viernes, 6 de julio de 2018

PERIODISMO VARELENSE POR GRACIELA LINARI

"Como homenaje a los periodistas que me precedieron
en la senda de la comunicación y que hicieron de esta
profesión su manera de servir con alegría, trabajando
para crecer juntos"
Graciela Linari*

PERIODISMO ARGENTINO

El periodismo en nuestro país, que promediando el siglo XIX había sido el reflejo de un debate político entre las diversas fac­ciones de quienes lo gobernaban, como un río vuelve a su cauce. Y sobre finales de la centuria, comienza a aparecer paulatina­mente el gran periodismo argentino, el de las grandes líneas. Ese periodismo, paso a paso, va hacia el pueblo, lo busca hasta lograr una íntima conexión con él. Ya no son los voce­ros los paladines sólo de una determinada fracción política, sino que atienden a los intereses del pueblo. Y así, poco a poco  aquel periodismo combativo, que es más un pintoresco lance de dichos punzantes, apo­dos hirientes y caricaturas” [1] que caracte­riza los años anteriores, se va convirtiendo en una norma técnica y ética de la democra­cia, en un atento vigía de lo actual. "Se hace pues periodismo del pueblo y para el pueblo y los diarios se convierten en parte principal e importante de espíritu nacio­nal" [2] 
Comenzado ya el siglo XX, en las pri­meras décadas, la prensa diaria en Buenos Aires muestra el predominio de la noticia y la información objetiva sobre a opinión y la discusión ideológica. No hay grandes órga­nos partidarios  a excepción de La Vanguar­dia, aún cuando cada medio muestra una tendencia política y social determinada. La noticia es protagonista.
La prensa de provincias no dispone aún de medios informativos amplios y, salvo alguna excepción, mantiene en buena parte su condición de prensa comentarista y de opinión, más que noticiosa o informativa, salvo para lo estrictamente local. 
EL NUEVO PARTIDO 
Florencio Varela nace como partido el 30 de enero de 1891. Apenas diez años atrás la ciudad de Buenos Aires ha sido erigida en capital de la República, hecho que marca el ingreso del país en un cami­no de progreso. En ese decenio, La Argen­tina varía notablemente su estructura eco­nómica. Evoluciona. Crece.
En el distrito de Florencio Varela - antiguo pueblo de San Juan desde 1873 - La población se ha ido agrupando alrede­dor de La Casa de Tejas, “una antigua capilla de muy sólida construcción pero de pequeñas dimensiones... Alrededor de este santuario se ha ido nucleando una pobla­ción en general de labradores italianos, gente honrada y laboriosa...[3] 
Según documentos de la época, los alrededores están cubiertos de grandes sembrados de trigo, maíz y papas. La actividad económica reflejada en dichos documentos ya ha quedado registrada en el Primer Censo Nacional de Población de 1869, en las cédulas correspondientes a Quilmes (partido al que antiguamente per­tenecían las tierras del hoy Florencio Varela). Hay establecimientos dedicados a la cría de ovejas y gran cantidad de explotaciones agrícolas.
Hacia 1890, el panorama no se ha transformado totalmente pues la gana­dería sigue conservando un lugar impor­tante,  pero ya existen unas 4000 hectá­reas destinadas a la labranza. En Florencio Varela no se produce la colonización agrícola que transformara vertiginosa­mente otras zonas de la región pampeana, sino que se va dando una incorporación más espontánea y lenta de tierras al labo­reo vinculada con el refinamiento del ga­nado vacuno y el aprovisionamiento ali­menticio de la Capital.
El Censo Provincial de 1880, informa que el pueblo de San Juan ya cuenta con 300 habitantes; tiene también una comi­sión de vecinos que, en 1883, se transfor­ma en Sociedad de Fomento y se esfuer­za por lograr de Quilmes la atención de sus necesidades, los servicios comunita­rios a un nivel semejante al que disfruta la población que habita en el centro del Par­tido.
Ese anhelo de los vecinos del pobla­do de San Juan Bautista, cuya estación de ferrocarril ya lleva el nombre de Floren­cio Varela desde 1886, se ve concretado con la sanción de la Ley 2397, del 30 de enero de 1891, por la que se crea este Partido, al que se le impone el nombre "que lleva la estación ubicada, precisa­mente al lado del pueblo de San Juan", según moción del diputado Weigel Muñoz. 
"Con la imposición de este nombre la Honorable Cámara no hace sino llenar un vacío, discernir un homenaje y rendir tributo de la justicia a la memoria de aquel cuyo martirio encuadra la tradición gloriosa de la prensa argentina" [4]

