Por Chalo Agnelli
En un mundo donde prevalece lo material, lo circunstancial y
donde todo es vertiginoso no hay lugar para los sueños ni para la poesía; mucho
menos para la introspección y el amor a las cosas simples. Sin embargo, trabajadora
incansable, procurando la belleza a través del mosaico y el vidrio, Hebe Liz
Schweistein creó en la esquina de Aristóbulo del Valle y Tucumán un rincón para
el asombro.
CASA ARTE
Entrar en esa casa es ingresar a un territorio onírico donde los objetos seleccionados a lo largo de toda su vida, se completan unos
a otros en cómoda armonía. No es un cúmulo abigarrado e informe, todo lo contrario, pareciera que cada cosa tiene el lugar que la habilita junto a otro objeto correspondiente; cosas que cargadas de vida cuentan historias; allí ‘los objetos tienen movimiento’ como el tema de Juan Carlos Baglietto, con que Hebe Liz hizo su debut como escritora. Sus obras en su casa y en torno de ella se suceden en un vértigo amable.
Quizá durante los seis años que Hebe Liz vivió en San Telmo, dedicada a la literatura, otro de sus atributos, se dejó impregnar de la preeminencia de los objetos que en ese rincón de la CABA tienen relevancia absoluta.
CASA ARTE
Entrar en esa casa es ingresar a un territorio onírico donde los objetos seleccionados a lo largo de toda su vida, se completan unos
a otros en cómoda armonía. No es un cúmulo abigarrado e informe, todo lo contrario, pareciera que cada cosa tiene el lugar que la habilita junto a otro objeto correspondiente; cosas que cargadas de vida cuentan historias; allí ‘los objetos tienen movimiento’ como el tema de Juan Carlos Baglietto, con que Hebe Liz hizo su debut como escritora. Sus obras en su casa y en torno de ella se suceden en un vértigo amable.
Quizá durante los seis años que Hebe Liz vivió en San Telmo, dedicada a la literatura, otro de sus atributos, se dejó impregnar de la preeminencia de los objetos que en ese rincón de la CABA tienen relevancia absoluta.
Parque Güell de Barcelona |
LA PLAZA DE LOS LOGROS
Un día, el vecino pasa por Aristóbulo del Valle y Tucumán y espabila con una “Rayuela”, y al otro día con “El faro de los sueños” declarado de Interés Municipal por decreto
3597/12; “La fuente de los logros”, realizada con incrustaciones de vidrio soplado, cemento y complementos de venecitas; “Banco de las utopías”, todo parte de “La plaza de los logros” que forman el conjunto concretado durante la primavera de 2013.
El 2014, fue un año de mucha creación y trabajo para Hebe Liz. En la plaza Aristóbulo del Valle, en la parte posterior del monolito donde se halla el busto del abogado y político que dio nombre a esa espacio público, realizó con mujeres de su taller de la Universidad de Quilmes un mural con mosaicos y venecitas, testimonio del amor que la vecindad siente por ese rincón del barrio
La Colonia. En la reapertura del Museo
Histórico Regional “Almirante Brown”, ubicado en Lavalle 481 de Bernal, realizada
en diciembre de ese mismo año se inauguró un vitral de importantes dimensiones,
construido por ella, recreación de una obra del artista plástico Aldo Severi.
Además, sobre la vereda de su casa que da a la calle Tucumán, plantó una
magnolia y a su lado quedaron fijas a perpetuidad las manos de sus familiares y
la leyenda: “Magia, la que me enseñó papá
José contándome historias bajo la misma magnolia, a la misma hora, desde que
fui muy chica. Juntos convocamos todos los pájaros del barrio y así aprendí
entre cuento y cuento, los sonidos y la razón de las utopías.”
Bajo la premisa “aprender es descubrir que algo es posible” trasmite la técnica del mosaiquismo, en el taller que posee en su propia casa y en la Universidad Nacional de Quilmes.
LAS LETRAS
Hebe Liz Schweistein nació en Avellaneda en los tumultuosos años
sesenta, hija de la generación del mayo francés que activó el mundo entero con el axioma: “la imaginación al poder”. Llegó a Quilmes siendo adolescente y no se fue más, quizá por la sospechada leyenda del “mal del sauce”, quizá porque la atrapó la gente de este rincón sudbonaerense. Después de un largo y arduo camino de búsqueda interior llegó a la literatura como una militancia que la llevó a vender sus libros de mesa en mesa por la Plaza Dorrego de San Telmo y sus alrededores.
