jueves, 30 de septiembre de 2021

NEYA LLENSE Y EL MONUMENTO A SAN MARTÍN EN PARÍS - ENTREVISTA TRANSMIGRATORIO


PRIMER ACONTECIMIENTO SOCIAL PUBLICADO EN EL SOL:

MARÍA DE LAS NIEVES LLENSE Y EDUARDO COLOMBO FERRARI

Por Chalo Agnelli

El 1 de noviembre de 1928, el, ese año, novísimo diario El Sol, [1]Decano de la Prensa Regional”, informaba sobre un acontecimiento social dejando históricos testimonios de época y costumbres. El primer número del primer diario ilustrado de la mañana dio primerísima plana al casamiento de María de las Nieves Llense (Neya) con el recientemente recibido doctor Eduardo Colombo y - en la edición especial del año LXVIII/1994 - se menciona la intervención activa que tuvo la señora de Colombo para que en la ciudad de París se emplazara un monumento al General San Martín.

María de las Nieves y Eduardo fueron dos figuras reconocidas en la comunidad quilmeña de esos años de las primeras décadas del siglo XX. La nota sobre el enlace y su ceremonia fue ilustrada con una fotografía por demás curiosa, delante de un altar colmado de flores, aparece la novia acompañada por otras dos damas: Aída Colombo y Santina Bianchi, pero el novio, en esa foto, tomada por Santiago de la Fuente, uno de los primeros fotógrafos de sociales de Quilmes,[2] brilla por su ausencia, a no ser que esté tapado por los arreglos florales. No obstante, la importancia dada al acontecimiento queda evidenciada en la segunda foto de la primera plana, donde sí está el novio integrando un nutrido conjunto de comensales, bajo el título: “El doctor Eduardo Colombo, es obsequiado con un banquete por sus amigos del Círculo Argentino, despidiéndolo de la vida de soltero». Lamentablemente no tengo una copia fiel de dichas fotografías, pero ilustraré la entrevista con otras que presenta el Dr. Jorge Colombo,[3] sobrino de don Eduardo, en su libro “Quilmes, mi memoria oculta” que tuve el honor de prologar.

LA CRÓNICA

Una prueba del estilo imperante en los años de la década del veinte, es la crónica ampulosa de aquel casamiento que se llevó a cabo en el domicilio de la novia; cuyas partes salientes transcribo: A la hora señalada para la ceremonia, hizo su entrada la novia a la sala en que se había dispuesto el altar donde una imagen religiosa entre tules y flores blancas arregladas con exquisito gusto por la señora Elena Castro. Vestía la novia un elegante traje de crepe satín blanco de irreprochable corte que realzaba la belleza de la desposada, llevando el velo de tul sujeto al peinado por una guía de diminutos azahares y un ramo de azucenas blancas y en la mano un ramo de claveles también blancos. Seguían a la novia las señoritas Aída Colombo y Santina Bianchi quienes la acompañaron hasta el altar, vistiendo elegantes trajes de crepe color blue, sombreros del mismo tono y ramos de rosas te en la mano. Una vez terminada la ceremonia religiosa, bendecida por el padre Banfi, los parientes e invitados pasaron al comedor donde se bebió una copa de champagne por la felicidad de los novios. Al día siguiente, los esposos LIense-Colombo partieron en viaje por una corta temporada.”

Eduardo Colombo (izq.) sus padres y su hermano Emilio
Y 66 AÑOS DESPUÉS…

Movido por aquella publicación del diario El Sol, hago un sexto viaje transmigratorio [4] al Quilmes de 1994, en un cruce entre el juego ficcional del discurso literario y la escritura periodística. Llego a la casa de doña María de las Nieves Llense de la calle Alsina, pocos días después del regreso de su viaje número veintiuno a Europa, para hacerle una entrevista que, de manera previa había acordado por teléfono. Me recibe con su natural afabilidad y sencillez. Después de los saludos, recorremos las páginas amarillas del diario El Sol que la retrata y luego la insto a entrar en otros detalles de su vida, pero primero me pregunta:

Neya. - Los otros días cuando me dijo su apellido, recordé que hubo en el Hospital un médico de apellido Agnelli…

El Q.- Sí, traumatólogo, era primo mío, hijo de un hermano de mi padre. Pero entrando en mi motivo de esta visita, debe producirle una profunda emoción que venga a remontarla a ese noviembre de 1928, ¿Verdad señora María de las Nieves?

Neya. - Ni qué lo digas muchacho. Ya pasaron… Pero llámame Neya que es más práctico y estoy más afianzada a ese sobrenombre, como vos a Chalo.

El Q.- Cierto Neya. ¿Y cómo fue la vida después de esa rimbombante boda junto a Eduardo Colombo?

