martes, 14 de junio de 2011

FESTEJOS PATRONALES DE QUILMES

LOS FESTEJOS PATRONALES ANTES DE ESTABLECERSE LA FECHA DE LA FUNDACIÒN DE QUILMES.

Investigación Prof. Chalo Agnelli

ANIVERSARIOS
Como no hubo fundación ni escudo originalmente constituido, tampoco la Patrona del pueblo de Quilmes fue siempre la misma y su designación fue la sucesión de un entrevero de advocaciones.
Antes de establecerse el “Día de Quilmes” o aniversario de la formación del pueblo de los Quilmes el 14 de agosto por la ordenanza Nº 835 y su rectificación en la ordenanza Nº 1023 del 21 de julio de 1937, los quilmeños festejaban el día de su patrona, la Inmaculada Concepción - una de las advocaciones de la madre de Jesús de Nazareth establecida por la iglesia católica - todos los 8 de diciembre. Eran fiestas patronales, no había una fecha que recordara el origen del pueblo o ambas se confundían.
LA INMACULADA CONCEPCIÓN
El dogma de la Inmaculada Concepción es un artículo de fe del catolicismo que sostiene la creencia en que María, a diferencia de los demás seres humanos, desde el primer instante de su concepción estuvo libre del pecado original.
Si bien en el siglo V existía una fiesta a la concepción de Ana, madre de María, que se inicia en el Oriente griego, se difundió  por Italia meridional en el Siglo VII, por Irlanda en el siglo IX e Inglaterra desde el siglo XI, la doctrina fue establecida como dogma de fe el día 8 de diciembre de 1854, en la bula "Ineffabilis Deus" del papaPío IX. Desde ese año el día8 de diciembre quedó como fecha de la fiesta de la Inmaculada Concepción en toda la iglesia romana. [1]
LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ
Hasta 1806, según el Dr. José A. Craviotto, la parroquia de Quilmes se denominó de la Exaltación de la Cruz, pero la historiadora Guillermina Sors afirmó que en un documento de 1763 la iglesia de la Reducción llevaba el título de Nuestra Señora de la Concepción. Otro documento del año 1769 en el que el párroco Nicolás Fernández Escandón pide reconstruir la iglesia de la Quilmes, dice. “… inicia trámites para su reedificación, con motivo de haberse derrumbado el techo de la iglesia de la Inmaculada Concepción”. Quizá invocando la advocación de origen griego o por un error en el titulado, ya que el dogma aún no se había establecido (1854)
ANTECEDENTES
* En el período colonial hubo varias localidades bautizadas como Nuestra Señora de la Concepción o similares de modo que no es extraño que después de liberada la reducción y creado el pueblo a partir del 14 de agosto de 1812 la parroquia se la designara con ese título.
* Alonso de Vera y Aragón el 14 de abril de 1585, funda con el nombre de Nuestra Señora de la Concepción del Bermejo la primera ciudad del Chaco. Fray Luís de Bolaños fundó con indios reducidos, Tabacué el 7 de diciembre de 1615, bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí. Los pampas de las zonas de Magdalena y La Matanza fueron reunidos en 1740 en la reducción jesuita de Nuestra Señora de la Concepción de los Pampas sobre la margen derecha del río Salado de Buenos Aires, cerca de su desembocadura. 
* El 25 junio de 1783 se fundó Concepción del Uruguay bajo la denominación de Nuestra Señora de la Concepción del Uruguay.
* Por disposición del obispo de Buenos Aires, Manuel Antonio de la Torre, se elevó la capilla de Las Conchas a la jerarquía de viceparroquia en 1770, estableciendo el decreto por el cual la Santísima Virgen bajo el titulo de la Inmaculada Concepción del Puerto de Santa María de Las Conchas sería la patrona de dicho templo.
Fue su primer vicepárroco el Dr. Domingo de Pessoa y Barragán, el cual en 1774 obtuvo por concurso el curato de San Isidro permaneciendo transitoriamente por un año más al frente de las dos feligresías. 
