viernes, 24 de enero de 2020

TESTIMONIOS SOBRE LA CATEDRAL Y PARROQUIA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE QUILMES


En el libro “Reseña histórica de la parroquia Inmaculada Concepción hoy Catedral de Quilmes” (1996), la señora Lila A. Giordano de Campelo[1] recogió testimonios (Pág. 93 a 96) de viejos vecinos que definen características olvidadas de ese viejo templo católico que pasó por todo tipo de vicisitudes a lo largo de 353 años, como podemos corroborar en “Síntesis Histórica de Quilmes” (1968), del Prof. Manuel Ales [2] (Pág. 52 a 54). Lamentablemente ninguno de esos textos pudimos hallar en las librerías de la zona, pero sí están en la Biblioteca Pública Municipal y en algunas de las diez Bibliotecas Populares del Partido. Para reparar esa carencia, como el de mucha bibliografía histórica local, que la mayoría de los quilmeños desconoce e ignora la magnitud que posee nuestra historiografía, transcribimos algunos capítulos, párrafos del libro de la Sra. de Campelo.
 

- I TESTIMONIO –

Francisco Soto, Don Pancho para los vecinos, describió de la siguiente manera el viejo templo de 1835: “… una construcción de material sobre la calle Mitre, casi a mitad de cuadra, con techo a media agua. Sobre uno de los muros se elevaban dos pilares que ser­vían de soporte de una viga, de la que pendían dos campanas cuyas sogas caían hasta el suelo.” La descripción coincide con lo que se expresa y certi­fica en un inventario levantado en 1842, donde se lee: “dos campanas, una de regular tamaño de buen tañido, la otra más chica y rajada, en medie de dos pilares de material.” En cuanto al templo en sí, se lo describe de la siguiente forma: “Iglesia. — Esta se compone de un edificio de adobe cocido de 25 varas de largo y 8 de ancho y 15 de alto de azotea, con 3 puertas y 9 ventanas vidrieras y su coro con su baranda de hierro, dicha iglesia tiene tres altares…” [3]
 Dibujo de la Sra. de Campelo

- II TESTIMONIO –

LA ÚLTIMA REMODELACIÓN

Aún cuando en la placa colocada detrás del que fuera altar mayor fi­gura una fecha de 1930 como la de la iniciación de las obras de remode­lación del templo, a mi me consta que cuando yo comencé a actuar co­mo monaguillo, en 1936, las obras recién se habían empezado y el tem­plo todavía mostraba su fisonomía anterior, esto es: no se había construido o estaba en proceso de armado del esqueleto del actual presbiterio, el antiguo altar mayor de madera marmolada verde se hallaba colocado aproximadamente en el lugar de los actuales escalones que llevan al al­tar, el antiguo cielo raso de yeso (que más de una vez dejaba caer algún trozo) seguía estando a la altura de donde hoy se encuentra la parte in­ferior de las ventanitas de la bóveda de hormigón que forma el techo in­terior actual.
COMIENZO DE LAS OBRAS
La construcción del esqueleto de hormigón que hoy forma el armazón del presbiterio empezó, no en 1930 sino en algún momento de 1935; hasta ese entonces me acuerdo perfectamente del terreno baldío que se encontraba entre el antiguo Registro Civil y el fondo de la iglesia, baldío cubierto de malezas tan altas que sobrepasaban la altura de la pared que lo cercaba por el lado de la calle Mitre. El armazón de hormigón pelado del nuevo presbiterio permaneció varios años sin ser terminado y aún cuando luego fueron levantadas las paredes laterales, toda la estructura permaneció un largo período sin ser terminada.

Altar mayor en construcción

LA BÓVEDA
Algo parecido sucedió con la bóveda del techo de la nave central que durante años permaneció en construcción y causando goteras que perju­dicaban al cielo raso y causaban, como dije más arriba, desprendimientos de trozos más o menos importantes de yeso. Recuerdo que una noche, al terminar una reunión de Acción Católica, fuimos un momento a la igle­sia y no había yo terminado de arrodillarme cuando un pedazo de yeso de unos 15 ó 16 cm. De diámetro cayó sobre el asiento, justo a mi lado.
EL PÚLPITO
Recuerdo, también, el viejo púlpito de madera trabajada y pintado de un color dorado mate; se encontraba en el lugar que ocupó luego el púlpito de mármol travertino que fuera retirado luego de las reforma propuestas por el Concilio Vaticano II en lo referente a las celebraciones de frente al pueblo, etc. Aquel púlpito de madera tenía una escalera del mismo material, que atravesaba la primera columna de la nave (izquierda, hacia el altar mayor) y bajaba en forma de medio caracol.