PRENSA LOCAL (1891/1940) 
Al concluir el primer tercio de este siglo, sólo en la Provincia de Buenos Aires hay registrados más de 600 periódicos regio­nales, esos periódicos de apenas 4 u 8 páginas, editados en una ciudad o un pueblo, en su mayoría compuestos a mano y unipersonales y también, muchas veces de existencia poco duradera y casi siem­pre difícil.
"Alguna vez se escribirá la historia de estos periodistas que lo eran todo a la vez, editores, directores, cronistas y hasta im­presores y administradores, muchos de los cuales sufrieron persecuciones, gol­pes y cárcel, por defender causas, perso­nas o circunstancias que creyeron justas frente a los intereses creados y a los abusos de poder, en las reducidas comu­nidades en las que actuaron”. [5] 
Florencio Varela no escapa a las generales de la ley, aún cuando las etapas señaladas en la evolución del periodismo argentino se dan más lentamente en éste pueblo de provincia, alejado física y culturalmente de las capitales, tanto de la Federal cuanto de la Provincial. Vive su realidad de pueblo autónomo y recibe - e incorpora - mesuradamente, los avances de un país que mira hacia Europa.
A un año de creado el partido y al constituirse las primeras autoridades co­munales, consta en actas del Honorable Concejo Deliberante que el Municipio ha resuelto suscribirse a dos ejemplares de El Quilmero, un periódico de la vecina ciudad de Quilmes, que incluye notas de Florencio Varela firmadas por correspon­sales del lugar. [6] 
Según consta en publicaciones pe­riodísticas, el primer órgano de prensa aparecido en el distrito es El Amigo del Pueblo en cuya redacción intervenían varios vecinos. Luego se conoció La Voz del Pueblo, en 1896, un periódico que reconoce como redactores responsables a Pedro Devincenzi y al Dr. Alberto Basco. El nombre de este periódico era el elegido - en otros distritos - para identificar al ór­gano del Partido Conservador de la provincia de Buenos Aires, lo cual no quiere decir que en este obedeciera a dicho lineamiento político. También El Varelense cuya fecha de fundación se desconoce y del que hay constancias en las actas del H.C.D. del 21 de Diciembre de 1899 (el concejal Dreyer reclama por un error en la publicación efec­tuada y referida a la ley Electoral) y del 27 de agosto de 1901, entre otras, un Concejal hace moción de que se publiquen en éste medio los avisos oficiales "por ser el de mayor circulación en el partido".
En 1905, aparece El Municipio, periódi­co semanal del cuál es administrador res­ponsable Enrique Gandolfi. Se anuncia como un periódico "independiente, político y noti­cioso", que "defiende los intereses del pue­blo". 
El Ariete, fundado el 5 de julio de 1909, es el órgano oficial del partido Socialista de Quilmes, con extensión a Florencio Varela. Lo dirige José Gallo Cesana y tiene prolon­gada vida. Al año siguiente Sarmiento, una revista de la cual el único dato que se posee es la cita en un acta del Honorable Concejo Deliberante del 7 de Febrero de 1910, anun­ciando un llamado a licitación. 
Reflejos Varelenses, en 1911 y Rivadavia, órgano educacional del Consejo Escolar y aparecida sobre finales del año siguiente, son otras dos revistas de las que integran la nómina de medios escritos apa­recidos en la década más fructífera del pe­riodismo varelense (1911/1920). En este decenio hay otros: El Derecho, El Censor, El Combate y La Palestra; a juzgar por sus nombres, periódicos de lucha y, todos, de corta vida. En 1917 ve la luz FlorencioVarela, una revista dirigida por Godofredo Coca y bien presentada que, no obstante ello, desaparece al poco tiempo. Dos años después se hace escuchar La voz del pueblo, un periódico quincenal "informativo, indepen­diente, literario y social, empeñado en de­fender los intereses del vecindario", que re­pite en su nombre el de otro medio surgido a finales del siglo XIX. Es su director, propie­tario y administrador Pedro Monroy. Del mismo año es El Porvenir, dirigido por Alfredo Monlafigueroa y, de 1920, La Verdad, un quincenario cuyo responsable es Ovidio Morando.
Constancia del auge del periodismo en esta década es, quizás la moción del conce­jal Juan P. Pagani (UCR), quien propone que en la sede del Cuerpo Deliberativo se instale "una mesa escritorio para ser utiliza­da por los periodistas que concurran a las sesiones para tomar sus apuntes" (22 de febrero de 1920)
Inaugurando una nueva década, la re­vista Azul, Celeste y Blanco, en 1921 y en 1923, Buenos Aires Sud, un periódico inde­pendiente dirigido por Francisco López Ro­mero, que se ocupa de "los intereses y fomento de Florencio Varela y vecindario de la zona del camino afirmado, de La Plata - Avellaneda".
En 1924, otra revista, Juvencia, órga­no oficial del Centro Cultural Sarmiento, una publicación literaria, artística y social" que a sólo cinco meses de su aparición, aumenta su tirada y el número de sus páginas. Es su administrador Pedro Lambardi. Tres años más tarde La Acción, periódico opositor a los dictados del "caudillo rojo", apodo con que se identifica al concejal que lidera la banca­da de los demócratas nacionales y, en 1928, La Opinión, contemplan el quinteto de me­dios escritos nacidos en esta década. Una década en la que es frecuente hallar confe­rencias y discursos transcriptos "in extenso" en las páginas de los periódicos y también, debates parlamentarios que ocupan hojas enteras.
