miércoles, 30 de junio de 2021

HISTORIA DE “ESTACIÓN QUILMES”, UNA OBRA EMBLEMÁTICA DE ALDO SEVERI por ANA MARÍA DE MENA

Por Ana María de Mena

Para EL QUILMERO

Vicente Bruno Lentini (1922-2013), era un emprendedor de Don Bosco, con taller de producción en el Cruce Varela. Frecuentaba el Museo Hudson, las exposiciones y los libros. En los años ’70 había colaborado en la Fiesta de la Flor y los salones de Artes Plásticas de Florencio Varela.

Después propició la capacitación fundando los comités de Seguridad e Higiene Industrial de ese distrito y de Quilmes. Confiaba en la educación y la cultura. Aquí, entre otras acciones, organizó un Encuentro de Museología y propició un convenio entre la Asociación Cultural “Mariano Moreno” de Bernal y la Unión de Industriales del Partido de Quilmes.

Estampa N° 285 de las 400 de la serie de “Estación Quilmes”. Foto de la autora

Cuando la presidía en 1983, se había empeñado en remodelar la sede de la entidad quilmeña, una casa vieja necesitada de renovación, ubicada en Alvear 867. Para recaudar fondos le propuso a Aldo Severi, reproducir en serigrafías su óleo “Estación Quilmes” y compensarlo, dándole la mitad de las estampas. La otra mitad se vendería en la entidad.

Acordados los detalles, al promediar el año, Aldo y Lentini fueron a ver a Dino Dutto en su taller de Bernal para proponerle la tarea. Dutto se había iniciado en las impresiones plano Graf en 1942 y, doce años más tarde, con la intención de reproducir pinturas que le gustaban, probó hacerlo con unos barcos pintados por Van Gogh. Después replicó una tela de Degas y así, experimentando, fue perfeccionando la reproducción con una notable fidelidad con el original.

Hace cuarenta años atrás, la serigrafía tenía carácter artesanal y no había sistemas de impresión gicleé, ni fotografías que reprodujeran los colores con la calidad y la nobleza de la pintura primigenia, como en la actualidad. También era difícil encontrar quien aplicara el registro exacto para lograr resultados precisos en cada color. Y Dino Dutto lo conseguía. Así se fue convirtiendo en un experto reconocido y en el único en quien confiaban artistas muy exigentes, para poner en sus manos la reproducción de obras propias.

La edición de “Estación Quilmes” se hizo bajo la atenta mirada de Giugliana Fiorini, esposa de Aldo y minuciosa curadora de sus muestras, y la supervisión administrativa de Lentini. Una vez terminadas, varias estampas se llevaron al taller de marcos de Pedro Copes, en la calle Quintana, donde se enmarcaron con varillas de madera dorada y tela reemplazando al passe-partout.

Así preparadas, se presentaron durante una cena conmemorativa del Día de la Industria, realizada en el restaurante Bariloche, ubicado en la Ruta N°2, en Florencio Varela. A ella asistieron el jefe comunal Agr. Oscar S. Mingote, el de Quilmes Gerardo Valenzuela, y numerosos empresarios, que totalizaron ciento ochenta personas. Los cuadros se ubicaron rodeando las mesas.

Luego de servidos los postres, durante el discurso como presidente de la Unión de Industriales, Lentini destacó la importancia de apoyar las manifestaciones culturales por parte de las entidades, ponderando la confianza del pintor, para ese emprendimiento inusual por parte de una cámara de empresas pequeñas y medianas.

Aldo Severi, exultante y conmovido por el clima amable de la reunión, agradeció la iniciativa y manifestó su deseo para que otros hombres de negocios imitaran el gesto de auspiciar proyectos artísticos.

Continuaron aplausos entusiastas en un ambiente cordial y, seguidamente, se ofrecieron en venta los cuadros, que tuvieron una recepción favorable.

