sábado, 18 de enero de 2014

DOS WILDE PARA UNA ESTACIÓN FERROVIARIA

Continuando con la serie de notas previas al Bicentenario del nacimiento del Dr José Antonio Wilde, figura superior de la pléyade de prohombres del partido de Quilmes en su tercera fundación, y recuperando las que realicé para EL QUILMERO y periódicos locales desde julio de 2009, volvemos sobre el tema de la estación Wilde, tratado en un primer momento en la biografía del segundo médico del distrito y el primero en trascendencia, que publiqué en 2008, luego en este blog el 20 de diciembre de 2010 (ver) y de manera más extensa el miércoles 30 de enero de 2013 bajo el título "La estación Wilde - El nombre de un polémica" (ver), que reitera lo expresado en el libro. 
En ese título se halla el inteligente parecer de la historiadora y abogada Maxine Hanon, quien hiciera el prólogo de "Dr. José Antonio Wilde - médico, periodista y educador quilmero" (1814-1885), sobre esta controversia. 
Recientemente concluida la lectura del Iº Tomo de "Eduardo Wilde, una historia argentina", que la doctora Hanon presentó el año pasado en la Academia Nacional de la Historia, donde tuvimos el gusto de ser invitados y asistir, encuentro una nueva contribución al "Wilde" de la estación del ferrocarril Roca, con la que coincido completamente pues ambas figuras: uno para la historia local y por sus aportes a la educación nacional con su "Silabario" y a la literatura de costumbres o misceláneas por "Buenos Aires desde 70 años atrás" y el sobrino, Eduardo (n. 15/6/1844, Tupiza, Bolivia – m. 5/9/1913, Bruselas, Bélgica), por su inconmensurable protagonismo en la generación del 80, higienista, precursor y promotor de la ley de educación común, gratuita, obligatoria y laica (8/7/1884), la ley de Registro Civil (1884) y la del matrimonio civil (1888) y muchos otros cimientos para establecer una sociedad más democrática, justa e igualitaria. 
Dos hombres que supieron romper paradigmas.
Pero salgamos de este tórrido preámbulo y vayamos al texto que lo incita:

NOTA NÚMERO 166, DE LA PÁGINA 553 DEL LIBRO “EDUARDO WILDE UNA HISTORIA ARGENTINA” TOMO I - DE LA HISTORIADORA ABOGADA MAXINE HANON."Todavía se discute si el nombre que se dio a la estación ferroviaria Wilde fue un homenaje a Eduardo o a José Antonio Wilde. José Antonio tuvo descendientes que defendieron apasionadamente su posición; Eduardo, no.
El argumento más sólido a favor de Eduardo es que la primitiva estación, proyectada en noviembre de 1884, fue bautizada Wilde, sin mención de nombre propio, y el único Wilde, a secas, era Eduardo, el gran campeón de la ley 1420, el impulsor de las obras de salubridad.

Los principales argumentos que se esgrimieron en favor de José Antonio Wilde, vecino de Quilmes, fueron que el nombre se habría dado poco después de su muerte, y que la autorización salió del Ministerio del Interior, a cargo interinamente Wilde en ausencia de Bernardo de Irigoyen.

Sin embargo, del análisis de la documentación obrante en la Memoria de la Comisión de Obras de Salubridad, 1885, surge lo siguiente: las negociaciones con el ferrocarril para construir una estación junto al establecimiento de bombas de las Obras de Salubridad comenzaron en noviembre de 1884; el 9 de enero de 1885 - antes que muriera José Antonio Wilde - el gerente del Ferrocarril a Ensenada remitió a Isaac Chavarría, presidente de la Comisión de Obras de Salubridad, los planos ya confeccionados de la "Estación Wilde", y el mismo día la Comisión acusó recibo de la documentación de "Estación Wilde".

El 12 de febrero la Comisión remitió el proyecto de estación a Bernardo de Irigoyen, sin mención de nombre de la misma, para que tramitara la correspondiente y "urgente" autorización del gobierno de la provincia de Buenos Aires. El Ministerio lo remitió al Departamento de Ingenieros y la Comisión de Obras de Salubridad firmó un convenio con el Ferrocarril.