Nueva década y en 1931, otra vez  La Voz del Pueblo que, en las antípodas de la idea política que la identificó en otros lugares de la Provincia, se reconoce como “órgano de opinión inspirado en los principios del radicalismo". Es de aparición quincenal y lo dirige Vittorio E. Robertazzí. También este año, Democracia, un diario fundado el 13 de septiembre por Juan Carlos Nardi y de ca­rácter político, cuya aparición cotidiana queda testimoniada en un acta del Concejo Deliberante en la que se indica que se publica en sus páginas la convocatoria a un plebiscito, “los días 27,28 y 29 de abril..." 
La Idea. La Libertad y Tribuna Libre figuran en las actas del Legislativo como de aparición en 1934, y dos años después ven la luz Justicia y un periódico que propugna la creación de una cooperativa de electricidad y que recibe, justamente, ese nombre, La Cooperativa. Este medio es de distribución gratuita y la redacción está a cargo de una comisión de prensa integrada por Ángel Lambardi, José Dans Rey y Pablo Sosa.
Respondiendo a los lineamientos del partido Conservador nace el 6 de septiem­bre de 1939, un periódico que retoma el nombre de El Varelense, fundado por el diputado nacional doctor Antonio V. Palento, a quien acompaña en los primeros tiempos el procurador Severo Marino, luego también director de esta hoja.
En 1940 en los principios del  más sano radicalismo y dispuesto a luchar por sus ideales”, aparece Nueva Era, fundado y dirigido por Vittorio E. Robertazzi, quien ya, a comienzos de la década del 30 había incursionado en el periodismo con La Voz del Pueblo.
LA PRENSA LOCAL (1941-1990) 
En la década del 40 a 50 no surgen nuevos medios escritos aún cuando perdu­ran algunos aparecidos años atrás: La Coo­perativa, El Varelense y Nueva Era, que se hace semanario por un período. 
Cruz del Sur en 1951, inaugura los ‘50. Es de aparición quincenal, con circulación en el Cono Sur bonaerense y está dirigido por Alberto Masserdotti (h). Un año des­pués, Mi Ciudad de Ramón C. Suárez, un quincenario nacido casi junto con el recono­cimiento de Florencio Varela como ciudad, el 22 de agosto de 1952. "La barra de la imprenta" es la responsable, en 1956, de Amistad, una revista que resume en sus páginas la calidez de un sentimiento, dirigida por Pablo Sosa y que clausura esta década en la historia del periodismo varelense.
El decenio siguiente ve nacer un sólo medio escrito, El Vecinal (1968), voz del partido homónimo y durante años, bandera de lucha de Juan Carlos Fonrouge, su director, un político de extracción conservadora que funda en la localidad esta agrupación , la Unión Vecinal que, años más tarde, habría de consagrarlo intendente constitucional del Distrito.
Una revista hecha “por jóvenes varelenses para jóvenes argentinos” es Acción de 1971, dirigida por Jorge Carlos Fava con quien colaboran Carlos Salas, Ricardo Jacques, Juan C. Segedi, Jorge L. Salas, Neil Bühler y otros, todos jóvenes militantes radicales. Pese al entusiasmo, la publicación tiene vida efímera.
Dos años después aparece el primer órgano de prensa identificado con las ideas del peronismo, De Frente periódico men­sual que responde a los lineamientos del frente Justicialista de Liberación en un me­dio que - hasta entonces - había dividido su prensa fundamentalmente entre radicales y conservadores. Es dirigido por Miguel Gorelik. Después, y coincidiendo con la in­corporación del equipo de fútbol represen­tante de Defensa y Justicia a los torneos oficiales de la A.F.A., salen a la calle dos revistas deportivas:
Estadio en 1978, y Los Azules en 1980. La primera, semanal, de carácter más amplio y dirigida por Romeo Rosselli, luego de veinte números en forma independiente, continúa su publicación como suplemento del periódico El Varelense (mensual) La otra, dedicada a reseñar la campa­na futbolística de los locales es editada por Carlos Alberto Martínez.
Cerrando este decenio, Periódico 2001, un mensuario de interés general dirigido por  Gerardo Hugo Núñez.
Ya en los 80, La Colmena Sureña (1985) dirigida por Hilda Díaz, mensual; El Bisturí una modesta revista de opinión política (también de 1985); El Sol Varelense desde 1985 en forma de suplemento semanal del diario El Sol de Quilmes; Actividades (ya desaparecida) dirigida por Ana Lía Rosselli, una revista con información general de la zona y con noticias del espectáculo; Varela Gráfica, aparecida en 1990 con la conducción de Silvia Olivera y, tras un paréntesis, reaparecida con Daniel Otero como editor periodístico y Roberto Belmonte como asesor editorial; La Gente de Varela (tam­bién desaparecida) presentada en octubre de 1990 bajo la responsabilidad de un con­sejo editorial integrado, entre otros, por Mar­celo Paiva, Carlos Barrera y Benita Soto y Nomen Munay periódico y vocero de esta institución que agrupa a estudiantes secun­darios nucleados para propender al bien comunitario.
 
