jueves, 14 de mayo de 2020

VICTOR ALBERTO A. GIORDANO, UN PERIODISTA ÍNTEGRO

Prof. Chalo Agnelli
De “Cuaderno de Identidad I” Ed. Tiempo Sur
Quilmes, 2010

La vida de Víctor Alberto Augusto Giordano [1] estuvo marcada por la unidad de sus ideales y de sus convicciones que le permitieron desarrollar múltiples actividades, imponiendo en cada una de ellas el sello de su personalidad ("El Sol" 26/5/1981) Nació en Quilmes en 1915, en el barrio de La Colonia. Era el quinto año de la intendencia de Pablo Castro de los siete que permaneció en ese cargo. La humanidad soportaba las calamidades de la Primera Guerra Mundial.
En 1930, con apenas 15 años, comenzó a trabajar  como linotipista en el diario El Sol y llegó a ser su principal redactor y editorialista, tarea esta que cumplió sin interrupción desde 1977. Ya en su juventud se perfiló su calidad de orador obteniendo el segundo premio en el Torneo de Oratoria Juvenil y como autor, el primer premio con su poema “Canto a Quilmes(ver en el sub-blog Las Letras del Quilmero)
En 1948 se graduó en ciencias políticas y sociales. Fue decano de la facultad Regional de Avellaneda, sub-secretario de política universitaria en el rectorado de la Universidad Tecnológica Nacional. Formó parte del servicio exterior de la Nación con el cargo de agregado obrero en Italia, Israel, Bélgica y Luxemburgo. En 1950, asistió como asesor técnico a la Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra. El mismo año fue delegado ante el III° Congreso Internacional de Seguridad Social. 
 Víctor Giordano recibe el  diploma de Agregado Obrero ante Italia, Bélgica, Luxemburgo e Israel, durante un almuerzo presidido por el Gral. Perón y su esposa Eva Duarte en la residencia presidencia, el 5 de marzo de 1949
 Pero su gran vocación era el periodismo, fue reportero gráfico de “La Cancha”, “Boxeo Argentino”, colaborador deLa Nación”, “Mayoría”, “Revista Latina de Italia y Atlasde México y siempre de El Sol” de Quilmes, donde como redactor y editorialista dejó una huella imborrable en el diario al punto que una de sus instalaciones hoy lleva su nombre.
En su vida de periodista, docente y diplomático recibió numerosas reconocimientos de su comunidad, nacionales e internacionales como la distinción de Gran Oficial de la Estrella al Mérito de la Orden de San Jorge de Antioquía de Roma.
 También la poesía fue una presencia en su vida. Las primeras muestras de poesía ilustrada que se  realizaron en Quilmes se hicieron en el Club Alsina donde Giordano presentó poemas ilustrados por el plástico Ludovico Pérez.
Integró con parte de su obra la publicación. Diez poetas argentinos. Es autor del poema “Canto a Quilmes” que se publicó en el número extraordinario de El Sol de noviembre de 1945.
Tuvo una vida fecunda, prudente, activa pero despojada de espectacularidades residía en la esquina NO de C. Pellegrini y Sáenz Peña. Su actividad social y recreativa la hizo en torno al Club “Alsina”, que podría definirse como el club de su familia pues casi todos los Giordano fueron gestores de esta institución. Víctor fue su presidente en 1947 y miembro de varias comisiones y subcomisiones. [2]
Entre el período 1975 y 1976 fue Director de Prensa, Ceremonial y RRPP de la Municipalidad de Quilmes. Se casó con Sara Haber y tuvieron un hijo, Oscar Aníbal.
En 1980 fue galardonado coel premio "Indio Quilmes" como reconocimiento a su labor periodística.
Cuando aún alentaba muchos proyectos, Víctor Giordano falleció el 23 de mayo de 1981 en Quilmes. Año en el que se publicó el editorial número mil. Mil testimonios de sus convicciones. Sabía que el fundamento de su misión estaba en la prédica constante con la palabra y con el ejemplo.
PERSONALIDADES EN SU VELATORIO
