viernes, 28 de mayo de 2010

EL QUILMERO EN EL MARCO DEL BICENTENARIO XIII y XIV - ESCUELA DE E. MEDIA Nº 16

El jueves 20 de mayo, mañana y tarde, estuvimos en la Escuela de Enseñanza Media Nº 16, Fortaleza de los Quilmes”, sita en Calchaquí y Rodolfo López. Esa escuela fue fundada en los 80´ por el Prof. Wifredo Mitja, docente que puso mucho énfasis y esfuerzo para concretar su misión; aún hoy su memoria tiene presencia.
Medió en el encuentro con EL QUILMERO el Prof. Alberto Iturria, como parte de las actividades del proyecto del Bicentenario que vienen realizando los alumnos. El asunto de la video-conferencia fue “Quilmes, evolución geográfica, política y social”. Participaron adolescentes de los últimos años que habían trabajado en torno al tema con la Prof. Graciela Catoira y el Prof. Iturria. Contamos, en la preparación de los equipos, con la colaboración de la bibliotecaria Mabel Osban. Es directora del establecimiento la Sra. Patricia Camaron y vice la Prof. Olga Gaillard.
Fue gratificante colaborar con una institución educativa que lleva un nombre referente al Pueblo Quilme, cuya memoria en las últimas dos décadas y hasta hoy viene adquiriendo la preponderancia que merece entre los que habitamos esta ciudad y partido cuya toponimia y nuestro gentilicio nos honra y califica.
Lamentablemente no se puede dar testimonio gráfico de la jornada pues las fotos tomadas se perdieron. Estaba presente Ángel Domingo Pizzorno, periodista del semanario Panorama del Sur, que tomó fotografías, en caso de conseguirlas, en próxima nota, se reproducirán.
Chalo Agnelli
chaloagnelli@yahoo.com.ar