 VOCES E  IMÁGENES
Si bien esta reseña está dedicada a resumir, principalmente, las manifestacio­nes de la prensa escrita, no pueden obviarse otras, fruto del progreso humano, como son la radio y la televisión.
Ya sobre finales de este primer siglo, avanzada la década del ‘80 - octubre de 1986 - sale al aire radial Juventud, en el 90.1 del dial, creada por un grupo de hom­bres con ideas definidas en apoyo de idea­les. En sus comienzos la dirigió Edgardo Trenti y luego Hugo Alaniz.
En abril de 1987 otra radio, ésta por cable, la ZR1 que inicia sus mensajes con programación de 8 a 12 y de 16 a 20. Son sus responsables Juan Domingo Zucca y Héctor Rodríguez, quien tras unos años se aleja de la empresa, permaneciendo al frente de la misma Zucca.
Este año también se inicia la televisión por cable. Varela Visión - Canal 6 co­mienza a entrar en los hogares varelenses con informaciones, música y películas. Era su responsable Efraín González.
A partir ele 1991 nace Visión Sur T.V. Satelital por Cable, dirigido por Juan José Pintos.
Roberto Demattei inscribe a su radio, Travesía, en la frecuencia de 97.9, en octubre de 1988; Armando Menoyo a Dimensión; Alberto Suárez a Relieve, en el 103.7 y Mauro Zaghet a Malvinas en el 92.5, en junio de 1989, que completan este somero panorama, seguramente incompleto, dado su continuo crecimiento.

