jueves, 31 de agosto de 2017

LA CONTAMINACIÓN DEJÓ SUS HUELLAS EN LA COSTA



Prof. Chalo Agnelli
Indagando sobre la contaminación de nuestro Río de La Plata y cuánto afectó a las costas de Quilmes y al extraordinario nivel
turístico que tuvo el “Primer balneario popular de río, 1915 – 1960” como subtituló la profesora  Matilde I. Salustio su libro “El tiempo libre en Argentina- El Balneario de Quilmes”, [1] el más exacto trabajo historiográfico realizada hasta la fecha de esta  publicación ( 2009), encontramos en la Hemeroteca de la Biblioteca Popular Pedro Goyena este artículo de un suplemento del diario La Nación del jueves 17 de enero de 1991, [2] que abre su tapa con el movilizador título “Quilmes: desastre ecológico”. Es una investigación y entrevistas de la periodista Delia Alicia Piña que desarrolla en la página 3, bajo el copete:  
“TONELADAS DE PECES MUERTOS EN QUILMES
LA CONTAMINACIÓN DEJÓ SU HUELLA EN LA COSTA” 
La depreciación del oxígeno en las aguas de la Ribera de Quilmes, debida a la saturación de bacte­rias, sería la causa de la
mortan­dad de cerca de 4200 toneladas de sábalos han aparecido durante la ma­rea baja el jueves 10 de enero” de 1991 (hace 26 años atrás) Ese desastre ecológico se había registrado anteriormente en Punta Lara, donde también la Nochebuena de 1990, aparecieron miles de peces muertos. En ambas oportunidades se pro­dujo un fenómeno climático, que con cierta frecuencia se registraba durante la temporada esti­val. Delia Alicia Piña, entrevistó en la oportunidad al sub­secretario de Contralor Sanitario de la provincia de Buenos Aires, Atilio Armando Savino quien explicó: “Al subir la temperatura y bajar la marea y la presión atmosférica, disminuye notablemente el agua limpia existente en el estuario, que forma el río a la altura de la
costa de Quilmes. En esa zona existen dos capas de agua. La más densa, cargada de bacterias conta­minantes se ubica en el fondo del río, a donde se acercan los sábalos para chupar su alimento del barro. La otra es el agua de la superfi­cie, donde esos animales respiran el oxígeno existente. Las condiciones geográficas, meteorológicas y mareológicas se conjugan para tender una trampa letal para esa especie ictícola. La contaminación de las aguas con elementos químicos prove­nientes de desechos industriales (tanino) [3] y efluentes cloacales no tratados es otro de los factores coadyu­vantes de esta sucia situación”. Opinó el funcionario bonae­rense. 
ACCIÓN MUNICIPAL 
Mientras Savino admitía la inci­dencia de la incontrolable conta­minación que colaboraba con el problema que se presentaba, el
entonces se­cretario de Prensa y Ceremonial de la Municipalidad de Quilmes, Alfredo Bertiche descartó “… la posibilidad de contami­nación al grado de producir seme­jante mortandad. El municipio no tiene ninguna responsabilidad ni jurisprudencia en la zona afecta­da”. Y agregó que la Secretaría de Bromatología y Veterinaria de Quilmes, a cargo del Dr. Villordo, [4] efectuaba ins­pecciones periódicas y ejercía el control de policía en las industrias y fábricas que funcionaban en el dis­trito, para que no arrojaren desper­dicios a los arroyos ni al Río de la Plata. Además, señaló que no se rea­lizaba pesca comercial en la zona costera sino deportiva por parte de aficionados. “Los barcos pes­queros navegan por el canal y no se acercan a la ribera.”. Informaban el Secretario de Prensa y explicó, al requerimiento periodístico, que el go­bierno de Quilmes
no tenía injerencia en las actividades que se llevan a cabo en la costa, pues el control de las prácticas náuticas dependía de la Prefectura Naval.
Ante aquel desastre ecológico, el presidente de la Junta Munici­pal de Defensa Civil y el intendente Eduardo Oscar Camaño, permanecieron en la comuna a pesar de gozar de su licencia anual y, con el concejal Ati­lio Fable, quien lo suplía en forma interina, decretaron la emergencia y dispusieron los me­dios necesarios para realizar el operativo de limpieza. 
CENTENARES DE VIAJES 
El secretario de Obras y Servi­cios Públicos, Ing. Héctor Gigena, tuvo a su cargo la  supervisión de las tareas que realizaron aproxima­damente 50 personas, tres palas mecánicas carga­doras,
cuatro motoniveladoras y entre 30 y 40 camiones. Se realizaron cerca de 700 viajes al Cinturón Ecológico Área Metropolitana Sociedad del Es­tado (CEAMSE), en Villa Dominico, en cada uno de los cuales se trans­portaron 6000 kilogramos de sába­los. 
A pesar de la advertencia para que el público no ingrese en la playa, “la situación fue incontrola­ble debido a las actuales dificul­tades
económicas llevan a que la gente quiera disfrutar del balnea­rio y del recreo ubicado en el am­plio espacio verde existente en ese lugar”, comentó Bertiche. 
Esta reiterada situación, obligó a que “la comuna contratara quince guardavidas y dispusiera de dos ambulancias para cuidar al creciente público, que durante los fines de semana se acerca a una de las mejores zonas costeras del Gran Buenos Aires”, agregó. 
En la actualidad ese sector per­manece abierto, pero el ingreso en la playa está terminantemente prohibido. La advertencia se­guirá vigente hasta que se co­nozcan las verdaderas causas del desastre ecológico. 
SE ESPERAN LOS RESULTADOS 
Durante el operativo se tomó una muestra de agua que fue en­viada al laboratorio central del Ministerio de Salud bonaerense, en La
Plata, y varias piezas de sá­balos al Instituto de Investiga­ciones y Desarrollo Pesquero (INIDEP), con asiento en la ciudad de Mar del Plata. 
Los resultados de ambos estu­dios estarían mañana, cuando se podrían determinar las causas reales de la reiterada mortandad de toneladas de peces.
Bertiche precisó que hasta que no se averigüe exactamente las causas del fenómeno la playa per­manecerá cerrada (Delia Alicia Piña) 
PRIMER BALNEARIO POPULAR DE RÍO, 1915 – 1960” 
Pero para entender los orígenes de esta contaminación, de la cual lo antepuesto es tan sólo una porción de la torta del desastre, recurramos a las reveladoras página del libro de la Prof. Salustio que mencionamos (Pp. 155/158) 
ANTECEDENTES 
La contaminación estuvo vinculada a la construcción de la red cloacal según un proyecto del ingeniero hidráulico inglés John Frederick Batterman puesto en marcha en 1874.
Ese año concluyó la discusión sobre el destino de los líquidos
cloacales con la decisión de que pasaran por una planta ubicada en Puente Chico - actual Wilde - para luego ser  devueltos al Río de la Plata ya tratados.

