miércoles, 10 de diciembre de 2014

EL SALÓN DE ACTOS DE LA ESCUELA NORMAL Y UN PAR DE INCENDIOS



Chalo Agnelli
En ese impenitente redundar por el pasado con el profesor Alfredo Améndola, dador de historias curiosas sobre nuestra Escuela Normal, - tan querida para él a pesar de que enredos burocráticos no le permitieron cursar el magisterio en sus aulas - nos contaba sobre el salón de actos que tuvo la Escuela y se quemó
íntegramente para nunca más contar con uno. 
Era una construcción de madera, amplia, confortable, con escenario, telones, bambalinas, 150 butacas y un piano. Estaba ubicado hacia la esquina de las calles Sarmiento y Conesa, en parte del terreno que hoy ocupa el Colegio Nacional.
Desconocedores de la existencia de tal salón y de su malogrado fin, recurrimos a la fuente indiscutible de la profesora Raquel Gail, albacea de la Escuela en la custodia y coordinación de su Archivo, y nos puso al tanto que hubo en ese establecimiento dos incendios: el primero el 27 de setiembre de 1950 y el segundo el 8 de diciembre de 1968.
PRIMER INCENDIO
Fue en el primero que se quemó ese gran salón que restó a la Escuela de un ámbito donde desarrollar actos escolares y todo tipo de acontecimiento cultural; en cambio tuvimos que soportar los actos patrios en el frío y, la llovizna a veces en el amplio patio. 
Dice El diario “El Sol” del jueves 28 de setiembre de 1950 (“AÑO DEL LIBERTADOR GENERAL SAN MARTIN” como se debía inicializar todos los documentos públicos por ley), [1]que el día anterior un incendio se había “registrado en el más importante establecimiento educacional de nuestro medio. En efecto, por causas que aún no han sido establecidas, estalló un violento incendio en el salón de actor de la Escuela Normal Mixta de esta ciudad, que lo destruyó totalmente, Según lo declarado por el cuida­dor del establecimiento, a la hora indicada (¿?) oyó ruidos extra­ños que provenían de aquel lo­cal y al acudir, comprobó que ya estaba envuelto en llamas. Requeridos los, servicios de los bomberos, se hicieron presentes 4 dotaciones del cuerpo local y posteriormente los de Bernal, cuyos integrantes lograron extinguir el fuego al cabo de dos horas de intensa labor, impidiendo que propagara a otras dependencias. A pesar de los esfuerzos realizados no se pudo evitar la destrucción total del local en cuyo interior había 150 butacas, un piano, carpetas, documentos y libros, todo lo cual también quedó reducido a cenizas.”
SEGUNDO INCENDIO
Fatalmente, pero con menos consecuencias, 18 años después se produjo el segundo incendio. Fue el 8 de diciembre de 1968, día de la Patrona de Quilmes y el mismo que tenía a toda la comunidad cristiana ocupada armando el árbol navideño. El país, con un general de opereta como primer mandatario, estaba bastante quemado, por cierto, sobre todo por las primeras chispas que se avizoraban en Córdoba y recrudecieron con el ventarrón el Cordobazo del 29 de mayo del año siguiente.
Dice el diario “El Sol” del 9 de diciembre de 1968, bajo el título: “INCENDIO EN UNA ESCUELA” Un incendio cuyo origen se investiga, causó la destrucción de muebles y documentos de alumnos y profesores en la Escuela Normal de Quilmes.
El siniestro se inició a la 1:10 en una secretaría de 5 por 4 metros del edificio, sito en Mitre y Conesa, propagándose rápidamente a un anexo de igual medida. Las llamas crecieron rápidamente, ya que entraron en combustión muebles, documentos, libros y papeles amenazando propagarse por el cielorraso a otras dependencias. De inmediato se hicieron presentes tres dotaciones de Bomberos Voluntarios de Quilmes al mando del jefe interino Juan Varela, los que luego de tres horas de agotadores esfuerzos lograron dominar el siniestro sin que se produjeran lesiones y evitando daños mayores. Con todo, presúmese que es importante la cantidad de documentos pertenecientes a alumnos y profesores que han sido destruidos por el fuego, como así muebles y otros efectos que no han sido valuados.” 
CONCLUSIÓN
La casona que albergaba en tres turnos instituciones educativas no era apropiada para ese fin. Había sido una residencia familiar, de las más suntuosas de Quilmes de aquellos años de 1850, con una exuberante vegetación en torno, Con el correr de los años, al edificio se le hicieron numerosas refacciones, modificaciones, ampliaciones, se instaló la electricidad, que originalmente no existía, y seguramente no fue con personal idóneo.
De todas maneras el “incendio” más grande ya tiene 36 años. Como en una época decían los jóvenes, expresión que se quedó en el tiempo: ¡es un “quemo” que a lo largo de tantos años la Escuela Normal no se haya terminado de construir!


Investigación Chalo Agnelli
Colaboración profesores Alfredo Améndola y Raquel Gail
FUENTE
Diario “El Sol” de Quilmes.
REFERENCIAS

[1] El 6 octubre de1949, por Ley 13.661 se declara "Año del Libertador General San Martín" al año 1950, en conmemoración del primer centenario de su fallecimiento.

2 comentarios:

agnellichalo@gmail.com dijo...

Dice Ana María de Mena, desde Neuquén: Fui la esposa de Felipe Santiago Achinelly durante los últimos años de su vida. Cuando falleció apelé a la psicología para sobrellevar el dolor de su pérdida. Un día el profesional que me atendía, me contó que cada vez que él pasaba por la Escuela Normal y veía las palmeras, se acordaba de Achinelly porque sabía cuánto había luchado para que no las sacaran cuando construyeron el nuevo edificio. Entonces recordé las veces que Felipe me contaba que tenía que comprar bombones para llevarle a una funcionaria que estaba en el área de construcciones del Ministerio de Educación de la Nación, para ponerla de buen humor
y lograr que accediera a cambiar los planos-tipo que manejaban en ese organismo, para salvar las palmeras. Parece que era una gordita golosa y él trataba de disponer su ánimo favorablemente llevándole masas o bombones...Transitó pasillos, dedicó tiempo, fue a reuniones, hasta que logró el cambio de planos y salvó las palmeras. El continuó integrando la Asoc. Cooperadora cuando sus cuatro hijos ya habían egresado del Normal, porque deseaba ver el edificio terminado. De esa época son los comentarios anteriores. No recuerdo bien pero creo que la inauguración fue después de fallecido Felipe, el 3 de junio de 1992. La nota que me enviaste y las fotos me trajeron estas cosas que quise compartir, porque muchas veces las anécdotas pequeñas se pierden si quien las conoce no las cuenta. También porque me trae un recuerdo grato de quien fue un querido compañero y un luchador por Quilmes desde donde le tocara actuar. Un abrazo. Ana María de Mena, periodista, historiadora y docente.

Nati dijo...

Qué hermoso poder leer todo lo escrito en esta página. Recuerdos maravillosos.
Gracias Ana por tus bellas y dulces palabras hacia mi querido papá Felipe Achinelly