jueves, 28 de julio de 2011

DR EMILIO TORRE - EL NOMBRE DE TU CALLE

Varias arterias de Quilmes recuerdan a personalidades que calaron hondo en el desarrollo y la historia de nuestra ciudad. Es imprescindible su mención para que en el futuro, la memoria que flaquea fácilmente entre los quilmeños, no cometa la ingratitud que con otros prohombres locales que les arrebataron su nombre a la calle que los recordaba, como fue el caso de don Santiago Valerga, a quien, durante la comisionatura del Ing. Jorge Cichero, le arrebatron el nombre de su calle por San Mauro Castelverde (1972)
DR. EMILIO TORRE
Investigación Prof. Chalo Agnelli
Así como los historiadores llaman coyunturas a las divisiones artificiales establecidas por causas determinantes, etapas o momentos de cambio, con características propias que indican las diferencias entre las inmediatas anteriores y las posteriores, también hay hombres que transitan esos momentos como figuras coyunturales. Andrés Baranda, José Antonio Wilde, Atanasio Lanz, Augusto Otamendi, José Andrés López, Isidoro Iriarte, Rodolfo A. López, Fernando Pozzo... fueron en Quilmes algunos de esos hombres, grupo del cual no se puede excluir al Dr. Emilio Torre.
Hay hombres que definen su carácter por la tenacidad puesta en sus acciones y en los logros alcanzados, tanto personales, como en provecho comunitario. Y si, desde la perspectiva histórica, un atributo clasifica al Dr. Emilio Torre, es la tenacidad, sumada a su proverbial bondad.
Emilio Torre nació en Quilmes el 23 de mayo de 1891, sus padres Tomás Torre y Gerónima Calcagno vinieron de Génova en el año 1882, junto con ese grupo de ligures que le dieron perfil al barrio porteño de La Boca y a nuestro barrio de La Colonia, atraídos por don Santiago Valerga.
Ese año era intendente del vasto municipio de Quilmes, Ramón de Udaeta, yerno del Dr. Fabián Cueli. En Bernal, en la fonda de Tassano, se abría la primera escuela de ese pueblo en ciernes; el 18 de noviembre se ponía la piedra fundamental de la ciudad de La Plata y aquí, Papá Torre comenzaba a labrar una quinta en la calle Buenos Aires (Videla hoy) y Pringles; junto a las propiedades de Elías, del Dr. Honorio Martel, de Rufino de Elizalde y de Miguel Campero. Allí, nacen sus 10 hijos y allí aprendió Emilio a reconocerse parte de un suelo del que luego será protagonista indispensable. 
Eran los 10 hermanos Torre-Calcagno: Federico (casó con Verónica M. Dalla Via), Ángel Alfredo; María Elena (casó con Juan Pedro Constantino Pollini), Tomás Lorenzo (casó con Adela Moltedo), Mariano (casó con Haydee Otamendi) Alberto (casó con Elina Petrona Berazategui), Agustín (casó con Elena Mendiguibel), Matilde, Emilio (casó con Ernestina Arminda Otamendi) Camilia Teresa (casó con Benito Matías Carbone) 
PRIMERA FORMACIÓN 
Llegó el año 1897 y allá iban los Torre, en el amanecer frío y brumoso de las calles despobladas y lodosas, en bullicioso tropel a la Escuela Nº 1, donde Emilio hizo la primaria, cuando la dirigía Gaspar Frescas. Cursó los estudios secundarios en el colegio Nacional de Buenos Aires, sin dejar de colaborar con su padre en los trabajos de la quinta. Frecuentemente los vecinos lo veían montado al caballo que tiraba la noria para regar los cultivos, con un libro, repitiendo lecciones en voz alta.
En el hogar de los Torre el trabajo y el estudio eran prioridades inexcluyentes. Sólo intercambiaban preeminencia de acuerdo a las circunstancias. Así lo comprendía este genovés. Tres de sus hijos fueron médicos, una de sus hijas fue una prestigiosa profesora de violín y todos estuvieron consustanciados al quehacer social, cultural, educativo y económico del pueblo que sus padres, ejemplo de la inmigración en la Argentina, habían elegido como su lugar en el mundo.
LA MEDICINA
Emilio se recibió de médico en 1916, con tan sólo 25 años de edad, en la Universidad de Buenos Aires con altas calificaciones. Inmediatamente orientó su vida profesional y emprendió una tarea ciclópea en el partido donde los pocos facultativos, la extensión y la falta de caminos adecuados hacían impredecibles los resultados de cada jornada. Con el tiempo compró un Ford a bigotes de segunda mano, que no llegaba a todas partes, entonces Frías, el comisario de la 1º, le prestaba un caballo que cambiaba en la comisaría de Berazategui para llegar hasta la casa de algún medianero de Hudson o a alguna casilla precaria de la Cañada.
El pueblo no contaba todavía con todos los adelantos de la medicina y la clínica médica que el crecimiento de la población necesitaba. El 15 de marzo de 1925 se había inaugurado el Hospital de Quilmes, con muchos huecos sanitarios por llenar. Entonces el Dr. Torre procuró obtener un transporte para proveer de asistencia rápida a sus pacientes; y, en 1927, consigue del gerente de la empresa de tranvías Buenos Aires-Quilmes, el Ing. Juan José Elordi, una “zorra de carga” y la adecuó para trasladar a los afectados por enfermedades complejas hasta el Hospital de Niños y los hospitales Rawson y Muñiz.

