miércoles, 12 de septiembre de 2018

CLUBES DE LA COLONIA DE AYER - SIGLO XX


“A mí me han explicado que la felicidad humana tiene varias dimensiones, y una de ellas es la dimensión social; es decir, uno precisa pertenecer a un grupo. A lo mejor es un grupo chico, un club, algo que puede imaginarse como una cáscara de cebolla, algo que le sigue a la familia, que es el primer grupo de pertenencia.”
Arq. Rodolfo Livingston
Por Chalo Agnelli
Al crecimiento rápido que tuvo La Colonia, después del flujo genovés y canario de fines del siglo XIX, siguió hasta mediados del XX un aluvión inmigratorio de diverso origen.
Muchas fueron las entidades que nacieron de la tendencia gregaria de esa gran inmigración: instituciones sociales, culturales, educativas, deportivas, religiosas, comerciales, sociedades de fomento, etc. que colaboraron en el crecimiento del barrio; algunas desaparecidas, pero siguen siendo memorables, otras pasaron por diversas etapas hasta hoy, pero todas con su impronta.
La historia de estas instituciones, de sus fundadores y seguidores, es la historia del barrio, porque fueron esos: italianos, españoles, vascos, alemanes, franceses, polacos, lituanos, sirios, libaneses, armenios, judíos, griegos, sefardíes, que lo poblaron, los que sincretizaron sus costumbres y les imprimieron un sello distintivo.
Por los desafortunados resquebrajamientos sociales y económicos que se dieron a partir de la segunda mitad el siglo XX: la desaparición o empequeñecimiento de las redes de confianza y solidaridad por otras redes cibernéticas; más la situación de jóvenes y adultos que dejaron de creer en la posibilidad del cambio grupal, viejo motor de reivindicaciones; desde que se desperdigaron conceptos como ‘utopía’, ‘idealismo’, ‘compromiso’, ‘responsabilidad’; se impulsó a optar por el individualismo y el escepticismo. Así la vida social y los espacios de su desarrollo fueron desfalleciendo, agonizando. 
Hoy las alternativas son otras. Ya los clubes, los centros culturales y sociedades de fomento son escasos y de poca influencia en la vida de la gente y reducida afluencia de público. Algunos clubes prevalecen a gran costo y esfuerzo o transformándose. Surgen centros culturales de iniciativa privada, como lo fueron siempre, pero gestados por uno o dos pioneros de la cultura, las artes y la sociabilidad como: Casa de Arte Doña Rosa (Gustavo Castignola), Polaridades (Nora Camún), el Centro Cultural Artenpie (Norberto Lombardi, Horacio Liñan), los Cafés Literarios, etc;  y el novísimo Centro Cultural Hilda Perata de la Biblioteca Popular Pedro Goyena en la calle Larrea entre Corrientes y Entre Ríos de La Colonia. 
CLUBES QUE HUBIERON EN LA COLONIA 
DURANTE EL SIGLO XX 
JUVENTUD ALEGRE
LOS TREINTA QUILMEÑOS UNIDOS
SOCIEDAD COLOMBÓFILA QUILMES-BERNAL
QUILMES DE INVIERNO
EL ESCUDO ARGENTINO
EL CLUB 21 DE FEBRERO
EL SOCORRO DE QUILMES
SOCIEDAD RECREATIVA LA CENTRAL
LUZ EN LAS TINIEBLAS
CENTRO SOCIAL SIRIO-MARDIKL
CLUB NUEVOS HORIZONTES
CLUB S. Y D. LARREA
CLUB S. Y D. AMOEDO
CLUB LA ESPUMITA
GRUPO DE ARTE JOVEN
Cruce Pellegrini-Alsina (circa 1960) Foto A. Rodríguez

Los clubes y entidades de La Colonia que se reseñan a continuación no tenían fines de lucro. El negocio, con las divergencias humanas consabidas, eran el bien común, la participación, la integración sin distinciones étnicas, religiosas, ideológicas ni económicas.
Los entretenimientos y vida social, además de estrategias de encuentro humano, eran útiles para acordar soluciones a los problemas comunes de una comunidad en formación y así se constituía las entidades de bien público.
