viernes, 9 de septiembre de 2011

OSCAR ECHELINI - TRIBUTO AL MAESTRO

LA ENERGÍA MILITANTE Y TRANSFORMADORA
Prof. Chalo Agnelli

Era la época en que una profesión no bastaba para la propia realización. Un hombre adquiría relevancia entre su comunidad abarcando distintas disciplinas y variada actuación. En esos tiempos la ilustración y los conocimientos que un individuo adquiría se expandían casi por obligación en su entorno - no solo familiar -, dispersaba el cúmulo de saberes entre la comunidad que lo tenía como parte y arte, es decir, factor de nuevas posibilidades, nuevos aportes culturales.
Dice el periódico “La Gaceta”, en poder de su nieta la Arq. Marta Oliva: “Intensa y descollante es la actuación jurídica, docente, intelectual y social del doctor Oscar Echelini… en pro de la cultura popular y de los intereses gremiales de los educadores…” Efectivamente este breve texto apenas resume la magnitud de su vida como hombre público, militante de la educación, de la cultura y de la dignidad social y humana.
 LA FAMILIA ECHELINI-ARGENTINO
Oscar Echelini nació en la ciudad de la Plata junto con el siglo XX. Fue el 16 de abril de 1900. Sus padres eran Juana Argentino y Timoteo. Eran siete hermanos: Emma,  Elena, Atilio, Rosa, Héctor, Oscar y María Amelia.
De su padre heredó Oscar el espíritu de lucha por la dignidad de los trabajadores y la reivindicación de los más desposeídos. Don Timoteo fue cofundador de la Sociedad La Fraternidad – Sociedad de Maquinistas y Foguistas de Locomotoras y dirigente obrero en las provincias de Cuyo en 1906. En 1912 tuvo un papel protagónico en la huelga ferroviaria,[1] experiencia que lo impulsó a promover y ser coautor de la Ley de Jubilaciones y pensiones Ferroviarias (1915/16). También tuvo un papel protagónico en la huelga ferroviaria de 1917. [2] 
EL 900 
Empezaba el siglo y transcurría su segundo período de gobierno nacional el General Julio A. Roca, un tucumano que manejó los hilos de la política argentina durante más de 30 años y el año anterior había atajado el primer conflicto limítrofe con Chile; era gobernador de la provincia el Dr. Bernardo de Irigoyen, gestor del Acuerdo de San Nicolás, una de las bases de la Constitución Argentina de 1853; intendente de La Plata, el cordobés Dr. Adolfo Lascano (1857 – 1917) e intendente de Quilmes por segundo año consecutivo don Joaquín Amoedo, sobrino de Felipe, que murió en enero de ese año.
Otra figura prominente de la comunidad quilmeña nació con el siglo, nuestro primer historiador el Dr. José A. Craviotto.  
FORMACIÓN
Tenía cuatro años cuando se radicó con sus padres en Quilmes. Cursó la enseñanza primaria en la Escuela Nº 1;  la secundaria en el  colegio Don Bosco de Bernal, incorporado a la Escuela Normal Mariano Acosta, graduándose como maestro en 1918 y de Profesor Normal en Letras en 1921, en la misma institución.
En 1923 hizo una breve pausa en su formación para cumplir con el servicio militar en el regimiento 7º de infantería de La Plata, haciendo un curso de aspirante a oficiales de reserva entre los meses de enero a abril.
En abril de 1929 se recibió de abogado y doctor en jurisprudencia en la Universidad de La Plata con la tesis, “Seguros, divorcio y a accidentes de trabajo”.
Estos fueron los pasos de la primera formación sin contar la recibida en un hogar donde por la calidad intelectual de Oscar y otros referentes de su familia estaba consustanciado con la educación y la cultura. Los pasos siguientes se detuvieron con su muerte, pues todos los días de Oscar Echelini fueron de aprendizaje y enseñanza. 
EL EDUCADOR 
Tenía 21 años cuando recibió el nombramiento de maestro de la escuela de adultos Nº 26 de Berazategui y al siguiente año lo ascendieron a director. Asistían a esta institución muchos trabajadores de la fábrica Rigolleau.