De izquierda a derecha Víctor Fornabaio, Luis Aníbal Benguria, Vicente Macignani (p), Dr. Emilio Torre, Agustín Caffarena, el pintor Julio Rebolé y el constructor y autor Marcelo Traversi, pioneros de la fundación del Club Náutico. 1939
EL RADICALISMO 
El altruismo puede ser muy fuerte, pero no es suficiente cuando se pretenden logros rápidos, por eso a veces es necesario entrar en los estamentos donde deben ejecutarse los cambios. Así lo entendió el Dr. Torre y resolvió involucrarse en la política a través del radicalismo. El 18 de junio de 1909 fue co-fundador del Comité de la Juventud de la U.C .R, liderado por el Dr. Rodolfo A. López y otros jóvenes del pueblo. Fue vocal de la primera comisión, electo concejal desde 1925 hasta 1928, presidente del H.C.D. y en 1929, sucedió a José Eduardo López en la intendencia. Don Emilio fue el segundo intendente surgido de las filas del Comité de la Juventud Radical con 3538 votos, sobre un total de 7853 electores varones.
EL INTENDENTE 
Ya al frente del municipio se puso a trabajar en la que era su máxima preocupación, la salud de la población castigada por el tifus y otras fiebres intestinales. Para lo cual se necesitaban obras sanitarias adecuadas: agua corriente, cloacas, desagües pluviales, supresión de los pozos negros.
 Si bien Quilmes era ciudad desde 1916, solo lo era en las formas pues la realidad la continuaba calificando de pueblo. Las calles en su mayoría eran fangales. Apenas una breve lluvia inundaba las zonas bajas. Los vecinos se proveían con agua de los pozos surgentes; extraída mediante bombas de mano o molinos de viento. De estos se levantaron tal cantidad en el pueblo y sus alrededores que en un momento los pasajeros y visitantes dieron en llamar a Quilmes el “pueblo de los molinos”.
La población crecía con vertiginosa celeridad y las napas se contaminaban con los pozos negros, de manera que los problemas de salud eran equivalentes al crecimiento demográfico. Usar el agua de los pozos era un riesgo. La población estaba alarmada. En abril de 1929 el pueblo sacudió su modorra y en manifestación se dirigieron a la municipalidad con el reclamo: ¡Quilmes, señor Intendente, se muere de sed!”.
Sin mucha dilación ni consultas en mayo el Intendente Emilio Torre, acompañado por los concejales del Comité de la Juventud de la U.C.R., sanciona la ordenanza Nº392, aplaudida por la población, pero rechazada por algunos sectores conservadores y del radicalismo, liderados por los concejales Dr. Isidoro Iriarte, Ángel Levanti y Arturo Seguí que presentan una demanda por inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires. Los concejales de la Juventud Radical eran: Pedro Berbeni, David Canova, Juan Durante, Pedro Pablo Oliveri, Pedro Poloniolli, Agustín Perli y Agustín Rocca.
Si bien la reacción fue rápida, pues había que sortear los males sin dilaciones, arduas fueron las disputas, hasta que la máquina de impedir fue derrotada con la estrategia mediática del diputado Rodolfo Alberto López, como director del periódico “La Verdad ”, y, sobre todo, con el riguroso trabajo letrado del ex intendente, jurisconsulto José Eduardo López con quien el Dr. Torre elaboró y elevó una exhaustiva y contundente réplica de las observaciones formuladas contra la ordenanza , despacho que titularon. “La acción deducida.- Su concepto y fundamentos”.
De acuerdo a la lógica de los atenuantes presentados la Suprema Corte rechazó la demanda y defendió la constitucionalidad de la ordenanza Nº392. Así, Quilmes se puso a nivel de las grandes ciudades iniciando las obras sanitarias.
El 6 de setiembre de 1930 el golpe de estado cívico-militar-eclesiástico de la oligarquía conservadora liderado por el general Uriburu lo destituye, pero antes de dejar su cargo el Dr. Torre dicta un expresivo decreto destacando el estado floreciente en que deja la administración y advirtiendo a los usurpadores que tarde o temprano serían juzgados por el “Tribunal de la Opinión Pública”.