* El 22 de enero de 1775 hizo entrega de la viceparroquia a Fray Martín Ramos. En 1780 fue elevada a categoría de parroquia dejando de pertenecer al curato de San Isidro de los Montes Grandes.
* En 1815, la parroquia de la Inmaculada Concepción de Santa María del Puerto de Las Conchas, pasó a ser viceparroquia de la de Nuestra Señora de Aránzazu de San Fernando hasta 1832, año que vuelve a ser parroquia. Por tal motivo los libros parroquiales de ese período quedaron en San Fernando. EL PÁRROCO VADONE
A partir del 6 de diciembre de 1864, agrega Craviotto, se nombra por primera vez a la parroquia como de la “Inmaculada Concepción de Quilmes”. Pero es el párroco Carlos Vadones el primero que utiliza dicha nominación en una carta dirigida al juez de paz Paulino González el 18 de octubre de 1858 refiriéndose a: “… las solemnes y fervorosas demostraciones que deben practicarse en el día aniversario de la fundación de este pueblo, que será el 8 próximo diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María Santísima bajo cuyo auspicio y patrocinio se fundó”. Error el de Vadones pues cuando se establecen los Quilmes en 1666 no existía dicha advocación.
JUAN GALO DE LAVALLE
Pero hay otro antecedente a tener en cuenta con respecto a la elección del 8 de diciembre y se remonta a 1841. [2]
Resulta que el 9 de noviembre de 1841 llegó a Buenos Aires la noticia que el General Juan Galo de Lavalle había sido asesinado. El gobierno federal celebra esta muerte y la derrota que significó para los unitarios. Además manda congratulaciones a todas las ciudades y pueblos de la provincia de Buenos Aires y a las restantes de la Confederación ordenando que del mismo modo se extiendan a toda la población mediante festejos, Patriótico-Federales.
En Quilmes era juez de paz  Manuel Gervasio López que acordó se celebre en la iglesia un Te Deum; “… en acción de gracias al Ser Supremo, el día de la Patrona, la Inmaculada María Nuestra Señora de la Concepción, en el día 8 del entrante mes de Diciembre y que se continúen los regocijos en el segundo día…” [3] Aquí el juez López ya en 1841 hace mención al patronazgo de Ntra. Sra. de la Concepción y la palabra “inmaculada” aparece como una calificación del nombre de María.
LOS FESTEJOS DEL RESTAURADOR
La celebración fue en exceso pomposa considerando la humildad del villorrio quilmeño y también tuvo sus encontronazos. Se resolvió mandar a hacer un retrato del gobernador don Juan Manuel de Rosas al artista Marcelino San Arromán. Se pagaría con dinero obtenido de colecta pública, pero el pintor no quiso cobrar. La obra permaneció en la casa de López en Moreno entre Bolivar y Perú de Buenos Aires hasta que a las 9 horas de la mañana del 8 de diciembre una comitiva de “…más de seiscientos ciudadanos” (cantidad que se sospecha excesiva) de quilmeños y porteños, lo retiraron y lo trajeron al pueblo de Quilmes tras tres horas de recorrido por la calles Defensa, Martín García y Montes de Oca hasta el Puente de la Restauración (hoy Pueyrredón), de allí por Mitre, hasta Puente Chico en Domínico, decorado para la ocasión, desde donde tomaron hacia la izquierda hasta el borde de la barranca, pasaron frente a la casa de Santa Coloma y desde allí casi en línea recata, hasta las actuales Hipólito Yirgoyen, Rivadavia y la iglesia. Ese era el llamado camino Real.
La Comisión de Festejos estuvo formada por: el comisario Marcelo Aspitia, el agrimensor José Eusebio Otamendi y su hijo Juan, Francisco Lozano, Roque Estévez Correa y el preceptor Félix Meals. Todo el pueblo embanderado con pabellones federales y arcos triunfales floridos, recibió al cortejo encabezado por el retrato del Restaurador sobre un carro tirado por dos jacas.
