martes, 8 de septiembre de 2015

ERGASTA B. TOGNATTI, MAESTRA FUNDADORA - 11 DE SETIEMBRE



por Chalo Agnelli
 En 1912: “...una joven maestra motivada por el ánimo que impulsó a Pestalozzi, a Sarmiento, a W. Morris a Almafuerte, salvando calles barrosas intransitables, comenzó a llamar a todas las puertas del barrio La Colonia instando a mandar a los niños a la escuela que acababa de crearse. Fue modelo de docencia, maestra por antonomasia y fundadora de la escuela N° 17, Coronel de Marina Leonardo Rosales”.[1] 
Ergasta Tognatti nació en Quilmes, en 1889, era hija de José Tognatti y Enriqueta Benavides; comenzó a ejercer la docencia con
certificado de “segundo grupo”, a partir del 27 de junio de 1904, tenía 15 años. Después de una breve experiencia inicial en la N° 7, ingresa con diploma oficial obtenido en 1907, a la escuela N° 4 de Berazategui, con la familia Lanz,[2] fundadores, docentes y directores de esa institución -  hoy, la N° 1 del Distrito de Berazategui -. Además, fue profesora en el Quilmes Preparatory School que dirigía la docente Dorothy M. Williams.
El 1° de octubre de 1912, con un sueldo de $ 195, se hace cargo de los 41 alumnos y de la escuela N° 17 que, había tenido una primera fundación frustrada, en 1905, en el barrio La Colonia,   por un período de tan sólo tres meses y medio. Ergasta permanece en la institución hasta 1926.
El 17 de setiembre de 1962, una comisión creada con el fin de homenajear al Magisterio Quilmeño, integrada por Miguel José
Silva Rey y Fernando Lara y la asesoría de Víctor Giordano organizó  un homenaje a la maestra Ergasta Tognatti en sus instalaciones. La docente de 73 años asistió con su hermana Mentana Tognatti de Carosini, también maestra de extensa trayectoria y directora desde 1918 hasta 1936 de la escuela Nº 20. 
La fiesta contó con una asistencia tan nutrida que las considerables dimensiones del salón de la institución no dieron a vasto. Actuó un coro alumnos de la escuela 17. El pianista Pedro Mergassi y los concertistas y compositores de guitarra Agustín Draghi y Carmelo Trapani – este último también ex alumno - ofrecieron diversas interpretaciones. De entre los que fueron sus alumnos el Sr. José La Plena fue el encargado de representar a todos con un breve discurso. Otro de sus alumnos el poeta Juan Lorente  recitó un poema de su autoría dedicado a la docente. Se le obsequió un artístico pergamino realizado por el artista y ex alumno Gerónimo Narizzano y una medalla de oro de la joyería La Plena. En nombre del ministro de educación Sr. José D. Méndez saludó a la docente el Inspector Dr. J. Jelemour.
Rescatamos del tiempo un trozo del discurso del Dr. Jelemour (Texto extraído de “Las Escuelas”), parangonando la figura de la Srta. Ergasta con la idea que Domingo Faustino Sarmiento tenía del
Maestro: “Los maestros de escuela son en nuestra sociedad moderna los artífices oscuros a quienes está confiada la tarea mayor que puedan realizar los hombres, que es completar la obra de la civilización del género humano. Sólo en estos últimos siglos y en algunos pueblos adelantados, esa obra ha ido más allá de ciertos sectores sociales y se ha generalizado a todas las clases y a todos los individuos. El hecho de que todas las clases e individuos de un pueblo, sean varones o mujeres, niños, adultos, ricos o pobres, reciban educación es nuevo en la Tierra. Aunque de manera imperfecta, ya lo encontramos en algunos pueblos de Europa y América. Esta generalización de la cultura se da tanto en países habitados desde hace mucho tiempo como en países jóvenes, lo que demuestra que no es tanto resultado del tiempo como de la voluntad, que es una exigencia de la época. La imprenta hace libro el caudal de conocimientos elaborados por la humanidad y pone al alcance de la especie humana esa obra que es fruto de siglos de
observación de estudio y de confrontación. Quien lee un libro llega  a saber tanto como quien lo escribió. 
El humilde maestro de escuela de una aldea pone toda la ciencia de la época al alcance del hijo del labrador, a quien enseña a leer. El maestro no inventa la ciencia, ni la enseña; tal vez sólo conoce rudimentos de ella, y la ignora en su conjunto. Pero abre las puertas cerradas al hombre naciente, lo pone en relación con el mundo, con el siglo, con otras naciones, con el conjunto de conocimientos que ha elaborado, con la humanidad.[3] 
Muchas otras personalidades, personajes y familias poblaron el barrio con sus recuerdos y le dieron un perfil y progreso. Pintar a una familia es describir una época y sus circunstancias; un grupo social, tradiciones y distinguir los postulados culturales que los identifica y resultan espejo de su comunidad. Sólo podemos nombrar unos muy pocos.