En su plan, Bateman preveía un sistema que combinaba en una parte del recorrido el agua servida y el agua de lluvia, para luego enviar la primera a la Planta y la segunda a conductos de tormenta, frente a la ciudad. Las obras concluyeron en 1905, con el establecimiento de Aguas Corrientes de Recoleta, el gran depósito del Palacio de Aguas Corrientes, las redes de cañerías maestras y distribuidoras de agua potable, las cloacas externas de la mayor parte de los distritos de la Capital Federal, el primer caño colector llevaba los detritos desde la Capital hasta Berazategui; el sifón de la cloaca máxima, un conducto de ladrillos que cruzaba debajo del Riachuelo, cinco de
los grandes conductos de desagüe pluvial. Llegaba hasta la Bahía Colares próxima a la actual calle 14 de Beazategui. Luego se construyeron otros dos, uno con aros de hierro y el otro de cemento armado. Cuando estos caños sufrían roturas se reparaban, pero no en forma completa.

Estas obras fueron para una población de 180.000 habitantes; se consideraba que en 40 años no superaría los 400.000. Sin embargo, ya en 1908, la población superó el millón de habitantes. El crecimiento demográfico hizo que Buenos Aires tuviera un desarrollo urbanístico y una concentración de población imprevista… y el desastre. 
EN QUILMES 
La crisis comenzó en Quilmes en la década del ’60. Un vecino local hizo analizar las aguas en el Instituto Malbrán, este concluyó que
las aguas del Plata en esa zona estaban gravemente contaminadas y era peligroso su uso tanto para baños como para ingesta. 
Las autoridades municipales reaccionaron y dispusieron por el decreto N° 2.099/1960: “Quilmes, 30 de diciembre de 1960. Visto la situación originada por los desperfectos ocurridos en los conductos mayores de O. S. N. que atraviesan este distrito, la inquietud que ello despertó en este Departamento Ejecutivo y en diversos círculos científicos, en especial en los organismos sanitarios oficiales y privados; y
considerando: que a los efectos de estudiar el alcance real del riesgo a que pudiera estar expuesta la población, este D.E. dispuso la constitución de una Comisión Asesora Honoraria; que la misma se constituyó oportunamente cumpliendo con la totalidad de la tarea encomendada... El Intendente Municipal Rodolfo Adalberto López decreta... artículo 3° Declara no-habilitada al sólo efecto de práctica de los baños la zona que las aguas examinadas no son aptas para el consumo, riego o baño y que la afluencia de bañistas a estas zonas ponen en peligro su salud” [5] 
LAS AGUAS CONTAMINADAS 
El 2 de enero de 1961, el diario El Sol anuncia la crisis ribereña en un artículo titulado “Aguas contaminadas en Quilmes”.
Mencionando la evidencia de la ruptura de caños colectores de Obras Sanitarias en los conductos mayores que atravesaban el distrito, así la administración municipal declaró “no habilitado” el balneario de la Ribera y se  comenzaron  a colocar carteles de advertencia a los bañistas, pero esto causo un enfrentamiento con los recreos y casas de comida que veían mermada su clientela
“La ruptura del caño se produjo en 1952, cuando Obras sanitarias
