viernes, 9 de febrero de 2018

ORESTE HUBER Y HUMBERTO BOZZO, VECINOS ILUSTRES DE AYER


Hay nombres que fueron alcanzados por el olvido. Los años con su cúmulo de acontecimientos y las nuevas generaciones criadas y formadas sin tradición van desplazando a personalidades que sin ser grandes figurones  de la historia, marcaron huella en los años que los tuvieron como protagonistas. Luego su imagen se fue diluyendo en recuerdos vagos de unos pocos familiares, descendientes, vecinos o aficionados. “La historia de una vida es la historia del medio, de la cultura predominante y las subyacentes, de una ética y sus consecuencias”.
En 2010 en el libro “La Colonia de Valerga – historia social del segundo barrio de Quilmes”, recuperamos parcialmente a muchas de esas mujeres y hombres que le dieron renombre a esa región del ‘gransudbonaerense’. Ahora los tratamos de perpetuar en este blog para que los logros de sus vidas enriquezcan las nuestras.
ORESTE HUBER [1]
Tenían apenas 5 años cuando llegó a Quilmes con sus padres atraídos por el boom industrial que estaba cobrando la localidad ribereña y las facilidades para adquirir una propiedad. La familia venía de Gálvez, en la provincia de Santa Fe, donde Oreste nació el 7 de abril de 1907. Eran de origen suizo, quizás del cantón de Valais o de Vaud, originalmente se habían establecido en el sur de aquella provincia, en una colonia agrícola fundada en 1858. Muchos valdenses que adherían a  la reforma protestante emigraron a la Argentina y a Uruguay buscando la tolerancia religiosa, en el país hermano fundaron la Colonia Valdense, ciudad uruguaya del departamento de Colonia.
EL BOXEADOR
Todo comenzó cuando tenía 13 años, regresaba a su casa cuando vio que en el Club ‘Sparta’, Francisco Fernández Melo y Juan Binelli [2] boxeaban en un ring improvisado sobre el pasto. Esa experiencia lo marcó para toda la vida y a partir de ese momento fue firme su decisión de boxear. En esos años el mejor maestro de box era el francés Gustavo Lenevé, un púgil que realizaba exhibiciones en el ‘Buenos Aires Boxing Club’, y contaba entre sus alumnos a los renombrados luego Victorio Campolo, Raúl Landini y Héctor Méndez.
Oreste no tenía medios económicos ni sus ocupaciones laborales le permitían aprender con Lenevé de modo que ingresó al ‘Provincial Boxing Club’; su profesor fue Felipe Núñez. En 1924, con Carlos D. Valerga y otros vecinos de La Colonia participa de la fundación del Quilmes Boxing Club. [3]
La segunda sede del Boxing Club en lo que era la Soc. Artesanos de La Colonia, esquina SO de Vicente López y Perón (ex Córdoba) Foto de la izquierda, 1926 con Carlos D. Valerga en la puerta, a la derecha vista actual.
En 1925, era bombero voluntario bajo la comandancia de Pedro Mesaglio. El presidente de la institución, Marcos Pereira, preocupado porque sus hombres pasaran entretenidos los momentos de guardia en el cuartel les procuró juegos: ajedrez, damas, barajas y sabido de los gustos de Oreste le obsequió los que fueron sus primeros guantes de boxeo.
Oreste Huber, primero a la izquierda junto a Justo Suárez "El Torito de Mataderos"
LA ANÉCDOTA
Por esos días la ‘Sociedad de Bomberos Voluntarios de Quilmes’ organizó en el terreno de la calle Rivadavia que se utilizaba para actividades de entretenimiento comunitario (Luego cine Cervantes de la Sociedad Española y hoy, en la planta baja, un comercio de equipos electrónicos) una kermese. Oreste tuvo una discusión fútil con Valentín Pianta, poco diestro para embocarles argollas en el cogote a unos patos que nadaban en un fuentón. Los amigos, entre ellos Romeo Maiorano, aprovecharon la situación y antes que se fueran a las manos allí mismo concertaron una pelea que se realizó en el Boxing. Oreste ganó por puntos. Desde allí ya no se detuvo.
EL PROFESIONAL
Su carrera como profesional comenzó el 16 de julio de 1929, en el teatro “Coliseo” de Buenos Aires enfrentando a Alcides Galdolfi Herrero. Ese mismo año, el diario “La República” presentaba a todo lo ancho de la hoja este título “Oreste Huber, la inteligencia en boxeo, empató una pelea imposible”. La pelea había sido contra el español Manuel Montes en el teatro “Onrubia”. Fue la primera de las centenares de veces que su nombre apareció en las páginas deportivas de los diarios de ese país. Fue campeón de la ciudad de Quilmes con peleas en el teatro “Empire” y el club “Patria e Unita”; en Buenos Aires también peleó en la ‘Federación Argentina de Box’; en Montevideo derrotó a un pugilista destacado de la época, Hortensio Goularte. Nunca fue vencido por nocaut.
Caricatura de O. Huber por Jorge Barton (1927)
BOXEADOR CERVECERO
Llegó a ser una figura relevante en el boxeo nacional en la categoría liviano “(...) en aquellos tiempos que se pagaban $120 por una pelea de semifondo”, pero aun como profesional, ese dinero no alcanzaba para mantener una familia, de modo que Oreste, que de joven había trabajado en Rigoleau, entró en la Cervecería donde el mayordomo Pedro Dreisch - también con un hijo aficionado al box - le permitía salir más temprano cuando tenía algún encuentro pugilístico y a veces hasta obviaba algún faltazo.
Lo apodaban “la inteligencia en boxeo” y boxeando recorrió toda la Argentina. Era riguroso y exigente en su propio entrenamiento que realizaba con aficionados amigos como: Ángel Camarero, Raúl Carranza, Ángel Dellagiovanna, Fioravanti Pierobón, Eduardo Granada, Maximino Hernández, Carlos Herrera, José Iliali, Elías Scarabotti, Alberto Varela, Salvador Zaccone, los hermanos Sofía, los hermanos Ronconi y Romeo y José Maiorano. [4]
El 18 de febrero de 1932, hubo un resonante encuentro entre el estilista del ring Raúl Landini y Oreste Huber que reunió en Quilmes centenares de personas de todo el Gran Buenos Aires, La Plata y la Capital Federal. Algunos hombres se habían instalado en el hotel 'Moderno' y en el Hotel-Pensión 'París' de la calle Pringles 695 (6), en algunas pensiones y a las puertas del Boxing desde el día anterior para ser los primeros en ingresar.[5]
Tuvo alrededor de 45 encuentros como amateur. Realizó cuarenta peleas, siendo algunos de sus contrincantes extranjeros: Clearcy Jones, Ceolín Olano y Luis Rayo y los argentinos: Juan Aldovrandi, Germán Ballarino, Alfredo Buscaglia, Emilio Escudé, Julio Mocoroa, Juan B. Pathenay, Gogliardo Purcaro, Justo Suárez, Alcides Gandolfi Herrero, Raúl Landini y Sabino Bilanzone, habiendo sido derrotado tan solo por los tres últimos. Fue entrenador por $ 5 al día; entre sus múltiples pupilos, preparó a Julio Mocoroa.
Oreste Huber se jubiló como obrero cervecero pasados largos los 60 años de edad y murió octogenario en su casa de La Colonia, Sáenz Peña y Rodolfo A. López (ex Santa Fe)
Periódico 'El Plata', 1926 (Gentileza Mora Camarero)

