sábado, 19 de junio de 2010

DEL ARCÓN DE LA ABUELA - DOS HISTORIAS A LAS ORILLAS DE LA PLAZA

I.- EL OMBÚ
    Mucho antes finalizando el siglo XIX en el ombú ubicado en Aristóbulo del Valle e Islas Malvinas fueron hallados muertos un hombre y una mujer que resultaron ser un matrimonio de linyeras con una historia trágica.
    Cuenta Manuel Ales [1] que en la panadería “La Francesa”, en ese entonces de Bernardo Lerdou, ubicada en Rivadavia y Moreno trabajaba un muchacho "honrado, trabajador y bien parecido". Una joven  de una familia acomodada de Quilmes comenzó a simpatizar con el empleado y nació el romance. Comenzaron a noviar, se casaron y alquilaron una habitación en la misma casa del señor Lerdou.
   Al año, el desempeño del joven no era el mismo. Se lo veía descuidado en su aspecto, con la indumentaria sucia y hasta en el trato a los clientes no era el mismo. Esto se fue incrementando hasta que se reveló la causa de este deterioro, ambos, marido y mujer, bebían sin medida hasta caer alcoholizados. Lerdou intentó que  el muchacho reflexionara sobre esta conducta, pero no logró cambios y se vio obligado a despedirlo de su casa y empleo.
    Fueron a vivir a un inquilinato que había en la calle Brown, vereda oeste, entre Matienzo y Ortiz de Ocampo, pero no escarmentaron y el alcoholismo se adueño de ellos. Perdieron el apoyo de sus familias y también la pieza que alquilaban. Así fue que comenzaron a rodar como linyeras por los alrededores del pueblo, durmiendo a la intemperie y comiendo lo que encontraban o lo que  la generosidad de la gente les daba.
   Santiago Valerga apiadado, un invierno, les dio abrigo en un depósito que tenía sobre la calle 12 de Octubre, para que vivieran y lo cuidaran, pero habían llegado a un estado en que no podían asumir ningún tipo de responsabilidad, además de su aspecto desaseado, se pusieron huraños y esquivos. Al poco tiempo abandonaron el galpón y se fueron a refugiar entre las ramas de ese gigantesco ombú que se hallaba en lo que hoy es la plaza Aristóbulo del Valle.
Allí los hallaron muertos un mal día, no se sabe si por el frío o por ingerir alimentos en mal estado. 

II.- AMORES CONTRARIADOS
    La plaza tuvo también sus hechos trágicos. El 16 de marzo de 1932, tres jovencitas volvían a sus casas por la tarde después una jornada de trabajo cruzando la placita. Un joven se les interpone en el camino y sin mediar palabras dispara varios tiros sobre Gregoria Varela, de 17 años, que vivían en Islas Malvinas 220. Sus amigas escapan despavoridas y el joven se descerraja un tiro en la cabeza. Era José Manuel Buceta de 24, que residía en la Capital. Ambos mueren. El motivo, un amor contrariado.

Investigación y argumentación, Chalo Agnelli
chaloagnelli@yahoo.com.ar

[1] Nuestra Revista. Año IV N° 45-46-47 – 2° época.- 1°/1/1970. Pág. 1

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