de "Maestros y Escuelas de Quilmes" Ed. Jarmat, 2004
de Chalo Agnelli
NOTAS

[1] Texto del Sr. Jorge Silva Rey en la Memoria y Balance del Club Alsina – 1962/63 
[2] Atanasio A. Lanz, obtuvo para Quilmes y la educación, entre otros
muchos bienes de progreso, la designación de Ciudad, la Escuela Normal, el primer gremio docente, la supresión de la pizarra individual sustituyéndola por el cuaderno de clase, etc. 
[3] Este texto fue leído por el autor en ocasión del centenario de la E.G.B. N° 17 el 16 de agosto de 2005.

lunes, 7 de septiembre de 2015

ARCHIVO HISTÓRICO, EDUCATIVO Y CULTURAL DE LA EDUCADORA LILA GIORDANO DE CAMPELO

Este blog, novísimo medio de comunicación que EL QUILMERO utiliza como instrumento de difusión de la historia, la tradición y la cultura quilmeña, así como la observación atenta al estado y cuidado de nuestro patrimonio, viene demostrando con constancia y persistencia la rigurosidad con que asumimos los objetivos que encabezan nuestras páginas: “Identidad - Pertenencia - Tradición - Instrumento de divulgación histórica del partido de Quilmes y su zona de influencia, desde más allá de sus orígenes en 1666 con la compulsiva llegada del pueblo que nos dio gentilicio y toponimia, las tres fundaciones, fragmentación política, origen y desarrollo de sus instituciones, biografías, comentario de libros de autores locales y toda la bibliografía referencial que surja y se descubra... ‘no se ama lo que no se conoce’. Chalo Agnelli”
Esta fue la propuesta que desarrollamos a lo largo de poco más de 6 años y 1230 notas que abarcan todos los temas específicos del blog, al que se suman a manera de sub-blogs: EL QUILMERO EN LA GOYENA, LAS LETRAS DEL QUILMERO, EL QUILMERO DE LA INMIGRACIÓN y RETRATOS EN LA CIUDAD, sin parcialidades de ningún tipo, con criterio amplio, sin mezquindades, con respeto y abierto a todos aquellos que generosamente nos han aportado sus investigaciones, notas, trabajos que hemos publicado sobre todo como estímulo a los jóvenes que incursionan en la historia. Así como nos hemos mostrado bien dispuestos a la divulgación sin restricciones que nuestras notas se publiquen en otros medios de prensa y comunicación, redes sociales, ediciones de todo tipo.
Esto me ha hecho acreedor de la confianza de personalidades y familias quilmeñas, así el año pasado, recibí de los hijos del profesor historiador JuanCarlos Lombán: Alejandra, Victoria y Ariel el legado de todo su archivo personal reunido a lo largo de una fructífera vida dedicada a la eduación, el arte y la historia.
Recientemente recibí un nuevo legado de las hijas de la docente e historiadora Lila Adorinda Giordano de Campelo [1]: Susana Campelo de Policicchio y la arquitecta Laura Campelo, quienes me confiaron el extraordinario archivo de su madre que consta de una valiosa documentación de la historia, la educación y la cultura de la segunda mitad del siglo XX de nuestro Quilmes, sus instituciones y la actuación que la señora de Campelo tuvo en proyectos socio-políticos que se desarrollaron en Quilmes en distintas administraciones como en la Comisión Municipal de Cultura y a monseñor Jorge Novak.
En la Biblioteca Goyena recibiendo el archivo personal de la educadora Lila A. Giordano de Campelo. De izq. a der.: Susana Campelo de Policicchio, Cristina Secco, Ana Aipurú, la Arq, Laura Campelo, Chalo Agnelli y Carlos Policicchio.
Una vez clasificada y puesta en valor esta documentación se dará información a todos los interesados de su contenido. Así como el legado de los hijos del profesor Lombán, el recibido de las hermanas
Campelo, también se conservará en la Biblioteca Popular Pedro Goyena que recientemente ha inaugurado un Museo Bibliográfico donde, desde el 15 de agosto, se exhiben documentos muy valiosos hallados en el "patrimonio Lombán".    
Es de tener en cuenta que así también se da cumplimiento al pensamiento de Lila A. Giordano de Campelo: “Constituye una verdad indiscutible que la historia de los pueblos la escriben sus instituciones... Otra verdad difundida y compartida es la que sostiene que la historia de los pueblos la escriben los pueblos mismos.”

