miércoles, 8 de enero de 2020

“LOS POBRES AVANZAN, AVANZAN, AVANZAN” POR LUIS FARINELLO - 1995


El jueves 12 de octubre DE 1995, en el programa televisivo 'Hora clave', que conducía el periodista y abogado Mariano Grondona (1) por Canal 9, el sacerdote católico Luis Farinello defendió a los pobres que ocuparon tierras en la ciu­dad de Quilmes. Su exposición, conmovedora, cuestionó radicalmente lo que define como "este sistema donde lo único que impor­ta es lo individualy recordó que “la primera toma de tierras fue en el pesebre de Belén”.



Una vez vi una película, cortita, que estaba hecha para provocar el diálogo. Una cosa ficticia, una revolución en África, en un país muy pobre. El líder es prime­ro admirado, aclamado porque había derribado a un tirano sanguinario, y bueno, viene el Fondo Monetario, Occidente, le quieren dar ayuda para que reconstruya su país. El líder guerrillero les dice: “Yo sé cómo termina todo esto si acepto la ayuda de ustedes”. ¿Dónde está el trabajo, dónde está la comida, dónde está la riqueza? En Europa. Vamos a Europa. Empiezan a caminar. Pri­mero eran 20 o 30 pobres, harapientos, atravesando el desierto para llegar a lo que es Europa: la civilización, la comida, el lujo. Pri­mero causan risa, pero poco a poco se van sumando los pobres, ¿eh, Mariano?, se van sumando los pobres y atraviesan el África y ya es una... 
No sé, millones y millones de harapientos que caminan hacia el bienestar. Ya están preocupados en la OTAN y mandan, no sé, helicóp­teros. “¿Qué hacemos, qué hacemos?” Y en­tran en Europa por España. España se ate­rroriza. “¿Qué hago yo con esto?” Francia y Alemania le dicen: “Es asunto tuyo, están ahí, arreglate”. Y los pobres avanzan, avanzan... Entonces entran en Francia y avanzan. Y el ejército de la OTAN decide enfrentarlos. Y se pone de un lado el ejército del poder; bien alimentados, con armas automáticas; del otro lado, los pobres, los hambrientos que caminan. Y el general que tiene que decidir si tira si no, mira a su ejército bien armado, dispuesto a tirar. Gira su cabeza y mira a los pobres hambrientos, casi desnudos. Mira a unos, mira a otros; mira a unos, mira a otros y la película ter­mina en que el hombre se interroga: “¿Qué hago?".
Yo creo que esto es lo que pasa, no solamente en la Argentina. El tema es, Mariano: ¿¡Qué hacemos con los pobres? ¿¡Qué hacemos con nuestros herma­no!? Yo no sé cómo explicar, yo sé que me está escuchando mu­cha gente y yo quisiera llegar al corazón de la gente, Mariano. ¿Saben lo que es ser pobre? ¿Saben lo que es tener hambre? Hambre. Hambre. Hambre. ¿Saben lo que es buscar trabajo y que no hay trabajo, que no hay trabajo, que no hay plata ni para el colectivo? Y caminar y caminar y caminar... ¿Saben lo que es vivir amontonados en pe­queñas casitas? Porque los hijos se casan ¿Y dónde van a vivir? Con la mamá, con el papá o con la abuela. El hijo a su vez tiene, hijos. ¿Saben lo que es vivir así? Esto es in-so-por- la-ble. Es inaguantable, es injusto. Esto es vio­lencia.
 Ahí está el terrenito, enfrente. Cuarenta años que está vacío. Yuyos, ratas. ¿Por qué no to­mar ese terreno? Y digo más: si los pobres no toman el terreno, nunca van a tener su casa, porque la sociedad es indiferente. En Chiapas, [2] por ejemplo, 500 años en la tierra de Bartolo­mé de Las Casas, 500 años fueron los indios explotados, margina­dos... ¿Cuántas veces fueron a la ciudad capi­tal delegaciones de indígenas de Chiapas? A veces eran recibidos, a veces no. Presenta­ban sus demandas, sus niños se morían de hambre... Tuvieron que tomar las armas. Si el pobre no hace esto... Es peligroso lo que yo digo, ya sé, yo soy enemigo de la vio­lencia, pero esta socie­dad es injusta, no es cristiana, es indiferente y siembra vientos sobre el pueblo. Vientos. Vientos, por ejemplo, de corrupción. Terrible corrupción. Vientos, por ejemplo, de frivoli­dad. El Presidente, va, viaja y lleva a no sé cuántos, a un peluque­ro y a un profesor de golf. Vientos de injusti­cia, vientos, vientos, y cuando uno va sem­brando vientos... En­tonces