En enero de 1923 fue designado director pedagógico del Hogar Naval “Stella Maris”, nacido, con el nombre de "Asilo Naval", para niños huérfanos, hijos del personal de la Armada. Ese mismo año ejerció como maestro primario de quinto y sexto grados en escuela “Juan de Garay” de la Capital.
En 1924, el profesor Doroteo Yoldi lo incorporó al Colegio Secundario de Quilmes, para dictar psicología en 4º años e instrucción cívica. Fue profesor titular de historia y literatura en la Escuela Normal Nacional Mixta de Quilmes a partir de 1927.
Ese mismo año habiéndose creado por ley de presupuesto del Congreso Nacional un Colegio Nacional para Quilmes sobre la base del Colegio Secundario de Yoldi, Echelini conjuntamente al Prof. Armando Bucich, el señor Bouza y 20 alumnos obtuvieron directamente del presidente Hipólito Yrigoyen, la oficialización de la institución que luego bautizaron "José Manuel Estradas”. Durante la dirección del Prof. José Orengo y con su acuerdo, Echelini dotó de un mástil al Nacional y a la Escuela Normal ya que, ambas instituciones ocupaban un mismo edificio. [3]
En 1936 se realizó en Buenos Aires un Congreso de Profesores de Historia, Geografía Instrucción Cívica y Castellano, donde se debatió y analizó el desarrollo académico y áulico de las ciencias sociales, la gramática y la literatura argentina; la estructura de los planes de estudio del nivel secundario, del magisterio y los profesorados; el perfil del docente, etc. Oscar Echelini fue designado por sus colegas de la Escuela Normal y del Colegio Nacional de Quilmes para representarlos, considerándolo el más indicado por el nivel abarcativo y contextual de sus conocimientos sociales y lingüístico-literarios.
También acompañó los reclamos gremiales de los docentes integrando la Asociación de Maestros de la provincia de Buenos Aires y fue presidente de la sección Quilmes en varios períodos. Producido el golpe de 1930 se manifestó contrario a la conducción de las autoridades educativas de la provincia. En represalia lo desplazaron de su cargo en la escuela Nº 26, pero en razón de haber promovido acciones contencioso administrativa contra la Dirección general de Escuelas ante la Corte Suprema de la provincia debió ser reincorporado.
El educador que a la calidad y amplitud de sus conocimientos suma su vida como modelo, trasciende las aulas en sus alumnos.
20 años de la Biblioteca Manuel Belgrano de Berazategui. El Dr. Echelini, 3º de la izquierda. Fotografía de Alcibiades Rodríguez para el diario El Sol.
 EL “BIBLIÓLATRA”
Un pensador afirmó en una oportunidad, “¡Dadme un libro y moveré el mundo!”; pues esa era la idea fuerza del Dr. Echelini. Consideraba la lectura, el libro como sustancias imprescindibles para el desarrollo integral de un pueblo y dio profusa cuenta de ello. El 4 de agosto de 1924, alumnos de la escuela nocturna Nº 26, por iniciativa de su director el Dr. Echelini fundaron la Universidad y Biblioteca Manuel Belgrano de Berazategui. La Comisión Fundadora la integraron Carlos Leanza, Antonio Carballo, Luis Amoribello, el profesor Antonio Iglesias, Juan Di Nucci, Simeón Andrés, Consoli, Fogliano, Carballo, J. Frenzel entre otros y su promotor el profesor Echelini. Luego colaboró con el maestro Cotta en la creación de las Bibliotecas de Aula de la Escuela Normal de Quilmes. Fue esencialmente unbibliólatra’.
Nada fue suficiente: acompañó la fundación del Instituto de Cultura Británica, con los profesores Luis Ricagno, Antonio Iglesias, el Dr. Iacobucci, su promotor el Dr. Fernando Pozzo y la esposa de este doña Celia Rodríguez, traductores, estos dos últimos, de “Allá lejos y hace tiempo”, el libro de Guillermo Enrique Hudson que mejor registra la antigua campaña quilmeña. Fue primer secretario de esa institución.
