viernes, 7 de mayo de 2010

CINE-TEATRO COLÓN 26/10/1969 - DEMOLICIÓN DEL PATRIMONIO

44 AÑOS ATRÁS

EL ADIOS AL TEATRO - CINE CRISTOBAL COLÓN
DOMINGO 26 DE OCTUBRE DE 1969

Compilación, investigación y argumentación Chalo Agnelli
Octubre, 2009.

En los últimos años los quilmeños vimos como inexorablemente se iba modificando el paisaje  urbano  – y suburbano también – con la demolición de tantas casonas y aún pequeñas reliquias de un pasado decimonónico. Vez pasada una señora  de 80 años, me decía que no sabía si eran los años o “que todo está tan cambiado que salgo y me desoriento pues me quitaron los puntos de referencia.”
Pero esto que llaman progreso o modernidad, que no juzgo bueno o malo, que supongo no atenta contra la vida social de esta época, comenzó hace muchos años y un acontecimiento (quizá hubo otros que no advertimos) fue coyuntural en este aspecto.


Sala del Teatro Colón en despedida a don Víctor Fornabaio que partía a Europa (1927) Debajo, la sala colmada de público.
El domingo 26 de octubre de 1969, los dirigentes de la  “Sociedad  Patria y Unidad Cristoforo Colombo", de Quilmes, Hipolito Yrigoyen 570, realizaron un acto para despedir el edificio social, que se acababa de demoler  casi totalmente. De este modo desapareció de Quilmes, una de las mejores salas del país, tanto por las condiciones de funcionalidad para teatro primero, luego también adaptada para cinematógrafo, como por las líneas arquitectónicas clásicas que adornó la ciudad por espacio de sesenta años.
En el acto hicieron uso de la palabra, los se­ñores Antonio Indovino, el represen­tante consular italiano Achille Ghinassi, el Dr. Carlos Eusebi y el se­ñor Alfredo Coletta. Esta es una síntesis del discurso de despedido del Sr. Alfredo Coletta: […] en este acto […] queremos […] rendir el último homenaje, a estos muros llenos de historia, que todavía, por pocos días, se van salvando de la demoledora ‘piqueta’  que el progreso en su marcha im­placable, ha tomado como arma invencible, para dejar en escombros, llenos de tris­teza y nostalgia, lo que fue construido con tanto amor, sacrificios y dedicación; de­paró en sus años útiles sa­tisfacciones, alegrías, bienestar, ayuda mutua y com­prensión, de todos aquellos que, por una u otra razón, se han acercado durante los ‘superados’ 90 años de exis­tencia, de ese templo, que fue el Cine-teatro Colón, de Quilmes  […] Nuestros y vuestros pa­dres nos han indicado el camino, y nos han enseña­do, cómo actuar dentro de las organizaciones de bien público y comunitario. Nos­otros nos sentimos fieles a esa consigna, y seguros de que nuestra labor, merecerá sin duda alguna, su aproba­ción, les pedimos nos bendi­gan y nos acompañen en es­ta nueva etapa, de la Socie­dad Italiana, que no duda­mos, merece también vues­tra aprobación, apoyo y co­laboración.
Esta casa, legítimamente italiana, por derecho de propiedad, por su costumbre y  forma latina de vida, ha nucleado, socios, admirado­res y sostenedores, al pue­blo primero y la ciudad de  Quilmes después, como sus verdaderos pilares, para que hoy podamos orgullosamente decir:  estamos en condiciones, gracias a ellos, de te­ner la ambición, sin olvidar el ejemplo maravilloso  que nos dejaron, de iniciar a brevísimo plazo la construc­ción de lo que será, en un futuro próximo, la nueva y brillante sede de la "Socie­dad Italiana de Socorro Mu­tuo y Cultural "Cristóbal Colón - Patria y Unidad'' de Quilmes.
En la imposibilidad natural, de poderles agradecer a los fundadores la obra grande que de ellos hemos heredados, transmitimos en este acto a Uds., que son también sus descendientes, el agradecimiento y la admi­ración de la colonia italiana, cuya simiente humana, tan abundantemente meritoria, de haber contribuida al engrandecimiento ‘humano, cultura, y social’, de esta progresista, generosa y  muy querida patria argentina.” [1]
El acto continuó entregando diplomas a los descendientes de los fundadores y a los socios vitalicios que ingresaron a la sociedad en 1919.