EL CINE LA PAZ - DEL ARCÓN DE LA ABUELA

por Chalo Agnelli

“El viejo cine 'La Paz'
de nuestra infancia querida,
el 'Empire', el 'Avenida'
que no han de abrirse jamás”
Juan Arrestía
La primera proyección cinematográfica pública que se realizó en Quilmes fue en la Plaza San Martín (en aquel entonces Plaza Constitución) el 9 de julio de 1905. Se había puesto un liencillo junto a la fuente que había instalado en 1870, el juez de paz don Pedro Giráldez. Dos años después, en 1907, se inauguró la primera sala de cine, Bristol (Rivadavia y Brown), junto al actual Club Social (hay una plaza que indica el sitio de esta sala cinematográfica)
Siguieron: un cine teatro existente en la calle 11 de Setiembre (hoy avenida H. Yrigoyen) N°618, el Cine Rivadavia, en 1911; el Cine-Teatro Colón de la Sociedad Italiana, en 1912.
EL BIÓGRAFO DE BERNAL
En Bernal, el “Café, bar y billares de la Estación”, adquirido a Demetrio Migliorini por don Victoriano Tassano y su socio el señor García, instalaron en una parte del salón de la confitería-bar un ‘biógrafo’. Los nuevos propietarios abrieron al público - según informa el periódico “La Unión” el 11 de mayo de 1913. En su libro sobre los cinematógrafos  quilmeños el historiador de la imagen Fernando San Martín muestra una foto de esa confitería-bar-biógrafo; que realizaba proyecciones de películas mudas los días sábados y domingos con una única función nocturna. 
EL CINE LA PAZ
En la calle Córdoba N°314 (antes Humberto Primo, ahora: Pte. Perón), de La Colonia, a metros de la avenida Andrés Baranda, en un viejo galpón harinero que había hecho construir don Mariano Giaimo después de 1880, hubo a partir de 1919, la quinta sala cinematográfica de Quilmes y la primera de La Colonia. Había iniciado la empresa don Luis Ortega en 1917, luego la adquirió el señor Marrero quien asociado con Pedro José Mergassi, la acondicionaron y remodelaron para el fin propuesto con un crédito que obtuvieron del Banco Popular de Quilmes, que dirigía don Rodolfo Labourt.
Se pasaban películas en series - determinaban las series o actos los carreteles o latas que se debían cambiar cada tanto -; la variedad era extraordinaria. Los día que no había función se organizaban bailes en el subsuelo, donde los varones hacían academia (bailes varones solos donde los jóvenes aprendían los vericuetos del tango) y también para ambos sexos temprano por la tarde. Abría los días sábados, domingos, jueves y feriados, con matinée desde las 14 hs; sección nacional a las 17 y función noche a las 20:45. Se hacían funciones de beneficio para otras instituciones como escuelas, el Club de Fútbol Nacional, etc. Contaba con una sola máquina de proyección. El operador era Juan Pagani. La entrada estaba para mayores $ 0,70 y menores $ 0,50. Tenía un sector 'tertulia' exclusivo para familias y la empresa se reservaba el derecho de admisión. Los programas se imprimía en los talleres gráfico de Domingo Doreste & Hijos, en Garibaldi 18.
El nombre lo ideó don Pedro Mergassi - quien pocos años después quedó como único propietario y administrador - debido a que su creación coincidió con la firma del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial; según contaba don Juan Pedro su hijo.
 Encontramos en este programa que el jueves 16 de junio de 1927 se proyectó "Sol de Mayo", una documental que contenía los festejos patrios realizados en Quilmes el 25 de mayo. De suma importancia histórica  sería hallar una copia de este film. (Gentileza Sra. Nora Mergassi)
PUNTO DE ENCUENTROS
El amplio local y su amplio sótano se alquilaban al Banco Popular de Quilmes. Había sido construido por don Mariano Giaimo, uno de los mayores contribuyentes del partido de Quilmes, para depósito de harinas y cereales. Y según afirman algunos vecinos desaprensivos para otros fines menos vegetales y un tanto más carnales. Los sótanos tenían como galerías que formaban los pilotes sobre los que se sostenía el edificio. La gente le adjudica una mítica antigüedad exagerada y le atribuye fines que se remontan al siglo XVIII, cuando ese construcción con los departamentos laterales al cuerpo central del edificio (que ya no existen) datan de principios del siglo XX. Si es real que los fondos de ese sótano comunicaban con el pulmón de manzana y a través de este con el sótano de una propiedad cuyo frente daba a la avenida 12 de Octubre.
En los portones de hierro forjado, entrada a los zaguanes que conducían a los departamentos de cada ala lateral del gran salón, están las iniciales de su gestor. Todo se realizaba en un clima familiar y pueblerino. A veces se demoraba a propósito la proyección, a pesar del los reclamos aireados de los asistentes, para esperar que llegara una familia de asiduos asistentes que venían desde las chacras. 
CINE ESTIVAL
Una vez por año, en verano, se daba cine en la calle Córdoba, bajo un techo de estrellas. Se sacaban la pantalla, el proyector y todos los vecinos traían sillas; el espectáculo era gratuito.
Para alejar los mosquitos se hacían pequeñas fogatas en las esquinas. Mergassi encargaba a don Pascual, un italiano, empleado municipal que se ocupaba de limpiar las zanjas, para que cuidara el fuego. Pero cuando este se distraía, el piberío chanceaba arrojando agua al fuego para producir una humareda insoportable que envolvía toda la cuadra, enceguecía a los espectadores y obligaba a suspender la función.