Echelini integró la comisión popular contra en analfabetismo que presidía el doctor Adolfo Bazán, acompañado por el doctor V. Gachassin, Dr. Héctor Jutorán, Bernardo Meyer, Roberto J. Bombassei y Antonio R. Barrera Nicholson. El día 6 de julio de 1941, esta comisión realizó en todo el partido de Quilmes, un censo educativo, tomando como base el padrón electoral del distrito, que arrojó 707 analfabetos, un porcentaje inferior al 5% del total de la población que aproximadamente era de 47.000 personas. 
CULTURA 
A instancias del comisionado municipal Dr. Pozzo, en 1941, Echelini fue designado para formar parte de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes, junto a César Barrera Nicholson, Ana María Borzi de Faragó, Juan Manuel Cotta, José A. Craviotto, Antonio Iglesias, el Pbro. Juan Bernardino Lértora, José Eduardo López, Juan Domingo Pozzo y Lilia Bruno de Raris. Todas personalidades de la educación y la vida pública local que seguramente no debieron imaginar la dimensión y la duración que alcanzarían sus obras, porque nada de los que hicieron tenía objetivos de figuración o de fácil medro personal.
Desarrolló eficaces actividades cívicas. Era muy joven cuando ingresó al Comité Radical de Quilmes, del que fue secretario entre 1919 y 1921, en pleno liderazgo del Dr. Rodolfo López. Asistió a varios congresos juveniles como delegado de la comisión de ex alumnos del Colegio Don Bosco de Bernal.
En 1920 fue cofundador del semanario “Adelante” de Quilmes, con el encabezado, “Desde aquí lucha la juventud”, juntamente con el Ing. Ricardo González, Agustín Rocca, Julio Raris, Raúl Zapata y otros. En 1930 el periódico cayó bajo la censura de los golpistas.
En los últimos años fue prosecretario de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes. 
Oscar Echelini fue un conferencista elocuente en todas las instituciones quilmeñas, en las de partidos vecinos, en varias de la ciudad de La Plata, de la Capital Federal y de algunas ciudades y pueblos del interior del país. Sus conocimientos y pensamiento abarcaba un amplio campo histórico y cívico, como: El Gral. José de San Martín”, “Mariano Moreno”, “Juan Bautista Alberdi”, “la Democracia”, “las Islas Malvinas”, “Las Festividades Nacionales”, “La Revolución de Mayo y la intervención del pueblo en la misma”, “El movimiento revolucionario de Mayo como formador del espíritu juvenil del presente”, la Declaración de la Independencia Nacional, etc. 
EL ABOGADO 
Dedicó más de cuarenta años a su actividad profesional en el estudio jurídico que llevó su nombre. En 1932 fue abogado consultor de la Sociedad Obreros Cerveceros hasta su transformación en Sindicato de Obreros Cerveceros de Quilmes. Fue abogado ad-honorem de la Federación de Cooperadoras Escolares del Distrito de Quilmes, del Círculo de Obreros Católicos de Quilmes. Actuó como asesor letrado de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “Cristoforo Colombo (1929-1960), de la Sociedad de S.M. “Euskal Echea” de Quilmes y de la Sociedad Caballeros Vicentinos de la Parroquia de Quilmes. Fue miembro jurado de honor de la Asociación de Abogados de La Plata. Colaboró con las autoridades para instalar en Quilmes el Tribunal de Trabajo Nº 1 y fue juez y el primer presidente del Tribunal de Trabajo de Lomas de Zamora, en 1955. 
EL MILITANTE 
Desde 1915 hasta 1932 se comprometió con la causa popular adhiriendo activamente a la Unión Cívica Radical, bajo el pensamiento directriz de don Hipólito Yrigoyen.
En 1940 fue uno de los fundadores de la sección quilmeña de la Acción Argentina, una organización que promovía el ingreso de Argentina a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) sumándose al bando de los Aliados. La Acción Argentina fue disuelta por el gobierno de facto de Pedro Pablo Ramírez en 1943. [4]
Ese año se incorporó al golpe de estado concebido para acabar con el “fraude patriótico” y a poco de andar el año 1944 se incorporó al partido liderado por el coronel Juan Domingo Perón, coincidiendo con sus postulados fundaciones: Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política.
