lunes, 22 de julio de 2019

CANGAPOL


“¿De quién es el aire, de quién es el agua de la laguna y los ríos, la sal, la leña, los piches, guanacos, avestruces y hasta los baguales y ganados y vacas del campo?" 
Cangapol

Cangapol fue un cacique tehuelche que gobernó los territorios al sur del Río Salado en la actual Argentina entre 1735 a 1752, aproximadamente. Cangapol, también conocido como “Nicolás el Bravo”, o simplemente “el Bravo” era hijo del cacique Cacapol, también conocido como “Juan el Bravo”, y era natural de un paraje conocido como Huechín, en la confluencia del Río Neuquén con el Río Limay.

Sobre el origen étnico de la estirpe de Cangapol existen discrepancias, aunque el padre Joseph Cardiel distingue al pueblo de Cangapol del de los aucas o mapuches por tener un idioma diferente y por ser los primeros jinetes nómades y los mapuches los describe como agricultores, criadores de ganado y tejedores; con el tiempo los mapuches se harán un pueblo de jinetes y salteadores tal como lo eran los tehuelches.
Al pueblo de Cangapol los jesuitas de mediados del siglo XVIII lo denominaban a veces serranos, leuvuches o puelches y en la actualidad se los puede encuadrar bajo la denominación de tehuelches septentrionales. Ochenta años después, en 1820, el naturalista Alcide d'Orbigny ya no puede hacer tal distinción y todos los aborígenes que habitaban el norte del Río Negro eran mapuches.1
El término de serranos se debe a que tanto Cacapol como su hijo Cangapol comerciaban con los españoles desde el Casuhatí, lo que hoy es Sierra de la Ventana. Cardiel distingue dos grupos de serranos: los que habitaban el curso superior del Río Negro y los que habitaban en las Sierras del Volcán, actual Partido de Balcarce. 
TOMÁS FALKNER 
Lozano reconoce a Cacapol como el primer cacique de los pampas serranos o leuvuches, como los llamaba Falkner. Los serranos solían elegir a un jefe militar o apo cuando lanzaban campañas militares contra sus enemigos.
Con Cacapol y Cangapol, el cargo de apo se volvió hereditario. Si bien Cangapol no era soberano de todos los serranos estaba en proceso de constituir un poder soberano.
Dice Cardiel: “Después del Volcán como 150 leguas mas allá hacia el oeste, habita la mayor parcialidad de los Serranos con su principal Cacique ó regulo llamado por los españoles el Brabo, que está cercano a la Cordillera de Chile pocas jornadas de Valdivia en las Cabeceras del Río del Sauce (...)
SEMBLANZA 
Cacapol habría reinado entre 1715 hasta 1735, por lo que Cangapol habría iniciado su gobierno en ese año. 2
Su amigo, el padre Tomás Falkner nos describe a Cangapol: “...y también el gran cacique Cangapol que vivía en Huichín, sobre las márgenes del Río Negro. He tratado de dibujar su retrato por lo que me acuerdo de él. Su persona y su traje están representados en el mapa, como también los de su mujer Huennec. Este caudillo llamado el Cacique Bravo por
los españoles era alto y bien proporcionado. Debió de medir unos siete pies y pulgadas... Lo traté mucho e íntimamente e hice algunos viajes con él...” 
El cacique no solo tenía una esposa, sino siete. El investigador Carlos Antonio Moncaut (1927-2008) dice que además del cacique Cacapol los puelches o indios serranos tenía otros tres caciques: don Nicolás (Cangapol, su hijo), Gaulimeu y Cancaliae y otros tres caciques aucas (chilenos): Amolepi, Nicolasquen y Colopichum.3 El territorio gobernado por Cangapol, se extendía desde el Río Salado hasta el Río de los Sauces (el actual Río Negro) 4 Tomás Falkner dice: 5 
“Parece que esta nación es la cabeza de los Checheheches, y Tehuelches, y sus caciques Cancapol y su hijo Cangapol como unos pequeños soberanos de los demás. Cuando declaran la guerra se juntan inmediatamente con los Chuchuheches, Tehuelches y Guiliches, y con los Pehuguenches, que viven, más al sur, poco más abajo de Valdivia.” 