En el templo fuero recibidos por el párroco Juan Bautista Camogli que celebró el   
Te Deum y pronunció un sermón “Religioso-Federal” el Pbro. Nicolás Vera. A las 14 finalizó la celebración religiosa y el retrato fue trasladado hasta la casa en la que continuarían los festejos. A las 16 se sirvió una comida a los más que famélicos federales. A las 18 nuevamente el retrato se paseó alrededor de la plaza y a las 20 se arrojaron fuegos artificiales. Concluidos estos, a las 22, comenzó en tres salones dispuestos para la ocasión una tertulia danzante donde “habían más de 150 señoras hermosas y federalmente ataviadas”. El baile concluyó a las 5 de la mañana del día siguiente en el que siguieron los festejos con volatineros, otro baile por la noche. La fiesta duró tres días consecutivos en los que también hubo agresiones de opositores al régimen como el intento de incendiar el salón donde estaba el retrato de Rosas que fue sofocado a tiempo.
O sea que las celebraciones patronales de 1841 en homenaje a la Inmaculada María Nuestra Señora de la Concepción, se mezclaron con los festejos federales por la muerte del general Lavalle.
Y AÑOS DESPUÉS...
Los festejos del 8 de diciembre de 1875, cuenta El Quilmero, fueron sumamente modestos pues la Municipalidad no contaba con fondos para distraer en esa celebración ya que los había agotado en la apertura del paso al río, la actual avenida Otamendi y la plantación en todo lo largo de esta arteria de 50 sauces, es bueno recordar que hasta ese momento no había en la Ribera árboles de gran porte, tan sólo sarandíes, ñapindaes y arbustos de especies achaparradas. Terminaba su mandato de un año el juez de paz y presidente de la municipalidad don Manuel Soto.
De modo que propuso costear la fiesta con la limosna que se aportaba anualmente al Iglesia, el diezmo, y con ese fin se formó una comisión que recorrió el pueblo solicitando un óbolo.
La celebración comenzó en el salón municipal con la distribución de premios a los alumnos destacados de las cuatro escuelas del pueblo dirigidas por los preceptores Demetria Rivero, Benítez, Blanco y Emiliano Reina. Los discípulos de este último entonaron algunas estrofas del himno nacional; digo algunas porque aún no se había establecido la versión que hoy se canta, de modo que no todos conocían con la generalidad de hoy en día el Himno Nacional Argentino.  Luego en la iglesia muy bien ornado por señoras devotas se realizó una misa solemne acompañada por una “gran” orquesta en la que sobresalió el órgano del templo. 
El nuevo cura pronunció un notable sermón que el único periódico del pueblo lo evaluó de esta manera: “ El nuevo cura de Quilmes revela dotes sobresalientes tanto como orador cuanto como persona de ilustración a la vez que liberalidad”. Esto de liberalidad implicaba que no estaba tan atornillado en el clericalismo contra el que los intelectuales de la época comenzaban a enfrentarse pues ya se amenazaba con la ley de educación común a cargo del Estado y la del matrimonio civil.
Siguiendo con los festejos al culminar la misa se tiraron algunas “bombas” y petardos y por la tarde en las casas de algunas de las familias pudientes se realizaron tertulias.
Por la noche en el Salón Municipal, por supuesto que decorado con la sencillez que imponía la austeridad comunal. Hubo una orquesta compuesta por piano, violín y flauta: Se sirvieron masas y refrescos. Las damas fueron las que gozaron de la mayor consideración por parte de los caballeros y de las autoridades pues para su “toillet” (baño) se contrató a una especializada señora de la ciudad que es encargada del salón de señoras de la estación Central.
FESTEJOS DE 1876
Los festejos de 1876 tuvieron cierta semejanza con los del año anterior. En esta oportunidad la familia Casares que tenían quinta de veraneo en el pueblo (manzana Rivadavia, Moreno, San Martín y Alem) obsequiaron el decorado floreal del templo. Era juez de paz el boticario Felipe Amoedo.