Los primeros veinticuatro fueron comprados por: Tornería y Matricería El Vernier, Estudio Técnico Doma, Municipalidad de Florencio Varela, Municipalidad de Quilmes, Martínez y Branca SA, Moldingbrass SA, Chiarito Hermanos, El Constructor, Productos Argentinos Terma SA., Achinelli SAIC, Iacuzzi-Corarelu, Franz y Cía., Tejeplas SC, Indal SAIC, Asintec Ingeniería, Alejandro Llauró e Hijos, Gutiérrez & Bovero SRL, Ángel L. De Pascalis, Cervecería y Maltería Quilmes SA, Adelqui Caramelino, Incon SA, Raúl Díaz, Juan Carlos Granata y Pascual Catanzaro.       

El advenimiento de la democracia coronó ese año, pero siguieron las dificultades económicas, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas que eran el caudal mayoritario de los socios de la Unión de Industriales.

Las estampas de “Estación Quilmes” continuaron vendiéndose durante mucho tiempo. Sin embargo, no fue inmediata la remodelación edilicia, pero, unos años después, durante la presidencia del señor Raúl Morettón, se pudo concretar.

El saludo navideño, que entonces se hacía llegar con el envío postal de tarjetas, se corporizó en otras oportunidades con reproducciones de Ludovico Pérez, Aldo Severi, y Leandro Manzo.

Vale subrayar que la caudalosa producción de Severi, fue replicada en libros, revistas, estampillas, calendarios, etc. Pero, acaso la más difundida sea “Estación Quilmes”, tanto por los cuatrocientos ejemplares realizados en serigrafías por Dino Dutto, como por representar un sitio significativo en la historia de la ciudad. Lugar que ha cambiado, pero muchos quilmeños guardamos en los corazones.

Ana María de Mena Miembro Honoraria de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes

anamariademena@gmail.com // 2021


Ana María de Mena, Dino Dutto, Vicente B. Lentini y Aldo Severi. “ESTAR” era la revista que reflejaba el quehacer institucional que así divulgó la vista al taller de serigrafías. Foto Carlos Scott

La alegría se refleja en las sonrisas y el abrazo de Aldo Severi a Dino Dutto y Vicente Lentini, mientras detrás están secándose las serigrafías. Foto Carlos Scott

Aspecto del restaurante Bariloche. En primer plano el Ing. Cayetano Lavalle; detrás el Agr. Oscar Mingote y a su lado Gerardo Valenzuela, con la mano en la cara. A la derecha y de pie, Vicente Lentini durante su discurso. Foto Scott

Aldo Severi como lo refleja la imagen escaneada de la revista “Estar”. Al fondo los cuadros, en foto de Carlos Scott.


lunes, 7 de junio de 2021

DÍA DEL PERIODISTA, 50 AÑOS ATRÁS – ANA MARÍA DE MENA

 

A principio de los años ’70, el único lugar terciario para estudiar periodismo en nuestro país estaba en la Universidad Nacional de La Plata y era la Escuela Superior de Periodismo, situada en calle 53 entre 9 y 10.

Allí cursamos con planes experimentales algunas personas que estrenamos la profesión en Quilmes y Berazategui, como Alicia Esteban, Carlos Iglesias, Fernando Pieske, Marta Kostich, Mabel Rivero, discípulos de profesores de la talla de Silvio Frondizi, José Panettieri, Blas Alberti y Teódulo Domínguez que nos enseñó los entretelones prácticos del quehacer en la prensa.

Al llegar a una redacción nos encontrábamos con experimentados cronistas iniciados como barrenderos o cadetes. Mutuamente nos semblanteábamos hasta derretir la desconfianza inicial, y con ellos completábamos la formación.

LA PALABRA

En Berazategui continuaba su aparición el semanario “La Palabra”, fundado en 1925 por Braulio Echeverry. Entre ese año y los ’70 se habían editado una veintena de números del periódico “Berazategui”, de Julio C. Ardite Rocha en 1933 y “Energos” de Pedro García Hueto en 1939.  Eran publicaciones de una zona que formaba parte de Quilmes. Quien residía en Ranelagh y descollaba escribiendo y como dibujante era Jorge Barton. [1]

Volviendo a los ’70, con diez años apenas de vida autónoma, en Berazategui vivían Antonio Garcias, con s final, corresponsal de La Nación; Ángel Torrado que lo era de Clarín y Emilio Novas de importantísima trayectoria nacional que escribía en La Palabra, donde también lo hacía Fernando Veronelli, que había sido jefe de Policiales del diario El Mundo.