HUMBERTO BOZZO
Humberto Bozzo, de origen genovés, fue un apasionado deportista, fundador del Boxing Club  y de larga trayectoria en esa institución, durante casi 35 años cubrió distintos cargos en la comisión directiva; la mayor parte como tesorero. En 1958, a pesar de haber sido reelecto para dicha función, resolvió retirarse permaneciendo como un socio activo más. Bozzo y Elías Scarabotti eran, concluyendo la década del ’50, los únicos fundadores, testigos vivos de la extensa y rica historia de esta entidad donde tantos jóvenes se formaron física y espiritualmente con los fundamentos de conducta e integridad que son inherentes al deporte, cualquiera sea.  El sábado 10 de mayo de 1958, todos los socios del Boxing, presidido por don Eugenio Calzetta realizaron una demostración en honor de Humberto Bozzo.
Este noble vecino de La Colonia estaba casado con Catalina Valerga, hija de don Santiago. La pareja tuvo ocho hijos: Florinda Justina, Rosa Matilde, Catalina, Amelia, Fortunata, Ángela, Manuel y Humberto Pedro (Tito) Florinda Justina se casó con Horacio Balacini; Rosa Matilde, con Domingo Araujo, hijo del homónimo que fue el primer comisario de Quilmes (1881); Amelia se casó con el educador Antonio Iglesias, que fue director del colegio San Jorge, hermano de otro benemérito educador, el profesor Evaristo Iglesias; Ángela, con Pedro Lampi. Humberto Bozzo Valerga, quien también descolló como un notable atleta y entusiasta deportista de La Colonia, de excelente actuación en varias carreras de 300 y 800 metros llanos como representante del Boxing Club. [6]