Se preparaban las elecciones de 1945 y Oscar Echelini fue convocado como fiscal general del Colegio Electoral del Partido de Quilmes.  Durante los años 1947/48 se desempeñó como asesor letrado de la Municipalidad de Quilmes, período durante el cual actuó como instructor de fiscales del partido Justicialista, partido ante el cual fue delegado de los profesores de la Escuela Normal y el Colegio Nacional de Quilmes entre 1945 y 1955. Constituyó en 1945 e integró a lo largo de diez años la Organización de Intelectuales Peronistas, integrada por el poeta José María Castiñeira de Dios, Arturo Capdevila, Juan Govi, Manuel Gálvez y Arturo Cancela, entre otros; personalidades que acompañaban a la Comisión Nacional de Cultura,[5] y a su publicación, la Guía quincenal de la actividad artística e intelectual argentina”.[6] 
EL DEPORTISTA. 
Como gran parte de los hombres y algunas mujeres de su época, otra de sus pasiones fue el deporte, en la práctica y la promoción. El 2 de abril de 1921, formó parte del grupo de jóvenes amantes de la navegación  vela que crea el Club Náutico de Quilmes y 2 de julio de 1938, en la rambla de los Fiorito en la Ribera quilmeña participó de la fundación del Pejerrey Club.
Fue socio del Quilmes Atlético Club desde los 17 años. Actuó en sus divisiones inferiores como jugador de las 4ª, 3ª y 2ª divisiones. En 1919 fue arquero de la división intermedia. Durante 1947 hasta 1951 fue presidente, vice y vocal, en los períodos continuados de dos en dos años. Durante varios períodos fue miembro de su comisión directiva y durante más de 25 años asesor letrado.
Unificó las asociaciones de hockey sorbe césped femenina y masculina que tuvo como sede su estudio profesional de la Capital Federal (Viamonte 776) Y fue presidente del tribunal de Penas de la Asociación Argentina Amateur de Hockey sobre Césped y delegado de dicha asociación en torneos realizados en el exterior.
Boda del Dr. Echelini con Lucila Luisa Sales
 EL LEGADO HUMANO 
Pero no solo legó su patrimonio cultural y de hombre de bien al pueblo de Quilmes, sino también una prolífica y fructífera familia. Oscar Echelini estaba casado con Lucila Luisa Sales, dibujante y pintora. Tuvieron seis hijos: Oscar Héctor, martillero público y secretario del Colegio Nacional de Quilmes, Lucila Margarita, Julia Emma, ambas docentes y directoras de las Escuelas de Educación Especial Nº 502 y 501 respectivamente e integrantes del equipo campeón de la 1ª división  de hockey del QAC,  Jorge Alberto, abogado y deportista, Luis, fallecido a poco de nacer, y Cristina Susana, integrante del cuerpo de baile del Teatro Colón de Buenos Aires y teatro Argentino de La Plata .
Los hijos se volcaron en numerosa descendencia; los nietos: Oscar Alejandro José (fallecido), Marcelo Patricio, Jorge Javier,  Mariano Alberto, María Carolina y María Florencia Echelini; Marta Julia, Gabriela Alejandra y Mariana Lucila Oliva; Matías Iván y Ticiana Nahir Souto. Los bisnietos: Natalia, Oscar Eugenio, Alejandro Jorge y Manuela Cecilia Echelini; Maria Julia y Maria Victoria Tollo Oliva; María Guadalupe, Jorge Ignacio, Francisco, María Emilia y Mateo Echelini; Josefina Santi; Mora y Máximo Parrotta; Santiago, Clara y Justina Wili y Santino Souto. Las tataranietas: Valentina y Lola Russo.
