A principio de los años ’70, el único
lugar terciario para estudiar periodismo en nuestro país estaba en la
Universidad Nacional de La Plata y era la Escuela Superior de Periodismo,
situada en calle 53 entre 9 y 10.
Allí cursamos con planes
experimentales algunas personas que estrenamos la profesión en Quilmes y
Berazategui, como Alicia Esteban, Carlos Iglesias, Fernando Pieske, Marta
Kostich, Mabel Rivero, discípulos de profesores de la talla de Silvio Frondizi,
José Panettieri, Blas Alberti y Teódulo Domínguez que nos enseñó los entretelones
prácticos del quehacer en la prensa.
Al llegar a una redacción nos
encontrábamos con experimentados cronistas iniciados como barrenderos o cadetes.
Mutuamente nos semblanteábamos hasta derretir la desconfianza inicial, y con
ellos completábamos la formación.
LA PALABRA
En Berazategui continuaba su aparición
el semanario “La Palabra”, fundado en 1925 por Braulio Echeverry.
Entre ese año y los ’70 se habían editado una veintena de números del periódico
“Berazategui”, de Julio C. Ardite Rocha en 1933 y “Energos”
de Pedro García Hueto en 1939. Eran
publicaciones de una zona que formaba parte de Quilmes. Quien residía en
Ranelagh y descollaba escribiendo y como dibujante era Jorge Barton. [1]
Volviendo a los ’70, con diez años
apenas de vida autónoma, en Berazategui vivían Antonio Garcias, con s final,
corresponsal de La Nación; Ángel Torrado que lo era de Clarín y Emilio Novas de
importantísima trayectoria nacional que escribía en La Palabra, donde también
lo hacía Fernando Veronelli, que había sido jefe de Policiales del diario El
Mundo.
DÍA DEL PERIODISTA
El 7 de junio Día del Periodista, las
autoridades municipales ofrecían un brindis a representantes de medios que
divulgaban las gacetillas y los avisos oficiales. Algunas empresas también hacían
agasajos. Llegué a participar en almuerzos convocados por Cristalerías
Rigolleau, servidos después de una recorrida por el establecimiento. A los
postres, obsequiaban productos de la fábrica: vasos decorados, platos rigopal,
fuentes pyrex, tazas durax…
En esos años la Municipalidad organizaba
el acto conmemorativo, que se hacía en proximidades del busto de Mariano Moreno
esculpido por Enrique Martinotti, emplazado en un pedestal sobre la vereda de
la calle Lisandro de la Torre, en adyacencias de la estación ferroviaria.
Los Bomberos Voluntarios participaban
formándose para el acto; y luego de colocada una ofrenda floral se oían las
palabras de un funcionario y las de un representante del Círculo de
Periodistas, una agrupación de personas vinculadas con las publicaciones
impresas de la época.
GIOCONDA BERTOIA
A continuación, nos dirigíamos a la casa de una socia: Gioconda Bertoia,[2] que vivía cerca. Íbamos caminando y apurábamos el paso por el frío. Ella nos recibía con mucha alegría. Charlábamos, le regalábamos flores, a veces compartíamos una infusión caliente y nos retirábamos viéndola contenta con esa visita, que ella esperaba entusiasmada y agradecía sonriendo. Por ser la “piba”, como me decían, yo era la encargada de entregarle el ramo.
La foto fue tomada en 1976 por
Leonardo Ledesma y en ella puedo identificar de izquierda a derecha a Enrique
Martinotti (apenas se ve); Carlos Herrera, Santiago Flamini, Egidio Fucci,
Ramón Gómez Canto, Enrique Rodríguez, Concepción Bolaños, Leopoldo Herrera y,
después de mí, José López Comendador; todos rodeando a Gioconda.
Medio siglo atrás no había virtualidad.
La comunicación era personal, las novedades se recibían por teletipos, las
notas se mecanografiaban en máquinas Olivetti, las confeccionaban en plomo los
linotipistas y, luego de diseñadas a mano por un diagramador, llegaban al
público impresas en papel. Pero esos formatos ya son historia. Como esta
evocación de aquellos años.
Ana María de Mena
7 DE JUNIO DE 2021
NOTAS