Primera Comisión Directiva del Boxing Club. De Izq. a Der.: sentados: Humberto Bozzo, Carlos D. Valerga, el Ing. Castro, Raúl Carranza y M. Bozzo. Detrás de pié: J. Núñez, J. Bracco y E. Scarabotti.
Investigación y compilación Chalo Agnelli
Colaboración Julio César Valerga, Domingo Araujo

FUENTES
Archivo Biblioteca Popular Pedro Goyena y Museo Bibliográfico-Documental
Box Rex. Registro oficial del boxeo.
Diario “El Sol”
NOTAS


[1] Revista del cincuentenario de “El Sol”, 1/11/1977
[2] El Club ‘Sparta’ fue el antecesor del Boxing. Fernández Melo fue un destacado paisajista, pintor y deportista quilmeño: ver en EL QUILMERO del domingo, 1 de febrero de 2015, “LA PLAZA ARISTÓBULO DEL VALLE O PLACITA DE LA COLONIA. Juan Binelli, padre del pediatra y ajedrecista.
[3] Ver en EL QUILMERO del domingo, 4 de febrero de 2018, “EL QUILMES BOXING CLUB”.
[4] Ver en EL QUILMERO del sábado, 5 de junio de 2010, “ENCUENTRO PUGILÍSTICO BARRIAL – ‘DEL ARCÓN DE LA ABUELA’ - Salman Sale Andah versus Odilón Vicentela”.
[5] Párrafo tomado de la nota sobre el “Quilmes Boxing Club”.
[6] Del libro La Colonia de Valerga Cap. I

1 comentario:

Gastón Huber dijo...

semanas atrás encontré esta noticia gracias a un vecino, soy Gastón Huber, nieto de Oreste. Mi abuelo murió cuando yo tenía 6/ 7 años en su casa de Berutti 1121 e/ Urquiza y velez sarsfield en Quilmes Oeste... a pocas cuadras del parque cervecero y la Villa Argentina donde vivió hasta jubilarse y mudarse a la casa de Berutti
Tengo pocos recuerdos así que leer esta noticia fue una gran alegría para mí...
Uno no ha sabido recabar información en su momento y mi papá (Carlos Huber) falleció también (hace 8 años) así que leer esto fue muy importante, porque me permitió conocer la faceta de mi abuelo boxeador... yo sabía que mi abuelo había sido un boxeador amateur y muy bueno, pero no sabía cuanto!!
Mi tía Susana vino este domingo a comer a mi casa y le mostré el recorte del diario perspectiva en donde salió la nota, estaba muy contenta y me contó unas cuantas anecdotas y cómo a ella y a mi papá mi abuelo instruyó sobre esta disciplina.
en fin, agradezco mucho, fue muy linda la nota!! Atte. Gastón Huber
gastonhuber24@hotmail.com