si la sociedad, si la democracia no da respuesta al hombre concreto, esto es preanuncio de tempestad, porque los pobres son cada vez más, y avan­zan, y avanzan, y avan­zan. ¿Qué hacemos con ellos, los matamos o los integramos? Por eso hace falta cambiar todo este sistema. El problema es el sistema, este sistema injusto. Es un sistema donde lo único que importa es el dinero, es el look, es el tener. Un sistema que favorece lo individual, en contra de lo que vie­ne a hacer Jesucristo. Jesucristo viene a hacer la comunión. Uno entra en una Iglesia, ¿y qué ve? Un altar, que es una mesa, y un mantel blanco. ¿Y qué hay ahí? Un pan para compartir, el gran sue­ño de Jesús de Nazareth. Una gran mesa y un pan para compartir y la misma leche para todos los niños. Utopía irrealizable, parece.
Pero esto es nuestra fe. Que vengan los palestinos y los judíos, y los negros y los blan­cos, y los argentinos y los chilenos, y se abra­cen. ¡Hermano, mi her­mano! Y vayan unos que tengan mucho y otros que no tengan nada. ¡Hermano, mi her­mano!
Esta sociedad es al revés. Mesitas indivi­duales. Uno al que le fue bien, o que el papá era rico, se compró una isla; otro un asadito; otro, fideos; otro está tirado en la vereda. Ponemos rejas y nos separamos, pisoteamos y matamos. ¡Ah, no im­porta! Yo me salvo. El pecado de la división. Y Cristo vino a traer la comunión. Si no hace­mos este ideal de comunicación de bie­nes, si somos indiferen­tes, los pobres avanzan, avanzan y avanzan y los responsables de la vio­lencia, la tempestad - lo decía Pablo VI - son los ricos que no quieren compartir.
Para terminar, por­que puedo hablar tan­to... Yo sé del dolor, yo soy un cura que he teni­do niños muertos en mis brazos. Y le pre­gunté al doctor: “¿De qué murió, doctor?”. “De hambre” Yo soy testigo de estas cosas, testigo de estas cosas. Y me gustaría que no hubiera un pibe que sufriera en el mundo. Me gustaría - no sé lo que me gustaría - tra­tarlos como si fueran mis hijos. Y los jóvenes de la villa, ¿Qué futuro tienen? La droga, la delincuencia, el alcohol. Yo sufro ante tanta indi­ferencia. José, preocu­pado. María, su esposa, la Virgen, con la panza grandota. Iba a nacer Jesús, no tenían un peso. Golpeaban las puertas: no hay lugar, no hay lugar, no hay lugar. No había plata para pagar una habita­ción. Encuentran un pesebre y se meten. 
En ese pesebre, que no era de ellos, fue la primera toma de tie­rras. Nace Jesús. ¿Qué diría el dueño del pesebre? “¡Me invaden los pobres!”, “¡Este es mi título de propiedad!”. Estaba Jesús en el pesebre. Bueno, cada uno de los chiquitos que están allá en el asentamiento, de los pobres, bajo esta llu­via, en el barro, con ese nailon. Cada uno de ellos es Jesús. Mientras no evitemos esto, esto es injusto; es terrible y preanuncia la tempes­tad. 
Quiero insistir en la urgencia de esto. De aquí me voy, la mía no es una habitación rica pero tengo un techo. Ellos están ahí. Ahí está Jesús. Esto es lo que quiero decir. La urgencia del problema. La urgen­cia. (Luis Farinello 12/10/1995)
Compilación y compaginación Chalo Agnelli
FUENTE
"Belén La Primera toma de tierras" Realidad Económica N° 136 (IADE) 1995 Pp. 22 a 24.
NOTAS

(1) Abogado y periodista (n. 1932) Participó en el atentado terrorista del 15 de abril de 1953, en Plaza de Mayo que consistió en la detonación de dos bombas mientras se realizaba un acto sindical organizado por la CGT más de 90 personas quedaron heridas, entre ellos 19 mutilados.  En septiembre de 1962, luego del golpe de estado que derrocó al gobierno de Arturo Frondizi fue el autor del Comunicado 150, una proclama del sector Azul de las Fuerzas Armadas, encabezado por el futuro dictador Juan Carlos Onganía. 
(2) Chiapas es un estado del sur de México que limita con Guatemala. El 1 de enero de 1994 se una rebelión popular de 12 días encabezada por el grupo armado Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Motivada por la puesta en vigor del tratado de libre comercio con EEUU.





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