El big bang de los clubes de La Colonia fue también la primera patada que un pibe dio a una pelota de trapo en un potrero del barrio. Los clubes surgen con el fútbol. En su mayoría, tuvieron como punto de encuentro un baldío, donde los chicos y muchachos del barrio salían a disputarse la pelota. Este deporte desde sus orígenes tuvo una sustancia comunitaria. El entusiasmo que genera es una fuerza proyectiva, además de catártica. Es la primera manifestación humana en el planeta que adquirió desde mediados del siglo XX un carácter universal y hoy se podría calificar de globalizador. Precedió a la pretendida globalización económica con su neoliberalismo, emprendida por las multinacionales, en las últimas décadas, como nueva arma de dominación colonial. [1]
  La fonda-almacén de ramos generales "La Colonia", de don Santiago Valerga. Esquina SE de 12 de Octubre y Vicente López. Hoy esta esquina y todas las manzanas hasta Amoedo pertenecen a la Cervecería Argentina Quilmes (1940)
JUVENTUD ALEGRE y LOS TREINTA QUILMEÑOS UNIDOS 
La Juventud Alegre fue formada por opositores de la Sociedad de Artesanos de la Colonia, poco después de 1895, presidida por el ex comisario Santiago F. Lanatta. [2] Empero, no tuvo mucha duración. Más tarde, ya en las postrimerías del siglo XIX y amaneciendo el XX, algunos de sus integrantes crearon la sociedad Los Treinta Quilmeños Unidos. Nada tenía que ver con los objetivos y fines de los Artesanos, en realidad era una agrupación de farristas. Una pintura exacta de la jocosidad de sus integrantes es una esquela que junto a una invitación se envió a las familias con motivo de una fiesta que pretendían hacer. Todas las copias de la nota como de la invitación estaban escritas con una elegante letra inglesa y, curiosamente, con tinta dorada: 
“Señora:
La Comisión que suscribe al honrarse remitiendo a usted adjunta una invitación para la primera tertulia de ‘gala’ que con la ayuda recíproca de los adherentes nos atrevemos a dar una explicación, para desvirtuar juicios erróneos sobre la palabra gala que estampamos en nuestra invitación.
Ella, señora, no quiere decir que las familias que nos enaltezcan con su presencia deban presentarse de guante blanco y demás distintivos de la alta aristocracia, pues considerándonos todos pobres, queremos divertirnos dentro de la cultura social y jamás aparentar lo que nuestras fuerzas no nos darían para ello.
Gala para nosotros equivale a esto: nuestra sociedad es hija del acaso, de las circunstancias y sobre todo de nuestro deseo. En este concepto la etiqueta desaparece y por lo tanto todo traje es adecuado.
Como sociedad no estamos constituidos, así es que para nosotros es estar de gala cuando podemos dar una tertulia. No quiere decir esto que no sepamos lo que quiere decir la palabra ‘gala’.
Con tal motivo nos es altamente satisfactorio presentar a usted nuestros respetos. S.S.S.” 
Firman al pie: Osvaldo S. Castro, presidente; José Gaspar Cousillas, vicepresidente; Celestino Margni, Santiago T. Lanatta, Juan Díaz y Guillermo Roumieu.[3] 
En el entrevero de las frases e ideas  se intenta disimular el humor sardónico de sus autores, advirtiendo de su distintivo, divertirse. Después de 1925 no hubo más noticias de estos treinta quilmeños unidos. 
SOCIEDAD COLOMBÓFILA QUILMES-BERNAL 
Algunas sociedades se formaban por la afición común de sus promotores. La creación del Círculo Colombófilo de Berazategui, producida el 8 de febrero de 1923, marca el comienzo de las actividades de este deporte o afición en el Partido de Quilmes. Los fundadores fueron don Luis Lambruschini, Humberto y José Varino, Pedro Martiná y el Sr. Castagnetto, propietarios de los palomares “El Yacaré”, “Los inseparables” y “Santa Teresa” respectivamente. Luego se sumaron los palomares “La Golondrina” de Jorge Ribeyrol; “El Competidor” de Nucíforo Rodríguez; “El Milagro” de Dante Corinberto; “Sol de Mayo” de Agustín Esteban; “Pluma de Oro” de Félix Pagano; “El Universal” de Horacio Calvete y otros.
