viernes, 13 de noviembre de 2009

ALGO DE HISTORIA QUILMEÑA Y LOS BOMBEROS VOLUNTARIOS


Escribió ELEODORO M. LEMOS
Para la revista “Fuego y Agua” de diciembre de 1976,
en el 65º aniversario de la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Quilmes

Al finalizar el siglo y a comienzos del presente, Quilmes experimenta algunas novedades en cuanto al quehacer cultural, societario y edilicio.

En 1898, siendo Intendente el señor Olegario Ponce de León, por Ordenanza del 18 de marzo se sustituye el viejo alumbrado a kerosene por el de luz eléctrica.

El edificio de la actual Biblioteca Pública Municipal, creada en 1872, se construyó en 1904; y la Sociedad Italiana Cristóforo Colombo, inaugura su salón de teatro, hoy desaparecido, en la calle Hipólito Yrigoyen, con una función de gala, el 12 de setiembre de 1909.

El año del Centenario, 1910, se hizo cargo de la parroquia el Presbítero Manuel Bruzzone, y con él llegó el educador Doroteo Yoldi, siendo ambos los fundadores del Colegio San Luís, que estuvo en la calle Alem esquina Alvear; y el 31 de julio se inauguró la sucursal del Banco de la Provincia de Buenos Aires.

El pueblo adelantaba, era tranquilo y veraniego, pocos ruidos y poco tránsito. Pero de pronto, después de retumbar tres granadas, se ven algunos hombres que corren por las calles del pueblo, de día o de noche; unos los conocen, otros no. ¿Adonde van? Son los Voluntarios, que acuden a cumplir con su deber. Estas escenas se suceden desde el año 1911, en que fue fundada la actual Sociedad de Bomberos Voluntarios.

De las chatas tiradas por rápidos caballos, que sacaban chispas de los empedrados, y los primitivos materiales, hoy el Cuerpo de Bomberos local cuenta con implementos modernos, con los cuales la lucha se hace más eficaz. Son orgullo de la ciudad ver las poderosas autobombas y transportes, que al llamado de auxilio salen raudas del cuartel, manejadas por diestros conductores. Esta benemérita Institución cumplió ya 65 años de vida, gracias al espíritu de sacrificio de sus dirigentes, de ayer y de hoy, y los hombres del Cuerpo Activo, que a través de los años formaron en sus filas.

Son importantes los servicios que los cuerpos de voluntarios prestan en la Provincia de Buenos Aires, salvando vidas y bienes, y sometiéndose sus componentes a la disciplina que toda institución militarizada necesita, para mantener su eficacia, subordinación y valor, en todo momento que las circunstancias lo requieran.

Por otra parte, tengamos en cuenta la economía que para las finanzas de la Provincia significan estas organizaciones, que si bien deben ser subvencionadas para que puedan afrontar su mantenimiento, muchos millones quedan en las arcas fiscales, al no pagar a cientos de servidores, que voluntariamente prestan tan importantes y meritorios favores a la comunidad, robando horas al descanso, y poniendo en muchas oportunidades en peligro sus vidas, por vocación de servicio y amor al prójimo.

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