Este primer levantamiento sedicioso contra la democracia, que sufrimos los argentinos durante el siglo XX, no derrotó el espíritu de lucha del Dr. Torre. Conservó sus vínculos políticos hasta el fin de sus días. De entre las filas radicales fue admirador y amigo de Hipólito Yrigoyen - a quien visitó con otros correligionarios poco antes de su muerte -, del Dr. Honorio Pueyrredón, del Dr. Carlos Noel y en Quilmes, entre otros, de los López, de Pedro Pablo Oliveri, de David Canova y de Antonio Barrera Nicholson.
Continuó con el ejercicio de la medicina hasta poco más allá de 1974. A partir del 1 de abril de 1925 había integrado el primer cuerpo médico del Hospital de Quilmes a cargo de la clínica de hombres. Luego fue jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital y miembro del comité local de la Liga Antituberculosa.
De entre las enfermedades que eran flagelo en esos años en que todavía no existía la penicilina la tuberculosis fue el mal que enfrentó con la convicción que el encierro del tuberculoso en sanatorios y hospitales era una “…solución tan simplista como inútil.” Instaba a luchar contra el bacilo desde la prevención, atacando la miseria y las adicciones, aplicando normas de higiene laborales en talleres con horarios adecuados para mujeres, sobre todo embarazadas, y para los menores.
Presentó exhaustivos trabajos de investigación en la Revista Médica del Hospital de Quilmes que se había creado en 1935. “Manifestaciones neurológicas del cáncer de pulmón” y en colaboración con el Dr. Guillermo Craviotto “Consideraciones sobre una paraplejia”. Los médicos de Quilmes le deben también la fundación del primer Colegio de Médicos (Círculo Médico) el 10 de junio de 1933, junto a los doctores Isidoro Iriarte, Emilio Planes, Fernando Pozzo y José Orengo, todos integrantes de la comisión provisoria. Torre fue el primer presidente. También fue cofundador del Sanatorio Alvear. 
BODAS DE PLATA PROFESIONALES
En 1941 celebró las bodas de plata profesionales, por lo que fue objeto de varios agasajos en los que se pudo apreciar la gran estima de que gozaba entre el vecindario, lo mismo cuando celebró sus bodas de oro profesionales.
Perteneció a la Comisión de la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Quilmes de la que fue presidente desde 1929 hasta 1933. Durante este período, entre otros adelantos, consiguió que la empresa Colsor realizara el piso de material en el cuartel de la calle Garibaldi.
BERAZATEGUI 
El viernes 4 de noviembre con la sanción de la Ley N° 6317 se crea el “Partido de Berazategui” promulgada por el gobernador Oscar Allende. El prestigio con que el Dr. Torre había conducido la administración comunal durante su intendencia en Quilmes, su espíritu democrático, honorabilidad, sobre todo, el altruismo con que había asistido a los vecinos durante sus primeros años de ejercicio de la medicina y la sugerencia hecha al gobernador por el senador Esteban Tomero, artífice con el diputado Rodolfo Harsich de la autonomía, fueron los condicionantes para que en 1960, se pensara en él para comisionado del nuevo Partido. Allí estaba afincado su hermano el cirujano Federico G. Torre en la calle Nº30 esq. 13. El Dr. Torre tenía 69 años. Podía gozar de los resultados de tantos años de trabajo, pero no lo dudo, designado el 1 de enero de 1961,  asumió el cargo el 2 de febrero de ese año. Su comisionatura finalizó el 23 de mayo de 1963, fecha en la que tomó el ejecutivo municipal el coronel (retirado) Gaspar Hornos, quien estuvo al frente de la comuna hasta el 12 de octubre de 1963, en que por elecciones generales llegó a ocupar la intendencia el Dr. Juan Greco.