“Dos cosas dan nacimiento a una nación:
una rica herencia de memorias
y el deseo de conservar esas memorias”
E. M. Hulme
* Graciela Linari, periodista, investigadora,  auxiliar de museologia fue redactora del diario “El Sol”, corresponsal en Avellaneda y en Florencio Varela desde 1980 hasta 1986. Realizó trabajos de investigación: “Del Dia­rio de un Soldado
(1970), premiado, referido a la primera conscripción argentina; "De San Juan a Florencio Varela", presentado en el III
Congre
so de Historia de los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires (1991) “Primer Siglo”, hechos y noticias de Florencio Varela 1891/1990, que se está publicando es su revista “Palabras con Historia” que viene publicando mensualmente desde hace 20 años de circulación con soporte gráfico y digital, con 180 números. Es autora del libro "Pueblo Mío" (1999) Residió la mayor parte de su vida en Florencio Varela con su esposo Romeo Roselli, también un periodista afamado  y sus hijos Fernanda, Sergio y Paula. Graciela Linari falleció a los 80 años vícitma de una muerte súbita,  el 17 de febrero de 2022.
Graciela Linari (derecha) junto a otra gran periodista, historiadora y educadora berazateguense, ambas Miembros Honorarias de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes
 
 
Compilación y compaginación Chalo Agnelli
NOTAS

[1] CIMGRRA, Clemente - Historia de! periodismo argentino - Ed. Atlántida – Colección Oro de Cultura General - Bs. As. 1946 - Pág. 225.
[2] Ibid.
[3] Informe del agrimensor Jaime Arrufó, designado para zanjar el pleito entre los vecinos del pueblo de San Juan y el Municipio de Quilmes, cuando aquellos solicitaron establecer un pueblo en terrenos de don Juan de la Cruz Contreras (1872)
[4] CAMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA - Diario de Sesiones - Año 1890 -  La Plata - Imprenta El Día - Pág. 190.
[5] VERITAS-Revista-Año 50 Ne 536- Bs.As. - 15/12/1980- Director Francisco A. R izzuto - "El periodismo argentino en el último medio siglo: 1930/1980" - Pág. 30
[6] Ver en EL QUILMERO del lunes, 8 de junio de 2009, PEDRO GIMÉNEZ - EL PERIÓDICO "El Quilmero - Precursor del Periodismo en Quilmes”.



CENTENARIO DEL LIBRO "ALLÁ LEJOS Y HACE TIEMPO" - PRÓLOGO



Allá lejos y hace tiempo es un libro autobiográfico del primer escritor y naturalista de todo el ‘gransudbonaerense’ nacido el 4 de junio de 1841, en el partido de Quilmes en la estanzuela “Los Veinticinco Ombúes” en lo que hoy es el partido de Florencio Varela. 

Guillermo Enrique Hudson tenía 77 años cuando escribió  estas memorias del pasado más significativo de su vida, su pasión por la tierra donde nació, se crió, transcurrió la niñez, la adolescencia y la primera juventud (momentos en que se imprime la personalidad)
El libro se editó en el año 1918, hace 100 años, en idioma inglés, porque era la lengua del país donde vivía, pero lo pensó en castellano, si no lo hacía así ninguna editorial lo hubiera publicado y no hubiese llegado lector británico, del país que había adoptado desde que dejó su tierra natal el 1 de abril de 1874.  

“No tuve nunca la intención de hacer una autobiografía. Desde que empecé a escribir, en mi madurez, he relatado de tiempo en tiempo algunos incidentes de la infancia, contenidos en varios capítulos de ‘El naturalista del Plata’, de ‘Pájaros y hombres’, de ‘Aventuras entre los pájaros’ y de otras obras, así como también en artículos de revistas. Tal material lo habría conservado si me hubiera propuesto a hacer un libro como este…” (G.E.H.)


Veinte años después, el Dr. Fernando Pozzo, también apasionado por esta tierra donde transcurrió su vida, tradujo con su esposa Celia Rodríguez Compmartín “Allá lejos y hace tiempo”. Para esa primera edición en castellano también Pozzo escribió el prólogo que aquí transcribimos:


Cuando decidí traducir Far away and long ago, resolví hacerlo de modo que la versión castellana conservara la mayor fidelidad, dándole todo el carácter argentino que Hudson le quiso imprimir, ya que, aunque lo escribió en inglés, estoy seguro que lo pensó en nuestro idioma.
He creído que esa obra, aparte de su belleza, que lo ha hecho un clásico de la literatura inglesa, tiene un valor documental folklórico para la historia de nuestra campaña, en la época en que Hudson la vivió y recorrió, grabándose en su mente, hombres, animales, plantas, flores, sucesos y otros datos que “vio con sus propios ojos''.
Me he esmerado en hacer este trabajo lo mejor posible, y no he reparado en molestar amigos, que me han podido ayudar y aconsejar en distintas especialidades. Me es grato recordarles y agradecerles su colaboración. Son ellos los señores Edwin French, Jorge Casares, Eric Paterson, Heriberto Jordán, Adolfo Vásquez Gomes, así como también a mi esposa Celia Rodríguez, con quien leímos y releímos muchas veces los largos capítulos, buscando una palabra, una frase feliz que diera a la traducción la suavidad de nuestro idioma. También al señor Justo P. Sáenz (h.), con quien hemos hecho la última lectura, para controlar las vernáculas, que él conoce tan bien, dentro del ambiento de nues­tros campos.
Y no he de terminar estas pocas líneas sin recordar la cooperación de la Municipalidad de Quilmes, ante cuyas autoridades me presenté en 1935, solicitando ayuda, para que este libro constituyera un homenaje del lugar del nacimiento del gran escritor. El Concejo Deliberante y el Intendente actual han contribuido en toda forma a estimularme, siendo mi idea, no solamente aceptada, sino también oficializada.
Todo mi esfuerzo se vería ampliamente compensado, si este libro llegara algún día a ser leído por todos los jóvenes argentinos, que mucho beneficio podrían obtener de él, especialmente, si se contagiaran del amor a la naturaleza que distinguió a Guillermo E. Hudson.

18 de octubre de 1938
Compilación y compaginación Chalo Agnelli