lunes, 28 de marzo de 2011

LITIGIO ENTRE LOS BEMBERG Y DON CARLOS SEPP - "EL VIEJO RINCÓN"

Prof. Chalo Agnelli
 

TÍTULOS: EL VIEJO RINCÓN Y LOS SEPP – BRASSERIE ARGENTINE QUILMES – NUEVA CERVECERÍA ARGENTINA – PRIMEROS DESENCUENTROS – CALOS SEPP – IMITACIÓN DE MARCAS – FRANCISCO KREYMBORG – BEMBERG, TORRES Y LOS NAZIS - EL VIEJO RINCÓN Y LOS FIORITO

 
Hay casas que cobran vida con sus habitantes, sus vibraciones permanece en ellas después que los moradores las abandonan y llegan otros y otros, pero la historia particular que se aferra a sus paredes prevalece.
En Quilmes quedan pocas casas con historia, la de Víctor Roverano - que no se sabe cuánto permanecerá en pie - la de Bagley en Bernal, la de los Thanet y de los Santa Coloma en Villa Cramer, la casona de El Dorado de don Carlos Hillner Decoud, la casona Santa Rosa de los Rocca Rivarola. Ya no existe la vieja residencia de Andrés Baranda en Rivadavia y Sarmiento, derribada en los '70, ni la “Polcevera” de los Pedemonte en Bernal ni la del Dr. Peninngton, frente a la plaza del Bicentenario, ni muchas otras habitadas por los que urdieron de una manera u otra la historia de Quilmes.
 
EL VIEJO RINCON Y LOS SEPP [1]
En la calle Dorrego entre Paz y Belgrano de Quilmes, hay una casona - hoy escuela privada - donde se entretejieron situaciones económicas y políticas que transcendieron los límites locales, de la Provincia y hasta del País, El Viejo Rincón”.
Fue propiedad de un alemán, don Roberto Sepp, nacido en Friburgo, localidad situada en la puerta de entrada de la exuberante Selva Negra, en el extremo sudoeste de Alemania, junto a la frontera con Francia y Suiza.
Don Roberto y su hermano Carlos llegaron a la Argentina y se establecieron en el partido de Quilmes, más precisamente en Berazategui. Cómo muchos, por esos años de la organización nacional, fueron capitales inmigrantes que invirtieron todo, bienes y vidas, en un país ignoto, pero con inmensas potencialidades ante los ojos del europeo en constantes crisis producto la indefinición de sus estados y límites nacionales; conflictos que les depararan dos guerras mundiales.
En 1886, la firma Bemberg y Cía. fundó una destilería de alcohol de grano en el villorrio de Conchitas (Hudson), la “Destilería Franco Argentina”, creada en 1860, en Francia por Otto Pedro Bemberg. El 21 de octubre de 1887 comienzan las gestiones para levantar la fábrica que emplearía 200 trabajadores. La sociedad la integraban Carlos y Roberto Sepp. En 1916 cambió su nombre por Primera Maltería Argentina. S.A. y con una nueva infraestructura para el procesamiento de la cebada malteada, abre en 1918. Su primer gerente fue el Sr. Carlos Sepp. [2]
Los Sepp, ya prósperos industriales, en sociedad con los hermanos Ludovico y Jacques Spitzer, franceses, en 1902, instalan una fábrica de vinagre en tierras que compraron a Claudio Ruiz, a quien se considera fundador del primer pueblo de Hudson, "Villa Matilde". Donde luego estuvo  La Sociedad de Socorros Mutuos “La Humanitaria”.
Llegaron a establecer un vínculo estrecho con la comunidad de Berazategui. La boda de Roberto con María Albertina Sofía Paraisot fue la cuarta que se consagró en la iglesia de Santa María de Hudson. [3]
Luego, don Roberto compra una propiedad en las afueras del pueblo de Quilmes, que aún no había alcanzado la categoría de ciudad, y levantó sobre una construcción preexistente la casona de la calle Dorrego y según costumbre en las quintas y algunas casas, cuando aún no todas las calles del pueblo tenían nombres ni las viviendas números para facilitar la distribución de correspondencia, la bautizaron “El Viejo Rincón”.
Entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX, en esa zona del Partido se extendían propiedades con plantaciones de frutales, olivares y viñedos como La Regina de Domingo Cichero, la quinta de la Sra. Rooke (72.000 m2), la de los Alaimo, la de Beatriz Barrera Nicholson de Garay (donde hoy se construye un barrio cerrado); el vivero de la familia de Ivonne Traverso, junto a la propiedad que nos ocupa, etc.
 