El 1 de setiembre de 1930 se fundó en Bernal, con el nombre Sociedad Colombófila Bernalense, una nueva entidad dedicada al mejoramiento de la paloma mensajera. La primera comisión directiva estaba integrada por los señores: A. Reynaud, A. L. Morelli, A. Miguel, H. B. Boero, J. Schuvetti, C. Tirone, O. Bellot, O. Guillermón y S. Curelli.
Poco después, el campo de acción de la nueva sociedad creció notablemente y se instaló en la calle Santiago Valerga (hoy San Mauro), con el nombre Sociedad Colombófila “Quilmes–Bernal”, representando oficialmente a la Federación Colombófila Argentina dependiente del Ministerio de Guerra.
En 1935, componían la C. D.: el Dr. Federico M. Sívori, Luis Lafón, Helvio E. Patiño, Juan Manuel Durañona, Ángel Chirarandini, Aníbal Núñez, Fernando Zaiocco, Carlos Scotti, Mario Cosoli, José Santana y América Miguel.

QUILMES DE INVIERNO, EL ESCUDO ARGENTINO y EL CLUB 21 DE FEBRERO 
Desde 1925, existió una sociedad recreativa denominada “Quilmes de invierno”. Su objetivo era “procurarse distracciones sociales en los meses invernales”, cuando la escarcha se quebraba en las veredas por la mañana y el lodo y la oscuridad de la noche eran avatares a superar. El nombre se tomó de un tipo de cerveza que la Cervecería había lanzado al mercado en esos años.
Se realizaban tertulias literarias, representaciones teatrales, juegos de mesa en las viviendas con salones amplios, conciertos de
guitarra, violín y piano en las pocas casas donde los había o en el salón del cine La Paz,[4] donde, también realizaban ‘tés danzantes’.
Constituían la comisión directiva en setiembre de 1927: presidente, Esteban Rangoño; vicepresidente, Dante Corimbeto; secretario, Emilio Cerruti; prosecretario, Juan Manini; tesorero, Ricardo Salas; protesorero, José F. Indarramendi; vocales, Pascual Brandi, Bartolomé Loggioco, Augusto Macchia; revisores de cuentas, José Góez [5] y Aurelio Domínguez.
Publicidad de cerveza “Quilmes de Invierno” en Revista "Para Tí", 1926. (foto Raquel Gail)
Hubo también en el barrio otros clubes denominados “El Escudo Argentino” y el "21 de Febrero”. En noviembre de 1927, la primera realizó un baile en el cine La Paz para obtener fondos para su caja social. De igual modo hizo en el mismo salón la segunda, el 22 de marzo de 1928.[6] 
Estas entidades, si bien tuvieron breve duración, fueron campo de prueba para la creación de otras que perduraron en el tiempo. 
EL SOCORRO DE QUILMES 
En octubre de 1927, se creó la Sociedad Mutua “El Socorro de Quilmes”. Esta entidad fue un gran aliciente y estímulo económico para muchos trabajadores que obtuvieron de ella créditos para hacerse su casa. Estaba integrada por empleados y capataces de la Cervecería Argentina Quilmes. Fue su presidente Cánido García; vice, Antonio Torrado; secretario, Arturo Pérez; prosecretario, Miguel Gutiérrez; tesorero, Juan Carlos Pérez; protesorero, Antonio Formentelli; vocales: José Góez, Cristóbal Hernández, Ángel Montalvo, Manuel Iglesias; vocales suplentes: Carlos Tocco, Fernando Díaz; revisores de cuentas: Marco A. Narizzano, César Benedetti y Julio Bessio. Como casi todas las instituciones que se iniciaban en el barrio, los primeros encuentros se realizaron en el salón del cine La Paz, gracias a la generosidad de su propietario Pedro Mergazzi. 
