jueves, 13 de septiembre de 2012

COLEGIO NACIONAL DE QUILMES EN EL PERIÓDICO "LA ZONA" 1943



Esta transcripción tiene su origen en un texto, copia de tres hojas borrador mecanografiadas en bastante mal estado, que estuvo en posesión del Ing. Eduardo Cichero de quien lo recibí en 2010. Es una reseña realizada por el profesor Fortunato Cichero, padre del ingeniero, para el periódico La Zona, como testigo y parte de la fundación de la nonagenaria institución. Se advierte además del proceso histórico de esos años, las ideas que sustentaban los hacedores del Colegio Nacional de Quilmes, algunos de sus promotores y continuadores. El profesor Fortunato Cichero fue uno de los fundadores junto con dos de sus hermanas, Sarah, prestigiosa artista plástica de esos años, y Cornelia.
Encontramos aquí la visita a Quilmes del general golpista Uriburu y la consideración con que lo recibió cierto sector de la comunidad.
Además el Prof. Cichero, aunque ya no formaba parte del plantel docente, aprovecha el pedido de informes para pintar el aspecto negativo que tenía el edificio donde funcionaban las dos escuelas, el Colegio Nacional y la Escuela Normal que lo albergaba a instancias de José Domingo Sosa del Valle.
Chalo Agnelli

Quilmes, julio 19 de 1943. [1]
Sr. Juan Noell [2]
De mi mayor consideración:
Me pide Ud. algunos datos sobre el ex-Colegio Secundario de varones hoy Colegio Nacional Mixto "José Manuel Estrada" de esta ciudad. Voy a buscar de mi ar­chivo mental todo lo que pueda, tratando de no equivocarme.
 Una tarde del mes de febrero de 1922 fui invitado por el amigo Dr. Rafael Garfios, entonces maestro en una escuela de la Capital Federal y en una nocturna de este Distrito, para presenciar los debates privados sobre, la Re­dacción de los Estatutos de un futuro Colegio, que debería ser la base de otro que surgiría con el tiempo, como surgió, de carácter secundario, del que ya se empezaba a sentir la necesidad en el Distrito.
Al mismo tiempo me invi­taban a formar parte de su futuro personal docente. Dado mi espíritu altruis­ta y sin preguntar "cuanto iba a ganar" contesté inmediatamente que sí.
Juntos nos encaminamos hacia el Colegio y domicilio particular del Sr. Doroteo Yoldi, en donde se estaban discutiendo estas cosas. En la casa del Sr. Yoldi, antiquísimo maestro de la madre patria y maestro de medio Quilmes de hoy, se iniciaron las primeras clases.
Aquella tarde estaban allí reu­nidos entre muchos otros, el inolvidable propulsor de muchas obras cultura­les don José Sosa del Valle, el profesor Olivio Acosta, vice de la Normal, las señoritas Ana María Y Catalina Borzi, el Sr. Fortunato Cichero, la Sta. Bruno (hoy Sra. de Raris), uno de los hermanos Colombo (Antonio), el Dr. Barrios, el Sr. J. Ferrero, el suscrito y dos señoritas más que no recuerdo exactamente su fisonomía pero creo eran las señoritas Sol. [3]
Prof. Doroteo Yoldi 
Las deliberaciones duraron pocos días más y enseguida se dio manos a la obra guiados todos por el lema "res non verba".
Los Sres. profesores Barrios y Ferrero se ocuparon de todo lo referente a la obtención del Decreto de Incorporación del Instituto a la Inspección de Enseñanza Secundaria, lo que fue otorgado siendo entonces Inspector General el Dr. Guaglianone; al efecto se concedió la incorporación del Primer año al Colegio Nacional Juan Martín de Pueyrredón de la Capital Federal.
El Colegio se denominaba "Colegio Secundario Quilmes" mixto y gratuito, funcionó en los primeros años el Colegio "San Luis Gonzaga", casa del Sr. Doroteo Yoldi, ubicada en la calle Alem 306, en donde hoy está el Archivo y Junta de Estudios Históricos que preside el Dr. Craviotto.
Comprendió al prin­cipio un doble turno a fin de que pudieran concurrir también los estudiantes que tuvieran alguna ocupación. El primer turno era de 16:40 a 19:40 y el segundo turno desde esta última hora a las 22:40.
Sosa del Valle
No podía funcionar en otras horas porque el local hacia falta para las clases del susodicho Colegio San Luis.