El 17 de abril de 1885 se firmó el decreto autorizando la estación según planos y convenio, sin mención de nombre. Lo firmaron Madero y Wilde, como titulares de la presidencia y el ministerio, en ausencia de Roca e Irigoyen que se encontraban en Mendoza en las fiestas de inauguración del ferrocarril Andino.

Queda claro que el nombre de la estación proyectada fue impuesto por el Ferrocarril con anterioridad a la muerte de José Antonio Wilde y que la autorización pedida al Ministerio del Interior y otorgada por Madero-Wilde no tenía expresa mención de nombre, sin perjuicio que éste figurara en los planos y en el convenio firmado.

La posteridad logró tergiversar estos hechos históricos y después de años de discusión, concluyó que aquella estación respondía a un homenaje conjunto a tío y sobrino.

Una más de las tantas injusticias que la Historia le ha regalado a Eduardo Wilde."
Suscribo plenamente este acápite que proporciona la biografía de Eduardo Wilde realizada por la señora Hanon; y coincido que el casi nulo reconocimiento que dieron todas las corrientes historiográficas argentinas a Eduardo Wilde (algunas comprensiblemente) "Demasiado protagonismo tuvo – en gran parte compendiado en sus Obras Completas de 19 volúmenes – como para que la Historia Oficial, montada por el mitrismo, pudiera ignorarlo", dijo de él el historiador Norberto Galasso.En el diccionario biográfico de Vicente Cutolo, se admite que “pocos hombres públicos argentinos suscitaron más odios y fueron, como Wilde, combatidos con más saña y encarnizamiento”. Y eso nos da una pista de la tergiversación operada sobre su figura. 
MEMORIA
La localidad Wilde perteneciente al partido de Avellaneda recibió el título de ciudad por la ley provincial Nº 8536 del año 1975. En la ciudad de Buenos Aires, tan sólo lleva su nombre un "pasaje" de una cuadra entre las calles Arregui y Lascano de Villa Devoto. En la ciudad de Córdoba hay una calle con su nombre. En la localidad de Llavallol hay una calle Wilde desde la ruta nacional Nº 205 hasta la avenida Seguí, pero se desconoce el destinatario. En San Vicente dos cuadras entre Segundo Sombra y Chubut llevan el nombre Wilde. En Quilmes no hay calle ni escuela que lo recuerde. Llevan el nombre del precursor legislativo y ejecutivo de la Educación Pública, común, obligatoria, gratuita y laica: la escuela de Educación Media (EEM) Nº 12 de General San Martín; la escuela Nº 404 de la provincia de Corrientes; las EGB1 y EGB2  ubicadas en zona rural (avenida Arturo Capdevila s/n Km. 16) de El Quebrachal, Colón, provincia de Córdoba...
Y es obligado afirmar que este libro merece un párrafo aparte, no solo por la rigurosidad biográfica que hace la autora, sino por la
posibilidad que da al lector de entrar en mucha otra bibliografía que esclarece las acciones de este hombre controvertido en su época, providencial para la nuestra. El libro de Hanon nos aporta párrafos de sus textos periodísticos, de su literatura, que también la ejerció con humor, sarcasmo y sensibilidad ("Tini"), sus discursos parlamentarios que no eran nada aburridos, por el contrario estaban llenos de sabrosa ironía y fecundos conocimientos que pocos podían superar en su época. Esta biografía son muchos libros en un libro, recién las primeras 556 páginas del primer tomo, inteligentemente motivadoras de las 524 del segundo tomo que nos espera impaciente.
¡Dos Wilde para una estación ferroviaria y para una localidad, no es poco honor!
Chalo Agnelli
chaloagnelli@yahoo.com.ar
VER:

lunes, 20 de diciembre de 2010 - LA ESTACIÓN WILDE 

http://elquilmero.blogspot.com.ar/2010/12/la-estacion-wilde.html

miércoles, 30 de enero de 2013 - LA ESTACIÓN WILDE – EL NOMBRE DE UNA POLÉMICA 

jueves, 5 de septiembre de 2013 - “EDUARDO WILDE. UNA HISTORIA ARGENTINA...”, DE LA DRA. MAXINE HANON.  

