dieciocho soñadores.
 Grupo de jóvenes en un baile en el Patria e Unita (Fototeca de la Bibl. P. Pedro Goyena, 1930 circa)

EL FUEGO 
El día 3 de marzo de 1962, aquel edificio que era la suma y cifra de tantos esfuerzos realizados en casi seis décadas, nuevamente fue implacablemente devorado por la llamas, a pesar de la denodada acción del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios. Fue para todo Quilmes un penoso suceso, que nos dejó consternados. Desapareció así una sala donde, quien más, quien menos, habían pasado gratos momentos en medio de la cordialidad de los dirigen­tes de la institución, ante magníficos espectáculos teatrales y cine­matográficos. Ahora era una pila informe de escombros, trozos de madera ennegrecida y hierros retorcidos. [7] 
FUSIÓN DE LA PATRIA E UNITÁ 
En la década del ’60 cundió entre las instituciones de la colectividad italiana un afán unificador que, quizá, tuvo que ver con el reconocimiento que los gobiernos de la Madre Patria comenzaron a activar con los emigrantes que
pudieron, en casi un siglo, construir vida, familias y fortuna en otras latitudes, especialmente en EEUU y Argentina. Entre los miembros de las Comisiones Directivas de la Societá Italiana Di Mutuo Soccorso Cristoforo Colombo” y de la Patria e Unitá comenzaron a entablar conversaciones con el fin de confluir en una sola entidad: “que por su poderío económico, por el número de sus socios y por el estimulo espiritual que entraña la unión de los italianos para lograr un impulso común, sería capaz de permitirles alcanzar los anhelados propósitos de engrandecimiento que honraría en lo futuro a la colectividad.” [8] 
El 19 de abril de 1964, en la sede de la Cristoforo Colombo, Hipólito Yrigoyen 570 nace la “Sociedad Italiana Mutual y Cultural Cristóbal Colón – Patria y Unidad. Ambas instituciones aportaban la totalidad de su patrimonio y el reconocimiento de todos sus socios el nuevo Consejo Directivo fue presidido por Filippo Crifó (presidente de la C. Colombo) y vice Alejandro Cola (presidente de Patria e Unitá)
El 30 de agosto de 1966, en Asamblea se trató la construcción de un nuevo edificio en Mitre 975, sobre las ruinas del incendio de 1962 que comprendería un natatorio y dependencias. Entre los proyectos presentados se aceptó el de la firma Boscatto & Aguilera. La pileta de natación fue inaugurada el 28 de noviembre de 1965, siendo presidente Filippo Crifó. Fueron padrinos de la ceremonia el Señor Agustín Coconier quien fuera un importante empresario cinematográfico.
Aunque era parte del proyecto, la pileta nunca se logró techar y fue perdiendo asistencia hasta que quedó totalmente inactiva. Luego en el lugar se creó el Instituto primario y secundario Cristoforo Colombo, que también se hundió en una mala administración y en el rigor definitivo de la piqueta asesina.
Cerraba Goldar en el capítulo de su manuscrito histórico: “Quedaba así consumado un acto histórico de imponderable valor moral y material”. 
CONCLUSIÓN 
Lamentablemente la consumación se fue consumiendo, primero con la perdida de la tradición al caer la picota sobre el suntuoso cine-teatro Colón en 1969 y siguieron los personalismos, las mezquindades, la ceguera pertinaz ante una juventud que se manejaba con formas culturales nuevas y sin vuelta atrás; el mal manejo de la administración; la pérdida definitiva de figuras que fueron motor y energía en la vida institucional de la Sociedad Italiana como fue el Dr. Eusebi; el desinterés creciente de la gente en participar, en involucrarse en el trabajo por el bien común, las crisis políticas y económicas graves (que se reavivan con saña creciente) y la aparición de nuevos formas de esparcimiento individualista…
Esta historia es una más de tantas otras que atravesaron la vida social y cultural quilmeña. Muchas otras Instituciones que tuvieron sus momentos de grandeza y gloria desaparecieron definitivamente, otras languidecen en la contemporaneidad sostenidas por el noble capital social que siempre caracterizó a este partido desde el “Quilmes de antaño”.
“Historia de la Sociedad Italiana” por don José Goldar (inédito) 
Compilación para Un nombre para la historia de Quilmes” 
del Dr. Carlos A. M. Eusebi
Compilación Chalo Agnelli


BIBLIOGRAFÍA
Eusebi, Carlos A. M. (2003) “Un nombre para la historia de Quilmes”. Ed. Tiempo Sur.
San Martín, Fernando. (mayo, 2014) “Aquellos antiguos biógrafos quilmeños – Las salas cinematográficas, el cine comercial y el amateurismo” Ed. de autor. Quilmes
NOTAS

[1] Ver en EL QUILMERO del domingo, 27 de marzo de 2016, “Carlos Ángel Mario Eusebi, una identidad, un hombre de la inmigración - 1928//2016”

[2] Ed. Tiempo Sur. Se publicó para el 125 aniversario de dicha Sociedad, el 5 de mayo de 2003. Pp. 59 a 63

[3] Ver en EL QUILMERO del sábado, 3 de diciembre de 2011, “José Goldar - Compromiso y Participación”

[4] Mitre “prolongación sud” era dicha calle desde Brandsen hacía el sur, ya que hasta esa avenida actual llegaba el empedrado.
[5] José Goldar. “Manuscrito” Pp. 46 y 47
[6]Aquellos antiguos biógrafos quilmeños" Pp.33 a 37
[7] Ibídem ant. Pp. 47 y 48
[8] “Un nombre para… Pp. 97 y 98