Se había establecido que el personal sería todo, diplomado, gratuito, pre­ferentemente habitante en la localidad y la enseñanza se dictaría de acuerde a los programas de los demás Colegios Nacionales, como efectivamente se hizo.
Olivio Acosta
Fue su primer Rector el Prof. J. D. Sosa del Valle y Secretario el Dr. Rafael Barrios. A los efectos de atender el doble turno se designaron dos Vice Rectores: Fortunato Cichero y el Prof. Olivio J. Acosta. El 1er tesorero fue el dueño de casa por razones lógicas, el Prof. Yoldi.
Inmediatamente se dio comienzo a la obra con dos divisiones de 1er año; los años subsiguientes: segundo, tercero, etc., se irían creando (como se hizo) a medida que los alumnos iban siendo promovidos de grado, solicitándose la correspondiente incorporación.  
Los primeros Profesores y profesoras han sido los siguientes, que en las actas se denominan fundadores del Colegio:
Olivio J. Acosta, Vicerrector de la Escuela Normal.
Rafael Barrios, maestro normal de la Capital Federal y Provincia.
A. M. Borzi
Catalina Borzi, profesora de la Escuela Normal de Lenguas Vivas.[4]
Ana María Borzi (hoy Sra. de Faragó), Dra. en Filosofía y Letras.
Lidia Nieves Bruno (hoy Sra. de Raris) Dra. En  Filosofía y Letras.
Cornelia Cichero, profesora en Lenguas Vivas.
Fortunato L. Cichero, profesor en Enseñaza Secundaria.
Sarah Cichero (de López), de la Academia Nacional, de Bellas Artes.
Antonio Colombo, catedrática de la Escuela Normal.
Eduardo Colombo, director de la Academia particular “F. Ameghino”.
José Ferrero, Dr. en Ciencias de la Educación.
G, Girotti
Guido Girotto, profesor de Enseñaza Secundaria del Normal y del Profesorado en Lenguas Vivas.
Antonio Iglesias, profesor de Enseñaza Secundaría.
Evaristo Iglesias, profesor de Enseñaza Secundaria.
María F. Job, Dra. en Química y Farmacia.
Angélica Morales Gorleri, maestra normal
Juana Sol, Dra. en Filosofía y Letras.
Raquel Sol, Dra. en Filosofía y Letras.
José D. Sosa del Valle, Director de la Escuela Normal
Doroteo Yoldi, Director del Colegie San Luis y Profesor de Enseñaza Secundaria
Posteriormente este elenco ha sufrido modificaciones debido a las cir­cunstancias inevitables que se producen en el orden económico de cada cual; así por ejemplo los señores Barrios, Ferrero, Cichero, Antonio Colombo [5] y Evaristo Iglesias y las señoritas Sol y Job, tuvieren que retirarse por razones de incom­patibilidad impuestas por la Superioridad; lo mismo sucedió mas tarde con la Dirección que tuvo que ser dejada por el Sr. Sosa del Valle y lo mismo la vice; le sucedió al primero la señorita Ana María Borzi quien la desempeñó con un criterio y acierto poco común; al Sr. Ovidio Acosta y al Sr. Cichero, suce­dieren les Sres. Yoldi y Armando Bucich, profesor nuevo que había entrado a formar parte del Colegio en lo que llamaríamos una “segunda carnada”; en esta también entraron la Sta. Nélida Bucich, el Sr. Luis Ricagno, la Sra. Peona, el Sr. Baglietto, la Sta. Goldstein (hoy Sra. de Bozzini) el Sr. De Kron, la Sra. P. de Collet, la Sta. Sosa del Valle, la Sta. Welbi, el Sr. Rennes (que reemplazó en las cátedras de Literatura e Idioma Nacional al Sr. Edmundo Gutiérrez), etc., etc...
Creo útil trascribir algunos de los articulados del reglamento general:
Art. 2º - El Colegio estará sujeto en sus líneas generales a la constitución de los establecimientos oficiales similares del país, con rumbo hacia las conquistas positivas de las ciencias y las artes y con espíritu de absoluta prescindencia de las ideas religiosas y políticas.
Art. 5°- No será el Colegio una empresa comercial y sí una institución que aspire en primer término a satisfacer las necesidades reales y en segundo lugar a ser reconocido por los poderes públicos como una fuerza necesaria y eficiente.
Art. 25- La enseñanza será gratuita y estará estrictamente sujeta al plan de les Colegios Nacionales.