EL ÓRGANO [4]

El órgano, que es el mismo de la actualidad, en ese entonces se hallaba montado sobre una estructura de tirantería de madera con tarimas, también de madera, donde se paraba el coro. La parte delantera de esta estructura tenía una baranda consistente en un grueso tirante superior y en su parte inferior llevaba una rejilla de listones formando diagonales unos con otros y dejando espacios romboidales entre ellos. Al órgano se tenía acceso desde el pasillo exterior a la nave izquierda mediante una escalera de madera, muy oscura aún con las luces encendidas pues estaba colocada dentro de una especie de cajón, también de madera, por el cual subían a la torre del campanario, las sogas mediante las cuales se hacían sonar las campanas. 
 Las campanas ya hace muchísimos años andaban mal y una de ellas, por lo menos, estaba rota.
Néstor Roberto de Kroon 14-10-1996


- III TESTIMONIO -

LA CAMPANA

En 1828, cuando la iglesia era ya una casa de material con fren­te sobre la calle Mitre, casi a mitad de cuadra, sobre uno de los muros se elevaban dos pilares que servían de soporte de una viga de la que pendían dos campanas, una de re­gular tamaño y buen tañido y la otra más pequeña y rajada.

Esta campana que reproduce el grabado, ya en el edificio con frente a la calle Rivadavia data del año 1881 y lleva inscripto "30 de julio de 1881 Municipalidad de Quilmes" Esta leyenda coincide fielmente con lo que se conoce oficialmente con respecto al re­loj de la catedral.
EL RELOJ
En 1881, durante la administación municipal de Rafael de Udaete, yerno del Dr. Cueli, resolvieron colocar un reloj en la torre de la iglesia, firmán­dose contrato con el señor Víctor Chiabrando por la compra y su colocación en julio de 1881, teniendo lugar la ceremonia de la bendición dos meses después durante el mes de setiembre. De las viejas actas se desprende que el señor Chiabrando colocará en la torre oeste de la Iglesia Parroquial, el reloj 5 de su catálogo y presupuesto con fuerza para una campana de 800 a 1000 libras. El reloj tendría 4 cuadrantes cubiertos con cris­tales transparentes y de espesor determinado. Desde esa privilegiada posición el tañi­do de esa campana llenó el alma de gozo y reconfortó el espirito de los fieles creyen­tes mucho más cercanos al Señor, cuando El los convocaba a la meditación y al recogi­miento en el interior del templo que en virtud de tan larga existencia guarda dentro de sí la mayor parte de nuestro pueblo.



- IV TESTIMONIO –

INFORTUNIO

Estos “recuerdos” se ubican en el período 1936/38 y 1942/46 y siguientes principalmente, aunque sean algo desordenados y anecdóticos.

El proyecto de remodelación de la actual Catedral de Quilmes es de la autoría del Ing. Juan Pollak, austrohúngaro residente en Quilmes. Luego del año 1930, en que asumiera como párroco don Ángel Banfi, [5] se realizó un concurso de proyectos que ganó el ingeniero Pollak, que requería de elementos (dora­dos, mármoles, etc.) que se adquirieron en Europa. Ya avanzada la cons­trucción y estallada la segunda guerra mundial, el barco que traía los úl­timos elementos fue torpedeado y hundido. Entre los mismos estaban los mármoles y las láminas para completar los “dorados” en el altar mayor y columnas, que quedaron sin ellos.

EL ALTAR MAYOR

Recuerdo sí el viejo altar mayor de madera trabajada que estaba a la altura de la hoy escalinata de acceso al presbiterio. Queda hoy solamente el “frontal” laminado en oro sobre madera que está encajonado en la Sa­cristía de la Catedral y se ha usado para el Monumento del Jueves Santo.