Chalo Agnelli 
Director del blog 
NOTA
[1] Ver en EL QUILMERO del martes, 6 de septiembre de 2011, “LILA A. GIORDANO DE CAMPELO - EDUCADORA SEÑERA EN LA HISTORIA CULTURAL QUILMEÑA

 

JUANA MARÍA CABRERA Y ALAYÓN, MAESTRA FUNDADORA

por Chalo Agnelli
A partir de 1852, el partido de Quilmes, separado de Barracas al Sur, a pedido del juez de paz don Martín de la Serna, con la designación del primer juez de paz del nuevo Partido a don Andrés Baranda tuvo un extraordinario impulso alfabetizador, en lo que fue su Tercera Fundación. Disposición que acompañaron el Dr. José Antonio Wilde, Robustiano Pérez, secretario de la municipalidad, y maestros como José Rosende, Félix Meals,  Demetria Rivero, las señoritas Catalá, Emiliano Reina, las hermanas Faggiano, Dorotea K. de Rüfer y otros que se reconocen como los pioneros de la educación en Quilmes, cuando aún el sistema era muy precario. Aún no se habían sancionado las leyes de educación provincial de 1873, y la nacional Nº1420. Fueron estas mujeres y estos hombres quienes pusieron los cimientos de un sistema que llegó a ser uno de los de mayor calidad en toda América y varios países europeos; entre ellos se destacó la señorita Juana María Cabrera y Alayón. 

SEMBLANZA DE UNA EDUCADORA 
Nacida en Quilmes el 11 de marzo de 1866, Juana María era hija de Pedro de los Dolores Cabrera, nacido en las Islas Canarias en 1823, fallecido en Quilmes el 14 de junio de 1905, y de Ubalda Alayón, también canaria, nacida en 1824. Vivían en una casa ubicada en la esquina de las calles N°17 (Brown) y N°4 (Colón) La pequeña Juana fue bautizada por el párroco Pbro. Pablo María Pardo, el 7 de julio de 1866, en la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, actual Catedral de Quilmes. Fueron sus padrinos Marcial y Gregoria Alayón hermanos de su madre, que vivían en San José de Flores, como la mayor parte de la familia. Tenía dos hermanas Josefa María nacida también en Quilmes el 21 de enero de 1869 y María Nieves fallecida a temprana edad el 24 de abril de 1895.