Hoy el Colegio ha tomado proporciones insospechadas en los modestos fundadores de entonces, máxime después que fue oficializado.
Les tesoneros y nunca desfallecidos iniciadores trabajaron durante nueve años consecutivos con el norte mental de hacer progresar la juventud quilmeña con el mínimo de erogaciones; es indudable que no dejaban de tener la esperanza de ver algún día coronados tantos desvelos.
Mas de una vez hubo que preparar listas de voluntarios que dieran alguna contribución para solventar los gastos de luz, materiales de enseñanza, etc., pues no todo podía estar a cargo exclusivo del dueño de casa quien ya había hecho bastante oren dar el local, los bancos y la paciencia. No pocos fueron los destrozos ocasiona­dos por los alumnos y que hubo que remediar privadamente sin chistar por el bien del Colegio y la esperanza en tiempos mejores. Las vicisitudes por que pasé el tramite de su oficialización han si­do múltiples; ha habido momentos en que todo parecía perdido cuando de repente surgía una nueva esperanza basada en la amistad con un politice o una buena palabra de un Sr. Ministro amigo; durante la Presidencia del Sr. Yrigoyen y después de las gestiones de varios Diputados y Sanadores entre los que recor­damos al Sr. Alejandro Miñones que nos visité siendo subsiguientemente agasajado por la Comisión de padres y alumnos con un almuerzo en la Ribera local, se consiguió la oficialización teórica del Instituto. Decimos teórica, porque hasta que no se produjo la bienvenida Revolución del 6 de Septiembre [6] aquí no llegaron los nombramientos de ninguno de los miembros enseñantes (sic) del flamante Colegio.
Se tejieron los más variados cementarles y fantasías sobre el paradero de los nombramientos que realmente no vale la pena recordar.
El hecho es que el Colegio estaba creado y en el Presupuesto y la enseñanza seguía siendo gratuita tanto para enseñantes como alumnos.
Finalmente sobrevienen los hechos notorios del 6 de Septiembre; hay todavía un poco de titubeo cuando el Profesor Dr. J. U. Orengo se acuerda de que aquí en Quilmes hay amigos de la Presidencia [7] y del Colegio, son los distinguidos filántropos y caballeros hermanos Ithuralde. [8]
Decir y hacer fue todo uno y en pocos días, con una fineza realmente pocas veces presentada entre nosotros el Sr. G. Ithuralde trajo personalmente a la misma Escuela Normal en una tarde­cita del mes de Octubre de 1930 el nombramiento para cada uno de los Profesores que en ese momento aun dictaban sus clases.
Posteriormente Quilmes tuve el alto honor y la satisfacción de recibir la simpática visita del “General”, como se le decía respetuosa y amigablemente al General Uriburo; en los patios del Colegio (que funcionaba en la Escuela Normal) fue recibido por todo lo más granado que tenía intelectualmente tenia la localidad. Hablaron Sres. Sosa del Valle, el Dr. Orengo y el alumno hoy Dr. Garibotti. [9]
Para el mundo estudiantil e intelectual de Quilmes fue una pequeña apoteosis a la que hizo marco una hermosa tarde semiprimaveral.
Hoy el Colegio tiene once divisiones: tres de primer año y dos de cada una de los subsiguientes hasta 5°.
Su personal docente lo componen más de sesenta profesores de ambos sexos; algunos de ellos son sus ex alumnos como el Sr. Yol Gu­tiérrez, el Dr. Virgilio Gachassin y otros; dos han desaparecido dejando gratos recuerdos de su sabiduría y bondad: la Sta. Vazzano y el Profesor Sáenz; otros tuvieren que renunciar por incompatibilidades de horarios u otras causas.
Del primitivo enlace más arriba citado de fundadores hoy quedan en pié solo los siguientes, que llamaríamos las “columnas” del primer Colegio: Doroteo Yoldi, Sra. L. Bruno de Raris, el Secretarle Julio Raris, Sr. Guido Girotto, Sta. Catalina Borzi, Sta. Sarah Cichero, Dr. Eduardo Colombo.
Actualmente están progresando las gestiones para conseguir local propio pues e1 que tiene, aparte de ser común con la Escuela Normal, viéndose obligados a dictar en horas vespertinas para no alterar los horarios de aquella, no reúne las condiciones higiénicas-didácticas requeridas para un Establecimiento de la importancia que hoy tiene.