La “demoledora piqueta” que menciona el Sr. Coletta continuó en Quilmes su “implacable” cometido sobre todo en los últimos años, creo, sin afán de ser preciso que se agudizó cuando se entregó la plaza Pinto, viejo Mercado de Quilmes a un supermercado y complejo cinematográfico, de estética infame.
Muy pocos conocen los escurridizos escaramuzas que algunos testaferros de grandes empresas contratistas de nivel nacional hicieron para tirar abajo el edificio histórico de la estación de Quilmes y levantar instalaciones ferroviarias “que abastezca ampliamente las necesidades de un partido de 600.000 habitantes”… u otro intento, más cercano en el tiempo, de transformar la Casa de la Cultura, actualmente remozada y salvada, en un shopping (?)
Es verdad que aquellos socios de la Cristoforo Colombo estaban “en condiciones… de tener la ambición” de hacer lo que quisieran con una propiedad que materialmente era suya, pero dudo que hayan tenido las escrituras espirituales que almacenó ese edificio del arte y la cultura, durante tantos años.
Por otra parte, barrunto que los pa­dres de aquellos que determinaron tirar abajo el Cine-teatro Colón, que les  indicaron el camino y les  enseña­ron cómo actuar dentro de las organizaciones de bien público y comunitario, desde el más allá, se hayan sentido contentos de sus hijos. Dicen algunos vecinos que durante esos meses de 1969 en el cementerio de Ezpeleta hubo un tumulto grande, pero nadie supo explicar a que se debió. Nosotros lo sospechamos.
El discurso del Sr. Coletta no parece reflejar el convencimiento absoluto de la decisión asumida; se lee entre líneas cierto pedido de disculpas a los fundadores ausentes y a la comunidad presente; que de todos modos no hizo mucho para preservar ese palacio popular.
Sabemos gracias al libro Un nombre para la historia de Quilmes(pp. 106 a 109) del Dr. Eusebi, [2] que la decisión y la resolución no fueron fáciles.
Es muy probable que las condiciones del edificio no eran las mejores ni las más seguras, pero, ya en 1969, había alternativas de restauración, no con las estrategias y los materiales que se usan para recuperar el teatro Colón de Buenos Aires o, para no ir más lejos, con las estrategias y los materiales que se recuperó la Casa de la Cultura local.
Hoy con los adelantos arquitectónicos la medida de tirar abajo el edificio se hubiera discutido con profesionales idóneos, y tal vez se hubiera podido conservar el frente como se hizo con la casona de la familia Poli en Alsina y Sarmiento, o reacondicionando el diseño y la ambientación interior en el nuevo edificio.
Hay una supuesta leyenda, fraguada por algunos viejos socios, que dice que uno de los miembros más antiguos de la Sociedad, hijo y nieto de fundadores, opositor férreo de la demolición, lanzó una maldición sobre el nuevo edificio; y, según dicen, esa condena es la que no permitió en los años venideros que la galería Colón sea un centro comercial productivo y que la Sociedad Italiana se ahorrara los duros períodos de encontronazos internos. Cosa esta improbable y malintencionada de algunos individuos proclives a los infundios y las murmuraciones.
Ayer y Hoy, superposición del tiempo, superposición de imágenes. 
Compilación, investigación y argumentación Chalo Agnelli
Director del blog. Octubre, 2009/2020.

NOTAS

[1] Ver: periódico “Enfoques”, miércoles 29 de octubre de 1969.
[2] Eusebi, Carlos A. M. “Un nombre para la historia de Quilmes – La Sociedad Italiana di Mutuo Socorso Cristoforo Colombo” Ed. Tiempo Sur. Quilmes, 2003.