Numerosas personalidades concurrieron al velatorio. El profundo respeto y cariño que Víctor Giordano supo despertar en todos quienes tuvieron el privile­gio de conocerlo quedó evidenciado en el velatorio de sus restos, donde fue incesante el desfile de allegados, amigos, colaboradores y colegas para expresar sus condolencias a su viuda, la señora Sara de Giordano, y a su hijo. Se presentaron en el velatorio el obispo diocesano, monseñor Jorge Novak, y el monseñor Silvio Cartasegna, ambos para rezar un responso. Concurrió también el intendente municipal Julio Cassanello y el ex jefe comunal José Rivela, el ex ministro de Trabajo de la Nación, Cecilio Conditi, el secretario de Cultura de Quilmes, Jorge Cassanello, la directora y el subdirector de “El Sol”, Lona de Blanco y Jorge Blanco, escritores, periodistas, políticos y representantes de distintas actividades que pusieron de manifiesto su hondo dolor por la pérdida irreparable de nuestro querido compañero (El Sol)
EDITORIAL DEL DIARIO EL SOL
POR SOBRE TODO UN HOMBRE ÍNTEGRO
El sábado último dejó de existir Víctor Alberto Giordano. Los que componemos el diario EL SOL, al que estuvo ligado y al que dedicó las horas más ricas de su esplendor como hombre y como profe­sional, nos sentimos abrumados por el dolor que provoca su desaparición física. En verdad, era el alma de nuestra casa.
Vivió apasionadamente cada uno de sus días. Fue un luchador cabal que aceptó los riesgos de ser fiel a sus convicciones. Pudo sembrar la esperanza a cada paso porque se empapó de fe en Dios y descu­brió los caminos del amor que se traslucían en sus gestos, sus palabras, sus ejemplos.
Recorrió su vida con un sentido de misión y la transformó en una enseñanza. Su vocación fue la existencia misma, a la que abrazó en plenitud y la adornó con la humildad de los grandes y los verda­deramente sabios.
Fue poeta, diplomático, docente, periodista y político. Ninguna preocupación le era ajena. Sin embargo no dispersó esfuerzos, sino que los congre­gó a todos en torno de sus ideales permanentes en los que volcó su integridad y la violencia bíblica de los justos.
Siempre estaba dispuesto al diálogo. Alegre, atento al problema de los demás. Emprendedor y audaz en los proyectos. Poseía un carisma especial para intuir las personas y las situaciones. Estaba dotado de una notable capacidad de trabajo. Tenía a su cargo también la redacción de las notas especia­les.
Durante los últimos tres años escribió la página editorial en la que además de su talento se reflejaba su sensibilidad por los problemas de la zona de Quilmes, su patria chica, a la que amó entrañable­mente. Esta le rindió un emocionado homenaje el año anterior al galardonarlo con el premio "Indio Quilmes" por su labor periodística.
Por su temperamento, siempre le preocupó el presente y el futuro de la Nación, a la que concebía como una unidad de destino. Bregó incansablemente por las concepciones que defendían los valores nacionales. Asumió responsabilidades políticas con la mística de un militante. Se desempeñó como agregado obrero en varios países de Europa e Israel.
Nunca claudicó de sus ideas políticas, ni aun en los momentos más difíciles. Siempre, desde muy joven, se identificó con el Movimiento Nacional Justicialista. Nunca se atrincheró en el sectarismo y se ganó el respeto de hombres de las más diversas condiciones ideológicas. Jamás eludía una definición y en ésta, como en otras actividades, arriesgaba su posición, claramente.
Fue también poeta y docente como si quisiera decir de muchas formas la misma verdad. Como si quisiera alcanzar en la diversidad la suprema unidad en que vivían sus proyectos y su conciencia. Para completar el círculo de sus testimonios ejemplares, constituyó una familia en la que sustentó su volun­tad y-a la que le entregó lo mejor de sí. Silenciosa­mente acompañado por su esposa recorrió el mundo y supo de dolores y alegrías. Siempre fue ella el primer testigo de sus vivencias. Por sobretodo, fue un hombre íntegro.
Esta era su casa. Y seguirá morando en ella para iluminar el pensamiento de quienes le sucedan.