DÍA DEL PERIODISTA

El 7 de junio Día del Periodista, las autoridades municipales ofrecían un brindis a representantes de medios que divulgaban las gacetillas y los avisos oficiales. Algunas empresas también hacían agasajos. Llegué a participar en almuerzos convocados por Cristalerías Rigolleau, servidos después de una recorrida por el establecimiento. A los postres, obsequiaban productos de la fábrica: vasos decorados, platos rigopal, fuentes pyrex, tazas durax…

En esos años la Municipalidad organizaba el acto conmemorativo, que se hacía en proximidades del busto de Mariano Moreno esculpido por Enrique Martinotti, emplazado en un pedestal sobre la vereda de la calle Lisandro de la Torre, en adyacencias de la estación ferroviaria.

Los Bomberos Voluntarios participaban formándose para el acto; y luego de colocada una ofrenda floral se oían las palabras de un funcionario y las de un representante del Círculo de Periodistas, una agrupación de personas vinculadas con las publicaciones impresas de la época.

GIOCONDA BERTOIA

A continuación, nos dirigíamos a la casa de una socia: Gioconda Bertoia,[2] que vivía cerca. Íbamos caminando y apurábamos el paso por el frío. Ella nos recibía con mucha alegría. Charlábamos, le regalábamos flores, a veces compartíamos una infusión caliente y nos retirábamos viéndola contenta con esa visita, que ella esperaba entusiasmada y agradecía sonriendo. Por ser la “piba”, como me decían, yo era la encargada de entregarle el ramo.

La foto fue tomada en 1976 por Leonardo Ledesma y en ella puedo identificar de izquierda a derecha a Enrique Martinotti (apenas se ve); Carlos Herrera, Santiago Flamini, Egidio Fucci, Ramón Gómez Canto, Enrique Rodríguez, Concepción Bolaños, Leopoldo Herrera y, después de mí, José López Comendador; todos rodeando a Gioconda.

Medio siglo atrás no había virtualidad. La comunicación era personal, las novedades se recibían por teletipos, las notas se mecanografiaban en máquinas Olivetti, las confeccionaban en plomo los linotipistas y, luego de diseñadas a mano por un diagramador, llegaban al público impresas en papel. Pero esos formatos ya son historia. Como esta evocación de aquellos años.

Ana María de Mena

anamariademena@gmail.com

7 DE JUNIO DE 2021

NOTAS


[1]Ver en el Blog EL QUILMERO del martes, 31 de mayo de 2011 “Luis Jorge Barton, periodista, caricaturista (1910 - 1979) - Semana del Periodista”

[2] Ver en EL QUILMERO del jueves 18 de abril de 2019 “Gioconda Bertoia, Una mujer con entereza”

 

miércoles, 2 de junio de 2021

CALLE GABOTO DE QUILMES

 

La donación hecha por la familia García a la municipalidad de la franja de tierra lindera a las vías del fe­rrocarril, comprendida entre la acera sur de la avenida Carlos Pellegrini y la acera norte de la calle Entre Ríos, en 1977, permiti­ó la prolongación de la calle Gaboto Oeste, que hoy se llama Canal de Beagley, hasta el túnel peatonal subterráneo, tuvo la virtud de hacer renacer en ese vecindario de Quilmes sus antiguas esperanzas de que habría de practicarse por fin la apertura de un paso bajo nivel o construcción de un puente  que uniría ambos sectores de lo que y hoy es el centro comercial de la ciudad de Quilmes.

“En la sesión del H.C.D. del 10 de diciembre de 1927 se dicta una ordenanza dirigida a empresa ferroviaria, señalando que era indispensable mantener expedito el cruce de la calle Alsina, que constituía el mayor obstáculo para el tránsito normal [1] a la ciudad desde el oeste. Al efecto el HCD solicita que se debía construir un pasaje subterráneo para vehículos y peatones.” [2]

En el número de julio de 1941, la revista “La Urraca” anunciaba que estaban en condiciones de afirmar que se concretaría a la brevedad el cruce bajo nivel destinado a unir las calles Conesa y Santa Fe (hoy Rodolfo López) atravesando las vías. El jefe del departamento de obras públicas de la municipalidad era el Ing. Carlos España secundado por el Ing. Luis A. Casabona Aranda y el arquitecto Lario A. Lagos. Por muchos años, hasta la fecha en que se inauguró el puente “14 de Agosto”, en esa fecha de 1970, y los pasos bajo a nivel de Alberdi-Int. Oliveri y Saavedra-San Luis  el progreso del barrio La Colonia, fundado en 1896 por don Santiago Valerga, se vio frustrado por el insalvable impedimento que creció con la injustificada clausura del paso a nivel de las calles Alsina-Pellegrini, por donde cruzaba el tranvía 22 rumbo a la Ribera.