Neya. - ¡Uy, hay tanto para contar! Eduardo fue un hombre multifacético: desplegó una encomiable labor como médico, uno de los más reconocidos del Quilmes de aquel entonces y mirá que los había y muy buenos profesionales, por cierto. Por muchos años fue profesor titular de la cátedra de Clínica Médica en la Universidad Nacional de Buenos Aires, además de atender su consultorio quilmeño. Durante once años consecutivos fue campeón de ajedrez en el Club que había fundado con su hermano Antonio, con quien creó la Academia Florentino Ameghino en su casa de la calle Sarmiento, acompañado por su otro hermano, Emilio, quien también fue un médico muy prestigioso. Fue cofundador del Círculo Argentino de Quilmes y perteneció a su Comisión Directiva. En 1922, formó parte, junto con Antonio, de la Comisión Fundadora del Colegio Secundario de Quilmes, luego Colegio Nacional.[5] Fue presidente del Rotary Club de Quilmes a poco de su creación en 1937.[6] Incursionó con gran acierto en el campo de la diplomacia, ocupando el cargo de Agregado Cultural de la Embajada Argentina en Francia. Se ganó el respeto de toda la comunidad. - Hace un breve silencio que no me atrevo a interrumpir, recorriendo con la vista las fotos que hay sobre una repisa - Y yo supe acompañar siempre su espíritu solidario formando parte de muchas misiones de bien público y de servicio. Juntos participamos activamente en la vida quilmeña, hasta su muerte en 1964.

Eduardo Colombo

Arriba a la izquierda propaganda de la "Academia Florentino Ameghino" creada por Antonio y Eduardo Colombo en su casa de la calle Sarmiento 511 (foto que sigue). Debajo izquierda el Club de Ajedrez que tuvo a Antonio y Eduardo como fundadores y le sigue la Comisión Directiva del Círculo Argentino de Quilmes

Comisión Directiva del Círculo Argentino: Sentados: Sr. Olivio J. Acosta (vicedirector de la Escuela Normal), Marcos P. Pereyra y Luis A. Casabona. En pie: Guillermo March (presidente de la Sociedad de Beneficencia Pro Hospital de Quilmes, creada en 1919) y el Dr. Eduardo Colombo (gentileza Dr. Jorge Colombo)

El Q.-
¿Y después?

Neya. -  Después, en lo posible, me mantuve activa en las obligaciones sociales, continué transitando la huella que dejó Eduardo, además de los viajes a Europa, donde, tras la larga estadía que tuve con él mientras fue diplomático, establecí firmes amistades que mantengo hasta hoy. En fin, he sido muy feliz en mi matrimonio. Tengo cuatro hijos, diez nietos y tres biznietos y otros seis nietos… los de los dos hijos de Flavio.

El Q.- ¿Flavio…? - Aquí hacemos un alto porque la circunstancia merece un párrafo aparte, la unión de nuestra entrevistada con el señor Flavio Chanel que tiene contornos especiales que así la cuenta su protagonista -

Neya. - Sí, mi actual compañero de vida. Me refiero a Flavio Chanel en este momento el mencionado se une a la reunión a quien conocía desde mucho antes de casarme con Eduardo, porque éramos todos amigos de la juventud. Y un día, estando ya casada con Eduardo, fuimos con mi amiga Eulalia Irma Taloud, profesora de francés, a una fiesta de temporada[7] en el Palacio Municipal y encuentro que Flavio había ido solo. Le pedí a Eduardo que lo invitara a sentarse a nuestra mesa, aceptó y me las ingenié para ubicarlo junto a mi amiga Irma. Congeniaron mucho y al año se casaron.

El Q.- ¡Un argumento para una novela!

Neya. - Cierto. Pasaron los años, Flavio y Eduardo siempre fueron grandes amigos y veinte años después de quedarme viuda, acepté la propuesta de Flavio, que también había enviudado tres años antes…

Flavio Chanel. - ¡Sí!...¡Así fue como me casó dos veces! - interviene con humor don Flavio, todos reímos.

El Q.- Advierto Neya, que habiendo estado tantos años en Francia, no se le pegó el tonito galo.

Neya. - Para nada. Yo nací en Quilmes, en la calle Lavalle y me eduqué en el Colegio San José. Mis padres eran franceses. Llegaron a la Argentina de recién casados. Vivo en Quilmes y no pienso vivir en otro sitio, aquí nací y nacieron mis hermanos. Aquí mi hermano José, José Llense, hizo una carrera extraordinaria como escultor. Estudió en la Academia de Molinari y Martorel... Amo Quilmes, amo mi país. He sido siempre muy feliz aquí.

El Q.- ¿Eduardo también era quilmeño?

Neya. - Eduardo proviene de una familia numerosa, eran 10 hermanos, él era el sexto. Sus padres eran inmigrantes, don Francisco, genovés, y doña Adela, de la Lombardía. Se conocieron aquí, en Argentina, se casaron en Lobos y comenzaron a viajar de pueblo en pueblo por toda la Provincia de Buenos Aires. Los hijos fueron naciendo en distintos sitios, a él, a Eduardo, le tocó nacer en Mar del Plata, pero para él también Quilmes era su lugar en el mundo.

El Q.- Y a ustedes los unió Quilmes.

Neya. - Sin lugar a duda… - Interrumpe la charla una señora que entra muy sonriente con una gran bandeja con los implementos del té y una fuente con Croissant que la señora Neya dice orgullosa que fueron hechos por ella y se dispone a servir.  

El Q.- También me enteré que tuvo una actuación trascendente durante la Segunda Guerra Mundial.