de la Nación hizo volar sectores del principal caño colector para evitas una destrucción. La pérdida fue impresionante, el grueso chorro alcanzó la altura de 6 metros de altura cuando la presión de las mares altas taponaban el extremo internado en el río, por lo tanto las aguas servidas llegaban hasta la playa y hicieron de la Ribera el más peligroso foco infeccioso y antihigiénico en kilómetros a la redonda.” [6] 
La Comisión investigador que formó el secretario de gobierno Alberto Miguel Chaia, siendo comisionado Agustín W. Perli (26/4 a 14/9/1962), concluyó que Obras Sanitarias había ocultado la destrucción del conducto que llevaba las aguas servidas de seis millones de habitantes. 
Se sucedieron una serie de soluciones precarias. El tema fue intencionalmente callado tanto por autoridades locales, provinciales y nacionales. 
El supuesto desenlace lo puso la Municipalidad de Quilmes en el año 2000 en un folleto…
EL PRINCIPIO 
La contaminación de arroyos y lagunas que vierten sus aguas en el Río de La Plata comenzó con la instalación de saladeros durante  fines
del siglo XVIII. Por ejemplo, a la vera del río Matanza-Riachuelo (llamado Riachuelo en su desembocadura y río Matanza en la mayor parte de su recorrido), un curso de agua de 64 km, se instalaron primero un número importante de dichas industrias que, luego de la invención del frigorífico por Charles Tellier en 1876, viraron a curtiembres. Ambas producciones prorujeron los primeros focos de contaminación. Lo mismo sucedió con arroyos como el Conchitas, Las Piedras, el San Francisco, en la confluencia de estos dos últimos se forma el Santo Domingo; todos desembocan en el Plata. El arroyo Santo
Domingo fue altamente contaminado por la industria “La Sulfúrica” de Sarandí - que con tanto rigor describió el escritor Gómez Bas en su libro “Barrio Gris” [7] - del mismo modo lo hicieron algunas industrias de Bernal que, si bien fueron multadas en distintos momentos, era más barato pagar las multas que construir plantas de tratamiento de desechos químicos. Así, paulatinamente, se fue 'ahogando' el apodado río ‘color de león’ (sucio).
“El río de Quilmes”, como llamamos al Plata en su tramo local, es parte de la férrea identidad quilmeña y cuando recorremos sus orillas es inevitable no sentir una ramalazo de pena honda por la pérdida sufrida. 

Prof. Chalo Agnelli 
Miembro del C. A. de la Biblioteca P. Pedro Goyena,
de la Asociación Los Quilmeros y de la Junta de Estudios Histórico

FUENTE 
Nota de Delia Alicia Piña para La Nación del jueves 17 de enero de 1991. 
Salustio, Matilde. “El tiempo libre en la Argentina – El Balneario de Quilmes – Primer balneario popular de río, 1915-1960”. Piro edit. Quilmes, 2009.
Hemeroteca del diario “El Sol”
Hemeroteca de la Biblioteca Popular Pedro Goyena.
http://www.aysa.com.ar 
Marcos Rodríguez / Gentileza: Agua y Saneamientos Argentinos S.A
NOTAS



[1] Ver EL QUILMERO del domingo, 8 de febrero de 2015, “Cronología - La Ribera De Quilmes - 100 Años – 1915” 
[2] Año V – Número 222 
[3] Industrias papeleras de Bernal hasta no hacen muchos años poseían efluentes que volcaba directamente las aguas contaminadas con celulosa, tanino y otros compuestos tóxicos como el clorato, que actúa como alguicida, los fosfatos y nitratos. 
[4] Intendente de Quilmes entre 2003 y 2007 
[5] Salustio, Pág. 156. 
[6] Salustio, Pág. 157. 
[7] Ver en LAS LETRAS DEL QUILMERO del jueves, 14 de junio de 2012 “Barrio Gris” de Joaquín Gómez Bas.


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