miércoles, 24 de abril de 2013

DON PEDRO FAUSTINO ETCHEVERTZ, CONSTRUCTOR DEL SEGUNDO EDIFICIO DE LA ESCUELA N° 1


por Chalo Agnelli
 Eran años de grandes cambios sociales, culturales, políticos y económicos en el planeta. En 1871 una inglés andariego que cruzó nuestras pampas Charles Robert Darwin, publicó “El origen del hombre y la selección en relación al sexo”. Curiosamente la fuerza de la naturaleza maltratada disemina por la ciudad de los Buenos Aires la fiebre amarilla que deja un saldo de 13.615 muertos. Entra en vigencia el código civil de Vélez Sarsfield. Chile inicia una avanzada sobre territorio Argentino por lo cual el presiente Sarmiento replica elevando a gobernaciones toda la zona de la Patagonia, hasta el río Santa Cruz y la de Magallanes, que incluye la Tierra del Fuego. Se fundan más de 1000 escuelas a lo largo y a lo ancho de todo el país y nacen las primeras escuelas normales y nacionales. En forma rudimentaria se extrae petróleo en Jujuy, Mendoza y Salta.
Pedro Faustino Etchevertz Gorrindo
Termina el año del estupor porteño y a poco de comenzar el siguiente, el 15 de febrero de 1872, nace en Quilmes don Pedro Faustino Etchevertz Gorrindo, hijo de Juan Bautista de 56 años, natural del Iparralde, Francia, y de Vicenta Gorrindo de 38 años, natural del País Vasco; fue bautizado por el vicario de la parroquia de la Inmaculada Concepción don Francisco Suárez Salgado, el 31 de marzo del mismo años, fueron sus padrinos los vecinos de Quilmes: María Mallo y Pedro Iturriaga. 
Pedro Faustino Etchevertz nació unos meses antes que el ingeniero norteamericano William Wheelwright trajera a Quilmes el ferrocarril Buenos Aires–Ensenada. De modo que llegó al mundo con el “Quilmes de antaño” que José Andrés López supo pormenorizar con tanta fruición. Su padre emigró a la Argentina junto con otras figuras que marcaron huella en la historia local: los Labourt, Ithuralde, Iturriaga, Lassalle, Larralde, Lerdou, Laurnaga, Goñi, Bazterrica, etc. una inmigración calificada que constituyó la base social, en los centros urbanos, de una clase media integrada por pequeños comerciantes, maestros, empleados, profesionales y, especialmente, trabajadores ligados al empleo público, municipal, provincial o nacional. [1] 
LOS COMIENZOS 
Recibió la enseñanza elemental en la misma escuela a la que él haría un nuevo edificio en 1910.
Fue uno de los primeros 44 varones que egresaron de la promoción que inauguró las nuevas disposiciones educativas sancionadas por la Ley de Educación Común de la Provincia de Buenos Aires de 1875.
A los 14 años comenzó trabajando como ayudante de uno de los constructores pioneros del pueblo, don Santiago Laurnaga, quien había reconstruido la iglesia, según plano de Pedro Petrocchi, obras que comenzaron el 1 de noviembre de 1862, y se concluyeron el 4 de febrero de 1866; luego, en 1868, realizó refacciones y nuevos trabajos en el edificio donde funcionaban el juzgado de paz y la municipalidad (Sarmiento y Rivadavia): instaló un aljibe en el patio de “50 pipas de capacidad”, con brocal de mármol y colocó una estufa, del mismo material, en la sala principal.
La experiencias del joven Pedro con don Santiago y estudios libres cursados con posterioridad en lo que él mismo llamaba de manera risueña “la Universidad de Yale”, le permitieron efectuar construcciones de notable fuste en Quilmes como el magnífico edificio de la Escuela Nº1 en 1910, frente a la actual Plaza San Martín.
Pero su trayectoria comenzó a brillar el 27 de mayo de 1897, cuando el intendente Amoedo recibió los planos y pliegos de condiciones por él preparados para construir la comisaría (actual Primera) y los remitió al Concejo Deliberante que autorizó la licitación según el perfil que aún persiste en la esquina de Sarmiento y Alem.