 Durante el mandato del Dr. Torre, desde 1961 a 1963, desarrolló una administración ejemplar, entre otras obras, la más progresista fue la continuación del camino pavimentado a Hudson.
EL DEPORTE
Fue un entusiasta deportista, el 19 de marzo de 1914 participó en la fundación de la Sociedad de Tiro, precedente del actual Tiro Federal. La reunión fundacional se realizó en una propiedad de la calle Sarmiento 140 y participaron de la misma. Enrique Mezzadra, V.J. Biosso, Fortunato Cichero, C. Angeletti, Luis Luchelli, Bartolomé Ferro, Raúl Letamendi, Rodolfo de Udaeta, Alberto Prom, Saturnino Iriarte, Roberto Castellanos y Emilio Torre que fue vocal de la primera comisión. La sociedad se instaló en terrenos donados por los hermanos Fiorito sobre la calle Cevallos, donde aún permanece.
Pero su verdadera pasión deportiva fue la navegación. El río de la Plata lo atrapó en su fluir impredecibles Ese río intenso que se extiende sin costa de enfrente que rosa a los quilmeños con laxitud y con broncas, que se mete adentro de las casas, adentro de la vida, sedujo a don Emilio desde pequeño y le despabiló esa ansia genovesa de embarcarse y salir a descubrir un mundo o su mundo. Recorría el río con su velero “Erzucor”, [1] construido por el arquitecto noruego Collin Archer. Ese barco era mellizo del Legh II, con el que Vito Dumas dio la vuelta al mundo en solitario alrededor de 1942, en plena guerra Mundial.
La navegación se hizo tradición en su familia. Mariano Torre, su hermano, junto con el multifacético Marcelo Traversi y Aníbal Benguria, entre otros, fue uno de los fundadores del Club Náutico de Quilmes en 1921 y otro de sus hermanos Alfredo, acompañado por Gustavo Scheffler, hizo que el gallardete del club flameara en los puertos de mar de Montevideo y de Mar del Plata con los veleros “Guaypurú y “Ispay”. Don Emilio presidió el club durante varios años caracterizándose su gestión por el progreso en todas las fases.
Junto con otro nauta local Marcelo Traversi, desarrolló una entusiasta afición por la fotografía amateur Cuenta el profesor Fernando San Martín que de su producción se repiten en cuanta publicación recuerda el pasado quilmeño: “…se destacan las fotografías como la salida de misa un Domingo de Ramos de 1910, la plaza Carlos Pellegrini (hoy San Martín) y la serie de tomas realizadas en picnics y recreos de la Ribera, durante esa misma época.” 
FAMILIA
El Dr. Emilio Torre estaba casado con Ernestina Arminda Otamendi de vieja familia quilmeña - cuarta hija (eran diez) de Ernesto Lucio y Zulema Labourt, - tuvieron tres hijos: Mábel María Gerónima, (Mabita), casada con Alfredo Patricio Ezcurdia, Emilio Ernesto Juan (Milo), casado con Irma Marchetti y Ernestina Zulema Cora (Rayito) casada con Jorge Heguilor. Mábel Torre de Ezcurdia fue fundadora de la Cultural Inglesa de Villa Ocampo en la provincia de Santa Fe.
Don Tomás Torre y doña Gerónima Calcagno, fundadores de esta familia en Quilmas, pasaron los 90 años de vida, el 6 de agosto de 1954 en Quilmes, ambos de la misma edad, celebraron su nonagésimo cumpleaños rodeados de infinidad de hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.
La casa de la familia Torre-Otamendi en la esquina de Rivadavia y Paz, consultorio y centro de reunión donde se trazaron tantos proyectos para jerarquizar a Quilmes, fue un diseño del arquitecto Germán Zundt y construida por la empresa Cairoli Hnos, hizo estilo en Quilmes como lo hicieron la residencia de Hermann Keller de las calles Pringles y Videla y el chalet de Juan Carlos Otamendi en Alem y Alvear.
Doña Ernestina murió el 14 de abril de 1978 y el Dr. Torre dieciséis días después, el 30 de abril, en el Sanatorio Alvear del que fue cofundador. 
En San Francisco Solano la calle Nº 895, desde el arroyo Las Piedras hasta la avenida Tomás Flores fue bautizada Dr. Emilio Torre y en Berazategui lleva su nombre el consultorio externo y unidad sanitaria Nº13 de la calle 114 esq. 26.
 