SOCIEDAD RECREATIVA LA CENTRAL [7] 
Desde diciembre de 1932, existió la “Sociedad Recreativa La Central”. La comisión directiva estaba dirigida por Lorenzo Masnata, secundado por Juan Burger, Benjamín Gold, Juan Sosa, Manuel Pérez, Héctor Travieso, Abel Mesher, Dalmiro Rodríguez, Juan Di Nucci, Benito Masnata, Pablo Cardozo, Alfredo Messina. Contaba con una comisión de señoritas que encabezaba Germina Diez, acompañada entre otras por: Elsa Achával, Elena Del Campo, María Luisa López, Holanda y  Ana Messina, Rosa Rodríguez, Eusebia y Clotilde Sosa, María Luisa Travieso y Haydee Yori-Baunelle, esta última principal animadora de las fiestas. Las reuniones se alternaban entre las casas de las familias Masnata, Messina y Sosa; también realizaron tés danzantes, como todas, en el cine “La Paz”.
 Edificio donde se hallaba el Cine "La Paz" de la familia Mergassi, calle Córdoba (hoy Pte. Perón) e/M. Quintana y A. Baranda.

LUZ EN LAS TINIEBLAS 
En la calle Torcuato de Alvear 729 (vieja numeración casi 12 de Octubre) existió, a partir de 1939, la Biblioteca Espiritualista y Centro de Estudios Psíquicos Luz de las Tinieblas. Se dedicaba al estudio de los fenómenos supra normales y al espiritismo. Fue su presidente, a partir de 1940, don Armando Reyes y la integraban: Dolores P. de Reyes, Enrique y Rodolfo Moggio, Ramón Val, Roque, Raquel y Natividad D´Alessandro, M. I. de Pampinella, Adelina Larraudé, Juan Ruano, José Mella  y otros.
 

CLUB ATLÉTICO Y SOCIAL DE VILLA ARGENTINA  
Fundado el 11 de marzo de 1929 por Humberto Bozzo, Pablo Espinosa, José Ameri, Aníbal Cougnet, Domingo y Luis Camporotondo, Alfredo Beckman, Héctor Margni, Manuel Mejidez (o Meijidez) y Carlos Farías. Todos los miembros eran los flamantes propietarios de las casas de la Villa, cuya primera etapa de construcción se inauguró en 1925, porque luego los pobladores establecieron todas sus actividades recreativas en el Parque. El Club tuvo escasísima duración. 
Comisión Directiva del Club S. y D. Villa Armonía
CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO VILLA ARMONIA 
El Club  de “Villa Armonía” se fundó en 1929, en una casa que aún se mantiene en pie en Blas Parera 1077 (ex 477), perteneciente a la familia de origen canario Cabrera, frente a la plaza Villa Armonía, predio utilizado como cancha de fútbol por los socios. Cuenta el vecino Roberto Sánchez: “Allí se reunían los hermanos Cabrera, Adolfo (Coliche) y Rodolfo, ‘el gordo’ Tizón, Francisco Monzerrat, Julio Primo, Valenzuela, los hermanos Solís, Roberto y Oscar, Viassi, Mendiguibel y algún otro vecino.” Se organizaron muchos partidos de fútbol con otros clubes de la zona. Contaba con un buffet que en un primer momento era atendido por el señor Scholtz, de origen alemán, y luego por Basilio Protasowiski, ruso.

Luego la empresa Fiorito, propietaria de la manzana, propuso a las autoridades del club la devolución a cambio de dos lotes para levantar una sede. A partir del momento en que se comenzó a trabajar a fin de no perder la futura plaza, el club se fundió con la Sociedad de Fomento Edilicia y Cultural Villa Armonía, nacida en 1954, para dotar de servicios públicos el barrio.

Casa de la familia Cabrera donde se inauguró el Club Villa Armonía (Calle Blas Parera e/Tucumán e Islas Malvinas)
El club, como muchas asociaciones de este tipo en Quilmes y en el país todo, fue flaqueando y en 1967, ya desbarrancaba hacia el olvido. Como resabio, quedaron un grupo de hombres y mujeres que armaron en la plaza una pista para jugar a las bochas y mesas para socializar acompañados del mate, las cartas o el ajedrez. 
CLUB S. Y D. SANTA FE 
Se encontraba ubicado sobre la calle Rodolfo López, que en esa época aún se llamaba Santa Fe; su dirección postal era Santa Fe 72, para mayor precisión. Se fundó en 1939. Este club surgió de la inquietud de un grupo de vecinos cercanos entre los que estaban el Dr. E. A. Garibotti, Héctor Tiscornia,[8] Luis Navone, [9] etc.  En el baile inaugural actuó el grupo orquestal Los Misteriosos. Fue el primer presidente honorario el Sr. Juan Musante[10], cuñado de Luis Navone calificado benefactor de la institución.