Los salones son oscuros mal orientados, con exceso de ruidos molestos en toda hora del día pues dan a la calle; no tiene sala de Profesores pues el exiguo local actual impide materialmente el pase y la estada de más de media docena de personas a un tiempo; no hay un salón de actos públicos ad-hoc que merezca el nombre de tal; las empleadas de secretaría y celadores trabajan muy incomodes por la falta de locales adecuados; no tiene local especial para biblioteca, los W.C. son pocos y mal situados, etc., etc.
Las deficiencias anotadas se pueden incriminar (sic) también a la Escuela Normal pues no cree que el personal de la misma esté de acuerde con el local citado.

Sara Cichero
Olvidaba citar entre les profesores del segundo momento pero no por ese me­nos valerosos: al Ingeniero R. González, la Sta. Vazzane, el Profesor Bauzas, la Sta. Juliana Aguirre, la Sta. Dora Smoglie, el Dr. Echelini, el Dr. Abrines, y al­gunos más que  seguramente debo olvidar.
Finalmente el Dr. Edmundo Gutiérrez, palabra y pluma galana, verdadero poeta y artista del buen decir   quien nos floreó en múltiples oportunidades con sus dones tan envidiables; fue precisamente “a ‘orillas del majestuoso Plata...” como él bien le dijo ese día, en que se agasajaron a los señores legisladores que vinieren a visitarnos apenas conseguida la oficialización teórica del Colegio que demostró una vez más el Dr. Gutiérrez su dominio de la palabra clara, penetrante, sentimental, expre­siva y que deja en el auditorio un recuerdo que solo el tiempo podrá atenuar, pero nunca olvidar. Sus palabras habrán dejado seguramente un recuerdo grato en el corazón de les legisladores.
(Aquí se interrumpe el relato, pareciera faltar una hoja en la que se debió dar cierre a la misiva)
 Transcripción y notas Prof. Chalo Agnelli
gentileza del Ing. Eduardo Cichero
NOTAS  

[1] En esta fecha era intendente en Quilmes el Dr. Manuel J. Cruz de orientación conservadora.
[2] Propietario y director del periódico “La Zona”, fundado el 21 de julio de 1936. Aparece en Bernal y luego pasó a actuar en Quilmes.
[3] Se refiere a Juana e Isabel Sol, que  más adelante nombra.
[4] El 10 de febrero de 1904, el decreto firmado por el Presidente General Julio A. Roca y su ministro Dr. Juan Ramón Fernández, dispone la fundación del Profesorado en Lenguas Vivas. Desde entonces, la Escuela Normal N° 2 de la Capital, elegida como punto de partida de dicha formación, se designa, conforme a su nuevo carácter, Escuela Normal del Profesorado en Lenguas Vivas. 
[5] Antonio Colombo docente de la Escuela Normal en 1933 será interventor del Colegio Nacional.
[6] Día del golpe de estado del general José Félix Uriburu con el apoyo decidido de la oligarquía agropecuaria, conservadores y  agrupaciones nacionalistas. Uno de los dirigentes conspiradores fue el general Agustín P. Justo, quien luego tomará el poder, comenzando la “década infame”.
[7] Se refiere al golpista Uriburu, y sobre todo a los conservadores, partido al que los Ithuralde eran adscriptos fieles.
[8]  Raúl Ithuralde fue comisionado interventor municipal, en lugar del destituido intendente radical Dr. Emilio Torre, a partir del 18 de setiembre de 1930, es decir, poco después del golpe de estado cívico-militar, y continuó en 1931, acompañado como secretario por otro notorio conservador don Manuel Huisi. Ithuralde había sido concejal el año anterior.
[9] Nació en Quilmes en 1908, hijo de Desiderio Garibotti y Ana Ritano. Se unió en matrimonio con María Esther Riveira. Ernesto Garibotti fue concejal de la Municipalidad de Quilmes, por el partido conservador desde 1932 hasta el 5 de enero de 1934 en que fue designado comisionado por la intervención provincial, cargo que detentó hasta el 24 de febrero de ese mismo año, en que volvió a su cargo de concejal. En 1936, durante la intendencia de Victoriano Huisi fue presidente de la municipalidad hasta el 30 de abril de 1940. En 1938 sucedió a Manuel Huisi en la dirección del periódico “La Reacción”, fundado el 1 de mayo de 1922 por el partido Conservador. Fue diputado provincial (17/11/1937 / 07/03/1940)

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