Juana fue alumna en la escuela de niñas de Misia Demetria Rivero. Su capacidad y disposición la inclinaron hacia la docencia. A partir de 1886, con 20 años, ejerció como preceptora efectiva, inició el magisterio en la Escuela Primaria N°2 de niñas. En 1895 obtuvo el diploma de “Ayudante Infantil”, un título previo al de maestra expedido por el Consejo General - Folio 40 N°1671.
En 1887, por encargo de su tío el jurisconsulto don Honorio Martel, vecino del pueblo, asumió la crianza de su sobrina-ahijada, Filomena María de Baunelle y Martel (1881 – 1962), quien de muy pequeña había perdido, primero a su madre Libertad Martel, víctima de la tuberculosis y luego a su padre el inmigrante francés Raphael de Baunelle, quien como guardagujas (o guardavías) en la estación de Quilmes fue atropellado por una formación del Ferrocarril del Sud (hoy Roca); a la altura del actual paso bajo nivel Guido-Amoedo, en el empalme de vías que ingresaban a la Cervecería.
A mediados de 1893, se funda la Escuela Primaria N°9, en una propiedad de don Urbano Draque en la calle Olavarría entre Lavalle y Moreno; con 27 alumnos a cargo de la maestra Mercedes González, por muy poco tiempo, luego, el 25 de abril de 1894 comienza el año lectivo con la dirección, con grado a cargo, de Juana María Cabrera.
En 1895, junto a Celestina Marty de Mac Kay y Aurora Coccaro integró la comisión de maestros que se presentó ante el Director General de Escuelas Dr. Berra en reclamó de sus sueldos que no percibían desde hacía 8 meses. Así y todo no habían faltado una sola vez a dar clases.
En 1901, Juana M. Cabrera, por la muerte de la directora de la escuela N°6 Ángela Guany, cubre ese cargo interinamente durante un año hasta que asume como titular la señora de Mac Kay. 
El 1 de enero de 1902, con 36 años, asume la dirección con 3° grado a cargo de la Escuela Primaria N°7 con diploma de maestra común expedido el 29 de enero de 1898, N° de registro 3668 (Foja 45); permanece en el cargo hasta 1905. 
Durante 1904, se había dado reiterada discontinuidad en el dictado de clases por las reiteradas ausencias de algunas docentes y a partir de octubre de la misma directora, de modo que el Consejo Escolar, integrado por los señores Phaffenberger, Dapena y Antonio Barrera, el 15 de noviembre clausura la escuela N°7. A la fecha la matrícula era de 146 alumnos, 61 varones y 85 niñas. Juana María Cabrera es desplazada y a partir de esta situación se retira de la docencia. Tuvo una participación activa, no solo en lo educativo, sino también en lo social y cultural del pueblo de lo que fue la 'Tercera Fundación de Quilmes'.


Casa de Misia Juana Cabrera y Alayón en la esquina NE de Brown y Colón (Hoy heladería El Polo)
El 29 de agosto de 1906, donó (por el término de 5 años) su casa de la calle Brown 350, esquina Colón, para la instalación del Asilo de Ancianas que sostenía la Conferencia de Damas Vicentinas y la suma $ 2.000, para realizar refacciones que estuvieron a cargo de don Pedro Etchevertz, quien las lelvó a cabo desinteresadamente. Don Pedro es el mismo que levantó los nuevos edificios de la Comisaría Primera y el de la Escuela Nº1 (1910) El asilo fue bendecido el 8 de setiembre siguiente y se recibió una considerable colaboración de la Cervecería Quilmes.
Hasta ese entonces Misia Juanita, como la llamaban, había vivido en esa casa con sus padres, a partir dicha fecha en que su sobrina e hija de crianza alcanzó la mayoría de edad, se convirtió en la hermana Victorina e ingresó en el convento de las Carmelitas Descalzas en el monasterio Santa Teresa de Jesús, casa conventual de clausura junto a la iglesia homónima en la Capital Federal.
El 12 de febrero de 1908, firmó la escritura del Asilo para Pobres a favor del Arzobispado de La Plata a cargo del obispo Juan Nepomuceno Terrero y Escalada (1850-1921).
En 1913, después de hacer los votos de rigor, fue trasladada a la ciudad de Córdoba, donde murió en 1954, a los 88 años de edad, en el total anonimato que había elegido para los últimos 40 años de su vida, únicamente entregada a la oración.
 Era una mujer rigurosa; de catolicismo ultramontano y extrema en exigencias para consigo mismo como para los demás. Muy respetada por la comunidad quilmeña. Fue seguidora fiel de las obras educativas, tanto del Dr. José Antonio Wilde como de Atanasio Lanz.

Solicitud de don Pedro Cabrera dirigida al intendente Bernardo Lassalle, para que se le permita sepultar a su hija María Nieves Cabrera que acababa de morir el 24 de abril de 1895, exhumar y reducir los restos existentes en la misma sepultura desde el 23 de septiembre de 1889, para que sean colocados en un cajón que se volverá a depositar en la misma sepultura. Como el peticionante no sabía firmar lo hace su hija Juana María Cabrera de 29 años. El petitorio fue concedido.
FUENTES
Archivo de la provincia de Buenos Aires "Dr. Ricardo Levene" Sección Dirección General de Escuelas.
Archivo Biblioteca Popular Pedro Goyena
Archivo personal del autor. 

Giordano de Campelo, Lila A. "Primer centenario del hogar de ancianos San Vicente de Paul de Quilmes, su historia. 1894 - 8 de diciembre - 1994" Ed. de autor. Quilmes, 1994. Pp. 22 y 25
de "Maestros y Escuelas de Quilmes"
Ed. Jarmat, Quilmes, 2004
por Prof. Chalo Agnelli