Por Ana María de Mena
Para EL QUILMERO
Vicente Bruno Lentini (1922-2013), era un emprendedor de Don Bosco, con taller
de producción en el Cruce Varela. Frecuentaba el Museo Hudson, las exposiciones
y los libros. En los años ’70 había colaborado en la Fiesta de la Flor y los
salones de Artes Plásticas de Florencio Varela.
Después propició la capacitación fundando los comités de Seguridad e
Higiene Industrial de ese distrito y de Quilmes. Confiaba en la educación y la
cultura. Aquí, entre otras acciones, organizó un Encuentro de Museología y propició
un convenio entre la Asociación Cultural “Mariano Moreno” de Bernal y la Unión
de Industriales del Partido de Quilmes.
Estampa N° 285 de las 400 de la serie de “Estación Quilmes”. Foto de la autora |
Cuando la presidía en 1983, se había empeñado en remodelar la sede de la
entidad quilmeña, una casa vieja necesitada de renovación, ubicada en Alvear
867. Para recaudar fondos le propuso a Aldo Severi, reproducir en serigrafías
su óleo “Estación Quilmes” y compensarlo, dándole la mitad de las estampas. La
otra mitad se vendería en la entidad.
Acordados los detalles, al promediar el año, Aldo y Lentini fueron a ver
a Dino Dutto en su taller de Bernal para proponerle la tarea. Dutto se había
iniciado en las impresiones plano Graf en 1942 y, doce años más tarde, con la
intención de reproducir pinturas que le gustaban, probó hacerlo con unos barcos
pintados por Van Gogh. Después replicó una tela de Degas y así, experimentando,
fue perfeccionando la reproducción con una notable fidelidad con el original.
Hace cuarenta años atrás, la serigrafía tenía carácter artesanal y no
había sistemas de impresión gicleé, ni fotografías que reprodujeran los colores
con la calidad y la nobleza de la pintura primigenia, como en la actualidad.
También era difícil encontrar quien aplicara el registro exacto para lograr resultados
precisos en cada color. Y Dino Dutto lo conseguía. Así se fue convirtiendo en un
experto reconocido y en el único en quien confiaban artistas muy exigentes,
para poner en sus manos la reproducción de obras propias.
La edición de “Estación Quilmes” se hizo bajo la atenta mirada de
Giugliana Fiorini, esposa de Aldo y minuciosa curadora de sus muestras, y la
supervisión administrativa de Lentini. Una vez terminadas, varias estampas se
llevaron al taller de marcos de Pedro Copes, en la calle Quintana, donde se
enmarcaron con varillas de madera dorada y tela reemplazando al passe-partout.
Así preparadas, se presentaron durante una cena conmemorativa del Día de
la Industria, realizada en el restaurante Bariloche, ubicado en la Ruta N°2,
en Florencio Varela. A ella asistieron el jefe comunal Agr. Oscar S. Mingote, el de
Quilmes Gerardo Valenzuela, y numerosos empresarios, que totalizaron ciento
ochenta personas. Los cuadros se ubicaron rodeando las mesas.
Luego de servidos los postres, durante el discurso como presidente de la
Unión de Industriales, Lentini destacó la importancia de apoyar las
manifestaciones culturales por parte de las entidades, ponderando la confianza
del pintor, para ese emprendimiento inusual por parte de una cámara de empresas
pequeñas y medianas.
Aldo Severi, exultante y conmovido por el clima amable de la reunión,
agradeció la iniciativa y manifestó su deseo para que otros hombres de negocios
imitaran el gesto de auspiciar proyectos artísticos.
Continuaron aplausos entusiastas en un ambiente cordial y, seguidamente,
se ofrecieron en venta los cuadros, que tuvieron una recepción favorable.
Los primeros veinticuatro fueron comprados por: Tornería y Matricería El
Vernier, Estudio Técnico Doma, Municipalidad de Florencio Varela, Municipalidad
de Quilmes, Martínez y Branca SA, Moldingbrass SA, Chiarito Hermanos, El
Constructor, Productos Argentinos Terma SA., Achinelli SAIC, Iacuzzi-Corarelu,
Franz y Cía., Tejeplas SC, Indal SAIC, Asintec Ingeniería, Alejandro Llauró e
Hijos, Gutiérrez & Bovero SRL, Ángel L. De Pascalis, Cervecería y Maltería
Quilmes SA, Adelqui Caramelino, Incon SA, Raúl Díaz, Juan Carlos Granata y
Pascual Catanzaro.
El advenimiento de la democracia coronó ese año, pero siguieron las
dificultades económicas, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas que
eran el caudal mayoritario de los socios de la Unión de Industriales.
Las estampas de “Estación Quilmes” continuaron vendiéndose durante mucho
tiempo. Sin embargo, no fue inmediata la remodelación edilicia, pero, unos años
después, durante la presidencia del señor Raúl Morettón, se pudo concretar.
El saludo navideño, que entonces se hacía llegar con el envío postal de
tarjetas, se corporizó en otras oportunidades con reproducciones de Ludovico
Pérez, Aldo Severi, y Leandro Manzo.
Vale subrayar que la caudalosa producción de Severi, fue replicada en
libros, revistas, estampillas, calendarios, etc. Pero, acaso la más difundida
sea “Estación Quilmes”, tanto por los cuatrocientos ejemplares realizados en
serigrafías por Dino Dutto, como por representar un sitio significativo en la
historia de la ciudad. Lugar que ha cambiado, pero muchos quilmeños guardamos
en los corazones.
Ana María de Mena Miembro Honoraria de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes
anamariademena@gmail.com
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