El Pbro. Jerónimo Martínez dio un sermón sobre “Las madres de familia”. Luego el párroco Quesada obsequió a las autoridades con un entremés y luego se pasó a la entrega de premios a los escolares. Después del himno dirigido por el Sr. Barrera, habló el Pbro. Quesada y las señoras de Solla y Cruz Baranda de Risso integrantes de la comisión de premios.
La maestra Dionisia Benítez dirigió unas palabras y comenzó la entrega de premios intercalados por las palabras de algunas alumnas: Julia y Elena Campero, Clara Flores (hija del ex juez de paz Tomás Flores) y Ercilla Otamendi. Luego se entregaron los premios a los alumnos de Demetria Rivero y a los varones del preceptor Emiliano Reina siguiendo el recitado de algunos niños: Juan Hasperué, Cosme Cohart, Julio Ithuralde, Gabino Risso de la escuela particular del Sr. Iriarte. Cerró la entrega de premios la hija de Celestino Risso, Elvira y con más discursos de José Andrés López y José Echeverría se cerró el acto pasando a las 17 hs. los concurrentes agotados y presuntamente aburridos a tomar un refrigerio.
EL ARZOBISPO ANEIROS
El viernes 7 de diciembre de 1977 a las 14:20 hs. llegó a la estación de Quilmes, un tanto zarandeado por el ferrocarril local, el arzobispo León Federico Aneiros. En la estación lo esperaba el juez de paz Amoedo que había sido reelecto. El prelado pernoctó en habitaciones que habían sido preparadas especialmente por Cruz Baranda de Risso, en la casa de Andrés Baranda, padre de esta última,  frente a la municipalidad. No duró mucho su descanso pues al amanecer lo sobresaltó el repique de cohetes y bombas de estruendo.
El Arzobispo presidió la ceremonia eclesiástica en un altar especialmente adornado por Aurora L. de Fernández; misa cantada preparada y dirigida por el maestro Barrera. [4] Luego se pasó al salón municipal para la entrega de premios a los alumnos de las escuelas locales como era tradición.
En primer lugar se otorgaron medallas a los alumnos de la preceptora Demetria Rivero, luego habló la sub-preceptora Andrea Benítez, hermana de Dionisia y se entregaron medallas a las alumnas de estas maestras, que fueron: Vicente Lassalle, María Iparraguirre, Clara Flores, Isabel Armesto y Ángela Lassalle y María Giménez.
Por parte de los alumnos se dirigieron al público las niñas Ángel Giménez y Malvina Wilde, de 6 años, hija del benemérito médico. También disertaron el Sr. José Echeverría y la señora Victoria Wilde de Wilde y para cerrar el acto se despidió de los presentes el arzobispo Aneiros, cerrándolo el Dr. Wilde... ¡Siete discursos!
El sábado 9 por la noche hubo tertulia en el salón municipal. Hubo muchos asistentes locales y personalidades de la ciudad de Buenos Aires (aún no era capital de la República) como: el Dr.  Alejo de Nevares, el Dr. Laurentino Aranda, el Dr. Delfor del Valle,el preceptor Blanco, Justino y Dimas González, Francisco Ferrari, el agrimensor Arrufo,  Miguel Cané,  Casares, Aristóbulo Cabrera, Rufino Fornaguera, Rodolfo R. Vega, Orleáns Larralde, Alfredo Sayús, los señores Ferrer, las familias:  Santa Coloma, Arce, Ouberbeck, D`Elía,  Guardo, Pasquez, de la Serna, Madero, Las Casas, Levalle, Rodríguez, Feitz, etc. 
 PROF. CHALO AGNELLI
BIBLIOGRAFÍA
Bobis, Daniel Omar. “Evolución de la sociedad Chaqueña - Comienzos de la colonización”. Monografía en www.ilustrados.com.
Craviotto, J.A. y Barrera Nicholson, C. “Fiesta Federal en Quilmes. La Urraca.

NOTAS
[1] Wilkipedia
[2] Craviotto, J.A. y Barrera Nicholson, C. “Fiesta Federal en Quilmes. La Urraca.
[3] De la Gaceta Mercantil.
[4] Ver: “Migraciones”.

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