Al año siguiente, el 17 de setiembre de 1898, a pedido del intendente Olegario Ponce de León, presentó los diseños y presupuesto para al reconstrucción de la necrópolis de Ezpeleta, que se concretó al año siguiente, ejecutando el trazado del camposanto que hasta entonces estaba dividido en dos manzanas [[2]] uniéndolas con un boulevard central, levantó el pórtico, la capilla, la morgue, el osario, hizo oficinas y los primeros 25 nichos. Como Etchevertz era empleado municipal y no tenía certificado oficial para ejercer su profesión no pudo participar de la licitación y en su lugar y con sus bocetos, lo hizo su amigo el constructor Miguel Nazábal, quien lo acompañó en muchas otras de sus construcciones. El 25 de octubre de 1899, con el padrinazgo de don Olegario Ponce de León y su esposa Josefa Labourt Dupuy, se inauguraron las transformaciones. [3] 
LA NUEVA ESCUELA Nº1 
Su gran empresa se concretó a partir de 1910 con el nuevo edificio de la Escuela Nº1, que venía a suplir la inaugurada el 25 de mayo de 1863.
La población había crecido notablemente desde aquel entonces. El pueblo necesitaba instituciones adecuadas a la época. Ya se esta generalizando los grados complementarios (5º y 6º) y muchas familias que vivían en torno a la escuela y que pretendían que sus hijos hicieron estudios universitarios los enviaban a completar el ciclo primario a la Capital Federal. Se presentaron a la licitación 19 contratistas, de los cuales 6 no presentaron los pliegues en tiempo y forma. Comparados los presupuestos, planos y condiciones generales y especiales, se aprobó la propuesta de don Pedro Etchevertz por $ 87.576.- El valor más alto había sido de Juan A. Bianchi por  $ 118.500.- 
FACHADA
Para acceder con exacto aprecio a la arquitectura de ese edificio recurrimos al arquitecto Daniel Alberto Hurrell [4] que con la idoneidad de su profesión aportó estos párrafos: “Sobre una estructura clásica, horizontal de basamento, desarrollo y remate y un eje central axial se disponen los elementos del lenguaje academicista. Dos niveles de cerramientos se inscriben en pórticos “compuestos” con pedestal.  El orden compuesto es un orden romano de gran riqueza ornamental que combina elementos de los ordenes jònicos y corintios. El pórtico remata en un entablamento compuesto por un arquitrabe y friso sobriamente decorado sobre el que se inscribe el nombre de la escuela, luego se agrega una cornisa saliente y sobre cornisa que respeta el ritmo de las columnas.
En el eje axial se disponen: la puerta de acceso principal jerarquizada por una escalinata, un balcón en el primer nivel y un ornamento superior sobre la cornisa con alguna connotación modernista, donde se inscribe el año de la obra. La fachada posee una materialidad de tonalidades sobrias y en buenas condiciones de mantenimiento.” 
Hasta que la escuela fue concluida, todos los alumnos concurrieron a la que había sido escuela únicamente de niñas, sobre la calle Alem - hoy el Jardín Nº921 - y los grados del ciclo complementario estaban en otra propiedad. La magnífica obra de Pedro Etchevertz junto con la nueva municipalidad levantada en 1912 – hoy Casa de la Cultura - descolló en su tiempo el entorno de la plaza Carlos Pellegrini – hoy Gral. San Martín – y enorgulleció a los quilmeños. 
ACTUACIÓN PÚBLICA 
En todas las actividades que significaran el progreso del Partido, don Pedro Etchevertz se vio compelido a actuar con sentimiento altruista, por su arraigo y compromiso con su pueblo y su gente. La administración pública lo ocupó como tesorero contador de la intendencia entre 1893 y 1907. En 1895, durante al presidencia de José Evaristo Uriburu, la comisión local del segundo Censo Nacional que presidía don Juan Ithuralde lo designó secretario; el censo se realizó el 11 de mayo de ese mismo año, arduo trabajo para un distrito tan vasto con amplias extensiones de campo abierto que llegaba hasta el límite con La Plata.  En 1917 durante el último año de la prolongada intendencia del Pablo Castro [5] fue electo concejal. Además tuvo el cargo de comandante miliar local de la Guardia Nacional, consejero escolar y juez de paz del distrito - cuando esta función ya hacía unos cuantos años estaba separada de la de intendente. El 26 de enero de 1910 el H.C.D. elevó a la comisión respectiva del poder ejecutivo de la provincia de Buenos Aires la terna para el cargo de juez de paz. La misma estaba constituida por, titulares: Pablo Castro, Roberto Nalder Clark y José C. Berasategui; suplentes, Pedro F. Etcheverts, Faustino Armento y Genaro Zito. Fue designado para esa función don Pablo Castro, pero al año siguiente fue electo intendente de modo que tuvo que dejar su cargo de juez de paz; por otra parte, Clark y Berazategui desestimaron su elección, de modo que Pedro Etchevertz asumió como juez de paz el distrito.