Los ocho departamentos, cuatro a cada lado, estaban medianera de por medio con la sala, en propiedad horizontal. Fueron habitados por varias familias de arraigo en La Colonia: a la derecha los Mergassi-Piazzardi; Yori-Baunelle, luego Yori-Faggiano; Ruesta-Jordán y Seredi y del otro lado, las familias Mezzullo, Ferrari-Celasco (que tenían una churrasquería frente a la entrada de la Cervecería, sobre 12 de Octubre, donde se levantó el Centro de Salud de esa empresa) los Perata, los Pressón-Ruesta y los Cabezas, que vivían en el cuarto y último del ala izquierda, a esta última familia pertenece el ingenioso miniaturistas de automóviles fabricados con cartapesta, Délfor Arsenio Cabezas.
En los primeros años de vida, este salón fue el único punto de encuentro y convocatoria social de cuanto se promovía y gestaba en el barrio para el bien y el esparcimiento general. Si algún grupo de vecinos imaginaba y proyectaba formar una agrupación con fines sociales, culturales y/o deportivos, era en este establecimiento donde se concretaban las primeras reuniones y a veces las definitivas.
CUNA DE INSTITUCIONES
El Sindicato de Obreros Cerveceros comenzó a conformarse en los sótanos del cine, con el nombre Sociedad de Resistencia Obreros Cerveceros de la Quilmes y Anexos, a pedido de Cayetano Pugliesi, vecino de La Colonia y obrero de la Quilmes.
Allí los trabajadores sesionaban los domingos sin que Pedro Mergassi cobrara un solo peso, hasta que, dicho sindicato, quedó definitivamente constituido el 16 de julio de 1932.
Allí se reunieron por primera vez un grupo de castelverdianos con el propósito de juntar medios para comprar una estatua de San Mauro.
Allí, también, los clubes de la zona como el Alsina y el 12 de Octubre realizaron algunas de las primeras reuniones orgánicas en ese ámbito.
Allí se hacían fiestas de bodas, bautismos, aniversarios y encuentros sociales para incrementar las cajas de las instituciones nacidas, por nacer y hasta las moribundas.
Allí realizaban encuentros de camaradería los rudos muchachos del Boxing Club; los Artesanos de La Colonia; La Sociedad de Fomento del barrio; la comisión Pro Fomento y Protección de la Escuela Nacional Láinez N°36 (hoy Escuela Primaria N°83); el 'Dancing Club' de La Colonia, que realizaba bailes los sábados después del cine; el que se concretó el 4 de octubre de 1925, alcanzó un relieve  apoteótico, con trascendentes secuelas, ya que después de este encuentro danzante se celebraron varios matrimonios. El 27 de setiembre de 1930, la Sociedad Recreativa '¿Quo Vadis?', realizó un nuevo baile exitoso. Y el 12 de octubre con motivo de conmemorase el día de la 'Raza', la Sociedad Recreativa 'Corazones Unidos' hizo otra reunión danzante que comenzó a las 24 hs pues las proyecciones se demoraron a causa de que el distribuidor de las películas tuvo un inconveniente en el trayecto desde la Capital (Esta costumbre actual de comenzar los bailes a medianoche, tiene sus antecedentes en nuestra cultura) Estos bailes, generalmente, eran amenizados por la orquesta que integraban Piazzardi, el violín de Llorente y Juan Pedro 'Tito' Mergassi, al piano.
En este local se formó la institución cultural 'El Escudo Argentino'; la Sociedad recreativa 'Quilmes de Invierno', la Sociedad 'Los Treinta', etc.
Pero no todo era jolgorio social, también se efectuaban 'meetings" políticos, previos a algún acto eleccionario; en algunos de ellas disertaron el Dr. Rodolfo Alberto López, el Dr. Isidoro Iriarte, el intendente Victoriano Huisi, el Dr. Elustondo, Canova, Planes, Oliveri, Perli, etc.
Ernesta Pizzardi de Mergazzi y su hijo Juan Pedro, el pianista
Quilmes todo, y con él La Colonia, iba perdiendo la pachorra pueblerina y devenida en ciudad, se insertaba en el progreso con constante participación, solidaria alegría y amplitud de conciencia.
Se proyectaban películas mudas primero acompañadas en piano por la señorita Imperiale.
Doña Ernesta Piazzardi de Mergassi atendía la boletería. Cuando la pianista dejó el trabajo la suplió en la tarea el hijo del propietario, Juan Pedro de 14 años.
Con el nuevo pianista cambiaron las interpretaciones musicales clásica pues se agregó con asiduidad y entusiasmo, por parte de la populosa concurrencia, el tango. 
En algunas oportunidades eran cantores los que acompañaban las proyecciones, en 1930, se exhibió 'Adiós Argentina' y Ernesto Famá, intérprete del Sexteto de Carlos Di Sarli y en el piano Tito Mergassi acompañaron la función. Fue un asiduo concurrente a esa sala Teófilo Ibáñez, autor con Sandalio Gómez del tango 'La vieja serenata'.
Aunque en 1931, el cine incorporó la novedad del sonido, al año siguiente las repetidas crisis económicas que solemos padecer los argentinos como parte de una perversa tradición, obligó al Sr. Mergassi a vender el cine a la sociedad Pagani & Estévez, quienes prolongaron su vida pública hasta 1934.
La orquesta de Cafiero-Tesei, parado a la izquierda el pianista Juan Pedro Mergazzi
Otros cines en el barrio lo siguieron, pero sólo en sus fines comerciales y de entretenimiento, porque en la tenaz función social y comunitaria que tuvo el La Paz para el barrio, ámbito donde se promovían y se concretaban todo tipo de actividades solidarias y participativas, fue exclusivo. Les cupo a los clubes Alsina, Unión, Villa Elsa, 12 de Octubre, Tucumán, 21 de Julio, Alberdi, etc. recuperar esa faena.
Extraído del libro “La Colonia de Valerga
Entrevistas: Juan Pedro Mergazzi (2005), Haydee J. Y. B de Tiscornia. Delfor Cabezas, Hugo Yori
Fotos Nora Mergazzi.
por Chalo Agnelli, 2005
chaloagnelli@yahoo.com.ar