La calle Santa Fe era una arteria trajinada de empedrado irregular, con una loma en el centro de la arteria y hondas caídas hacia el cordón de las veredas anchas y también entorpecidas por la irregularidad de nivel entre una propiedad y otra. El club tenía actividades deportivas, sobre todo de paleta pelota y realizaba bailes como la soiree danzante, en la que actuó la típica de Castro Paulino u otras con la actuación de Teófilo Ibáñez, Pedro Sassone, etc.  

El diario El Sol del 26 de marzo de 1940 cuenta que “... en la velada danzante realizada el sábado anterior, en la que actuó la orquesta de Sassone, desbordó la concurrencia. Numerosas familias del barrio, jóvenes y mayores, asistieron al baile. Destaca la deslumbrante belleza y sobria elegancia de algunas de las jóvenes como: Delia y Aurora Ansaldi, Nelly Monicat, Blanca Navone, Nelly Sala, Alicia Capra, Ana María Montedecard, Haydee B. Yori, Ada Masante, Esther y Aída Feo, Victoria Bernal, Teresa y Palma Palermo, María Palumbo, etc.

Pocos años después, el Club Santa Fe se trasladó unas cuadras más allá sobre la misma calle, pero entre Sáenz Peña y Bernardo de Irigoyen, fundiéndose con el “Nuevos Horizontes”, donde terminó sus días, poco antes de la década de los años sesenta. 
CLUB NUEVOS HORIZONTES 
Se hallaba en la calle Santa Fe 235, entre Sáenz Peña y Bernardo de Irigoyen, vereda NO. Fue fundado en diciembre de 1939, a raíz de una división del Santa Fe. Estos conflictos humanos fueron comunes siempre, personalismos o figuración.
Algunos comerciantes del barrio colaboraban con la institución, como: Juan Núñez, propietario de la panadería “La Pampa”, ubicada en  Santa Fe 146, y José Rúa del mercadito “El Porteño”, que se hallaba en Sáenz Peña 381. Una de las primeras matinées danzantes se realizó el 6 de octubre de 1940 en el Palacio Municipal. Aún carecían de un ámbito adecuado a ese fin. Como en casi todos los bailes de la época amenizó Francisquín y su vocalista Héctor Robert (Héctor Tiscornia) Tuvo poca existencia como al unirse al Club Santa Fe. 
CENTRO SOCIAL SIRIO-MARDIKL [11] 
En esta pintura social que son los clubes y centros sociales y culturales de la Colonia, no puede faltar el Centro Social Sirio-Mardikl. Esta comunidad tuvo una sólida presencia en el barrio y supo adquirir los títulos de ciudadanía de “buena voluntad”, que en la Argentina nunca se le negaron a nadie desde que así lo estableció el Preámbulo de la Constitución Nacional de 1853.
Siria es uno de los estados árabes del levante independizados del colonialismo francés en 1946, después de las aguerridas luchas por su libertad. A 1800 metros sobre el nivel del mar se halla Mardikl al SO de Alepo, donde se rememora el ayer romano de la región, también rozada por el imperio otomano.
Un 9 de julio de 1939, un grupo de inmigrantes sirios-mardikl, motivados por los festejos de nuestra independencia, hecho que ellos todavía no habían podido concretar, crearon un Centro Social para la preservación de su cultura nativa y la formación y educación en sus tradiciones. Los fundadores fueron Alfredo Zacarías, J. Moussalli, Dicram Tazbaz, K. Tarzibachi, Jacobo Estepo, J. Katurchi y Jamil Kalala quienes reunidos en el domicilio de este último conformaron la primera comisión directiva integrada de la siguiente manera: presidente, Jamil Kalala; vice, Jorge Tarzibachi; secretario, Alfredo Zacarías; prosecretario, Dicram Tazbaz; tesorero, Jorge Katurchi y vocales, Jorge Moussalli, Jacobo Estepo, Naim Derbogosiam y Emilio Chua.