Neya. - ¡Pero usted está en todo, muchacho! Efectivamente durante esa espantosa guerra, convoqué a un grupo de vecinas y vecinos y creamos el “Comité de Ayuda a Francia”, con la misión de recaudar fondos, ropas y víveres imperecederos para enviar a ese país. Hacíamos colectas, reuniones, kermeses, loterías, rifas y tuvimos muy buena respuesta del pueblo quilmeño. Esto me ocupaba mucho tiempo, desde muy temprano en la mañana hasta altas horas de la noche. Siempre acompañada por Eduardo.

El Q.- Los medios de prensa cuentan que fue merecidamente reconocida por esa labor.

Neya. - Sí. Cuando ya estábamos en Francia el general de Gaulle me entregó una medalla. – hace silencio - Pero no me gusta hacer mucha alaraca de eso. – Con cierta reticencia saca de un armario una caja de caoba lustrada y me muestra varias medallas – Esta es la Cruz Oficial del Mérito Social, esta otra la medalla de la República Francesa, una con la esfinge de De Gaulle y aquí ve la medalla de plata de la Ville de París.


El Q.- Debe haber sido una labor de mucha responsabilidad la vida diplomática en Francia y una experiencia extraordinaria.

Neya. - Sí y no. Por un lado, se extrañaba a la familia, los hijos: Carlos Alberto, Neyita, “Dito”, Liliana,[8] los amigos, en fin, ¡Quilmes! Pero por otro lado hubo satisfacciones muy grandes.

En una oportunidad visitamos con Eduardo, la ciudad de Boulogne Sur Mer para conocer la casa donde habitó el Libertador y su monumento que, en 1909, por iniciativa de esa población, a solicitud de los argentinos Tomás Viera y Jorge Navarro, se inauguró en su zona portuaria, en el boulevard Sainte Beauve, frente al mar. Quedé impactada por la magnificencia de esa estatua ecuestre y comencé a lucubrar la idea de que  en París tendría que haber un monumento al General San Martín y, aprovechando mi situación en la Embajada Argentina, así se lo manifesté al embajador Alejandro Ceballos[9] que tomó mi proyecto con verdadero entusiasmo y decisión.[10]

Para acompañar al diplomático en la ardua tarea que se requeriría y alcanzar este fin, resolví organizar una fiesta para recaudar fondos destinado al anhelado tributo al Libertador y convoqué a otros argentinos, chilenos, peruanos, residentes en Francia y ministros, embajadores, funcionarios…

El Q.- ¿Y se logró?

Neya. -  En efecto. Allí, en el distrito 14, donde está el hermoso Parc Montsouris,[11] diseñado por Jean-Charles Alphand e inaugurado en 1875, uno de los jardines más lindos de París, ubicado en el noreste de la ciudad en simetría al Parc des Buttes Chaumont que está en el otro extremo de la ciudad, hacía el sur, se encuentra la estatua ecuestre del Padre de la Patria, creo que el autor fue el escultor Van Peborgh.[12] La inauguración del monumento próximo al boulevard Jourdan se efectuó el 23 de junio de 1960 durante una visita del Presidente Arturo Frondizi,[13] como parte de las actividades evocativas del año en que se conmemoró el Bicentenario de la Revolución de Mayo. Recuerdo que, ya en 1926, la antigua ruta Fessart-Secrétan, que atraviesa el parque, tomó el nombre del General San Martín, para hacerle compañía a la avenida Simón Bolívar que lo bordea.[14]

Le Parc Montsouris, París, Francia
El Q.- Hoy es una obra extraordinaria y bastante desconocida entre los quilmeños incluso entre los argentinos, diría. Pero más parece una réplica del escultor francés Louis Daumas, como la que instaló en Quilmes cuando quitaron del pedestal la obra de Antonio Sassone que es la que se vemos actualmente en la plaza San Martín.

Neya. – Sí, sí, la que también sufrió mucha polémica. Todas las veces que voy a Francia visito Le Parc Montsouris, mi paseo favorito de París y coloco una pequeña corona de laureles al pie de la escultura.

El Q.- Pero tengo entendido que allí no termino la carrera diplomática de su esposo.

Neya. - Efectivamente, luego se le encomendó otra misión que nos llevó al Canadá y finalmente, como Eduardo anhelaba desde hacía mucho tiempo, volvimos a la Argentina y retomó su profesión y la vida sencilla a la que estábamos acostumbrados y que amamos.

El Q.- Pero volvamos más atrás, Neya ¿Qué recuerda de aquellas épocas de su infancia y su juventud?