http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/09/eduardo-wilde-una-historia-argentina-de.html 

wordpress.com/2013/09/05/norberto-galasso-recuerda-a-eduardo-wilde/ 

http://www.discepolo.org.ar/node/10



 

 



martes, 31 de diciembre de 2013

ANTIGUAS EMPRESAS y COMERCIOS DE BERNAL DON BOSCO Y QUILMES (COLABORACIÓN)



¿QUIÉN RECUERDA ESTOS COMERCIOS?

 Colaboración Juan Carlos Grassi

MERCADITO "DON BOSCO"
En la vecina localidad de Don Bosco estaba ubicado el mercadito propiedad del señor Gabriel Amer, en la calle Uriburu, frente a la
estación. Tenía un gran surtido de mercadería que le permitía satisfacer las necesidades de las numerosas familias de Don Bosco y parte de Bernal, conquistando día a día mayor número de clientes y reputación.


CARNICERÍA “LA BANDERITA BLANCA”

El 19 de septiembre de 1908, se instaló por primera vez una carnicería en el entonces despoblado Barrio de Bernal Oeste, y ésta fue “La Banderita Branca”, de D. Fidel Taborelli, prestigioso comerciante, quien en el año 1935 ya constituía un alto exponente dentro de los comerciantes del pueblo, habiéndose distinguido siempre por la corrección de sus procederes.


GOMERÍA  “BOCHI” 
Instalada en la calle Belgrano 141, con teléfono U.T. 275 Bernal, se dedicó en especial al arreglo de cubiertas y cámaras de automóviles y camiones, aceites y grasas de conocidas marcas, repuestos y accesorios en general y venta de nafta “Energina” : ¿Álguien recuerda esta marca de naftas y quiénes eran los dueños de la gomería?

ALMACÉN “DON BOSCO”
Instalado en Don Bosco, calle San Martín y 11, con teléfono U.T. 50 Bernal, era un almacén de comestibles y bebidas envasadas, propiedad del señor Hermógenes Pascual, activo comerciante que llevó al almacén “Don Bosco” a ocupar un lugar destacado entre los negocios de la zona, gozando de gran prestigio en ese lugar.
Circa de 1936, se trasladó a su propio local situado en la avenida San Martín y Chaco, Don Bosco.





TALLER MECÁNICO  “BERNAL”
Este taller mecánico “Bernal”, situado en San Martín 580, con teléfono U.T. 122 Bernal, era uno de los mejores instalados del ramo, propiedad de Humberto Pignatto. Además se ocupaba de la venta de nafta Y.P.F., aceites, lubricantes, reparaciones en general de toda clase de automóviles y garaje.




HERRERÍA “DI  CLEMENTE Hnos.”
La herrería artística y de obras en general de Di Clemente Hnos. se encontraba ubicada en la calle Avellaneda 665, con teléfono U.T. 239 Bernal, siendo una de las más acreditada, habiendo efectuado numerosos trabajos en la localidad que merecieron los más elogiosos comentarios. La especialidad de este establecimiento era constituida por la fabricación de barandas para escaleras, portones, balcones, vidrieras, frentes para negocios, celosías metálicas; además, contaba con un gran taller mecánico.



VINOS  “LA CRIOLLA” 

La sección n° 12 de este establecimiento vinícolo, se ubicaba en la calle Avellaneda 619 de Bernal, siendo atendido, con todo entusiasmo, por D. Antonio Parada. Alcanzó gran consenso, considerado uno de los principales negocios del ramo en la zona.