jueves, 27 de mayo de 2010

MÁS SOBRE LA COMUNIDAD ALEMANA EN QUILMES.

ALEMANES EN QUILMES. [1]

 Chalo Agnelli
chaloagnelli@yahoo.com.ar

Nos referíamos recientemente al restaurante “El Ciervo[2] de Vicente López entre Lamadrid y Jujuy, propiedad de la familia Lóffler que antes de este emprendimiento tuvo por años el buffet que se encontraba bien arriba de la pileta del Pejerrey Club. 
El Sr. Löffler y su esposa, años después, compraron el terreno de Vicente. López, próximo a la calle Lamadrid en el linde con Bernal, vereda par y edificó una casi perfecta réplica del famoso Maxim, tanto en su frente como en la distribución interna; lo bautizaron “El Ciervo”.
Estuvieron algunos años frente al restaurante junto a su hijo, hasta que se trasladaron a la localidad de Verónica donde adquirieron una plantación de frutales y el hijo se quedó con la empresa gastronómica.
Mas no hubo suerte y a lo largo de los años “El Ciervo”, con el mismo nombre (hasta hoy) pasó de un dueño a otro.
En la Ribera había otros dos lugares trabajados por alemanes. Uno en el espigón del Pejerrey, en la última edificación, que era de la familia Tieber. 
El otro recreo, como se denominaba a estos establecimientos ribereños, estaba próximo a la terminal del colectivo Nº 85 cuando esta se encontraba pasando la rotonda del pejerrey al fondo; era la familia Ehlert, cuya hija estaba casada con el Sr. de Los Santos que tenía un puesto de diarios y revistas junto al paso bajo nivel para ir de un andén a otro y a la calle Entre Ríos, que se hallaba en la estación ferroviaria.


[1] Datos aportados generosamente por la Sra. Margarita
[2] Ver nota del 18 de mayo próximo pasado.

LOS TAMBOS - DEL ARCÓN DE LA ABUELA

LOS TAMBOS [1

En las fronteras del barrio, comenzando el siglo XX, había chacras, huertas, quintas de frutales y campos de pastoreo que se alquilaban por temporada a los pequeños tamberos locales que no tenían más de 20 ó 30 vacas.

Estos, en su mayoría, eran de origen vasco. Entre estos euskadis estaba Juan Miguel Bazterrica (n.1878) que vivía en 1° de Mayo entre Andrés Baranda y Quintana. Tenía el espíritu apasionado, frontal y empecinado de su origen. Tenía unas pocas vacas que pastaban en las tierras que hoy circundan, aproximadamente, las calles A. Baranda, F. Amoedo, M. Quintana y B. Pérez Galdós; en aquellos años la demarcación catastral no era muy exacta.

Recuerda la vecina Dora Fernández que de pequeña con otra amiga por unas monedas que le daba don Juan, vigilaban el pastoreo de las vacas y al atardecer las arreaban hacia el corral. Siempre antes que volviera su padre del trabajo que le prohibía hacer estas tareas.

Pero sucedía que, a veces, distraídas en sus juegos, ella y su amiga, los animales escapaba a campos ajenos y ya había llegado  la hora de volver a sus casas lo único a que atinaban era a avisarle a don Juan y huían presurosas. El vasco no se hacía mucho problema y esperaba que los vecinos furiosos espantaran por su cuenta a los vacunos, ahorrándose el trabajo, pero acarreando molestias de las que don Juan rara vez daba cuenta.

Don Juan celoso radical, era ladero de Rodolfo Alberto López, fundador de la juventud radical en Quilmes. Siempre lo acompañaba en sus encuentros proselitistas y le hacía las veces de ladero y guardaespaldas. Fue inmoderadamente mujeriego y, aunque nunca se casó, tuvo varios hijos, alguno de los cuales ocuparon lugares relevantes en la sociedad quilmeña.

Los Bazterrica eran cuatro varones y tres mujeres. Eran hijos de Jaime y de Serafina L de Bazterrica, vascos radicados en Quilmas desde 1851.

Antonio (n. 1879), [2] tenía en la década de 1890, en sociedad con don José Benna un almacén frente a la estación de Bernal, Almacén de la estación, [3] donde vendían comestibles y bebidas. En 1909 se casó con Juana Cristiani. José (n. 1884) fue constructor como su padre. Pedro se dedicó al deporte y fue futbolista en el Club Argentino de Quilmes.Las mujeres eran, María Filomena y Serafina (n.1885), la menor.