El altar de mármol se encontraba ubicado debajo del sagrario y de espaldas al pueblo. Luego de la reforma del Concilio Vaticano II (1965) en el campo litúrgico, fue separado y ubicado en su actual lugar, en el centro del presbiterio frente al pueblo, siendo Párroco el P. José Andrés Matos.[6] En cuanto a la “roseta” en vitral que está en el ábside sobre el altar mayor, había sido colocada originalmente en la reforma Pollak en la fachada central de la Iglesia y siendo Párroco el Pbro. Vitoldo Palubinskas [7] se retiró de allí y se colocó en el mencionado ábside con adecuada iluminación.

PUERTAS ABIERTAS

Otro recuerdo anterior, de la época del Pbro. Banfi, es la política de “puertas abiertas” en la “casa de todos” que era la Parroquia. Así recuer­do que la cocinera doña Petra (mujer mayor y de gran paciencia) tenía instrucciones expresa de Banfi para tener preparado chocolate y factu­ras en los días domingo durante toda la mañana para los monaguillos y para todos los que pasaran por la casa parroquial. Esto se acabó en la época del Pbro. Merolla (1949-1964) [8]

DEPENDENCIAS

Durante este último período se construyeron el salón de actos y el sec­tor de pequeños salones que hoy ocupa Cáritas, contiguo a la sacristía; así como los salones superiores, sobre el salón de actos-sacristía y el bautis­terio. [9]

En cuanto a altares secundarios, se construyeron los actuales, que en la reforma de liturgia de 1970 cayeran en desuso. El más notable fue el costeado por la Tercera Orden Franciscana presidida por el Ing. Bianchi (ubicado donde se hallaba la puerta que daba a la calle Mitre) que donó él mismo con los nichos ocupados por imágenes de santos franciscanos. Hoy las últimas han sido retiradas y los nichos tapiados, insta­lándose la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
EL BAUTISTERIO
El “bautisterio” – hoy lugar del Sacramento de la Reconciliación – fue construido con vitrales de S. Juan Bautista – obra del artista plástico don Víctor Roverano -. La pila bautismal de aquél fue trasladada al presbiterio, al costado del altar mayor, conforme a las actuales normas litúrgicas.

Rafael Espínola 2-11-1996
 El Solar de la Iglesia de la Inmaculada Concep­ción, hoy Catedral de Quilmes, ubicado en las calles Mitre y Rivadavia, fue declarado el 21/12/1970, Lugar Histórico por Decreto Nacional N° 2884 del Poder Ejecutivo Nacional, por ser el solar donde se estableció la Reducción de los Quilmes en 1666, y donde se construyó la primera capilla de adobe con techos de juncos, en 1667. Sitio histórico por la ley Provincial N° 11242 del 23/04/92
 

Compilación Prof. Chalo Agnelli
FUENTES
Ver en EL QUILMERO del lunes, 6 de julio de 2015 “Enterratorios indios dentro del Templo Parroquial – 1773”
Ver en el blog ELQUILMERO del martes, 19 de enero de 2016 "Reseña Histórica de la Parroquia de Quilmes” POR EL Dr. Craviotto.
NOTAS

[1] Ver en EL QUILMERO del martes, 6 de septiembre de 2011

[2] Ver en EL QUILMERO del martes, 7 de septiembre de 2010

“Don Manuel Ales, historiador e investigador

[4] Ver en EL QUILMERO del lunes, 14 de noviembre de 2016

“El órgano de la catedral de quilmes nos espera”

[5] Ver en EL QUILMERO del sábado, 5 de enero de 2013

La Religión Católica en La Escuela Normal de Quilmes y sus Educadores” (colaboración)

[6] Ver en EL QUILMERO del lunes, 5 de agosto de 2019

“Curas Párrocos de la Inmaculada Concepción e Iglesia Catedral 1666 – 2009”

[7] Ídem ant.
[8] Ídem ant.
[9] Hoy en el antiguo bautisterio se halla la tumba donde yacen los restos del primer obispo de la diócesis de Quilmes Mon. Jorge Novak.





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