BRASSERIE ARGENTINE QUILMES
El 15 de abril de 1889 el Poder Ejecutivo, en pleno desprestigio de su titular don Miguel Juárez Celman, que intentaba salvar la economía introduciendo capitales al país con extraordinarias prebendas, autorizó la instalación en la Argentina de la “Brasserie Argentine Quilmes con un capital de 60.000.000 de francos. La casa matriz estaba en Boulevard Saint Germain 243 en París y su directorio local, en la calle Brasil 731 de Buenos Aires. [4] Era una sociedad anónima que tenía por objeto especular con la fabricación y venta de cerveza en el país, que además había adquirido la concesión del Puerto de Rosario.
 En 1919 Otto Sebastián Bemberg funda y organiza la sociedad “Crédito Industrial y Comercial Argentino “ (C.I.C.A.) con sede en la calle Cangallo 667.  El 29 de diciembre obtiene la personería jurídica. El primer directorio estaba integrado por Otto Sebastián Bemberg, Federico O. Bemberg, Otto Eduardo (hijos del anterior) Carlos Sepp y Francisco P. Kreymborg. El directorio poseía el 40 % de las utilidades líquidas más el 6 % sobre cada acción. Un capital pingüe para la época con ganancias extraordinarias para cada director. Esta fue la primera vinculación económica de Carlos Sepp con Bemberg y su firma. 
 
Aviso del periódico El Plata. 1927
 
LA NUEVA CERVECERÍA ARGENTINA
A partir del 26 de octubre de 1925 la Brasserie pasa a ser la Cervecería Argentina Quilmes que figura como filial de la francesa con un capital de $ 25.000.000 m/n. Integraban el Consejo de Administración de la entidad los señores Otto Sebastián Bemberg, Federico O. Bemberg (hijo del primero), Carlos Sepp y Pedro C. Hoschet.
Esta nueva organización empresaria se debió a que Kreymborg se había separado de los Bemberg por diferencias en la distribución de las utilidades y fundó ese mismo año, por su cuenta y riesgo la “Nueva Cervecería Argentina”  con oficinas en Roque Sáenz Peña 555 de la Capital Federal. El representante en Quilmes era el señor S. Bernotti Ferro con oficinas en Rivadavia 649. La nueva fábrica se levantaría en Hudson sobre 24 mil metros cuadrados,  propiedades de los Sepp y la construcción estaba a cargo de la constructora “Perrone & Ayerza”.
A esta altura del siglo XX la industria cervecera había alcanzado un desarrollo extraordinario en el país. Decía el periódico El Plata en 1927: “No hay papel, `bursátilmente hablando, que pueda rendir las ganancias que se obtienen con las acciones de las compañías cerveceras. Sus dividendos anuales son siempre los más elevados y su valor es siempre de cinco a diez veces su costo nominal…”
La Nueva Cervecería Argentina tenía como Director General a Carlos A. Loth. Se había propuesto elaborar cerveza con maltas y lúpulos de Checoeslovaquia y Moravia y alcanzar el primer año una producción de 12 millones de litros que ya estaba vendida. La maquinaria, según la prensa de la época, se había adquirido en Europa a un costo de un millón de pesos y se importarían 18 camiones marca S.P.A. El señor Loth, según El Plata de 1927; “… no tiene el propósito de entrar en guerra de competencia con las demás (empresas) ya establecidas, por el contrario, aspira al progreso general y cada vez más creciente de la industria cervecera…” [5]
Ingreso al "Viejo Rincón" por la calle Dorrego.
 
