martes, 1 de junio de 2010

UN HECHO POLICIAL EN LA COLONIA (1933)

TRAGEDIA EN LA PAZ

El jueves 14 de diciembre de 1933, un hecho policial en las puertas del cine La Paz[1] conmovió al barrio La Colonia. En los laterales del salón de cine, calle Córdoba 314, había departamentos con entrada a cada lado del salón cinematográfico.[2] Cuatro de un lado y cuatro del otro. En una de las viviendas que estaban a la derecha de la sala vivía la familia Yori-Baunelle.

José Viega Meelse, (apodado Yuyé) portugués de 24 años, soltero, domiciliado en Berazategui, todos los jueves a las 21 hs, cenaba en casa de su novia Haydee, argentina de 21 años, quienes en tres meses tenían proyectada su boda.

Indefectiblemente, Yuye a las 23 hs. se marchaba porque a las 24 entraba a trabajar en la cristalería Rigolleau.

Ese jueves la joven había visitado a sus suegros en Berazategui y Viega la acompañó de regreso a su casa y se quedó con la familia a escuchar el desenlace de un radioteatro que en esos años captaba el interés de los radioescuchas. A las 22:45 saludó a sus suegros y cuñados y se marchó. Los novios se despidieron en la puerta y José se dirigió hacia la estación, pero en la esquina de Córdoba (Hoy Perón) y Bernardo de Irigoyen, unos individuos lo balearon. En esos años en que el silencio por la noche era contundente, los cinco disparos lanzaron a la calle a todo el barrio. Incluso Haydee, que aún atravesaba el pasillo hacia su casa se volvió sobre sus pasos y se asomó a la vereda sin imaginar que había sucedido.

El oficial de policía Riera, que hacía la ronda, auxilió al joven que con tres disparos en la caja toráxico aún estaba consciente. Yuyé dijo tener sed y un vecino de apellido Sofía entró en su hogar y le trajo un vaso con agua. El oficial le preguntó por el atacante, pero el joven agonizando admitió conocer al victimario, pero que no lo delataría y se desmayó. Un vecino declaró que había visto correr a tres individuos. Haydee que sospechó quien yacía en la vereda, ya exaltada en llanto corrió hacía la esquina y cayó sobre su novio quien le sonrió y perdió el conocimiento. Dos vecinas separaron a la joven del herido. Tenían el vestido cubierto de sangre.  

Un vecino manifestó que había visto salir huyendo a la carrera a tres desconocidos creyendo en consecuencia que estos eran los autores.

Ya en el hospital de Quilmes, en un momento de lucidez, Yuyé confió la identidad de los asesinos a un cuñado, bajo la promesa de no revelarlo para evitar venganzas. Murió cinco horas después.

La justicia nunca descubrió a los homicidas ni las causas del crimen, pero el barrio lo supo siempre, como sucede en las comunidades chicas; y Quilmes, y más aún La Colonia, lo eran en ese entonces.

El criminal fue un conocido matón de la zona que operaba como ladero de algunos punteros conservadores y la causa fue un conflicto entre tahúres, pero lo trágico es que esas balas no eran para José Viega Meelse, sino que estaban destinadas a otro individuo que solía visitar el hogar de los Yori como novio de otra de las hijas de esa familia.

El cine La Paz suspendió sus funciones del siguiente fin de semana en señal de duelo. El vaso del vecino Sofía quedó en la vereda y un niño pensando que era de la novia del occiso se lo llevó. Ella lo conservó 74 años, el resto de su vida.

Expediente policial de los sucesos tomado de las declaraciones de la joven Haydée J. B. Yori y de los testigos Sr. Sofía y oficial Riera.

De izquierda a derecha: José Viega Meelse "Yuye", su novia Haydee y sus tíos Francisco Ferrari y María Celasco de Ferrari.
PÁGINA DEL DIARIO EL SOL DE QUILMES DEL SÁBADO 16 DE DICIEMBRE DE 1933

Diario "El Sol", sábado 16 de diciembre de 1933

FATAL DESENLACE

Corregir la realidad, transfigurarla o, disentir de la realidad,

es uno de los deseos centrales del narrador.” Tomás Eloy Martínez

Recordaban los amigos y los vecinos que José Viega Meelse, nacido en Portugal, había llegado de pequeño a Argentina con sus padres Catalina Meelse, de origen dinamarqués, y Timoteo Viega. Se establecieron en Berazategui, donde había muchos paisanos y oferta de trabajo en la empresa Rigolleau. Él cursó la enseñanza primaria en la Escuela N°2 (desde 1960 la N°9). Desde la niñez lo apodaron Yuyé. Aún adolescente entró, como su padre, a trabajar en la fábrica del vidrio. Fue un apasionado futbolista y excelente guitarrista. Precisamente había conocido a su novia en un baile de fin de año en el Club Alsina donde había ido con el trío de guitarras que integraba con amigos. Afable, siempre de un humor sereno, buen mozo, cabello negro, ojos verdes, gozaba de un impecable carisma.

Su asesinato dejó sumidos en la consternación y la pena por largo tiempo, no solo a su familia, sino también a sus muchos amigos y conocidos; algunos de estos sabían quién había sido el criminal.

Sucedió una noche de sábado tibia y tonificante, bastante tarde, cuatro de sus amigos volvían en tren a Berazategui, después de andar de parranda por Quilmes. Uno de ellos asomado a la ventanilla vio que un individuo trepaba al tren ya en marcha. Con el rostro demudado les dijo a sus compañeros: “¡Che, saben quién subió al vagón de atrás… ‘Chanchita’!” (apodo que tenía un conocido delincuente de la zona); Uno de ellos, T.P., se levantó, caminó hacía el vagón posterior casi sin pasajeros, se paró frente al mencionado Chanchita y le dijo pausadamente: “¡Vos mataste a Yuyé!”. El interpelado lo miró desde su asiento con soberbio desprecio y sonrió. Sin mediar más palabras T.P. sacó del bolsillo interno de su saco un revólver 22 y le disparó  un tiro en la frente, justo entre ojo y ojo, se dio media vuelta y volvió a vagón donde lo aguardaban espantados sus amigos.

En el momento hubo un gran revuelo, pero las cosas no pasaron a mayores, la Policía sabía que ese era el destino inevitable que tendría ese tal Chanchita, delincuente a sueldo, y también sabía quienes eran sus instigadores, personajes de vuelo alto en la política, el juego ilegal y la mafia de la época.

Chalo Agnelli  

NOTAS        


[1] Ver en EL QUILMERO del sábado, 15 de julio de 2017 Los Mergassi, tango y cine La Paz

[2] Ver en EL QUILMERO del viernes, 28 de mayo de 2010 El cine La Paz - Del arcón de la abuela.



  




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