En 1741, el marinero inglés Isaac Morris que cae prisionero de Cangapol así lo describe: “Enseguida fuimos citados para comparecer ante su majestad, quien nos recibió en su choza sentado en el suelo con una jabalina a un costado y un arco y flechas del otro, un suelto manto rodeaba su cintura y una especie de torrecilla de plumas de avestruz en la cabeza y fumando una larga pipa de caña.” 
Sánchez de Labrador también pinta al bravo Cangapol: “Los méritos de la fama de este Cacique no eran otros que su entonada barbarie...Los misioneros agasajaron al cacique Bravo, procurando amansar un poco a este tigre, terror de los circunvecinos y aun de los apartados Españoles...
Además Cangapol daba muchos indicios de la doblez de su ánimo porque si bien parecía contento y satisfecho cuando se despidió de los Misioneros; no tenía intención de permitirlos en sus tierras las que según su criterio se extendían desde Buenos Aires hasta el Río Los Sauces. También mostrose muy sentido de que los Misioneros juntasen gente en Reducciones, que en su concepto era lo mismo que quitarle sus vasallos.
La vuelta del malón de Ángel Della Valle (1852-1903)
MALÓN EN LUJAN 
En 1735 el maestre de campo Juan de San Martín asesina al cacique Calelián el Viejo. En represalia, su hijo, Calelián el Joven, ataca Luján. En ese momento Cangapol interviene y logra intermediar para lograr la paz entre los españoles y Calelián.
En 1737 los españoles asesinan al cacique Tolmichiya, pariente de Cangapol. En represalia, Cangapol se unió a los huiliches, pehuenches y otras tribus, convocándoles a vengarse de injusticias cometidas por los españoles contra los indios. En setiembre de 1740 lanzó un malón sobre Arrecifes, y otro sobre Luján, matando alrededor de 800 vecinos. 
MALÓN A BUENOS AIRES 
El estupor y el terror cunde en las calles, Buenos Aires tiembla, el caos imperaba y sus vecinos se refugiaban en los templos temiendo una nueva invasión por parte de los chinos, que así los llamaban.
Cangapol detiene su ataque a sólo siete leguas de Buenos Aires. En 1741 el gobernador Salcedo encomienda al maestre de campo Cristóbal Cabral internarse en las tierras al sur del Río Salado con el objetivo de alcanzar un acuerdo de paz con los pampas.
Cabral se encuentra con un grupo de caciques en las Sierras del Cairú y llegan a un acuerdo de paz. En 1742 los españoles se dirigen a Sierra de la Ventana y, con la intermediación del sacerdote jesuita Matías Strobel firman un tratado de paz con Cangapol, encomendándole al cacique la defensa de las tierras al sur del Río Salado.6 7 En el tratado Cangapol y los demás caciques expresan: Únicamente por respeto y veneración a este Padre (Strobel) se determinan mis paisanos a entablar la paz con los españoles... nos consta que estos Padres nos quieren de corazón, nos tratan con amor, pero no así vosotros españoles, de quienes hemos recibido muchos agravios en todos tiempos.” 
El tratado también establece como límite entre españoles y pampas al Río Salado y designa a Cangapol como defensor de la frontera sur contra las incursiones de tribus chilenas. Para evitar grandes desórdenes y ocasiones de nuevas guerras, el cacique Bravo, como maestre de campo de toda la sierra no dejará bajar ningún indio ni india a Buenos Aires ni a sus estancias sin expresa licencia del Sr. Gobernador. 
REDUCCIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR 
Con la anuencia de Cangapol, los jesuitas fundan nuevas misiones al sur del Salado, en las tierras de Cangapol: el 13 de noviembre de 1746, los misioneros jesuitas Joseph Cardiel y Tomás Falkner fundaron la reducción de Nuestra Señora del Pilar en la Laguna de los Padres.