Su carrera literaria se inició en 1999, con la presentación de la novela “No hay sueños imposibles”, título que nació, en una oportunidad que cruzando el Río de la Plata, se
le entrelazaron la música de Ray Charles, el recuerdo de su padre y una gran inspiración. Y vaya la casualidad - o causalidad - que, ya el libro en la calle, su hermana le contó que en la cúpula del edificio de cinco pisos ubicado en la avenida Rivadavia 2001, esquina Ayacucho, construido en 1907 por el Arq. Eduardo Rodríguez Ortega hay una leyenda en catalán que dice, “No hi ha somnis impossibles”… No hay sueños imposibles, puesta por el arquitecto restaurador, Fernando Lorenzi, en homenaje a Gaudí. [1] O sea que dos veces la influencia "gaudiana", con sus líneas tan características, irrumpió en la
conciencia creadora de Hebe
Liz. Este libro fue editado por Atlántida y agotado a los pocos meses, con una
segunda edición en 2007. Lo presentó con una fiesta espectacular en el “Garage
Argentino”, ubicado en México 331 del barrio de San Telmo, allí abrió el
acto con el tema de Baglietto antes mencionado, ‘Las cosas tiene movimiento’; también contó con la voz de Julio Zenko. En el año 2001 presentó su segunda novela “Los amantes de Alma”, también agotada. Esta
novela está dedicada a sus hijos: Jonatan, Demián y Brenda Konfino [2] con la
frase de Berthol Brecht “Me parezco al
que llevaba el ladrillo consigo para demostrarle al mundo cómo era su casa”.
Bajo la premisa “aprender es descubrir que algo es posible” trasmite la técnica del mosaiquismo, en el taller que posee en su propia casa y en la Universidad Nacional de Quilmes.
LAS LETRAS
Hebe Liz Schweistein nació en Avellaneda en los tumultuosos años
sesenta, hija de la generación del mayo francés que activó el mundo entero con el axioma: “la imaginación al poder”. Llegó a Quilmes siendo adolescente y no se fue más, quizá por la sospechada leyenda del “mal del sauce”, quizá porque la atrapó la gente de este rincón sudbonaerense. Después de un largo y arduo camino de búsqueda interior llegó a la literatura como una militancia que la llevó a vender sus libros de mesa en mesa por la Plaza Dorrego de San Telmo y sus alrededores.
Su carrera literaria se inició en 1999, con la presentación de la novela “No hay sueños imposibles”, título que nació, en una oportunidad que cruzando el Río de la Plata, se
le entrelazaron la música de Ray Charles, el recuerdo de su padre y una gran inspiración. Y vaya la casualidad - o causalidad - que, ya el libro en la calle, su hermana le contó que en la cúpula del edificio de cinco pisos ubicado en la avenida Rivadavia 2001, esquina Ayacucho, construido en 1907 por el Arq. Eduardo Rodríguez Ortega hay una leyenda en catalán que dice, “No hi ha somnis impossibles”… No hay sueños imposibles, puesta por el arquitecto restaurador, Fernando Lorenzi, en homenaje a Gaudí. [1] O sea que dos veces la influencia "gaudiana", con sus líneas tan características, irrumpió en la
Torre del edificio de Rivadavia y Ayacucho |
Simultáneamente durante esos años dictó talleres literarios.
Transgresora eficaz, comenzó haciéndolo en el Hospital Borda. Vivencia que le
inspiró una tercera novela, “Rompiendo muros”,
publicada en el año 2003, por Editorial de Los Cuatro Vientos y el auspicio de
la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad. En el año 2005, publicó su
cuarta novela, “El anillo de los dos
dragones”, del mismo sello editorial.
TALLERES
Además de en el Hospital Borda dictó talleres en Palermo Viejo
(2001), en el Centro de Gestión y Participación Nº 1 de Capital Federal (2003-2004), en la Casa Bonaerense de Vicente López (2005), un taller de cuentos a pacientes internos del Hospital de Clínicas de Capital Federal y en el camping "Cullunche" de Villa la Angostura, como invitada de la Universidad de Cuyo.
Entre 2004 y 2005, condujo un programa cultural titulado “El Descubrimiento”, emitido por el Canal 7 de Cablevisión Sur.
“LA CALLE DE LOS SUEÑOS PERDIDOS”
TALLERES
Además de en el Hospital Borda dictó talleres en Palermo Viejo
(2001), en el Centro de Gestión y Participación Nº 1 de Capital Federal (2003-2004), en la Casa Bonaerense de Vicente López (2005), un taller de cuentos a pacientes internos del Hospital de Clínicas de Capital Federal y en el camping "Cullunche" de Villa la Angostura, como invitada de la Universidad de Cuyo.
Entre 2004 y 2005, condujo un programa cultural titulado “El Descubrimiento”, emitido por el Canal 7 de Cablevisión Sur.
“LA CALLE DE LOS SUEÑOS PERDIDOS”
Un nuevo mural se está desprendiendo de la pared de su casa,
sobre
la calle Tucumán: “Lo más oscuro de la noche es antes del amanecer”; así reza el muro sobre un brillo y un color inusitados.