PRIMEROS DESENCUENTROS
A pesar de las buenas intenciones de la nueva cervecería, Bemberg inicia una demanda por “imitación de marca”  [6] y comienza una serie de solicitadas acusatorias en la prensa porteños y quilmeños. Su argumento era que Kreymborg no había sido socio sino un simple empleado de la Brasserie; este les responde que un subalterno no pudo haber sido designado mandatario de la empresa “O. Bemberg & Cía”, director de la “C.I.C.A.”, síndico de la “Soc. Santa Rosa Estancias Limitada” y director de la “Cervecería Buenos Aires S.A.” de la Capital Federal; todo subscripto  ante el escribano público J. M. Gutiérrez. [7] A pesar que Kreymborg recibió una suma consuelo, el juicio siguió hasta 1928, como veremos más adelante.
Luego de deshacerse de Kreymborg, les tocó el turno a los Sepp. Roberto prefirió retirarse con una exigua compensación previendo que la lucha sería desigual por estar en inferioridad de condiciones frente al pulpo empresarial, político y judicial que representaban los Bemberg, pero, por el contrario, Carlos, empecinado en sus derechos, no creía merecer ese trato por parte de quien fue su socio y “amigo” durante 38 años.
Carlos Sepp y su esposa
CARLOS SEPP
Efectivamente, Carlos Sepp, fue una pieza importante dentro del grupo Bemberg. Los acompañó desde la fundación de Brasserie. “Era mano derecha y administrador en la firma Otto Bemberg y Cia. Fue el manager en la mayoría de las operaciones financieras. Era el personaje visible y comodín en todas las gestiones y habilidosas combinaciones que la empresa atesoro por sus extraordinarios rendimientos. Fue gestor, inspirador, animador empeñoso y hábil organizador.” [8] Además de ser una presencia habitual en las recepciones que se realizaban en las residencias, tanto de los Bemberg como de los Ocampo, los Elortondo, Amstrong, Bengolea y otras familias “tradicionales” que engarzaron la tierra con la industria.
Vivía en una importante casa sobre la Av. Montes de Oca en Barracas. Pasaba algunos pocos días del verano en el “Viejo Rincón” compartiendo aciertos y tribulaciones financieras con su hermano Roberto.
Además de miembro del Consejo de Administración de la Brasserie, como se dijo, fue gerente de la Cervecería Argentina Quilmes, presidente de la Cervecería Palermo, de la Cervecería Norte de Tucumán, de la Cervecería Schlau – curiosamente ambas con asiento en la casa de la calle Cangallo 667 -, de la Cervecería Buenos Aires, presidente de la “Cía Tranways de Buenos Aires y Quilmes” con domicilio en las oficinas de Brasil 731, director y, luego del retiro de Kreymborg, presidente de la C.I.C.A., síndico de “Estancia Santa Rosa S.A.” - la empresa quesera más antigua del país fundada en 1919 -, [9] organizó la “Maltería y Cervecería de los Andes S.A.” y propietario junto con Otto Eduardo Bemberg de un campo en La Pampa.
Pero la armonía societaria no duró por la desmedida ambición que caracterizó y caracteriza a los constructores de corporaciones empresariales, convencidos que el poder del dinero les permite manipular el poder político y con este en la mano incrementar su poder económico. El desenlace se dio de la siguiente manera: se encargó a Sepp, a cambio de un porcentaje, el traslado y depósito de $ 15.000.000 m/n en lingotes de oro a la casa de la banca O. Bemberg & Cía. de París. La participación se demoraba considerablemente y, cuando Sepp reclama lo que le correspondía, se le niega rotundamente. Dolido y decepcionado de aquellos en quienes había puesto no sólo capitales sino también confianza y afecto, emprende una contienda feroz.
Para ese entonces, Otto Sebastián y su esposa Josefina Elortondo, según argumentaban sus hijos, se habían retirado más que a los “cuarteles de invierno”, al opulento suburbio monegasco del Mediterráneo; entonces, Carlos promueve un juicio contra aquel en París. Don Otto para detener el golpe responde poniendo en movimiento a los acreedores de don Carlos en la Argentina, el Banco Francés y el Italiano que el viernes 30 de julio de 1926 a las 15:30 hs registran en los tribunales porteños “ el pedido de concurso civil de don Carlos Sepp”, para ser presentado el sábado 31 a las 9 hs. Por supuesto que en esta triquiñuela estuvieron involucrados funcionarios del Banco Nación, del Juzgado en Civil y Comercial, un color variado de abogados y algunos políticos conservadores. [10]
Tras el largo litigio en reclamo de los dividendos que le correspondían como accionistas Carlos Sepp recuperó un insignificante porcentaje de acciones de las empresas de la corporación Bemberg en que intervino. [11]
 
