viernes, 21 de mayo de 2010

QUILMES EN LOS DÍAS DE MAYO - LOS FORNAGUERA, RIVAS Y FLORES...

UBICACIÓN ESPACIAL
La extensa superficie de Quilmes, en 1810, nos cuenta el Dr. Craviotto era la que quedó establecida al formarse la parroquia de la Concepción cuyos límites se circunscribían al Río de la Plata, desde el arroyo del Gato en su desembocadura próxima al puerto de la Ensenada, hasta su naciente y desde allí una línea imaginaria hasta el camino a Chascomús que nace en la actual calle Pavón en Avellaneda y llega hasta Longchamps; al norte el Riachuelo desde su desembocadura hasta el paso de Zamora, y desde este una línea imaginaria hasta el camino a Chascomús o Camino de Cintura. Eran 829 km2. La reducción de los Quilmes en esa extensión ocupaba 20 km2. 
PAISAJE 
Quilmes era una extensa peniplanicie de altos pastos con grandes aguadas, riachos y canales profundos; campos de escasa vegetación arbórea salvo algunas especies achaparradas y espinosas como el
ñandubay, seibos, (el suiñandí nativo del litoral y no el ceibo o ceiba del norte argentino) sarandíes, grandes extensiones de cardales y pajonales, ñandúes, abundantes aves zancudas, algunos pumas y perros cimarrones, caminos peligrosos por los lodazales y las vizcacheras donde manqueaban los caballos, y sobre todo gran cantidad de ganado cimarrón expendido en libertad por toda la extensión. El clima, como hoy, templado y húmedo sin estación seca, de abundantes lluvias que formaban enormes zanjas. Así como del Riachuelo hacia el norte eran las tierras de “pan llevar” estas, del Riachuelo al sur eran de “estancia” de ganado. La primera topografía de esa amplia extensión era "Pago de la Magdalena". 
EL CABILDO ABIERTO DEL 22 DE MAYO 
Según las actas capitulares, fueron 21 vecinos de la campaña, que se extendía en torno al pueblo, los que asistieron al Cabildo Abierto del 22 de Mayo. Algunos tenían estancias, pulperías o almacenes de ramos generales, pero en su mayoría no residían en la zona pues también tenían casa en la Ciudad. En la asamblea de entre estos, cinco votaron por la continuidad del virrey, eran ellos: el contador del Real Tribunal de Cuentas Juan Andrés Arroyo, el comerciante Julián del Molino Torre, el coronel Francisco Pizarro, el comerciante José María Dupuy y Pérez, y el coronel de artillería José Fornaguera (cuyo hijo integraría la primera municipalidad electiva formada en 1856) 
Votaron por el cese del virrey 15 vecinos: Juan Canaveri, el escribano Mariano Echaburu, el jurisconsulto Agustín P. De Elía, el comerciante Francisco Letamendi, el comerciante Toribio Mier, el capitán Francisco Zamudio Chavarría, el catedrático Francisco Planes, el comerciante y terrateniente Manuel Obligado, el abogado Joaquín Campana, los terratenientes Vicente Dupuy y José Antonio de Echenagucía, el teniente coronel Martín Rodríguez (luego gobernador de la provincia), Pedro Capdevila, Antonio Ballester, el comerciante Agustín J. Donado y hubo una abstención, la de Juan Bautista Otamendi.
QUILMEÑOS EN EL 25 DE MAYO DE 1810
Luego en la petición entregada por el pueblo en la mañana del 25 de mayo, figuran los siguientes quilmeños como firmantes; José E. Almirón, José C. Arellano, Alejo Cabot, Manuel Canesa, Feliciano Chiclana, Marino G. y José A. G. Echaburu, Pedro Andrés García, Antonio Giles, Juan Gutiérrez, Amadeo Ibarrola, Roque y Pablo Illescas, Juan Madera, Juan y Lorenzo Mier, José Montes de Oca, Francisco y Gregorio Perdriel,  Hipólito Ponce de León, José M. Pizarro, Fermín y Martín  Rodríguez, Faustino, Francisco y Roque J. Tollo, Antonio y Francisco de los Santos, Bernardo, Juan y Pedro Ximénez, Juan Ángel Vega, Juan José Viamonte, Fray Isidoro Viera. Treinta y cuatro asambleistas. 
Dos de entre estos vecinos habitaban en la misma reducción, eran Francisco y Antonio de los Santos, soldados del regimiento de Castas de modo que por sus venas corría sangre quilme. 
Era Alcalde de Hermandad de Quilmes, este año, Manuel Garmendi y párroco Santiago Rivas.
TOMAS FLORES 
La mayoría de estos hombres se establecieron en el pueblo, cuando
en 1812, se lo declaró pueblo libre a instancias del Pbo. Santiago Rivas, el último cura doctrinero de los quilmes, y sus familias tuvieron un papel protagónico en la organización política, económica y cultural de la localidad. Entre estos don Tomás Flores que sería el primer juez de paz y presidente de la municipalidad electo en 1856.
EL PBRO. SANTIAGO RIVAS Advertido de la oportunidad que inicia la ruptura con España y sin el rey de la casa de Borbón en el trono, el Pbro. Rivas, en agosto de ese mismo año, solicita la extinción de la encomienda real de los Quilmes y se constituya a esa mínima población en pueblo libre. Él había comenzado las gestiones con este fin en 1806, ante el virrey Santiago de Liniers. Solicitud que se tendrá respuesta el 14 de agosto de 1812 en que la Reducción de los Quilmes es declarada "pueblo libre", dando inicio a lo que sería su segunda fundación pues a los pocos pobladores naturales se suman otros de distinto origen. 
 Acta del decreto que declaró al pueblo de los Kilmes libre a toda persona. Firma Bernardino Rivadavia, secretario del Primer Triunvirato, 14 de agosto de 1812.