Sus proyectos son múltiples e incesantes, entre otros, llevar al cine su primer novela inédita y autobiográfica; culminar otra novela en ciernes, “El camino hacia la incertidumbre”; transformar las cuatro cuadras de la calle Aristóbulo del Valle entre Pellegrini y Rodolfo López, con la
participación de los vecinos, en un paseo artístico, literario y cultural, “La calle de los sueños perdidos”, basado en un texto de Raúl González Tuñon [3] y muchos etcéteras…
Toda su vida es un desafío: a las convenciones, a la modorra que paraliza, a los juicios arteros vengan de donde vengan, a vivir sin sueños…
“Hay un lugar adonde van a parar los objetos perdidos. Llaves, anillos, medallas, Cristos de plata y de bronce, cadenas, relojes, puñales,
recuerdos de familia, todo lo que se pierde y se encuentra. Menos los sueños. No hay una sección de extravíos y hallazgos para los sueños y los destinos. Un lugar, una especie de Rastro celeste, de entrecielo, donde uno pudiera hallar aquello esencial de su vida: lo único que podría darle la felicidad.” Ese lugar es la casa de Hebe Liz Schweistein.
la calle Tucumán: “Lo más oscuro de la noche es antes del amanecer”; así reza el muro sobre un brillo y un color inusitados.
Sus proyectos son múltiples e incesantes, entre otros, llevar al cine su primer novela inédita y autobiográfica; culminar otra novela en ciernes, “El camino hacia la incertidumbre”; transformar las cuatro cuadras de la calle Aristóbulo del Valle entre Pellegrini y Rodolfo López, con la
participación de los vecinos, en un paseo artístico, literario y cultural, “La calle de los sueños perdidos”, basado en un texto de Raúl González Tuñon [3] y muchos etcéteras…
Toda su vida es un desafío: a las convenciones, a la modorra que paraliza, a los juicios arteros vengan de donde vengan, a vivir sin sueños…
“Hay un lugar adonde van a parar los objetos perdidos. Llaves, anillos, medallas, Cristos de plata y de bronce, cadenas, relojes, puñales,
recuerdos de familia, todo lo que se pierde y se encuentra. Menos los sueños. No hay una sección de extravíos y hallazgos para los sueños y los destinos. Un lugar, una especie de Rastro celeste, de entrecielo, donde uno pudiera hallar aquello esencial de su vida: lo único que podría darle la felicidad.” Ese lugar es la casa de Hebe Liz Schweistein.
Entrevista y fotos de Chalo Agnelli
Director del blog
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REFERENCIAS
[1] Esta cúpula porteña alberga un dormitorio. En el último nivel se colocó un gran telescopio para la observación estelar. La terraza que la circunda luce dos estructuras de hierro que representan, en escala, la Puerta del Dragón de la Finca Güell, en Barcelona, España, diseñada por Antonio Gaudí. Los ornamentos que se observan son réplicas exactas de los que embellecen la Casa Battló, otra magnífica creación del arquitecto español. Fuente: www.secretosdebuenosaires.com
[1] Esta cúpula porteña alberga un dormitorio. En el último nivel se colocó un gran telescopio para la observación estelar. La terraza que la circunda luce dos estructuras de hierro que representan, en escala, la Puerta del Dragón de la Finca Güell, en Barcelona, España, diseñada por Antonio Gaudí. Los ornamentos que se observan son réplicas exactas de los que embellecen la Casa Battló, otra magnífica creación del arquitecto español. Fuente: www.secretosdebuenosaires.com
[2] Jonatan Konfino, médico sanitarista,
coordinador del Plan Nacional Argentina Saludable y del Programa Nacional de
Control del Tabaco, Ministerio de Salud de la Nación.
Demián Konfino,
abogado y un activo militante social, también escritor, es autor de “Hasta el
amanecer de Tupacamaria” (2010), publicado por la Editorial Punto de Encuentro,
presentada en Quilmes en junio de 2011; de "Villa
31 - Historia de un amor invisible", una novela histórica que
transcurre en una villa emblemática de Buenos Aires. En 2006 fundó la Agrupación
"Por los Invisibles" en la villa
31 bis de Retiro donde realiza acciones sociales, educativas y
culturales. Es miembro del Observatorio de
Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires. Fue galardonado en 2011, con el 1° Premio en el I Concurso Nacional de Cuentos Cortos organizado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) por su cuento "Gloria".
Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires. Fue galardonado en 2011, con el 1° Premio en el I Concurso Nacional de Cuentos Cortos organizado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) por su cuento "Gloria".
Brenda Konfino, estudiante,
conductora y miembro de “Invisibles”, la agrupación que produce el programa que
se emite desde noviembre de 2011 por Urbana TV, el canal comunitario de la
Villa 31.
[3] Ver LAS LETRAS DEL QUILMERO del miércoles, 28 de enero de 2015, "LA CALLE DE LOS SUEÑOS PERDIDOS" - RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN http://lasletrasdelquilmero.blogspot.com.ar/2015/01/la-calle-de-los-suenos-perdidos-raul.html/
[3] Ver LAS LETRAS DEL QUILMERO del miércoles, 28 de enero de 2015, "LA CALLE DE LOS SUEÑOS PERDIDOS" - RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN http://lasletrasdelquilmero.blogspot.com.ar/2015/01/la-calle-de-los-suenos-perdidos-raul.html/