Bagley y
Bernal, Bernal y la Hesperidina. La leyenda cuenta que esa bebida, primera
patente otorgada en nuestro país, fue creada en nuestro pueblo. ¿Pero es esto
real? ¿Podemos afirmarlo o desmentirlo con certeza? En esta segunda nota
intentaremos esclarecer este mito.
Comencemos repasando un poco lo que sí sabemos de la actuación de Melville Bagley en nuestra zona. Bagley era principalmente un inversor, lo que hoy llamaríamos un “emprendedor”. Fue él quien en 1873 y junto a sus socios George Bate, Frank Livingston y Frederic Younger, inauguró el primer tranvía a caballos que tuvo Quilmes y que comunicaba la estación de ferrocarril con el río. El tranvía no tuvo el éxito esperado y pronto entró en franca decadencia, pero fue el primero que tuvo Quilmes y se usó como argumento de venta de varios loteos realizados en esos años…
Melville Bagley como suscriptor del primer periódico quilmeño, “El Progreso de Quilmes”. Año 1873. Fuente: Asociación de Historiadores “Los Quilmeros”- |
Firma autógrafa de Juan Martínez, año 1873 |
Fuente: Archivo General de la Nación
Extracto del plano elaborado en la mensura de 1867. Hemos marcado la chacra 17 y las calles que la limitaban. Fuente: Archivo Histórico Provincial “Ricardo Levene”
Sabemos
que la casa ya estaba en pie cuando el tren pasó por primera vez por nuestras
tierras: “Un poco más allá hay un torreón donde flamean la bandera argentina
y la norteamericana coronando la hermosa villa del Sr. Bagley, creador de la
Hesperidina” relata el periódico en lengua inglesa “The Standard” en su
nota describiendo el viaje inaugural del Ferrocarril a la Ensenada. El torreón
todavía forma parte de la silueta de la vieja casona, pero el tren llegó a
Quilmes el 18 de abril de 1872 y esta nota fue publicada dos días después por
lo que no podemos tomarla como prueba con respecto al origen del bitter.
Extracto del plano elaborado en la mensura de 1858. Hemos marcado la chacra 17, ya propiedad de Juan Martínez. Fuente: Archivo de la Dirección Provincial de Geodesia y Catastro de Buenos Aires.
Desde ese
torreón Graciana Lagouarde Pocholou veía pasar los carros y trenes junto a Mary
Bagley, ya que sus familias eran amigas. Graciana fue la tatarabuela de Mauro E. Murillo, quien rescató esta (y
muchísimas otras) historia oral de su familia. Describía la casa como muy
elegante, con un juego de comedor para 8 personas y en el living un juego de
sillones estilo Napoléon III además de dos grandes retratos de Melville y su
esposa Mary Jane. Los dormitorios tenían camas de madera de roble talladas y la
cocina, muy grande, contaba con un horno a leña y una mesa donde los niños
merendaban. Mauro puede dar una fecha exacta de la primera visita que su
tatarabuela, aún pequeña, hizo a la casa junto a sus padres: fue el 10 de julio
de 1870 para la celebración del cumpleaños de Melville. Graciana lo recordaba
ya que cinco días después ella misma cumpliría sus 4 años y el tema había sido
charlado por los mayores en la fiesta. Podemos entonces afirmar casi con
seguridad que para mediados de 1870 la casa ya estaba en pie. Pero por supuesto
debemos ir más atrás.
Sin
embargo, la ausencia de Bagley entre los propietarios de tierras de Quilmes en
una guía de viajeros no constituye prueba suficiente para decir que la
Hesperidina no fue creada en Bernal. Para confirmar o refutar la verdad de esta
historia debemos buscar en otro tipo de documentos. Y aquí aparece uno muy
interesante para verificarlo: el legajo de varios reclamos de tierra que las
familias Santa Coloma y Bernal hicieron al municipio de Quilmes en el siglo
XIX. Para no aburrirlos, diremos rápidamente que ambas familias fueron muy
perjudicadas con la quita de tierras por el trazado del pueblo de Quilmes
realizado en 1818. En otras publicaciones hemos hablado de este tema, hoy solo
digamos que al ser Quilmes trazado en rumbo distinto a como se habían repartido
las tierras originalmente, muchas hectáreas que originalmente pertenecían a los
Santa Coloma y los Bernal terminaron siendo parte de ese pueblo. Por supuesto,
ambas familias protestaron y buscaron compensación. De una forma indirecta los
trámites que hicieron para lograrlo ayudan a resolver el misterio tras esta
historia de Bagley, la Hesperidina y Bernal.