Neya. - Sobre todo los paseos a La Ribera. En verano era placentero asistir a la proyección de películas en la rambla. Mi padre me llevaba de niña caminando hasta la costa por la avenida Otamendi, para hacer ejercicios, sinceramente, eso no me agradaba mucho, pero en verdad mi padre tenía razón. En esa época no se cuidaban mucho las mujeres con la comida y la falta de actividades físicas e inevitablemente aparecía la gordura, era muy común. Algo que yo evité siempre. Hoy con Flavio, tanto en invierno como en verano, si los días están lindos, vamos por la tarde a hacer una caminata por el paseo del malecón de la Ribera. Y hablando de caminatas recuerdo las retretas de los sábados por la tarde en torno a la plaza, que hoy se llama San Martín. Los bailes de temporada en el palacio Municipal. El primero en marzo o el 25 de mayo, seguía el de la primavera el 21 de septiembre y la temporada se cerraba en diciembre con la fiesta de la patrona de Quilmes, el 8 de diciembre. Eran muy divertidas las cédulas de San Juan y las puestas teatrales que ofrecía, en el teatro Colón de la Sociedad Italiana, el elenco de la inolvidable Dorita Barrera,[15] en las que en ciertas oportunidades participó Emilio,[16] el hermano menor de Eduardo y otros amigos: Luis Setti, José Camarero, Elena y Quica Gualtruzzi... También en ese magnífico teatro, se presentó Alfonsina Storni y se hacían los conciertos y recitales de los jóvenes estudiantes de la Academia Williams.[17] Y, qué decir de los Carnavales que eran fiestas populares a las que nadie faltaba. Quilmes no tenía nada que envidiarle a la Capital y, por el contrario, de todo se gozaba con más tranquilidad y libertad, si sabíamos sortear las dificultades que presentaba la poca iluminación de las calles y el barro tras las abundantes lluvias que siempre fueron parte del paisaje quilmeño.

Ж

Estas y muchas anécdotas más, rememorando los tiempos de su juventud con serena nostalgia, constituyen su vida plena. Ya anocheciendo me despido de la anfitriona y de su esposo el señor Chanel que permaneció en completo mutismo toda la entrevista, atento al relato de su compañera.

La charla con mí entrevistada, para quién no cuentan los años, me ovilló fascinado, este martes 1 de noviembre de 1994. Vuelvo a mi actualidad, 60 años después del emplazamiento de la estatua ecuestre del Libertador en París, y se me ocurre que María de las Nieves Llense podría haber sido considerada, con justicia, una embajadora más de nuestro Quilmes en el mundo, dada la riqueza de su espíritu. Una quilmeña, que fue primera tapa del diario El Sol en 1928, pero sobre todo una sanmartiniana activa.

Ya tengo que cerrar mi viaje transmigratorio y volver a este Quilmes que hoy tenemos, con el que… no me une el amor, sino, el espanto y será por eso que lo quiero tanto…

Prof. Chalo Agnelli / junio 2020

Fotos Dr. Jorge Colombo

Colaboraciones: Eduardo Emanuel García Caffi, presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano; Lic. Roberto D. Negri secretario de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Quilmes “Sable de Gloria” y el abogado Guillermo Arbert.

Varias de las fotos se hallan en la fototeca del Museo Bibliográfico Documental "Bibliotecario Carlos Córdoba"

BIBLIOGRAFÍA

Diario “El Sol” - 1 de noviembre de 1994

Estatua ecuestre de San Martín en el Parque Montsouris en Paris. AGN. Dpto. Doc. Fotográficos. Inventario 229.

Colombo March, Jorge Augusto (2013) “Quilmes, mi memoria oculta”. Ed. Buenos Aires Books. CABA. Pp.183 - ISBN 978-987-28525-4-2

NOTAS


[1] Ver en el Blog EL QUILMERO del miércoles, 19 de noviembre de 2014 Diario El Sol el decano de la prensa regional

[3] Ver en EL QUILMERO del jueves, 26 de septiembre de 2013 "Quilmes, mi historia oculta" Nuevo libro de Jorge Colombo.

[4] Ver en EL QUILMERO las anteriores Transmigraciones:

·         sábado, 17 de enero de 2015 Francisco Soto, entrevista en el pasado – 1936

·   viernes, 18 de septiembre de 2015 Santiago Goñi – Una nueva entrevista transmigratoria (1936/2015) Retrospectiva al pasado

·   domingo, 22 de noviembre de 2015 Santos Angeletti – Tercera entrevista transmigratoria (1936/2015)

·   viernes, 4 de diciembre de 2015 Guillermo Ithursarry - Cuarta entrevista transmigratoria (1936/2015)

·         miércoles, 3 de febrero de 2016 La Cochería Escobar, entrevista a don José Escobar en los 25 años de Quilmes Ciudad / 1916-1941

[5] Ver en EL QUILMERO del miércoles, 7 de octubre de 2009 El Colegio Nacional de Quilmes - Origen

* jueves, 13 de septiembre de 2012 Colegio Nacional de Quilmes en el periódico "La Zona" 1943

[6] Ver en EL QUILMERO del domingo, 3 de noviembre de 2019 Rotary Club De Quilmes - 1937

[7] Llamaban “fiestas de temporada" las que organizaba una Comisión Municipal de Fiestas integrada por particulares. Se hacían en el Salón Amarillo del palacio Municipal (hoy Casa de la Cultura), por lo general, dos: una en marzo, “Apertura de Temporada” y la otra en septiembre “Baile de la Primavera”. Algunos años se hicieron, además, un festejo en mayo, “Fiesta Maya” o en el mes de julio “Baile de la Independencia”. También en los carnavales se hicieron bailes de disfraz en el Salón Amarillo, estos sí los organizaba la Dirección de Cultura de la Municipal con dicha Comisión y se otorgaban premiso a los mejores disfraces. Esta costumbre perduró hasta 1945 aproximadamente. Por supuesto que en la semana de Carnaval había bailes en todos los clubes de Quilmes, aun los más modestos.