El tranvía cruzando el paso a nivel entre las calles Pellegrini-Alsina es de 1952. Aparece en el diario “El Sol” del lunes 21 de enero de 1952, en una nota reclamando que se incluya en el Segundo Plan Quinquenal la construcción en el lugar de un paso bajo nivel, dado lo peligroso de ese cruce para peatones y medios de locomoción. (Alcibíades Rodríguez)


EXCUSAS DE LA LÍNEA ROCA

A lo largo de las décadas, fueron incesantes las gestiones efectuadas en las más altas esferas gubernamentales na­cionales y provinciales, entrevistas, reunio­nes, proyectos y, en una palabra, la motori­zación del periodismo, de las instituciones, de la industria y del comercio para conse­guir ese objetivo, pero todo se vio estrellado siem­pre contra la negativa terminante de ¡ las autoridades de la empresa ferroviaria, que por incoherentes y ocultas razones le han negado rei­teradamente a Quilmes lo que sin tantos preámbulos le autorizaron a otros peti­cionantes como la cons­trucción del viaducto de Sarandí y de los pasos a bajo nivel de Lomas de Zamora, Lanús y Temperley, todos ellos de extraordi­naria importancia para el progreso y para la seguridad física de los vecinos de esas ciudades. La excusas eran que el paso estaba demasiado próximo a la estación, que se habían dado algunos accidentes peatonales, cosa que se hubiera podido evitar si la empresa del Roca ponía en el cruce personal de salvaguarda y otras cuestiones por el estilo.

El auge que se dio oportunamente a la avenida 12 de Octubre, además del cruce vial de esa arteria con la calle Olavarría y luego el mencionado puente, en detrimento del incuestionable derecho de la avenida Carlos Pellegrini a comunicarse sin trabas con el casco céntrico de la ciudad por fundamentales razones como lo son su conexión directa con la estación del ferrocarril y su indiscutible condición de avenida con cuatro carriles y su vinculación con las dos grandes vías de acceso a Buenos Aires y La Plata, el camino Genera Belgrano y la avenida Calchaquí, no había decrecido el entusiasmo y las esperanzas de ese sector de población, que pensaba que se iban dan­do las condiciones para que las autoridades municipales intentaran obtener de la autorización de la administración del Ferrocarril General Roca para que, se construya en este punto la vía de comuni­cación tanto tiempo anhelada. Con la incorporación al patrimonio urbano de esa porción de calle, la oportunidad era propicia.

UN RECLAMO JUSTO, ANSIADO Y DE REAL INCLUSIÓN

Mediante el expediente Nº 2-22092-12 ante el Honorable Concejo Deliberante de Quilmes, la Concejal del Susi del Valle Paz (MTR Santucho-UP), tras un consecuente reclamo de años de quien suscribe antes varios concejales y funcionarios e distintas administraciones municipales,  elevó un proyecto donde solicitaba la construcción de rampas inclusivas debido a que los accesos para los andenes del tren solo contaban con escaleras, inaccesibles para peatones con impedimentos motrices, hemipléjicos con sillas de ruedas, personas de edad muy avanzada, personas con cochecitos de bebé, [3]

Prof. Chalo Agnelli

Director del Blog EL QUILMERO

NOTAS


[1] Ver en EL QUILMERO del jueves, 6 de septiembre de 2012, “Nefasto Cruce Peatonal Alsina - Pellegrini y otras dificultades urbanas - La línea 278”


[2] Libro de Actas N° 8, folio 132 y 133. Existente en la Biblioteca Sarmiento

[3] Ver en EL QUILMERO domingo, 2 de junio de 2013, “Cinco nuevos bajo vías y un olvido centenario”