El accionar de los paisanos fue inmediato. Se llevó a cabo un amplio programa de actos,  fiestas y encuentros que nunca estuvieron circunscriptos a los miembros de su colectividad, sino que se abrieron a todo el barrio que participó con espontáneo gesto. Las manifestaciones de cultura y entretenimiento se ampliaron con conferencias, exposiciones y la creación de un ámbito de juegos de salón, para que los socios se reunieran a compartir charlas intrascendentes y experiencias de vida.
Establecieron una biblioteca con 250 ejemplares con bibliografía en lengua natal y los autores nacionales fundamentales, a los que recurrían mensualmente poco más de un centenar de lectores. También formaron un elenco teatral que hacía puestas en su lengua natal y en castellano para sumar una concurrencia heterogénea. Los primeros actores fueron: J. Akmardano, Elías Halak, Jorge y Farida Zacarías y Antonio Abiad.
Entre las muchas familias que tuvieron un papel protagónico por varias generaciones en la fundación y logros de la institución comunitaria, se destacaron los Zacarías y los Kalala.
En 1958, conducían los destinos del Centro: Oirit E. Kalala, secundado por Jorge Ahmar Dacno, José Diarbaquirli, Jorge Katurchi, Basilio Bozadjie, Miguel, Anis y Jorge Zacarías, Eduardo Georges, Elián Skife, Antonio Abiad y Jorge Moussalli. Había una subcomisión de cultura y fiestas  que integraban: Jamil Kalala, Emilio Chua, Salvador Diarbaquirli, Alfredo y Ramón Zacarías, Hikmat Bozadjie, Karin Kadadhi, Miguel Dekmak, Michel Georges, Jorge Ego, Fowzi Tazbaz y Gabriel Zourak.
Con los años alcanzaron dos logros fundacionales: el de la sede social propia en la calle Entre Ríos (a pasos de la Escuela Primaria N° 17) y la escuelita, mantenida por el Centro. El objetivo de la escuela era enseñar la lengua a los hijos argentinos de los inmigrantes sirios. Estaba a cargo del profesor Michel Georges y entre sus numerosos alumnos se destacaron Nelly Kalala, Lidia, Martha, Farida, Ramón, Alfredo y Antonio Zacarías, Jorge Kartuchi, Michel Ahmard Vacuo, Aida y Naim Abiad, Antonio, Alberto y Jorge Angelian.
El Centro Social Sirio-Mardikl tuvo más de doscientos socios y superó exitosamente los cincuenta años de existencia. 
CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO LARREA 
Fue fundado el 3 de enero de 1940. Se encontraba en Torcuato de Alvear 647, casi 12 de Octubre. La primera comisión directiva la integraban: presidente, Carmelo Canatelli; vicepresidente, Emilio Genlot; secretario, David Gayoso; prosecretario, Luis Barbieri; tesorero, Luis A. Gayoso; protesorero, José Spadola; vocales: Ángel Bayones, Antonio Martín, Alberto Ghillino y Juan José Martínez; revisores: Andrés Rodríguez y Héctor Martínez. Realizaba muchas actividades deportivas y sociales, sobre todo bailes. Sin embargo, por su proximidad al 12 de Octubre y al Unión fue perdiendo protagonismo. 
CLUB S. Y D. AMOEDO 
Surge alrededor de 1942. Se ubicaba en una propiedad de la calle Sáenz Peña 973 (n.v.). Tuvo poca existencia. Entre las reuniones bailables realizadas, en setiembre de 1943 se realizó un baile de primavera animado por la orquesta Los Quilmes con el mencionado vocalista Héctor Robert (Héctor Tisconia)
CLUB LA ESPUMITA 
Ubicado en Corrientes casi Urquiza, estaba abocado a apoyar y estimular el turismo de carretera. Fue iniciativa de un grupo de entusiastas que acompañaban los éxitos y aventuras de Baltasar Alaimo en ese deporte, el ‘chueco de Quilmes’, como lo llamaban, remedando el apodo de Fangio quien mantenía tensos a los quilmeños en cada una de esas proezas de velocidad que realizaba por el mundo. El club surgió alrededor de los años cincuenta y desapareció después de los sesenta. 