[8] Eduardo, “Dito”, fue médico psiquiatra, Carlos Alberto, “Cato”, vive en Quilmes es médico anestesista, “Neyita”, de casada radicada en España con hijas, falleció en ese país, y Liliana, falleció en CABA.

[9] Alejandro Ceballos (Buenos Aires 26/4/1885 - íb. 29/12/1973) Médico egresado de la UBA) Entre enero y mayo de 1958 fue ministra de Relaciones Exteriores y Culto (canciller) de la Nación. Posteriormente el presidente Arturo Frondizi lo nombró embajador en Francia.

[10] “La agenda de Frondizi estuvo llena de compromisos: la inauguración de una estatua del general San Martín, resultado de los buenos oficios del embajador Alejandro Ceballos, en el parque Montsouris frente a la Casa argentina de la Ciudad Universitaria (…)” (En: Pelosi, Hebe C. y Machinandiarena de Devoto, Leonor. “Las relaciones internacionales en la presidencia de Frondizi: desarrollo, integración latinoamericana y paz mundial”. Saarbrücken: Lap Lambert Academic Publishing;Editorial Académica Española, 2012. Disponible en:

http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/libros/relacionesinternacionales-presidencia-frondizi.pdf; página 114).

[11] En el parque Montsouris (Monte de los ratones) de Paris, se encuentra la ciudad universitaria con los edificios de los países que albergan a sus estudiantes becados. Nuestro San Martín está enfrente de la Casa Argentina y se puede ver entre el follaje de añosos árboles desde la ventanilla del tranvía que recorre el Boulevard Jourdan, que separa los dos predios, y que tiene la parada justo frente a la estatua ecuestre. La placa de bronce reza: “Homenaje permanente al virtuoso patriota argentino y sudamericano que vivió largos años en Francia y murió en Boulogne sur Mer el 17 de agosto de 1850”. El Litoral por Miguel Ángel Bolcatto Edición del Lunes 16 de agosto de 2010 https://www.ellitoral.com/

[13]  El presidente constitucional Arturo Frondizi gobernó entre 1 de mayo de 1958-29 de marzo de 1962, en que fue destituido por un golpe de estado cívico-eclesiástico-militar, el 4° en la historia argentina del siglo XX.

[14] Un interesante artículo sobre la Casa Argentina de la Ciudad Universitaria de París, inaugurada en 1928 durante la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear, refiere en su párrafo inicial: “Con la presencia del presidente Arturo Frondizi, el 23 de junio de 1960 se inauguraba el monumento a San Martín en el Parque Montsouris de París, ubicado en un extenso predio del sur de la ciudad por el que atravesaba el camino que el viejo general debía recorrer para ir desde su residencia en la calle Saint-Georges hasta su casa de campo. En ocasión de la ceremonia, el escritor y teórico francés André Malraux pronunció un discurso en el que mencionaba las lecturas de Epicteto del libertador de América, conjeturó una huella de la Marsellesa en su imaginación política, y les adjudicó la mayor grandeza deparada a los hombres: ‘olvidar el poder’.” (“La presencia de todos esos años de gente”. En: “Clarín – Revista Ñ Ideas”, 1 de agosto de 2012).

[15] Ver en El QUILMERO del jueves, 4 de agosto de 2011 Historia Del Teatro Quilmeño – 3ª parte - Dora Barrera Nicholson De Ricagno - Elenco "Los Mirasoles"

[16] Ver en El QUILMERO del martes, 7 de febrero de 2012 “Velada artístico-dramática en Quilmes – 1926

[17] Ver en El QUILMERO del lunes, 23 de noviembre de 2009 El Conservatorio Williams

 


lunes, 20 de septiembre de 2021

ARMANDO CÉSAR BUCICH, DOCENTE, ESCRITOR, EX INTENDENTE (1/5/1955-16/9/1955)

Chalo Agnelli/201

Bien decía recientemente una esclarecida artista y escritora que ser justicialista durante los dos primeros gobiernos del Gral. Perón (1946-1955) y a su vez, pertenecer a sectores de la clase media y media alta, era dramáticamente difícil, ese fue el caso del profesor Armando César Bucich, ensayista y escritor, autor, entre otros, de la novela "Desorientados" (1937) y el ensayo "La Verdadera Democracia" (1952). Muchas familias de esos sectores sociales se dividieron indefectiblemente por esta causa. Quilmes tiene algunos ejemplos al respecto. Aquellos eran "años de rabia"... que parecieran reeditarse en los últimos tiempos.

Armando C. Bucich fue docente, pertenecía a dos familia de educadores de extenso arraigo en Quilmes. Fue periodista y como tal perteneció a la Asociación Gente de Prensa junto a otras personalidades locales como el Prof. Luis Ricagno, Guillermo A. Ithursarry, Martín Ibarra Figueredo, Francisco Urrestarazu, entre otros. 