Los caciques Marique y Chuyantuya visitan la reducción y comercian con los jesuitas trocando plumas de avestruz, pieles de lobos marinos y chucherías de hueso por tabaco y aguardiente. En pocos años los indios se afincan en la reducción tal como lo cuenta el padre Matías Strobel: “en toldos primero y en ranchos luego, y cultivan, cazan, pescan, cantan y rezan”. Los indios obtenían agua ardiente en un paraje conocido como Vuul Can, actual Puerta del Abra, en Balcarce. Otro cacique que se hace amigo de los jesuitas es José Yahatti que se traslada a la misión cosa que Cangapol ve con desagrado.
Al principio, Cangapol recibe amistosamente a los jesuitas debido a que el cacique recibía una gran cantidad de provisiones. Al reducirse las provisiones, la buena predisposición de Cangapol para con los jesuitas cambia. 
FINAL DE LOS ACUERDOS 
En 1750, Cangapol pone fin al acuerdo de paz ataca las reducciones jesuita fundadas en territorio Pampa.8 Para ello Cangapol convoca a sus caciques subalternos. Tanto serranos como aucas responden a su llamado pero el cacique Ayalep (de origen picunche) decide no seguirlo debido a que estaba agradecido por los tratos recibidos por los jesuitas: «que no estaba en ánimo de pelear, ni molestar a los españoles y mucho menos a los padres misioneros de los cuales jamás había recibido agravio, antes si muchos beneficios siempre que había ido a visitar a los pueblos».9
Cangapol le dice a Ayalep que lo iría a visitar y aprovechando que Ayalep lo esperaba desarmado, asesinó a Ayalep y a 50 loncos (jefes) y a todos sus guerreros y se apoderó de toda su chusma (niños y mujeres).
En agosto de 1850, Cangapol se dirige hacia la reducción de Nuestra Señora del Pilar y los jesuitas huyen, abandonándola. Los jesuitas piden ayuda la gobernador que envía una partida de 150 hombres dirigidos por el maestre de campo Mendinueta quien ataca a los propios indígenas reducidos matando al cacique José Yahatti.10  El hermano del cacique asesinado, Felipe Yahatti, toma venganza y arraza lo que queda de las misiones. Yahatti huye con 6000 cabezas de ganado pero Cangapol cae sobre los guerreros de Yahatti y los masacra, quedándose con todo el botín. 
NUEVA ALIANZA 
La alianza entre serranos y aucas comenzó a fracturarse debido a que los chilenos huían con el botín y los pampas serranos debían soportar las represalias de los españoles. En 1753 el cacique Cangapol, consciente de esta situación, decide aliarse con los españoles y en conjunto detener el avance de los maloqueros mapuches, pehuenches y huiliches hacia las pampas.11 Norberto Ras dice:12  “Los pampas y tehuelches que aún resistían caer bajo el dominio de los mapuches quedaron apresados entre éstos y los blancos, su ubicación en el sur bonaerense era muy expuesta y la disponibilidad de recursos comestibles y de ropas era cada vez mas difícil de superar pasando periodos de francas hambrunas. La experiencia que tenían de muchos años sobre el tema les enseñaba que serían los más castigados. Seguramente en la tradición oral el recuerdo de caciques como Mayupilqui Ya, Yahati y otros era suficiente como para tenerlos sosegados.” 
MUERTE DE CANGAPOL
En 1753 Cangapol, cumpliendo con el acuerdo que tenía con los españoles, avisa al cabildo de Buenos Aires que el
cacique mapuche Huelquín cruzaba sus tierras para atacar las tierras al norte del río Salado.13 A mediados de este año Cangapol muere y es sucedido por su hijo Nicolás.14
Dice Cangapol: “¿De quién es el aire, de quién es el agua de la laguna y los ríos, la sal, la leña, los piches, guanacos, avestruces y hasta los baguales y ganados y vacas del campo? ¿De alguno, de la tribu, de alguna otra, o de todos? Para que toda la gente respire, beba, coma, para vivir. ¿Qué sucedería si un indio entre sus hermanos pretendiera ello para si solo?" 15
La Laguna "La Brava" en el Partido de Balcarce fue bautizada así para honrar la memoria de este bravo guerrero de las pampas.
Compilación Chalo Agnelli
FUENTES




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