BIBLIOGRAFÍA 
Ver, “Quilmes mil imágenes” compilación e investigación del Prof. Fernando San Martín. Datos obtenidos de la Sra. Sonia Otamendi. Ver del autor de esta biografía “Migraciones” Pág. 67. Ver, El Sol 6 de agosto de 1954.
Goldar, José. “Historia de la Sociedad Hospital Iriarte”, Pág. 70
Investigación. Chalo Agnelli
2003 - 2011

Ver del autor de esta biografía “Migraciones” Pág. 67.
NOTAS
[1] Datos obtenidos de la Sra. Sonia Otamendi.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la nota solo que hay que destacar a los Señores Traversi y Benguria, siendo este ultimo mi abuelo, porque ellos iniciaron todo en lo que respecta al Club Nautico Quilmes. El nombre de mi abuelo era Anibal Benguria, no Luis. El resto hasta donde se esta muy bien. Saludos

emilio torres de solano dijo...

todos me cargaban porque vivía en 896 y llamándome Emilio torres tenia "mi calle" a una cuadra... ahora leyendo veo lo importante que fue el dr Emilio Torre para la sociedad de la época en la zona y habiendo nacido en el viejo hospital de Quilmes 8 meses luego que el dr murió, me parece que veo el origen de mi segundo nombre...

NORMA PACI dijo...

Que hermosos recordar a la familia Torre, mi abuela fue empleada en esa casa por mas de 30 años, mi papa desde chiquito ayudaba al chofer a lavar el auto del doctor, mi mama plancho alli muchos años y yo convivi mucho con ellos. tengo muchisimas anecdotas de ellos. La señora Ernestina, dioss, que generosa, Milo, lo mas al igual que su esposa e hijos, GRANDES RECUERDOS!!!!!

Marge dijo...

Muchísimas gracias!!! Soy sobrina nieta de EMILIO TORRE (mi abuela, María Elena Torre de Pollini, era una de esos 10 hermanos), y gracias a este artículo tengo muchísima información que desconocía. Abrazo quilmeño!

Unknown dijo...

Excelente nota!!.