Había nacido en Quilmes el 6 de febrero de 1900. Cuando despuntaba el siglo y esta localidad ni siquiera era ciudad. Fueron sus padres Juan Felipe y Rosa María Vaccarezza. Fue a la escuela Nº1 y luego en el Colegio Nacional José Manuel Estrada de la Capital donde se recibió de maestro normal y profesor normal con especialidad en letras, título que por esos años habilitaba a dar varias materias de la enseñanza secundaria. 
Comenzó la carrera docente en 1919, en la escuela Nº10 de la Capital donde permaneció hasta 1923, luego paso a la Nº17 (9/3/23-10/10/32); la Nº19 (20/10/32-marzo 1936) y la Nº24 (marzo, 1936 - 30/8/40) todas de la Capital. Luego, fue secretario técnico de los Consejos Escolares capitalinos Nº3 (21/8/40-31/12/42), Nº19 (1/1/43-11/9/44), Nº6 (12/9/44-16/9/47) y el Nº18 (17/9/47-1952)
Simultáneamente fue profesor de historia y geografía en el Colegio Nacional de Quilmes desde el 11 de octubre de 1930 hasta el 28 de marzo de 1948, año en que la actividad periodística, cultural y política le obligaron a quedarse con las horas que tenía en la Escuela Normal de Quilmes desde el 4 de noviembre de 1947.
De izq. a der.: el Prof. Armando C. Bucich, Edith March, Isabel Salas Matienzo y el Dr. Tomás Otamendi (1929)

El profesor Bucich fue electo intendente por el Partido Justicialista, en las elecciones democráticas del 25 de abril de 1954  y asumió el 1 de mayo subsiguiente.
El Prof. Bucich habla ante el H.C.D. el 1 de mayo de 1955 en la asunción al cargo constitucional de Intendente Municipal de Quilmes. (gentileza Flia. Bucich-Otamendi)
Aún, en ese entonces, el mandato de los intendentes era de tres años, pero como consecuencia del golpe de estado cívico-militar del 16 de setiembre de 1955 fue depuesto, sustituyéndolo como comisionado del gobierno de facto el capitán de fragata Rogelio Collet, vecino de Bernal, quien asumió el 6 de octubre y permaneció en el cargo hasta el 12 de marzo de 1958. Inmediatamente, la dictadura declaró proscripto al Partido Justicialista. En todos los municipios se crearon comisiones investigadoras. En Quilmes dicha comisión presentó un informe final el 26 de marzo de 1956, según el cual se dictó la prisión para lo dos últimos intendentes del Distrito: don Pedro T. Bond (en el período1952//31-4-1955) y don Armando C. Bucich (en el cargo 1 año y 4 meses) Además se les aplicó las restricciones que establecían el decreto ley 4161 y a Bucich, además, el 4258, que no le permitió ejercer la docencia. Ambos sancionados por la dictadura cívico-militar-eclesiástica autodenominada 'revolución libertadora'.
Su esposa, Edith María Antonia March, también fue educadora, nacida en Quilmes el 7 de febrero de 1907, era hija de Guillermo Alberto March Iparraguirre y de Rosa Scardino Gaudencio; Edith tuvo como hermanos a Gloria, Osmán, Carlos y Guillermo. Egresó como maestra de la Escuela Normal en 1925 y transcurrió en esa institución su carrera docente como ayudante de prácticos. Además integró durante varios años su cooperadora. Armando y Edith tuvieron tres hijos: Mábel Gloria, casada con Elbio Suárez, Ariel, casado con Cora Otamendi y Nora casada con el arquitecto y artista plástico Nemesio Aguirre. Su casa de Colón 475 fue un hito de la cultura y la política en las cuatro décadas duramente cruciales de la historia argentina del siglo XX, la de los años `40 hasta la consumación de los `70.
DÍA DEL TRABAJADOR
A partir de la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1952), la conmemoración del día del trabajador alcanzaría una notable importancia, organizándose celebraciones multitudinarias en todo el país. A raíz de las numerosas reivindicaciones obreras logradas por el peronismo, el 1º de Mayo se convirtió en un día emblemático. El 1º de mayo de 1948, se le encargó al profesor Bucich dirigir la palabra en el acto por el Día del Trabajador.  Con esa adjetivación recamada que dilapidaba el 'normalismo', figuras y apologías, en parte, por el abuso de los clásicos y la ausencia de las nuevas escuelas literarias que se frecuentaba en las escuelas, pero con una convicción ideológica e intensos sentimientos humanos dijo en la Escuela Normal: 

"Cuando la Dirección de la Escuela Normal me honró encomendándome la misión de hablar a Uds. en esta fecha en que se recuerdan las virtudes del trabajo, pensé que, si bien no disponía del tiempo necesario para componer un himno al trabajo, a lo que el tema invita insistentemente, bastaba que echáramos una mirada en torno nuestro para que el himno surgiera espontá­neo y triunfante, en la contemplación de las mil maravillas que la mano hacendosa del hombre fecunda, crea y embellece. Esta es la verdad, jóvenes amigos, porque la vida toda del hombre digno, es un ininterrumpido canto al trabajo.