Juan, el tambero, era soltero y como sus padres habían muerto, vivía con él su hermana Serafina, que, finalizando el siglo XIX había pasado los 20 y tantos; y para la época ya era la solterona. Un día los lee el siguiente aviso en El Quilmero, el diario del pueblo. 

CARRUAJE DESCUBIERTO

“Todos los días de fiesta y cualquier otro a la hora que se desee, está a disposición del publico el carruaje descubierto de Felipe Terrazas. Elegante, cómodo, con buenos tiros y caballos excelentes. Y se ofrece a precios módicos, garantido, el servicio exactos. Por ordenes a la estación cada hora de trenes o a casa del dueño en cualquier otra hora. Felipe Terrazas.”

Entonces, en complicidad con sus otros hermanos contratan el coche de punto, que tenía como auriga a Baltasar Perregrini, para que todos los domingos a partir de setiembre por la tarde, a la hora de la retreta, paseara a la joven por la calle Rivadavia y en torno a la plaza principal, hoy San Martín, y de este modo cortar la racha de soltería y conseguir pretendiente para Serafina.  
   Transcurrió setiembre, pasó la primavera y finalizó el verano. Serafina seguía núbil, de modo que sus hermanos resolvieron acabar con los paseos que no daban el resultado esperado y no estaban dispuestos a seguir con el gasto.
   Así se lo hicieron saber a la joven. Ella inmutable los tranquilizó pues ya tenía asegurado su futuro. Los Bazterrica no entendían cómo, ya que el cochero que hacía las veces de informante de con quién conversaba Serafina en las retretas, nunca les había dado señas de posible pretendiente. Y la mujer fue precisa, el hombre con el que se casaría a la brevedad sería Baltasar Perregrini, el cochero del carruaje.
   Serafina y su marido después de la boda se radicaron en La Plata donde dirigieron una empresa de cabriolés, birlochos y mateos.
   Los hermanos Bazterrica estuvieron entre los euskadi que fundaron la Sociedad de Socorros Mutuos Euskal Echea en 1901 que perduró hasta los años 50. La primera sede estuvo ubicada en la esquina NE de Brown y 25 de Mayo. Pedro perteneció a la comisión directiva hasta 1932 junto con el maestro Doroteo Yoldi, Juan Mateo, José Echaniz, Juan Zarza y Manuel Pernaud. Juan M. Bazterrica falleció el 12 de abril de 1951.
Chalo Agnelli
nuevo correo: chaloagnelli@yahoo.com.ar

[1] Referencia oral de Dora Fernández (85 años en 2009) auxiliar durante muchos años del Centro de Investigaciones Educativas que funciona en la EGB Nº 17 en Quintana y Entre Ríos
[2] Antonio y Juan Miguel Bazterrica figuran con los números 34 y 35, respectivamente, en las listas a donde debe someterse la junta de reclamaciones del nuevo padrón electoral del 17 de setiembre de 1898. Libro de Actas del a Municipalidad Nº 3 Folio 141. Juan Miguel Bazterrica falleció el 12 de abril de 1951
[3] Expediente de habilitación Nº 31722 del 26/10/93. Don Juan era hijo de Jaime Bazterrica, vasco, radicado en Quilmes.