Cuando se
realizó ese polémico trazado de Quilmes, las tierras alrededor del núcleo
urbano fueron divididas en chacras de 4 x 4 manzanas. La correspondiente a la
zona donde años después Bagley construiría la casona era la número 17 que
abarcaba las manzanas limitadas por las actuales Zapiola, Lamadrid, Belgrano y
Lavalle. La actual Zapiola era el límite entre esas chacras y la propiedad de
los Bernal al norte. Luego de varios años de reclamo y juicio al estado
provincial, el Tribunal Superior de Justicia determinó en julio de 1867 que el
estado debía resarcir a los Bernal con tierras al sur de Quilmes en
compensación por las que el pueblo les había ocupado. Para saber exactamente la
superficie a compensar era necesario realizar una mensura sobre los terrenos, y
así se hizo el 10 de septiembre de ese año. Y aquí comienza a resolverse el
misterio de nuestra historia: el plano que la acompaña, del cual adjunto un
extracto, muestra como propietario de esa chacra 17 a Juan Martinez, no a
Melville Bagley. Por supuesto, podría tratarse de un error: en varias ocasiones
nos hemos encontrado con que los planos incluyen nombres de propietarios que
para la fecha de los mismos ya habían vendido sus tierras. Sin embargo, este no
es el caso. Era costumbre que el agrimensor notificara a todas las partes
involucradas en el proceso, incluyendo por supuesto a los linderos. En esta
ocasión el informe lo dice muy claro: “Presenciaron la operación el Sr.
Otamendi Juez de Paz de Quilmes, Dn. Francisco Marrero por sí y a nombre de los
herederos de Dn. Juan A. Santa Coloma, Dn. Juan Martinez, Dn. Francisco Santa
Coloma, Dn. Antonio Betancourt y otros vecinos manifestándose todos conformes
con lo practicado.”. Juan Martinez era una persona real y acudió a la cita
del agrimensor. Queda claro entonces: en septiembre de 1867 el dueño de la
chacra N°17 era Juan Martinez y no Melville Bagley.
¿Puede
haber sido Bagley el dueño de las tierras en 1864 y luego vendérselas a
Martinez? Dos razones por las que eso no es posible: la primera es la nota que
ya comentamos en “The Standard” de abril de 1872 donde se habla de la “Villa
del Sr. Bagley”; la segunda es una mensura sobre los terrenos de la familia
Santa Coloma que se realizó cuatro años antes de la llegada de Bagley a nuestro
país, en 1858, donde claramente en el plano adjunto (del cual agrego un
extracto) se determina que ya entonces el propietario de la chacra 17 era Juan
Martinez. ¿Y hasta cuándo fue propietario Martinez? No lo sabemos exactamente.
Volvemos a la nota de “The Standard” y a un plano de julio de 1874 (también
adjunto extracto del mismo) donde ya la chacra figura a nombre de “M.S. Bagley”
y con dos edificaciones. En algún momento del cual aún no tenemos fecha exacta
entre 1867 y 1870 Bagley compró la propiedad a Martinez: la aparición en los
archivos de la escritura de compra sería la prueba definitiva. Pero aún sin
ella podemos asegurar sin temor a equivocarnos que Juan Martínez era el dueño
de la chacra 17, la que luego sería de Bagley y donde hoy se encuentran en pie
los restos de su vieja casona, en el momento en que el norteamericano inventaba
y lanzaba al público la Hesperidina en 1864. Parecería ser que el en ese entonces villorrio de Bernal no tuvo
que ver con la creación de la bebida, o así lo estarían probando los documentos
hasta ahora encontrados. Por supuesto la investigación sigue abierta.
Algunos
últimos apuntes para terminar este artículo:
Tenemos
poca información sobre Juan Martinez: parece que había nacido en España en
1817, era agricultor y se había casado con Mariana Marrero, también española de
las islas Canarias, con quien había tenido 9 hijos al menos hasta 1869. Su
fallecimiento habría ocurrido entre 1885 y 1889.
Como dato
anecdótico, Martinez y Bagley eran vecinos en las chacras del norte de Bernal.
Fueron ellos quiénes en 1873, cediendo unos metros de propiedad cada uno,
permitieron la apertura de la actual calle Alem.
Al fallecimiento de Bagley, las dos chacras que tenía en la zona de Bernal pasaron a poder de los Demarchi. Es raro lo que sucede con Bagley: según su sucesión, realizada siete años después de su fallecimiento, a su muerte solo contaba como propiedad con un 25% del tranvía a la Ribera de Quilmes, que se hallaba en ruinoso estado. Nada se habla en el expediente de la fábrica de galletitas ni de las tierras y la casona de Bernal, como si hubieran sido vendidas o entregadas antes de su muerte; sin embargo, quien vende las tierras en 1897 es su hijo Melville Jr. a los hermanos Demarchi, socios de su padre…. Mas allá de la forma en que se haya desarrollado el reparto de los bienes de la familia, tanto las tierras al sur como al norte del actual centro de Bernal fueron propiedad de los Demarchi hasta comenzado el siglo XX, cuando comenzaron a ser loteadas.
Resabio mutilado de un pasado lejano que se hizo leyenda para recuperar lo que alguna vez estuvo lleno de historias, de amores, de risas, de llantos, hasta que el desencuentro de los años arrojó al olvido y hoy solo es una ruina más entre las que el despiadado progreso va devorando. (Ch. Agnelli)
Texto
y fotos Alejandro Gibaut
De
su Facebook “Bernal, su historia y su gente”
Miembro
de la Comisión Coordinadora de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes y de
la Asociación Historiadores Los Quilmeros.