El hombre que se respeta y ama su honor, su familia, su patria y su prójimo en el concierto de los pueblos, no repara tanto en el trabajo en sí, como en el fin a que se propone llegar en actitud de triunfador. Esta es la obra a la que daré forma, piensa en el entusiasmo de la empresa imaginada; y desde ese instante su trabajo no es una carga, ni una per­turbación, ni una tortura, ni una imposición es el regocijo de las manos en acción, es una fiesta del espíritu en luz. […] 

Así contemplamos con asombro los resultados singulares y múltiples de la contienda incruenta de la voluntad del hombre con las fuerzas de la naturaleza.

La tierra que se abre en surcos generosos, donde germina la semilla que culminará en el fruto, nos habla de los sudores y los jadeos del la­brador que manejó el arado, combatió la zizaña (sic) y canalizó el riego, sopor­tando soles ardientes, vientos helados y ataques traicioneros de insectos voraces.

El agua de las cumbres que administrada en embalses fecunda campos o vivifica poblaciones; los territorios unidos, a través de ríos torren­tosos, por atrevidos puentes; la montaña adusta y pétrea, que nos muestra de pronto el agujero del túnel por donde los pueblos hacen florecer el co­mercio y la cultura, todo nos habla de la grandeza del trabajo, por aque­llos que proyectaron con su inteligencia ágil, y por aquellos que ejecuta­ron con sus manos curtidas y hábiles.

El libro que embellece muchas horas de nuestra vida, nos habla tam­bién de las penurias del tipógrafo inclinado sobre su máquina, y del grabador aspirando emanaciones de las cubetas donde preparo el diseño que en­canta nuestra vista.[…] 

Esto, mis jóvenes amigos, es la poesía del trabajo. Pero hay tam­bién una prosa del trabajo.

Esta prosa surge de las relaciones del trabajador manual, del obre­ro, con la sociedad a que pertenece y para la cual produce. Esta prosa se torna amarga y dolorosa cuando la sociedad, por una desviación de la sensi­bilidad, que se ha producido en el mundo muchas veces, - y cuyos orígenes y proceso no es grato analizar ahora -, olvida durante décadas los esfuerzos, los sudores, los sacrificios, que originan en los hombres de trabajo los numerosos y variados productos que le proporcionan comodidad, atractivo, gusto y felicidad[…] 

Cuando la incomprensión, el olvido y el menosprecio de los trabajos manuales se acentúa en los que lo disfrutan sin valorizarlo, aquellos que producen sin disfrutar y trabajan sin compensación se entristecen en su labor, se escudan en la conformidad, pero no olvidan, y el resentimien­to muerde sus almas privadas de la esperanza que da un sentido a la vida. Entonces la prosa del trabajo se embadurna y se ensombrece, y una brecha de confusión separa a los hombres que han olvidado que son hermanos. 

[…] Leamos con devoción los artículos de Moreno, los informes de Belgrano, entre otros, para conocer hasta qué punto se esfor­zaron ellos para afianzar la bienandanza del pueblo cuya libertad estaban conquistando, cimentada en la armonía y la comprensión mutuas de las cla­ses sociales del pueblo que nacía, a fin de asegurar la felicidad de todos por la justicia y moderación de los pudientes, y el merecido bienestar e instrucción de los trabajadores y campesinos.

Fue en las últimas décadas de ese mismo siglo y en las primeras de éste, cuando una desconsiderada infiltración y comando de fuerzas extranjerizantes, que subestimó y arrinconó al hombre de la tierra, desvió el pensamiento sagrado de nuestros padres de la primera hora, y sumió al país en confusión y zozobra angustiosas.

Del contraste de aquellos ideales humanitarios, y de estas perturbaciones deshumanizadas, surgió la revolución que tuvo por jornada máxima el 17 de octubre de 1945, y que las generaciones de hoy vivimos, sustentamos e impulsamos.

Estos son párrafos de historia argentina contemporánea.

Ahora no importan las asperezas y contrastes del momento, las osci­laciones de los precios, los contratiempos en los vehículos, las apreturas y estridencias del tránsito.

Sólo importa la dignificación del trabajo para cimentar la grandeza de la patria, para asegurar la felicidad de las generaciones venideras, y para afianzar la sagrada e intocable soberanía de la Nación.

Los argentinos de hoy, en este centro del siglo veinte, hemos que­rido conseguir que la prosa del trabajo no se mantuviera alejada de la poesía, y que la poesía del trabajo se enraizara con la prosa para humani­zarla y embellecerla.

La hemos conseguido. El artículo 37 de la Constitución Justicialista sancionada el 11 de marzo de 1949, contiene un poema en diez párrafos, que transcribe el “Decálogo de los Derechos del Trabajador”.

Ustedes y nosotros, como iniciados y vigorizados en la vida inte­lectual, sabremos dar la categoría que corresponde, ante las peripecias de hombres y de pueblos, a este precepto trascendental no confundir la mente por lo accidental y transitorio, frente a lo fundamental y perdura­ble. O, como decía San Martín en su palabra llana y recia: “Como la esen­cia de las cosas llenen el objeto, lo demás es sin importancia.” Armando C. Bucich.