Casa del Dr. Echelini en la esquina NO de las calles Moreno y Alsina, Quilmes
 LOS PASOS DE LA VIDA 
Los adictos a la dictadura de Uriburu advertidos de que el Dr. Echelini era un opositor tenaz a sus propósitos antiargentinos, lo motejaron de “comunista” y fue perseguido en el desempeño de su profesiones de abogado y educador. Después del golpe militar de 1955 y durante varios lustros, Echelini, nuevamente, fue víctima de la diatriba, el ataque artero de alguna prensa, de la sevicia malévola de algunos de sus oponentes políticos e incluso de los infieles a la causa, pero nada lo amilanó y siguió con su obra y su mensaje.
Tanto en esos tiempos coyunturales, como en los últimos años de crisis - crisis como cambio - las antinomias entre argentinos sobre lo bueno y lo malo, es una rémora al intercambio de ideas. Esas persecuciones, censuras y acusaciones infundadas no solo fueron patrimonio de las fuerzas armadas y de los poderes económicos que las apañaron y usaron, sino también estimuladas y promovidas por muchos civiles, de todos los estratos sociales y culturales. En los últimos tiempos hay un resurgimiento de esos hostigamientos que parcializan la dimensión de un individuo y en lugar de verlo en la totalidad de sus actuaciones se lo juzga por algunas de sus ideas o pensamientos. De estas mezquindades el Dr. Oscar Echelini salió invicto porque su hombría de bien las superaba en demasía.
Afortunadamente pudo ver la democracia encaminándose. Falleció el 24 de Junio de 1984. 
Enérgico, optimista como buen educador, voluntarioso por demás, tenía la calidad de esos hombres y mujeres nacidos en los primeros años del siglo XX con un innato espíritu de progreso, transmitido directamente de la generación anterior, la de fines del siglo XIX; con una impronta transformadora y constructiva y, sobre todo, una gran energía para arremeter en la vida por varios flancos simultáneamente.
La vida de mujeres y hombres está surcada de anécdotas de diverso cariz, pero lo que los define, lo que prevalece son las obras que forjaron y sobre ellas es que se recuperan esas personalidades para la historia. Sus familiares, quizá, tiene más presente las anécdotas, pero la posteridad, ajena a ese entorno cercano, los reconoce en sus legados.
 Hoy el municipio de Quilmes entrega a las figuras más destacadas de la comunidad la distinción de “Ciudadano Ilustre”, imagine el lector a cuántas figuras de nuestro pasado reciente y lejano les correspondería - y siempre en forma insuficiente - esa distinción. Debería haber una “Ciudadano Ilustre retroactivo” para personalidades que como las del Dr. Oscar Echelini fueron paradigmas de la cultura, la educación, las causa popular y la ética; o quizá honrarlos con una calle que perdure sus nombres, pero con una cláusula en el decreto especificando que por ninguna causa se cambiará en el futuro ese nombre como suele suceder.
Dr. Oscar Echelini

Prof. Chalo Agnelli
Colaboración: Arq. Marta Oliva
Y Sr. Oscar Héctor Echelini (h.)
http://www.archivo104.blogspot.com/
BIBLIOGRAFIA
Agnelli Francisco y Chiti, Juan B. 50 Aniversario de la Fraternidad de Personal Ferroviario de Locomotoras. Buenos Aires. Ed. de autor, 1937.-
Giordano, Víctor Alberto. "Imágenes de antaño". El Sol. Ag. 1980.
“La huelga en el Ferrocarril Pacifico - Por la justicia y el derecho”. La Tarde. 24/09/1917. Impreso.
“Los sangrientos sucesos de ayer”. La Tarde. 26/09/17. Impreso.