martes, 25 de mayo de 2010

SUCESOS DE MAYO EN UN QUILMES QUE SE HACE PUEBLO

Un 25 de Mayo de 1854, el pueblo en ciernes de Quilmes juró la Constitución del estado de Buenos Aires en la plaza principal.
El 25 de Mayo de 1858, por primera vez en la provincia de Buenos Aires los alumnos de las dos únicas escuelas, una de varones y otra de niñas, participaron de las fiestas mayas luciendo delantales blancos creados por Sarmiento en San Juan para un 9 de julio de 1839. Eran 42 varones y 76 niñas.
Próximo el amanecer los niños se reunieron en la plaza principal para esperar la salida del sol. La edificación era nula, lo mismo que la vegetación arbórea y el río avanzaba sobre el bañado y  llegaba próximo a la actual barranca, de modo que desde la plaza se veía la aurora. Mientras el sol asomaba sus rayos, los niños recitaron las estrofas, aún no modificadas del Himno Nacional, lo haría Pedro Esnaola dos años después. Luego los niños y su maestro Robustiano Pérez ingresarían al salón municipal donde se les sirvió un chocolate y pasteles criollos. 
El 25 de Mayo de 1863 se inauguró un edificio que albergaría las dos escuelas, de niñas y varones, que aún no era mixta. Una en cada ala del mismo. Esta es la que años después será la actual Escuela Primaria Nº 1
Así cuenta Craviotto los sucesos de ese primera fiesta patria: “Se habla mandado podar el cerco de ñapindá de la manzana Mitre – Sarmiento –Alsina - Nicolás Videla, que afeaba la plaza.
En la noche del 24 se  iluminó el edificio municipal, el de la nueva escuela y el templo, ya viejo, de 1828, con su única campana pendiente de una espadaña; también se iluminaron los demás edificios frente a la plaza: esquinas de Manuel D. Soto (antepasado del músico y naturalista Tacho Soto) y de Bernabé Giles (cuñado de Andrés Baranda) en Sarmiento - Alsina; de Andrés Baranda y a su frente la fonda de Tobal, en Sarmiento - Rivadavia; en Mitre – Rivadavia, los altos de (ex Hotel de Echagüe)  Córdoba; Mitre, frente a la plaza, a mitad de cuadra, la casa del maestro de escuela Robustiano Pérez y a su lado la de Santiago Laurnaga, así como en la esqui­na Mitre - Alsina los ombúes, albergue de las diligencias de Acuña y Córdoba, que hacían el servicio a la Capital, En­senada, Magdalena y Chascomús.
Para la iluminación se encendieron en las esquinas de la plaza barricas con alqui­trán y se disparó una cantidad enorme de buscapiés, bombas de estruendo y cohetes. En la mañana siguiente, los esco­lares cantaron el Himno en la plaza y escucharon la banda del comandante Galván, es decir la del regimiento 13° de Guardias Nacionales, al mando de dicho comandante; re­gimiento al que pertenecía la milicia de Quilmes.
Luego el Te Deum y el acto inaugural en la escuela, con discursos del Dr. Wilde y el preceptor Pérez y las mesas con refrescos y masas para concurrentes mayores y menores, todo ante el busto de Bernardino Rivadavia, que presidió los actos.
Por la noche se elevó un hermoso globo, precursor de aquellos aeróstatos que en 1913, al instalarse la fábrica de gas en BernaI, buscaban allí el fluido que los debía elevar.” (de “Quilmes a través de los años” de Dr. José A. Craviotto, Cap. IX – título 14 Pág. 213 de la 2º edición 1969)
Chalo Agnelli



QULMES EN EL CABILDO ABIERTO DEL 25 DE MAYO

El Cabildo fue la autoridad municipal hasta que la legislatura provincial crea en 1821, la ley general de municipalidades; que no se cumplió hasta el 10 de octubre de 1854.
Además de la ciudad de Buenos Aires, el Cabildo tenía jurisdicción sobre la amplia área suburbana, la 'Campaña' como se denominaba a los “pagos”, cuyas autoridades fueron los 'Alcaldes de Hermandad' hasta que se creó la función de 'Juez de Paz', quien no ejercía únicamente las funciones judiciales, sino también las municipales, las policiales y era comandante de milicias (la milicia activa estaba formada por los varones de 17 a 45 años, que tenían la obligación de alistarse en caso de necesidad). El cargo de juez de paz era ad-honorem.
CABILDO ABIERTO
Todos los invitados al Cabildo Abierto del 25 de Mayo fueron propietarios y en distinta medida, poseedores de lecto-escritura. Por el Pago de la Magdalena dentro del cual se hallaba la Reducción de la Santa Cruz de los Quilmes, aún tierra vedada a cualquier otro humano que no fuera de esa parcialidad, cuestión tan solo de forma, porque la realidad era que ya la mayoría de la población quilme y acaliana había sido diezmada por las enfermedades, el abuso a que los sometieron en estas costas durante 144 años y el mestizaje con pueblos originarios propios de la provincia de Buenos Aires como querandíes y guaraníes, por blancos criollos e hispanos, mulatos y negros (esto se puede corroborar por las actas bautismales, matrimoniales y de difuntos que se conservan en los archivos de la actual Catedral de Quilmes)  Así los encontró el 25 de Mayo de 1810.
ASISTENTES INVITADOS
Según nuestro máximo historiador quilmeño - a quien todos recurrimos - el Dr. José Alcides Craviotto, asistieron, por el Pago de la Magdalena: José E. Almirón, José C. Arellano, Alejo Cabot, Manuel Canesa, Feliciano Chiclana, José A. G. y Mariano G. Echaburu (este último también asistió el 22), Pedro Andrés García, Antonio Giles, Juan Gutiérrez, Amadeo Ibarrola, Pablo y Roque Illescas, Juan Madera, Juan y Lorenzo Mier, José Montes de Oca, Francisco y Gregorio Perdriel, José M. Pizarro, Hipólito Ponce de León, Fermín y Martín Rodríguez (este último también asistió el 22), los hermanos: Faustino, Roque J. y Juan Francisco Tollo, Juan, Bernardo y Pedro Ximénez, Juan Ángel Vega, Juan José Viamonte, Fray Isidoro Viera, y tan sólo dos mestizos vecinos del pueblo de la reducción, soldados del regimiento de Castas, los hermanos Francisco y Antonio de los Santos, con probable sangre quilme.
AQUERENCIADOS
De entre estos los apellidos que luego aparecen como vecinos y residentes del pueblo libre de Quilmes (14 de agosto de 1812), y sus descendientes tendrán activa participación en la tercera fundación del Partido, se reconocen: Canesa, Giles, Montes de Oca, Perdriel, Ponce de León, Rodríguez y Tollo.
Antiguo juzgado de paz luego municipalidad, esquina de las calles Rivadavia y Sarmiento, donde hoy se halla la Casa de la Cultura.
Prof. Chalo Agnelli