25 DE MAYO DE 1955
A las 7 de la mañana según la tradición que iniciara el maestro Robustiano Pérez en 1860, el intendente Bucich da apertura a la jornada de festejos por el 25 de Mayo, izando la Bandera Nacional. 
El Prof. Bucich dirige al público palabras alusivas a la fecha e invita a los concurrentes al desayuno patrio que se realizaba en el Palacio Municipal (actual Casa de la Cultura)
LOS FESTEJOS
Festejo del 25 de Mayo de 1955 en la Plaza San Martín (arriba) coro de alumnas de la Escuela Normal de Quilmes (debajo), alumnas de la Escuela de Danza de la profesora Ofelia de Temperley (últimas),trío de guitarra y la cantante de tango  japonesa Ranko Fujisawa de visita en el país entonando el tango "Caminito" y "Mama...¡Yo quiero un novio!" un gran éxito de la época. (gentileza Flia Bucich-Otamendi)
EL POLÍTICO
Trabajo leído en la Unidad Básica Peronista de la calle Sáenz Peña 973 del barrio  La Colonia, Quilmes, en el acto del 6 de noviembre de 1952.
SUMARIO DESARROLLADO EN LA CONFERENCIA
Con la sagrada palabra democracia han jugado y medrado di­versos pueblos.—  Cada uno de ellos la hace consistir en uno u otro de sus aspectos importantes; así siempre queda desvirtuada. — Si no es integral, la democracia no es democracia. — El Justicialismo peronista la encara y la exige en la integridad de sus caracteres, poliédrica y sin fi­suras.-—Justicia social; igualdad de oportunidades hasta el último rincón del país. — Armonía y equilibrio de progreso y tradición. — Respeto a la ley; los gremios en el progreso popular; hombre a hombre y pueblo a pueblo. — Sólo la democracia auténtica e integral constituye atmósfera propicia para el ascenso y florecimiento de la cultura. — La demo­cracia en la perspectiva histórica. — Definiciones, promesas y ardides para burlarla. — La democracia culmina cuando el Justicialismo pe­ronista asegura lo expresado en su «Primera Verdad».
EL POETA 
Además del periodismo don Armando Bucich incursionó en la poesía. En 1928 se publicó en la revista "Cien Ciudades Argentinas" un poema alegórico en versos endecasílabos, de un joven Armando Bucich como tributo a su pueblo natal; rescatado de un ejemplar de esa publicación que se halla en la Biblioteca Goyena.

PÓRTICO QUILMEÑO

Bajo el sauzal la playa pensativa,

el campo verde, la barranca altiva,

y en el torreón de la barranca, erguido,

Quilmes ha un siglo reposando está;

el Plata le custodia y le acaricia,

pero a veces, crispado en la tormenta,

grita, se estira, yérguese y revienta,

y a herir el pie. dé sus cimientos va.

 

Vibran aún en las riberas combas

el rumor de los llantos calchaquíes,

el recio “¡All right!” de Beresford. las bombas

de la escuadrilla homérica de Brown;

y asómanse a escuchar, sobre la loma,

las largas chimeneas industriales,

las románicas torres parroquiales

y el techo rojo de un “coraje” sajón.

 

Entre el cantar de horneros y torcazas,

y el clamorear de pitos y campanas,

aparecen radiantes las mañanas

como un himno al Trabajo y al Deber;

y diz que, en el crepúsculo sombrío,

cuando el oleaje azul la costa arrambla,

las Náyades rosadas del gran Río

se trepan, bulliciosas, a la Rambla,

¡y surgen en triunfo por las calles

con mágica apariencia de mujer!

Poemas, relatos y ensayos suyos se publicaron en muchos periódicos de la época; en 1937 se editó una novela titulada "Desorientados". 
Un estudio de costumbres e inquietudes sentimentales de la juventud de la época. Reproduce el despertar de un romance con sus entreveros, encuentros y desencuentros. 
Es una historia que destaca el sentimiento y la imaginación por sobre los temas literarios convencionales. En ese estilo que hacía suspirar a las mujeres de la época, donde predomina la imaginación, la emoción y la intuición, lo que propicia el desarrollo de un vasto corpus literario de notable sensibilidad y pasión que antepone el contenido a la forma, desarrolla de tramas rápidas y complejas y se presta a la fusión de géneros (la tragicomedia y la mezcla de lo grotesco y lo sublime), al tiempo que permite una mayor libertad estilística. Para mayor comprensión podríamos confrontar este género con la obra de Roberto Arlt (1900-1942), que en sus relatos describe con naturalismo y humor las bajezas y grandezas de personajes inmersos en ambientes insolentes. Se terminó de imprimir el 7 de setiembre de 1937, en la imprenta de Ferrari Hnos. 
Investigación y compilación Chalo Agnelli 
colaboración Cristina Secco
Fotos donación de la familia Bucich-Otamendi, para el Museo Bibliográfico Documental "Bibliotecario Carlos Córdoba" de la Biblioteca Popular Pedro Goyena. 

FUENTES 
Archivo Histórico de la Escuela Normal de Quilmes. 
Biblioteca Popular Pedro Goyena
Márquez, Jorge. "Al sur de la utopía - Una historia política de Quilmes" (1955-1983) Tiempo Sur Ediciones, Quilmes 2010. Pp. 11 a 26. 
Periódico "El Plata" 11/6/1955, Pág. 3
Diario El Sol, 7/10/1955 - 9/2/1956 -