UN HOMBRE TAMBIÉN ES UNA FAMILIA
Oscar A. Giordano, su hijo médico, junto a su esposa María Eugenia López, también médica, poseían una clínica en Ezpeleta, pero la vocación de servicio lo llevó a África, precisamente a Ruanda, donde permanecieron hasta que estalló la genocida guerra civil que vivió ese pueblo.
Desde 1995, pertenecen al Sistema Médico de Misiones Adventistas. Esta organización internacional trabaja en favor del desarrollo educativo, social y sanitario de las poblaciones más desfavorecidas. La atención médica abarca cirugías, odontología, vacunación a niños y adultos, obstetricia e incluso alcanza a las prisiones. Luego de Ruanda los Giordano pasaron a desempeñare el trabajo humanista en el Océano Índico, en la isla de Madagascar. Periódicamente se trasladan a las islas Reunión, Mayotte, Mauricio, Seychells y Comores donde la pobreza es crítica. Allá viven con sus tres hijas María Belén, María Noel y María de los Ángeles.
El apellido Giordano se distinguió en Quilmes desde la primera década del siglo XX,  por la vocación de servicio, la militancia en la cultura, en la educación y en todos los aspectos que hacen al desarrollo de una comunidad, que manifestaron varios de los miembros de esta familia. Los Giordano eran siete hermanos: Dino, Ana María, Lila Adorinda, Victor Alberto Augusto, Armando Raúl, Josefina y Gilda.
Lila Adorinda Giordano de Campelo, hermana de don Víctor Alberto, fallecida en enero de 2005, fue una mujer  imbuida de un espíritu altruista, de profunda espiritualidad, docente, directora de la Escuela Primaria N° 1 y rigurosa historiadora. Fue su esposo y fiel compañero don José Campelo. En 1997, recibió la distinción de Ciudadana Ilustre del partido de Quilmes. [3]
Gilda Giordano de Silva Rey fue reconocida maestra de la E.G.B. N° 12. Muchos de los que fueron sus alumnos la recuerdan con especial afecto. En al década del 60 perteneció a la subcomisión femenina del Club Alsina, su esposo Jorge Silva Rey, fue un activo trabajador de la institución, miembro de diversas comisiones. En 1964 creó el equipo de transmisión, cabina y discoteca. Equipo imprescindible para el club, considerando la trascendencia, por calidad y por público, que tenían sus fiestas y actividades culturales entre 1930 y 1970. Jorge Silva Rey era escritor y redactaba con rigurosa minuciosidad las distintas memorias que año a año describían las actividades  que realizaba el club en las distintas comisiones directivas. 
Su hija Alicia Magdalena Silva Rey docente, bibliotecaria de la EGB N° 38; poeta, comenzó el camino de las letras en el club barrial, obteniendo en 1962, el primer premio en el concurso de poesía ilustrada organizado por el Alsina, con dibujo del artista Ludovico Pérez.
Definió su creación poética junto a su esposo, el poeta, escritor y hombre de la cultura, Claudio Pérez, [4] cofundador del Centro Cultural Artenpié.
Armando Raúl Giordano también se casó con una reconocida docente, Esther Bidart, profesora de francés en el Instituto Inmaculada Concepción, el Colegio Comercial y el Colegio Nacional de Quilmes.
Placa que da nombre a la redacción de el diario "El Sol" de Quilmes donde Giordano se desempeó varios años.
BIBLIOGRAFÍA:
Buceta Basigalup, Juan Carlos. "El periodismo quilmeño..." Nota en El Sol, Número Extraordinario, noviembre de 1945.
Firpo, Felipe Jorge. "Recuerdos del viejo Berna!' El Monje Editor, noviembre 1992. Lanús. Periódico "Crónica", colección de la Biblioteca Manuel Estrada de Bernal.

Prof. Chalo Agnelli (1982 - 2020)
Colaborador, Guillermo Giordano (2010)
NOTAS

[1] Ver más en http://victoralbertogiordano.blogspot.com
[2] Ver en el capítulo “El Comercio”, el título “Y después vinieron”.
[3] Ver su biografía en “Maestros y Escuelas de Quilmes” del mismo autor.
[4] Ver “Retratos en la ciudad” de Ricardo Debeljuh y el autor de estas páginas.


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