lunes, 24 de mayo de 2010

EL QUILMERO EN EL MARCO DEL BICENTENARIO XII - ESCUELA DEL ENCUENTRO

El miércoles 19 de este mayo BICENTENARIO, invitados por la directora señora Inés Noya, estuvimos en la Escuela del Encuentro. Toda la Institución, en todos sus niveles, desde los primeros días del ciclo lectivo estuvo trabajando para el acontecimiento nacional que celebramos los argentinos; esta charla fue parte de ese proyecto.


La video-conferencia se hizo para los alumnos del nivel secundario. El trabajo realizado por las docentes Laura Cecchino, Viviana Falsone y Alejandra Santolucito es ampliamente motivador para despertar inclinaciones hacia la historia y ciencias alternativas. Para los que descubrimos que la enseñanza de la historia y su reflexión es un elemento de evolución y cambio, nos produce emoción constatar que un grupo de adolescentes hayan vivenciado con riqueza y rigurosidad los hechos historicos que acontecieron en nuestra Argentina a los largo de 200 años.

A pesar de los agoreros del fracaso, los espíritus negativos, los miopes que aún creen que el "pasado fue mejor", los que viven comparando y comparándonos con otros pueblos del mundo, menospreciando nuestras características, que no son las mejores, pero son las nuestras y todos por igual somos responsables de ellas, estas experiencias con el alumnado de todos los niveles del Distrito de Quilmes, nos alienta a insistir con el objetivo trazado para este año, en lugar de medrar en la queja estéril y paralizante.