TALLER DE N. SIMEONI E HIJO 

En el mes de enero de 1932 se instalaron en el B° Villa Cramer, con un taller mecánico, el señor N. Simeoni e Hijo, dedicado a niquelado, plateado, empavonado, afilación,  arreglo de máquinas de coser y armería en general. Primeramente fue ubicado en la calle Granaderos 22, pasando luego a ocupar el amplio y cómodo local  de la calle Rodríguez Peña 131, de Bernal. Contaba con modernas maquinarias atendidas por personal técnico y de larga práctica en su manejo, lo que le permitió ejecutar un trabajo perfeccionado. La sección que mayor cantidad de clientes conquistó y causó mayor satisfacción a sus propietarios es la de niquelado, ya que contaba con máquinas especiales al efecto muy perfeccionadas, gozando sus trabajos de un merecido reconocimiento por lo perfecto de su terminación.



CONFITERÍA DE LA ESTACIÓN


El café más central y antiguo de la localidad, ubicado en San Martín y 9 de Julio, frente a la estación Bernal del Ferro Carril del Sud, fue fundado por el señor Migliorini en el año 1888 [1], pasando, después de varios años de estar al frente su fundador, a los señores García y Tassano, sus actuales propietarios en el año 1913. 

En sus comienzos estaba dedicado a sala de cinematógrafo y café al mismo tiempo, para luego ser transformado en café y confitería, contando con una numerosa clientela. Ubicado en un lugar privilegiado de Bernal, era punto obligado de reunión de numerosos vecinos que concurrían diariamente, donde eran atendidos por personal competente bajo la constante dirección de los señores García y Tassano, que habían convertido a este establecimiento en el más concurrido de la localidad. 

Nota del autor: [1] En este año de 1888 era: “Buenos Aires y Puerto de la Ensenada”.  El 1°/07/1898, lo adquirido el “Ferro Carril Sud”.



LA CASA BOND 

Esta prestigiosa casa de comercio instalada actualmente en la calle Rivadavia esquina Moreno, Quilmes, fue fundada por el señor Pedro T. Bond en el año 1924. El primer lugar que ocupó este negocio fue Rivadavia 212, donde funcionó por espacio de varios años, para pasar luego al actual local de la misma calle número 202. La casa Bond contaba con las secciones de sombrerería, camisería, bonetería, zapatería, sastrería, artículos para sport, música, aparatos de radio, siendo uno de los establecimientos del ramo que mayor surtido de mercaderías ostentaba, contando con un monto de ventas extraordinario, lo que le permitió expender sus artículos a precios muy convenientes para el Público. 

El local de ventas que ocupaba, situado en la calle Rivadavia esquina Moreno, tenía amplias comodidades, siendo atendido por su propietario, secundado eficazmente por sus hijos y varios empleados que debían multiplicarse para atender la gran cantidad de clientes que concurrían.

La sección camisería, bonetería, extensamente surtidas desde los artículos más delicados y de mayor precio hasta las de precios más populares, adquirieron gran fama. También contaba, desde sus inicios, con venta de artículos de sport, siendo la casa Bond la que mayor reputación poseía por la calidad de los artículos que en ese rubro expendían, lo mismo que las secciones zapatería y sastrería, distinguiéndose por la selección de gustos y por los expertos profesionales que ejecutaban los trabajos de costura.



Recopilación: Juan C. Grassi – Mayo 2013
Miembro de ASOCIACIÓN ORÍGENES BERAZATEGUI
Fuente: Anuario Crónica. Quilmes-Bernal. Núm. 619. Año 1935.
E-mail: jcgrassi1420@hotmail.com 
Compaginación Chalo Agnelli


14 DE ENERO, 129 AÑOS DEL DECESO DEL DR WILDE



EN EL AÑO DEL BICENTENARIO DE SU NACIMIENTO
de “José Antonio Wilde, médico periodista y educador quilmeño
por Chalo Agnelli

