miércoles, 19 de agosto de 2015

ALGUNA VEZ EL RÍO DE LA PLATA FUE CRUZADO EN UN BARRILETE - CENTENARIO DE LA AVIACIÓN EN QUILMES (COLABORACIÓN)



En esta oportunidad se presenta una historia vinculada con una aeronave fabricada en Quilmes. Una historia que en su momento se intentó silenciar, cuyo protagonista fue sancionado por la aventura.
 SOBRE EL RÍO DE LA PLATA EN BARRILETE

por Juan C. Benavente e Italo Nonna
Esta es una experiencia singular, arriesgada: el cruce del Río de la Plata en un planeador, un avión sin motor.
-¿Dónde estoy? - preguntó Alberto San Martín a un vecino que se acercó corriendo.
-En el Departamento de Soriano.
-¿En la Argentina o en el Uruguay?
-En el Uruguay.
-No puede ser.
-¿Cómo que no puede ser? ¿Acaso no sé dónde vivo? Si lo duda, pregúntele al comisario de Nueva Palmira, que ahí llega.
El comisario desmontó de un salto y revólver en mano gritó al piloto:
- Otro contrabandista que cazo esta semana. A ver ¿Quién es usted?

Alberto San Martín, luego de mostrar sus documentos, le explica a los desconcertados vecinos uruguayos cómo había llegado hasta allí: "Acabo de cruzar el Río de la Plata en este barrilete."
El piloto argentino recién al día siguiente logró comunicarse con el Club de Planeadores Albatros, cuyos directivos explicaron lo sucedido a las autoridades de los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Guerra, quienes se contactaron con sus pares uruguayos. Finalmente, luego de autorizar a un avión argentino para el traslado, tras algunos inconvenientes, San Martín es rescatado por Juan Chorrout y Raúl Delpino, que al mando de un biplano Pelikan remolcan al planeador de regreso a casa.
"¿PIBE, A DÓNDE VAS A IR?"
Contemporáneo a la instalación en Quilmes de la empresa IMPA, este suceso fue silenciado, olvidado, curiosamente distorsionado y cargado de desmentidas oficiales que, según los investigadores, tienen su clara explicación en el momento político que transitaban ambos países.
Lo cierto es que su protagonista, por una disposición del Director General de Aeronáutica Civil, fue sancionado en marzo de 1945 con 30 días de suspensión en sus actividades aéreas "por el aterrizaje efectuado en territorio uruguayo sin previa autorización".
En otro momento - o tal vez en otro momento y en otro país - el piloto hubiera sido reconocido públicamente por realizar un vuelo precursor, de semejantes características para la época sobre el Río de la Plata.
Campo de Merlo, 9 de diciembre de 1944: En las primeras horas de la tarde comenzaron a ascender los planeadores. Uno de los pilotos, Alberto San Martín, cargaba sogas estacas y martillo en su máquina. Al verlo, Alfredo Finochietti - un reconocido volovelista de la época - le pregunta: "¿Pibe, a dónde vas a ir?".
San Martín intuyó que había llegado el momento; la meteorología era favorable, era excelente para la práctica del volovelismo. Al poco tiempo, entre los planeadores en vuelo apareció uno bautizado "Indio" que tomó otro rumbo.
El corte (la separación del planeador del avión remolcador) se dio a 850m de altura. Según el relato del autor, la base de las nubes estaba a algo más de 1000m de altura. El planeador de San Martín descendió a casi 400m sobre el Río de la Plata, intentando buscar alguna "burbuja" térmica, es decir, una corriente de aire caliente ascendente que le permitiera ganar altura al planeador. Así fue, y el velero subió hasta "la barba" de las nubes.

USANDO "CALLES DE NUBES"
El piloto, diestramente y con buena suerte, fue utilizando "calles de nubes" y corrientes ascendentes para no perder excesiva altura, ya sobre el río. Se debe recordar que el planeador, al no tener motor para sostenerse en el aire, necesita aprovechar al máximo las corrientes ascendentes que lo mantienen en vuelo. Con mala visibilidad horizontal, San Martín no distinguía la costa uruguaya.
Siguió rumbo a unos 110 km/h de velocidad, al tiempo que perdía altura. San Martín pensó que tenía que acuatizar, hasta que comenzó a virar y ganar altura. Asegurada la llegada a la costa, el piloto buscó un campo para aterrizar teniendo en cuenta luego la necesidad de espacio para el avión remolcador. Tocó tierra en zona de lomadas, el planeador dio varios sacudones. Había llegado, no sabía bien adónde.

El vuelo tuvo una duración total (liberado) de 2 hs. 15 minutos, llegando a Nueva Palmira a las 16:15 hs; el planeador recorrió una distancia en línea recta de 110 km, de los cuales 68 se realizaron sobre el agua; la altura máxima de vuelo (por barograma) fue de 1.150 m.
LA "MÁQUINA", DE QUILMES
El Indio, el planeador utilizado por Alberto San Martín para cruzar el Río de la Plata hacia el Uruguay, fue construido íntegramente en Quilmes, bajo la dirección de Enrique Hoerhammer, piloto de la empresa Sindicato Cóndor Ltda. (instalada en al aeródromo de Quilmes en 1936, y cuya historia se ha reflejado en entregas anteriores de Perspectiva Sur). Hoerhammer fue también uno de los fundadores de la agrupación Aero-Rex, una agrupación aerodeportiva pionera en el Quilmes de la década de 1930.
El velero Indio era un planeador Rohn Bussard de 14 metros de envergadura (medida del ala de punta a punta) de muy buenas características de vuelo en su momento, pero bastante rudimentario principalmente en cuanto al instrumental de a bordo: no poseía altímetro ni indicador de velocidad. 

Juan Carlos Benavente
Ítalo Nonna
 

1 comentario:

monica san martin dijo...

Ese señor, capo volovelista, era mi papá. Gran soñador !!