IMITACIÓN DE MARCA
Mientras tanto, Bemberg continuaba su demanda por “imitación de marca” contra Kreymborg que progresaba con su empresa a la que asoció a los Sepp. La revista A.B.C. del domingo 14 de agosto de 1927 publica un anuncio de la empresa la constructora “Perrone & Ayerza”.
En la propaganda y solicitada se presenta copia de una carta que intenta desdecir a los que los “difamaron” La empresa Bemberg), afirmando que “de acuerdo a nuestra convicción el día 23 del presente mes (la carta está fechada el 29 de julio de 1927), hemos dado comienzo a las obras presupuestadas en los terrenos de propiedad de esa estimada Institución” (se refiere a la Nueva Cervecería Argentina) Firman la nota Perrone y Ayerza. Y agrega aparte que “esta sociedad popular, netamente argentina, cuenta con 5137 accionistas entre vendedores de cerveza y consumidores propagandistas…” Y como una denuncia solapada continúa “Los grandes beneficios no saldrán del país” e invita a suscribir acciones de $ 100 cada una, pagaderas en 10 cuotas. 
 
FRANCISCO KREYMBORG, BEMBERG, TORRES Y LOS NAZIS
Finalmente la corporación Bemberg derrota a Kreymborg ante la justicia, pero no será el último litigio con el que tendrán que lidiar los Bemberg por reclamos de dividendos, también fue notorio el de Juan Beanninger también director de la Cervecería Argentina.
El 28 de febrero de 1932 Otto Sebastián Bemberg muere en Mónaco y comienza el juicio que más repercusión tuvo para esta corporación cervecera y la comunidad quilmeña, el iniciado por el periodista tucumano José Luis Torres que concluyó con la transformación de la Quilmes en una cooperativa a cargo de los trabajadores. Los Bemberg se defendieron afirmando que las patrañas inventadas por Torres eran una extorsión de los agentes nazis en el país, acompañada por los periódicos de esa orientación El Cabildo, Pampero y El Federal, cuando, ante el intento de  lograr la cooperación económica de ese grupo empresario entre 1938 y 1940, se vieron desdeñados. [12]
Carlos Sepp invirtió sus exiguas ganancias en sociedad con Francisco P. Kreymborg en campos en La Pampa y en Salta, precisamente en Los Toldos, departamento de Santa Victoria, junto al río Bermejo que separa la Argentina de la vecina Bolivia.
La parte del campo que perteneció a Kreymborg fue legada a su hija Isaura Kreymborg de Skrotzki que la vendió a su hermano Enrique Arturo Kreymborg y heredaron los hijos de este: Adolfo Guillermo, Berta Margarita y Arturo, que intentaron venderlo en 1965, pero se complicó la negociación pues aún no estaba hecha la subdivisión ni la sucesión de Carlos Sepp, ya fallecido en esos años. [13]
 
Patio de la casona. Don Roberto Sepp (nieto)
EL VIEJO RINCÓN
Roberto Sepp vivió en El Viejo Rincón, con su esposa María Albertina Sofía, sus hijos Roberto Carlos Ernesto y Flora Sofía Carlota, desempeñándose como administrador de campos en Mendoza y en La Pampa propiedad de su hermano, hasta que se traslada a la localidad de Nuevo Berlín, departamento de Río Negro, República Oriental del Uruguay, ocupándose de la administración de campos donde muere.
Roberto C. E. Sepp, hijo, nació en la Capital Federal el 28 de abril de 1907 y murió en el hospital Británico, el 18 de agosto de 1984. [14] Estaba casado con Eduvigis Llamazares, española, nacida en San Cipriano del Condado, León, el 12 de mayo de 1905 y fallecida el 7 de mayo de 1992. Tuvieron un hijo, también llamado Roberto, nacido en 1929. Un año después la familia dejó la casona a cargo de un cuidador y se establecieron en la Capital Federal en el barrio de Saavedra. Flora se casó con el Sr. Horacio Debiasi propietario de una importante platería en la calle Sarmiento y Diagonal Sur de la Capital. 
 