EUSKAL ETCHEA
No olvidó sus orígenes. Muchos de los que compartieron su ciclo de vida tenían el mismo, allá del otro lado del mar. Los Etxevertz son oriundos de Gipúzkoa, aparecen en el siglo XVI, más o menos, pero en cuatro siglos pasaron a Bizkaia, a Zuberoa y Lapurdi. Ya en el Iparralde aparecen como Echebert y sus consiguientes deformaciones. Pero su origen materno es el Hegoalde, País Vasco Peninsular. [6] 
Cuando la vida se abría a nuevas posibilidades su padre llegó a este suelo y aquí sembró una semilla prolífica que don Pedro supo fructificar. En 1901 fue uno de los fundadores de la Asociación Euskal Etchea. Así comienza el acta fundacional de la Casa de los Vascos: “En el pueblo de Quilmes, a los 6 días de Enero de 1901, reunidos en el ‘Hotel Universal’ calle Alvear esquina Garibaldi, se reúnen los señores Santiago Goñi, Domingo Iparraguirre, Miguel Nazábal, José Larralde, Pedro Etchevertz, José Almirantearena, Jaime Bazterrica, Juan Bazterrica, Joaquín Elortondo, José Jourequi, Fermín Melchor, Tomás Barreneche, Pablo Ibarra, Francisco Candia, Francisco Arrieta, Basilio Amondarain, Julián Meñaca y Agustín Goñi; el señor Iparraguirre expuso el objeto de la reunión y que era de acuerdo a su convocatoria constituir una sociedad entre los vascongados e hijos residentes en el distrito...” Fue inscripta en la municipalidad con el Nº369. Luego se consiguió establecerse en una sede propia en la esquina de Brown y 25 de Mayo que aún posee.
Primera sede del Banco Popular de Quilmes
EL BANCO POPULAR
Junto con Fernando Otamendi, Oscar Risso, José Otamendi, Juan V. Posada, Ramón Da Pena y el doctor Juan M. Passicot, participó de la fundación de la primera institución bancaria que se abrió en Quilmes, el Banco Popular, que se constituyó el 24 de setiembre de 1909, en los al­tos del edificio sito en la calle L. N. Alem, esquina San Martín, pro­piedad de don Ramón Da Pena. Comenzó actuando como perito consultor y tasador, tareas ad honorem y llegó a ser presidente de la entidad en 1941, cuando Quilmes cumplió sus bodas de plata como Ciudad, acompañado en la vicepresidencia por Lo­renzo Dalla Vía; secretario, Agustín Canessa; vocales: doctor Juan José Elordi, Oscar Risso, Ángel Miriardo y An­drés Parnedies. 
EL HOSPITAL DE QUILMES.
El 30 de julio de 1919 en el despacho del intendente Dr. Pedro Elustondo a invitación del Dr. Isidoro Iriarte, don Pedro Etchevertz constituyó la Comisión Directiva “Pro-Hospital de Quilmes”, que dio origen al actual Hospital Isidoro Iriarte. Luego colaboró permanentemente con las obras que se hicieron con el correr de los años hasta concretar el sueño que habían fraguado aquellas mujeres como Juana Gauna y Federica Dorman de Quijarro en 1868 
ROTARIO
Fue socio cofundador del Rotary Club de Quilmes, entidad con al cual realizó una consecuente tarea solidaria en beneficio de la comunidad, las escuelas públicas y las instituciones de bien público, como la Federación de Cooperadoras Escolares y los Bomberos Voluntarios. 
SOCIEDAD ESTÍMULO DE BELLAS ARTES
Su gusto arquitectónico movilizado por un interior artístico, también lo mantuvieron ocupado. En 1898, participó con los vecinos Antonio Barrera Picart y Horacio Bossi Casares de la fundación de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, primera entidad cultural en su tipo creada en Quilmes, antecedente de la actual Escuela de Bellas Artes Carlos Morel. Esa Sociedad, en entre otras actividades, ofrecía becas a jóvenes destacados por sus inquietudes en todas las disciplinas del arte  para que estudiaran en las mejores instituciones porteñas o con los más renombrados maestros. 