CONTEXTUALIZACIÓN
Faltan dos años para que concluyera el período presidencial de Julio A. Roca. El pueblo está desengañado de su liderazgo. Con la vertiginosa inmigración el país llegó a los tres millones de habitantes. Los fines de semana los porteños y los quilmeños toman el tren a la Ensenada a fin de conocer la novísima capital de la provincia, La Plata, que ya cuenta con cerca de 1000 casas y poco más de 10.500 pobladores. Se sanciona la ley 1420 de educación común, laica, gratuita y obligatoria y por la ley 1565 se establecen los registros civiles en la Capital Federal.
El teniente coronel Pablo Belisle derrota al cacique Manuel Namuncurá, definitivamente. Se siguen inaugurando líneas ferroviarias, ahora entre Saladillo y Lobos y la línea telegráfica entre Buenos Aires y Asunción del Paraguay. El gobierno rompe relaciones diplomáticas con el Vaticano expulsando del país al nuncio apostólico que se opone a la ley de matrimonio civil. Aparecen tres obras básicas de la literatura argentina. Juan Moreira, Juvenilia y La Gran Aldea. Y el estadounidense Waterman inventa la pluma estilográfica. 
QUILMES
Es flamante presidente de la Municipalidad de Quilmes Alberto Oteiza y municipales: Julio Daubas, Fermín Rodríguez, Luis Rodríguez, Alejandro Villabrile y Roque Villa, secretario. Es titular de la parroquia el polémico Pbro. Rafael Fanego. 
Promovida por Wilde, a través de la acción constante y directa de las señoras Juana Gauna y Federica Dorman de Quijarro, [1] comienza a fraguarse  insistentemente la imperiosa idea de abrir un hospital en el pueblo. Se establece que la construcción de la cloaca máxima, dentro del ejido urbano, se haga bajo tierra. Se funda en el pueblo un nuevo periódico llamado La Provincia. 
Con esos acontecimientos terminó el año 1884 y a poco de nacer el nuevo año, en su casona de Quilmes, fallece el Dr. José Antonio Wilde, era el 14 de Enero de 1885, tenía 72 años. [2]
 

Dice Groussac: “Su muerte fue tan sinceramente sentida como había sido respetada la existencia de ese hombre de bien, que, además de un educacionista ilustrado, era un escritor lleno de soltura y amenidad. “ [3] 
No dejó fortuna, salvo la chacra donde, en parte, hoy se levanta la Cervecería Argentina Quilmes y la manzana donde se hallaba "La Victoria", casona familiar. A manera de testamento escrito pocos días antes de morir, como si previera su desenlace, escribió: “Dejo a mis hijos esta pluma, con ella escribí desde la primera a la última palabra de mi libro Buenos Aires, setenta años atrás”. 
La vida pública y privada de mujeres y hombres nunca va por igual camino, si bien hay una ética y una moral intrínseca que prevalecen en todo momento y ante todas las circunstancias. Por la dedicación y entrega absoluta a una idea, una obra, una lucha indefectiblemente se descuidan los aspectos privados y esto redunda en perjuicios para los afectos próximos.
Quizá la vida pública del Dr. Wilde, el tiempo y el esfuerzo que le demandaba su obra humana, intelectual, su ideología, no le permitieron vislumbrar, cuando su salud comenzó a deteriorarse temprana e irremediablemente, en la indefensión en que quedarían sus hijos después de su muerte.
Estos aún eran pequeños cuando fallece el matrimonio Wilde en poco lapso de tiempo. Les sucede lo mismo que a Victoria con sus padres. El mayor José Antonio tenía 17 años y el menor apenas 12, las muchachas entre 13 y 16 años. Si bien sus tíos Jaime, Alfredo y Enrique, sobre todo el primero, los ayudaron en su crecimiento, no era fácil sustituir la hondura intelectual y la presencia de ánimo del Dr. Wilde ni la fuerza de carácter de Victoria.  La contundencia del desamparo, que los golpeó en breve tiempo – menos de 6 meses -  debe haber sido desequilibrante. Esto suscitó problemas tanto en el manejo de la fortuna - que si bien no era cuantiosa era más que suficiente como para que los cinco inicien una vida provechosa y activa - como en el desarrollo de la voluntad, la conducta y en el manejo oportuno y apropiado de las diversas situaciones de la vida. 



EL QUILMERO - Jueves 15 de enero de 1885.
DR. JOSÉ ANTONIO WILDE.- Ayer a las 6 de la mañana falleció el que fue el Dr. Don José A. Wilde, víctima de una violenta enfermedad que lo postró en cuatro días. Una congestión cerebral lo ha llevado a la tumba siendo impotentes los esfuerzos de la ciencia y los cuidados de su familia para sustraerlos al desenlace fatal. El Dr. Wilde era un vecino muy estimado y respetado por toda la sociedad quilmeña que deplora su muerte con sinceridad. Entre las gentes pobres particularmente sobresalían sus sentimientos filantrópicos y nunca se llamó a su caridad sin obtener el óvolo de su mano tan largo como las circunstancias se lo permitían. Como médico y como vecino gozaba de la más elevada estimación  y su muerte es sentida por todos. Paz en la tumba del que fue el Dr. Wilde y que la resignación mitigue el dolor de sus deudos. 

EL QUILMERO Año X – Nº 252 domingo 18 de enero de 1885. ENTIERRO DEL DR. WILDE.- Tuvo lugar el jueves a las 9 de la mañana el entierro del Dr. don José Antonio Wilde. La caja mortuoria conteniendo el cadáver fue conducida a pulso desde su casa hasta la iglesia en cuyo atrio debió ser sepultado. Se colocó en el local que se le había preparado estando la iglesia toda enlutada y se celebró la misa de difuntos. Después fue sacado de la iglesia y conducido a la sepultura que se había cavado allí. Antes de depositarlo el Dr. Varela [4] pronunció algunas palabras encomiando los méritos y virtudes del finado y la gran manifestación del vecindario de Quilmes allí presente que demostraba el dolor sincero que le causara la muerte de aquel vecino tan querido. Le siguió el Dr. Cantilo [5] que se expresó en términos conmovedores, recordando las bondades del Dr. Wilde, su bello carácter y las prendas que le distinguían como un ciudadano digno, padre cariñoso y buen amigo. A más de las muchas personas que concurrieron desde la Capital con el Dr. Eduardo Wilde, Ministro de Cultura e Instrucción Pública y sobrino del finado, se hallaron presentes todos los vecinos de Quilmes y la mayoría de las familias vecinas de la localidad.
Busto de José Antonio Wilde, colocado en la plaza homónima o "de la Cruz" (Humberto Primo, Paz, Olavarría y Pringles) el 2 de diciembre de 1928, por la Asociación Amigos de la Plaza Wilde. Esta nota corresponde al periódico El Plata. Denuncia la nota que ya trabajaban en esos años las simples mentes estúpidas que se repiten en todas las épocas y tanto daño hicieron en estatuas y monumentos como el del Libertador en la plaza San Martín, vándalos con un fuerte complejo de inferioridad.
 Chalo Agnelli
14 de enero de 2013

FUENTE

Agnelli, Chalo. “José Antonio Wilde- médico, periodista y educador quilmeño. Biografía // 1814-1885”. Ed. Jarmat. Quilmes. 2008.

NOTAS

[1] Ver en EL QUILMERO. http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/03/juana-gauna-federica-dorman-de-quijarro.html 
[2] En mucha documentación, libros de autores rigurosos e incluso en la biografía que posee la Biblioteca Nacional de quien fue su primer Director, le dan dos años más de vida. El Quilmero, único diario de la zona, y el mármol sobre sus restos en la Catedral quilmeña señalan la fecha real. 
[3] Historia de la Biblioteca Nacional. Groussac, P. Pág. 47 
[4] Se refiere al hijo de  Florencio Varela,  Luis, periodista e integrante  del círculo de intelectuales al que pertenecía Wilde. Luis Varela en 1881 integró con el Dr. Carlos Spegazzini, la comisión que tuvo a su cargo la elaboración de un informe que justifique las ventajas de establecer la capital de la provincia en Quilmes. Suya es la leyenda que se colocó en la lápida del Dr Wilde. Ver Craviotto J. A. Pág. 241. 
[5] Se refiere a Gabriel Cantilo (1840-1891) poeta, periodista y abogado. Editor de la revista literaria El correo del domingo (1864-1867).