LA GUERRA DE BARRO Y HORTALIZAS - DEL ARCON DE LA ABUELA

Santiago Valerga fue el primer consejero, la primera autoridad y el primer comerciante del naciente barrio La Colonia con una popularidad que se desbordaba por el partido todo. Su aliciente, su accesibilidad era imprescindible entre las clases populares, entre los inmigrantes de media palabra, desorientados y confundidos ante un mundo que se les imponía distinto. Él componía rotos y zurcía descosidos, era la gente de su preferencia, el pueblo llano, absolutamente alejado de las cláusulas del poder.
Cuando la Cervecería le dio pujanza al barrio su figura cobró más representatividad, pues La Colonia se empezó a perfilar como el barrio más populoso del Partido de Quilmes. Afortunadamente don Santiago en su larga vida pudo ver la transformación.
Muchas anécdotas se urdieron en torno a este personaje popular y una es la que cuenta el periódico La Verdad de 1927.
Filomena María Baunelle de Yori, nacida en 1880 en la esquina de Moreno y Paso, contaba de la exorbitante cantidad de pájaros que desbordaban de cantos los amaneceres y planeaban sobre el pueblo al atardecer preparándose para la noche; recordaba los olores que desparramaban los vientos: “Si era del SE, olor a arena mojada, a agua del río; si del SO, olor a cardales, a lluvia”
La nueva barriada, en torno a la cava, dio en llamarse irónicamente Puerto Madero. Entre estos pobladores y las familias genovesas y gallegas, que se había avecinado mucho antes en torno a la fonda-almacén de Valerga, desde un principio, se produjo un antagonismo risueño.
Dice La Verdad: “Eran jefes de los respectivos bandos, Santiaguito, el patriarca [...] teniendo por segundo a Manuel Vila apodado ‘Provincia’ que era, además, el numen de la parcialidad. A los de Puerto Madero, los capitaneaba don José Lemos (propietario de una casa en la esquina NO del cruce de las calles Andrés Baranda y Carlos Pellegrini) y sus reuniones se hacían en el comercio de José Estévez (a) ‘Cristo Negro’ (por su condición de mulato con barba nazarena)
Las asambleas de uno y otro bando eran sumamente divertidas, se hacía chismografía y se planeaban las bromas. Todo era risas.
Así fue que los de Puerto Madero decidieron una noche bombardear a sus rivales. Con ese fin erizaron los cañones en la azotea del viejo edificio de los hornos de Risso (vereda NO a mitad de la cuadra entre 12 de Octubre y Perón) Los cañones eran caños de desagüe que apuntaban en dirección al fuerte de los contrarios (el almacén del Santiaguito, en 12 de Octubre y V. López) Estos contestaron rápido a la provocación y en la azotea de la casa del patriarca se emplazaron batería de cañones que tiraban bolas de barro donadas por el alfarero del barrio don Francisco Roumieu. Esta réplica no amedrentó a los de Puerto Madero y una noche Lemos y los suyos sorprendieron con un cañón descomunal. Pero el cañoneo aquel, si era ruidoso, también era incruento. Reducíase todo él a detonaciones y humo, producido por las gruesas coles de la india de que estaban los ‘cañones’ cargados.
Repuestos de su sorpresa los otros contestaron a la siguiente noche, haciendo explotar cohetes aún más ruidosos, iluminando el campo con luces de Bengala
El número de cañones de que disponía el 'fuerte' de Santiaguito era superior al que tenían los del ‘Puerto Madero’, no solo los aventajaba en el número, les ganaban también en calibre. Uno sobre todo podía considerarse como el precursor del 42 que habían de emplear los alemanes para bombardear París en la primera guerra. Pues de ese cañón resolvieron una noche apoderarse los del Puerto. Y en la madrugada, cuando las huestes de ‘Provincia’ dormían confiadas, en lo alto de los muros donde tenían sus baterías emplazadas, los del Puerto provistos de largas escaleras de asalto se llevaron varios cañones y entre ellos el cañón monstruo.
Este triunfo fue celebrado como los grandes triunfos que se alcanzan cuando se emplea la astucia que revela ingenio, pero que no derrama sangre. Y fue grande la mortificación que la travesura, y más que esta su celebración, produjo en el bando burlado.
Sin dejar de amenazarse con los cañones mutuamente, sus dirigentes se pusieron de acuerdo para organizar las primeras romerías celebradas en Quilmes, utilizando al efecto un campo lindero al almacén de Valerga. Este con el propósito de estimularlas donó un premio que se adjudicaría a la mejor pareja de bailadores de jota.
Varios fueron los que se presentaron a disputar el premio, quedando frente a frente mediante sucesivas eliminaciones sólo dos parejas. Una de ellas formada por la bailadora conocida por la ‘Alpargatera’, que tenía por compañero a un joven gallego con fama de ser más bailador que un trompo, y que pertenecía al bando del ‘Puerto’. La otra pareja que era del bando de Santiaguito, estaba formada por Concepción Rodríguez de Vila y su esposo Manuel Vila (a) Provincia. El triunfo correspondió a esta última pareja, por haber el jurado declarado que había dado pruebas de más arte y resistencia que la otra.
Y fue este triunfo la revancha que contra sus rivales se tomó Santiaguito y su bando, por la travesura aquella de haberles arrebatado sus cañones.
El premio del concurso de jota consistía en dos medallas de oro, que Santiaguito en persona entregó a los triunfadores en acto solemne al clausurarse las romerías.
Estas se repitieron todavía un año más y paren ustedes de contar. Habían nacido al calor de la humorística rivalidad de dos barrios y las mató el aburrimiento de los mismos
Aburrimiento que tuvo por causa el agotamiento de motivos risueños. Es que los viejos no hacían gracia ya y los nuevos no venían. Hoy apenas sí hay quién recuerda esa puja de bromas entre el bando de la Colonia de Santiaguito y el del Puerto Madero; pero LA VERDAD se propone librarlos del olvido con este recuerdo y el de las notas gráficas que lo ilustran.”
Chalo Agnelli
Director del blog/2008