Familia Sepp en el parque frente a la casona. Se aprecia el treilliage (estructura enrejada) que cubre las galerías.
 
El Viejo Rincón fue en su época una de las casas de mayor confort de Quilmes. Poseía una cocina económica con intercambiador de calor que por medio de serpentinas distribuía la calefacción a todas las habitaciones que eran numerosas. Los techos tenían sobre el cielorraso planchas de corcho de, aproximadamente, 3 cm de espesor, dispositivo que mantenía fresca la casa en verano. Estaba rodeada por una amplia galería protegida del sol por un treilliage y en el jardín había una fuente con carpas, esculturas de mármol y un vivero.
Roberto Sepp con su esposa Eduvigis y su hijo homónimo de un año, en 1930 abandonan El Viejo Rincón que permaneció cerrada hasta que uno de los hermanos Fiorito - que tenían contactos financieros con los Sepp por el Tranvía Buenos Aires Quilmes - a principios de la década del 40’, compró la propiedad por $35.000. A partir de ese momento se comenzó a designar la casona como “La finca Fiorito
En aquel entonces la entrada principal estaba sobre Dorrego y actualmente se halla por la calle Mármol. Un empedrado, instalado por los Sepp, desde la calle Mitre facilitaba el acceso hasta la propiedad.
En 1979 la congregación local de la Iglesia Cristiana Evangélica adquirió la finca a la señora Cecilia Claise de Fiorito para la formación de pastores bautizándola “Ríos de Vida[15] a cargo del pastor Daniel García.
Roberto Sepp Llamazares, nieto de su homónimo y fundador de esta familia en Argentina, está casado con María Lucina Fernández, farmacéutica con local en Bernal, calle Chiclana 883. Hoy llevan una vida apacible, alejados de los entreveros financieros, con un Quilmes a sus pies, pues viven en el piso 16 de un edificio céntrico de Quilmes.
Don Roberto Sepp (III) y su esposa María Lucina Fernández

Investigación y entrevistas Chalo Agnelli
Ver en este blog, misma etiqueta:  
"SUCEDIO HACE 50 AÑOS . EL AFFAIRE BEMBERG Y EL CASO SÍVORI" 
edición del 16.7.2010 
NOTAS

[1] Entrevista al Sr. Roberto Sepp y su esposa María Lucina Fernández. 15/12/2010.
[2] Ver Agnelli, H. Ch. “Cuadernos de Identidad 1”  Editorial Sur. Quilmes, 2010 y http//: el quilmero.blogspot.com/
[3] En la entrevista a don Agustín Goñi hecha, aproximadamente en 1980, por docentes de la escuela María Ward se dice que fue la primera. Aporte de Enrique Premoli. El Quilmero, lunes 9 de noviembre de 2009. Según las investigaciones del historiador Rodolfo Cabral es la cuarta boda que se realizó en ese templo.
[4]Guía de sociedades anónimas, de responsabilidad limitada y cooperativas”. Edición 1942.
[5] El Plata del 27.8.1927
[6]La Nación” de l3 de setiembre de 1925
[7] Diario “Ultima Hora” 9 de diciembre de 1925.
[8] Empresarios Notables. Por Jorge di Fiore: http://www.empresariosnotables.com.a
[9] En noviembre de 1990, el Grupo Bongrain, líder mundial en quesos finos, compra Estancias Santa Rosa a la familia Bemberg. Hoy produce los quesos Adler y Bavaria.
[10] Torres, José Luís “Los Perduellis” Talleres Gráficos Padilla y Contreras. Buenos Aires, 1943. Pp. 223 y 232 a 237
[11] Empresarios Notables. Ob. Cit.
[12] Ver: http://www.taringa.net/posts/info/1218992/El-caso-Bemberg_-Carlos-Pellegrini_-los-nazis-y-la-Brasserie.html
[13] Documento en poder del Sr. Roberto Sepp, sobrino nieto de Carlos.
[14] Partida de defunción proporcionada por el hijo Roberto Sepp Llamazares.
[15] El Sol viernes 20 de julio de 1979

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