El decreto en el que declaró (textualmente):  “al Pueblo de los Kilmes libre á toda clase de perso­nas” y a “su territorio p.r dela propiedad del Estado...», añadiendo que derogaba y suprimía todos los derechos y privilegios que gozaban los indios, en cuya virtud extinguía “en los citados naturales toda juris­dicción, amparándoles p.r ahora enla posesión de los Terrenos que ocupan, y cultivan hta. q.e el Coron.l D. Pedro Andrés García realize el plano q.e  sele ha ordenado formar del indicado Pueblo, en cuyo caso se publicarán los demás provid.s acordadas
LOS FORNAGUERA 
El Coronel de Artillería José Fornaguera, español, que actuó en las invasiones inglesas y votó por la continuidad del Virrey en el Cabildo del 22 de mayo, y su esposa Juana Ubiñas fueron los padres de Rufino Fornaguera quien el 11 de marzo en las elecciones para municipales fue electo junto con el prusiano Dr. Gebhard Knoblauch, Juan Clark y Patricio Vázquez, como titulares, siendo electos suplentes el Dr. José Antonio Wilde y el señor Mariano Solla. El 11 de abril, el gobierno provincial consideró la elección ajustada a lo normado y lo comunica al juez de paz, electo, don Tomás Flores, quien el 21 de abril, transmite la aprobación a los electos. Los días 22  y 24 de abril, por nota personal Knoblauch, Wilde, Clark, Fornaguera y Solla aceptan la designación.  Rufino Fornaguera [1] se casó con Dolores Portela, también de familia de arraigo local. La propiedad de los Fornaguera se hallaba en la calle Alberdi, donde hoy se levanta la Escuela Primaria N° 7.
La calle N° 12, del viejo pueblo de Quilmes, hoy peatonal Rivadavia. Se ve el empedrado y las vías del tranvía que conducía a los viajeros desde la estación del ferrocarril del Sud, hoy Roca, hasta la Ribera. A la izquierda el viejo Juzgado de Paz (luego Municipalidad), seguido del primer edificio de la Escuela Primaria N° 1 (1863); la casa parroquial y a su lado se alzan las torres del templo de la parroquia de la Inmaculada Concepción, hoy Catedral. A la derecha una ringlera de árboles sobre la plaza principal: "25 de Mayo", "Constitución", "Carlos Pellegrini" y hoy "Gral. José de San Martín". Al fondo se ve la primera casa de altos, el "Hotel de Echagüe". (Foto 1900 circa, Museo Fotográfico)
NOTA
[1] En el Museo fotográfico de Quilmes hay una foto suya donada por el Lic. Héctor Bandera.
Ver en EL QUILMERO del lunes, 2 de abril de 2012, “QUILMES PUEBLO LIBRE -BICENTENARIO 1812 – 2012”
Ver en EL QUILMERO del miércoles, 25 de agosto de 2010 EL CONTROVERTIDO CURA RIVAS
Investigación y compilación Chalo Agnelli

1 comentario:

Anónimo dijo...

Carlos Eduardo Diaz
Es peculiarmente grato saber en detalle los nombres y apellidos, las profesiones u oficios, los orígenes familiares y descendientes de esas personas que de algún modo estuvieron involucradas en sucesos históricos tan trascendentales para nuestro país. Toda esa información contribuye en gran medida a darle "calor y dinamismo" a una Historia que muchas veces es contada con tanta frialdad que pasa a ser un conocimiento demasiado distante y estático.