CLUB ROY ROGERS. 
A la vuelta don Raúl Ithursarry andaba tintineando su cajita repelente de jeringas y agujas; era el enfermero del barrio que daba inyecciones sin dolor y con un humor imperecedero.  Los fondos de la casa de don Raúl y su esposa Rosa Uribarri daban al club. Allí, había un galpón de chapas donde un día sus hijos, Rubén y Estela, y otros chicos de la cuadra le hicieron la competencia al vecino “Club 21 de Julio” (aún existente) y crearon una agrupación pre-adolescente, el “Club Roy Rogers”: Agnelli, Alonso, Arias, Babbicola, Dicorrado, Delgado, Denisiesko, Fiore, Grifa, Gago, Jambrina, Macedo, Narizzano, Leonardi, Alonso, Oldani, De Toro, Unterstein eran los apellidos que cargaban los hijos de los fundadores de una barriada asombrosa, apellidos de la imprevista heterogeneidad de argentinos mixturados. Roy Rogers era un actor y cantante estadounidense cuyas películas del Lejano Oeste en el cine y la televisión lo transformaron en héroe de millones de niños y adolescentes, pero además estaban las revistas mejicanas de Editorial SEA, que los chico nos intercambiábamos haciendo colecciones.
Desde los vecinos fondos de chapas los chicos oían desentonar tangos a Anyulín en las noches de bailongo, acompañado por las risotadas de la muchachada, hasta que su hermana, Nuncia, lo increpaba desde la puerta del Club: “caminá pa´la casa”. Y ése era el momento esperado. Indefectiblemente, Anyulín se escabullía de su hermana y se lanzaba a gorgoritear imposibles hasta que ella lo interrumpía impiadosa arrojándole uno de sus increíbles zapatos abotinados número 43… Un día Anyulín se murió y vino el furgón mortuorio de la Municipalidad a llevarse sus restos, mientras Nuncia y todos nosotros, el barrio, lo vimos partir con sus tangos de vida inhóspita.
Todos crecimos, el club se esfumó en plena adolescencia con todos sus abruptos y nos fuimos dispersando rumbo a los destinos que cada uno supo diseñarse impiadosa o favorablemente. 
GRUPO DE ARTE JOVEN 
El Grupo de Arte Joven (GAJ) nace el 1 de septiembre de 1974, con la propuesta de difundir el arte, la cultura y a sus noveles exponentes. En momentos de plena ebullición política e ideológica, se definió en tal sentido como pluralista, integrador e imparcial, como así también ajeno a todo fin de lucro.
Durante sus poco más de cuatro años de vida promovió y actuó en eventos abiertos y participativos, manteniendo siempre su independencia institucional respecto de estructuras políticas o ideológicas constituidas. Fueron sus fundadores Marta Alicia Armella, Alicia Beatriz Gatti, Mario Magu, Antonio Gutiérrez, Jorge Eduardo Padula Perkins, y Cristian Andrés Viera (canario, hijo del mecánico don Juan Viera Díaz)
Su primera organización consistió en una coordinación general a cargo de Padula Perkins y cuatro secretarías bajo la responsabilidad de los restantes integrantes. Posteriormente, en marzo de 1975, y tras la aprobación de sus estatutos, fue elegida la primera comisión directiva que habría de presidir Padula Perkins. La práctica demostró que los sostenedores del grupo debieron asumir en forma rotativa distintas funciones directivas. De este modo, Marta Alicia Armella también ejercería la presidencia tiempo después.
La primera sede funcionó formalmente en el domicilio particular de Beatriz Gatti, entonces en el 1253 de la calle Larrea. Después lo haría en el 342 de la misma calle y en Manuel Quintana 314, esquina San Luis, casa de la familia Agnelli. A poco de su nacimiento, el GAJ fue reconocido como miembro pleno de la Federación de Entidades de Bien Público del Partido de Quilmes “Gral. José de San Martín” y más tarde el grupo se integró a la Coordinadora de Actividades Culturales del mismo distrito. A fines de 1975 se sumó como socio activo Chalo Agnelli y presidió el grupo en 1977.