 Su pasión por la historia argentina que estudió hasta los últimos años de su vida en profundidad y el ser dueño de una memoria privilegiada lo hizo vocal y colaborador permanente de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes y de la Comisión del Sur de la provincia de Buenos Aires, cuyos miembros le solicitaron realizar un plano topográfico del pueblo de Quilmes donde incluyó el nombre de cada uno de los propietarios de todos los solares del ejido urbano desde 1856, plano que luego actualizó a 1890 el profesor Manuel Ales y publicó en 1963. Este documento histórico ha sido de fundamental utilidad para los nuevos historiadores de Quilmes, como una orientación catastral. 
Felipe Amoedo
DESCENDENCIA 
Se casó con Eduarda Amoedo Dupuy, hija de Felipe, dos veces intendente en Quilmes y de María Eduarda del Corazón de Jesús Dupuy y Morel, por su madre doña Eduarda remontaba su origen a don Juan de Garay y la emparentaba con numerosísimas familias de arraigo local. Era sobrina nieta de don Carlos Morel, el precursor del arte popular y costumbrista argentino.
Ocho fueron las hijas de don Pedro y doña Eduarda: María Rita, casada con Luciano Rodríguez Rocha; Alicia V., casada con el imperecedero historiador don Luis E. Otamendi Nadal; Mercedes F., casada con Gaspar Fermín Vinent; Esther F., casada con el Dr. Antonio Acosta, hijo del ilustre vicedirector fundador de la Escuela Normal de Quilmes, Olivio Acosta; Lía Raquel; María Teresa, casada con Julián Arnolfo Juan Bautista de Luengo-Castejón Imperiale (Bernal, 11-10-1913 // 26-12-1987) Marta C., casada en primeras nupcias con Gutiérrez del Río y luego con el Dr. Nicolás Vinent y Celia A. (fallecida el viernes 23 de febrero de 2013), casada con Leopoldo Luna Olmos. 
 Don Pedro Etchevertz falleció en Quilmes, rodeado de su numerosa familia, el 17 de febrero de 1955, pero permenece en sus obras, sobre todas un nuevo edificio para la escuela que fue la primera oficial del distrito. Larga fue su vida, que transcurrió en épocas de grandes cambios sociales, políticos y económicos, tenía 84 años, pero sobre todo tuvo una existencia rica en realizaciones de todo tipo. Nada dejó por la mitad y todo lo que hizo por Quilmes y su pueblo dio frutos imperecederos, sólo basta pasar frente al imponente frente de la Escuela, que aún ensombrecida por la altura de los edificios que circundan esa plaza y que no estimulan el espíritu como la elegancia “... clásica [...] de gran riqueza ornamental” de esa construcción.
Otro atributo de don Pedro ¡Gran poblador!

 Investigación y entrevistas Prof. Chalo Agnelli
Colaboración de Alicia Otamendi Etchevertz
FUENTES
Archivo y fotografías: Prof. Alicia Otamendi Etchevertz.
Archivo Arq. Laura Campelo Giordano.
Diario El Sol de Quilmes.
BIBLIOGRAFÍA 
Agnelli, Chalo. “Cuaderno de Identidad I”, Ed. Tiempo Sur. Quilmes, 2009.
Agnelli, Chalo. “Migraciones – cuatro colectividades quilmeñas – Cinco familias para una historia social” Ed. Jarmat. Quilmas 2006.
Diarios: El Sol, La Prensa, El Día de La Plata
NOTAS

[1] Agnelli, Chalo (2006) “Migraciones – cuatro colectividades quilmeñas – Cinco familias para una historia social” Ed. Jarmat. Quilmas. 
[2] Hoy son Patrimonio Histórico Municipal. 
[3] V.: Cuaderno de Identidad I, Pág. 27.
 [4] Sobrino de quien fuera directora de esta escuela señora Norma Hurrell de Arbert.
[5] Pablo Castro fue intendente en Quilmes desde 1911 hasta el 31 de julio de 1917.
 [6] Cuando a principios del siglo XVI, comenzaron las migraciones vascas hacia América, fundamentalmente en los gipuzkotarras comenzaron a adosarle a su apellido las características geográficas del sitio que habitaban. Así etxe (casa), mendi (monte o montaña) Eliz (iglesia) alde (al lado), etc. De allí, que los Bert o vertz muestren orígenes de Gipúzkoa. Prof. Luis Lúquez: http://www.instdeculturavasca.com.ar





No hay comentarios: