En la década del 40´ los quilmeños contaban con varias tiendas que los proveían de lo más actualizado en el "arte del vestir". Los más atentos a la elegancia y a la seducción a través de la indumentaria se sentían más que satisfechos.
Además de estas casas exclusivas o populares, había eximios sastres y imponderables modistas de haute couture, como Ana María del Ponte de Peruzotti y María del Pilar Arozena de Pérez de la casa Femina (Rivadavia 311)
¡¡¡MIREN QUE PRECIOS!!!