Entre las actuaciones más destacadas de su corta pero prolífica trayectoria, cuentan la Primera Muestra Juvenil del Poema Ilustrado (en sede de la Sociedad de Escritores de la Provincia, filial Quilmes), la muestra pictórica de Gatti, Gutiérrez, González y Ferrer (en sede el periódico Visión Sur), el Concurso Anual de Poesía (en reiteradas y consecutivas versiones), el libro-folleto “Imágenes y Palabras”, en octubre de 1976, poesías ilustradas de los escritores y plásticos del grupo a los que se sumaron María Mercedes Di Benedetto y Roberto Messina. Coordinaron talleres literarios y, además, organizaron y participaron del ciclo de descentralización cultural en los barrios con recitales poéticos y poemas ilustrados, en esfuerzo conjunto con la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Quilmes, al frente de la cual se hallaba (por breve tiempo) el Prof. Juan Carlos Lombán.
El 20 de octubre de 1978, tras cuatro años de intensa labor, el grupo se fusiona con el Centro de Intelectuales de la Provincia, escisión de la Sociedad de Escritores de la Provincia que lideraba otro vecino de La Colonia, el Prof. Francisco Míguez.
Casa de Manuel Quintana y San Luis donde se hicieron algunas reuniones del "Grupo de Arte Joven".

PROLIFERACIÓN DE CLUBES 
En un artículo de setiembre de 1943, del diario El Sol, se reflexionaba de la siguiente manera con respecto a la proliferación de clubes barriales que nacían como hongos y cuyo tiempo de subsistencia era el de tales.
Es harto reconocido que en Quilmes, como ha de ocurrir en tantas otras partes, existe un marcado espíritu de asociación, así como un no menos evidente sentido individualista. Lo cual parece porque entre nosotros, y muy especialmente en el último decenio, han aparecido y se han multiplicado los clubes en forma notable. 
Se funda un club con sinceros fines de asociarse para fomentar la cultura espiritual y física, la amistad, el arte, etc.; y apenas surge una desinteligencia entre sus socios o dirigentes el club se divide y los separatistas forman otro repitiéndose luego el caso hasta el infinito.
Es como lo decimos al iniciar estas líneas, el pujar constante entre el espíritu de asociación y el individualismo, ambos se hallan presentes siempre y ambos predominan indisolublemente...” Esto ha sido una constante hasta nuestros días.
Por Chalo Agnelli
FUENTE
“La Colonia de Valerga – historia social del segundo barrio en antigüedad de Quilmes” Ed. Tiempo Sur. Quilmes, Cap. 6 Pp. 93 a 119 de Chalo Agnelli
NOTAS
[1] Globalización tan sólo económica, pues deja afuera a muchos pueblos de la tierra, mientras que el fútbol integra y expande. [2] Hijo de Juan Lanatta, uno de los fundadores de la Sociedad Italiana Cristoforo Colombo y jefe de la estación de Quilmes, donde Santiago, siendo niño, cayó bajo las ruedas del tren y perdió una pierna, lo que no lo privó de hacer una carrera policial notable. Cuando se jubiló, se le hizo un homenaje en el cine La Paz. Fue uno de los primeros comisarios de la tercera de Quilmes. Lamentablemente, debido a la falta de colaboración del responsable de Relaciones con la Comunidad de dicha delegación no se pudo completar la nómina de comisarios que pasaron por el barrio.
[3] Trascripto de El antiguo barrio de la Colonia,  periódico El Plata. Número aniversario; julio de 1924.
[4] Ver en EL QUILMERO del viernes, 28 de mayo de 2010, EL CINE LA PAZ - DEL ARCÓN DE LA ABUELA.
[5] A lo  largo de este documento se repiten estos nombres y otros que fueron personalidades fundacionales desde sus humildes funciones sociales.
[6] El Plata de marzo de 1928.
[7] El Sol miércoles 25 de marzo de 1953, en “Crónicas del viejo Quilmes” de Juan C. Buceta Basigalup.
[8] Ver Por aquí pasaron.
[9] La Flia. Navone residía en una casa que aún está en pie en la esquina de Int. Oliveri y Vte. López.
[10] Casado con Amalia Navone.
[11] V. El Sol, del 19/7/1950.




1 comentario:

Raquel Gail dijo...

Interesantísima esta nota.