NOTAS


[1] A media noche del día 6 de enero de de 1912, La Fraternidad, con casi 7000 afiliados de las 18 líneas férreas, se declaró en huelga. Porque un maquinista fue llevado preso por haber sufrido un accidente. Su recorrido era Buenos Aires – Rosario del Central Argentino (británico) En esos años, la primera medida a tomar por la policía en estos casos era la de encerrar al conductor del tren. Medida precautoria, pactada entre la empresa y las autoridades. El compañero fue encarcelado con presos comunes. Cansado de apremios el gremio interrumpió sus tareas. Después de tres días el maquinista fue liberado. Fue la primera victoria de La Fraternidad, un reclamo por la dignidad de los trabajadores, contra los atropellos. Se levantó la huelga y todas las secciones volvieron al trabajo, a excepción de Rosario que, como condición previa, exigió ver en persona, en su propia sección, al afectado. El personal superior del ferrocarril corrió un tren especial conduciendo al protagonista del conflicto. La organización gremial había conquistado su primer triunfo contra la prepotencia empresaria. Nunca más se sometió a vejámenes a los maquinistas ni y a otros miembros de La Fraternidad. - Juan Carlos Cena (especial para ARGENPRESS.info) 22/02/11 “Artículos y debates de política” - http://debates-politica.com/6095
[2] En agosto de 1917 se declaró una huelga ferroviaria a causa del despido por razones disciplinarias de dos obreros en el taller Pérez, del ferrocarril Central Argentino de propiedad inglesa.  En la demanda de los huelguistas no entraban los salarios, horas de trabajos, ni condiciones de labor, pedían simplemente la reincorporación de los dos despedidos. Otros grupos ferroviarios de  todo el país se le unieran y desmantelaron el transporte ferroviario por todo el litoral. Hubo episodios de violencia. Entre agosto de 1917 y junio de 1918, los incidentes más serios tuvieron lugar en Rosario. Las tropas del gobierno mantenían una actitud indulgente hacia los alborotadores. El presidente Yrigoyen se mostró simpatizante y benévolo con los huelguistas, no prestó atención al cargo que le hacían los diplomáticos aliados de estar haciendo una política favorable al eje. El 11 de octubre de 1917 en la población Justo Darac los obreros con sus familias marcharon en manifestación dispuestos e impedir el paso de trenes. Las tropas del regimiento 4, intentaron persuadir a los huelguistas e iniciaron un tiroteo intimidatorio con el lamentado saldo de un muerto. Hubo otros tres muertos en Mendoza, entre ellos dos mujeres. Finalmente, el Gobierno nacional intervino y el gremio ferroviario obtuvo algunas de sus demandas. De: Agnelli Francisco y Chiti, Juan B. "50 Aniversario de la Fraternidad de Personal Ferroviario de Locomotoras" www.justodaract.unlugar.com
[3] Libro copiador del Normal de Quilmes, 11/5/38 Folio 88
[4] Durante la segunda guerra, los argentinos se dividieron en dos grandes grupos: «aliadófilos» y «neutralistas». El primer era favorable al ingreso de Argentina en la guerra en el bando aliado, mientras que el segundo sostenía que el país debía mantenerse neutral, como era tradicional. Un tercer grupo, los «germanófilos», era francamente minoritario y ante la imposibilidad de que Argentina entrara a la guerra apoyando al Eje, solía apoyar la neutralidad confundiéndose con los neutralistas. En diciembre de 1939 el gobierno argentino consultó con Gran Bretaña la posibilidad de abandonar la neutralidad y unirse a los Aliados. El gobierno británico rechazó la proposición reiterando que la principal contribución argentina eran los suministros y para garantizarlos era necesario mantener la neutralidad.
[5] La Comisión Nacional de Cultura fue creada en 1933 y comenzó a funcionar en 1935 a instancias de intelectuales asociados al nacionalismo como Gustavo Martínez Zuviría, y Manuel Gálvez. Su creación dio origen a intensas discusiones sobre las primeras organizaciones en defensa de los derechos intelectuales, impulsadas por el diputado Roberto Noble (que en 1945 fundaría el diario Clarín), junto con Horacio F. Rodríguez, quienes promovieron la ley 11.723 de Derechos de Propiedad Intelectual. De, Szmetan, Ricardo.  La situación del escritor en la obra de Manuel Gálvez (1916-1935), New York, etc., Peter Lang, 1994.
[6] Se desarrolló entre los años 1947 y 1950, con 76 números, constituyó uno de los vehículos privilegiados que hoy nos queda de la administración en materia de cultura de los primeros años del gobierno peronista.

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